El 15-M es feminista, pacifista y libertario

“Tras la manifestación del pasado 12 de mayo del 15-M en Gran Canaria, ahora es prioritario elaborar una estrategia para aumentar su influencia en la sociedad. Y en coherencia con sus propios principios, se debe seguir priorizando la inclusión de la mujer y de las ideologías no excluyentes.”

>(Artículo de Pedro Larré. Las Palmas, 19 de mayo de 2012 [http://15mgrancanaria.org/el-15-m-es-feminista-pacifista-y-libertario/])

Que el pasado 12 de marzo, el movimiento 15-M de Gran Canaria convocase a unas 2.000 personas, demuestra la fuerza actual del movimiento. Por dos motivos: porque se ha fidelizado la participación y porque toda la organización ha surgido, exclusivamente, del proceso asambleario insular, sin influencia de ninguna plataforma ni asociación operando al margen de dicho proceso. La manifestación se organizó en mareas, cada una con su foro asociado, según las más importantes problemáticas de la sociedad actual, y en ellas participaron un amplio número de colectivos sociales a los que hay que agradecer, enormemente, su colaboración y presencia. Por primera vez se dieron cita gente de todo tipo de ideologías alternativas al capitalismo (anarquistas, independentistas, marxistas, ecologistas, pacifistas, feministas, sindicalistas y un largo etcétera), convocadas por una organización asamblearia popular y horizontal.
La estructura asamblearia insular de pueblos y barrios del Movimiento 15-M, con sus comisiones y grupos de trabajo, constituye un proceso laborioso de toma de decisiones, pero garantiza la absoluta igualdad en la participación de todas las personas. Su génesis se debe sin duda a la colaboración de mucha gente, pero especialmente a un grupo de personas de ideología anarquista, empeñados en la escrupulosa horizontalidad de dicho proceso. Las aportaciones de este colectivo al 15-M van mucho más allá de esta estructura, pues ya desde los primeros días de la acampada en San Telmo, y a lo largo de todo este año, ha sido fundamental su colaboración y reflexiones en la solución de múltiples problemas, en la creación y consolidación de las Comisiones de Respeto y Salud Asamblearia y en la puesta en marcha de diferentes asambleas insulares.
Es decisiva la influencia del anarquismo en la gestación de corrientes revolucionarias como el marxismo y en las luchas de los movimientos obreros. En su seno nacieron la ecología, el naturismo, el decrecimiento, el antimilitarismo o el mismo método asambleario. A pesar de sus aportaciones, o precisamente por su enorme potencialidad transformadora, el anarquismo es una corriente especialmente criminalizada a lo largo de la Historia. Los Estados capitalistas, sus instituciones y medios de comunicación transmiten a amplios sectores sociales la asociación de este movimiento con la violencia: magnifican sus errores, distorsionan las circunstancias y ocultan la brutal y sistemática represión que contra los anarquistas se vierten continuamente. Lamentablemente, también en el ámbito local se reproducen, aunque a otra escala, estas dinámicas. El pasado 1 de mayo, durante los actos finales de la manifestación plural, un grupo de sindicalistas de CC.OO. protagonizaron una agresión contra personas del colectivo anarquista y del 15-M, por estar coreando consignas contra las malas prácticas de los grandes sindicatos. Con especial saña fue golpeada una mujer, por grabar dichas agresiones. Posteriormente, estos personajes llamaron a la policía, y le pidieron actuase contra el grupo anarquista. Tras las cargas policiales, el balance final fue de tres anarquistas heridos, y dicha mujer identificada por la policía, por lo que presumiblemente recibirá alguna citación judicial. En las pasadas manifestaciones del 6 de septiembre y 15 de octubre de 2011, ya se dieron altercados similares.
Los conatos y agresiones e insultos contra estas personas y colectivo, las declaraciones a favor de llamar a la policía como primera medida ante cualquier indicio de violencia que pueda tener lugar en las manifestaciones, o presuponer que, necesariamente, si hay violencia, ésta va a surgir de las filas de este colectivo -la última vez en la Comisión de Seguridad de la pasada manifestación del 12 de mayo-, surgen a pesar de que los hechos demuestran, reiteradamente, que nunca es así.
Y ya durante la acampada de San Telmo se decidió que, ante problemas de este tipo, no se acudiría a las instituciones más que en casos de obvia necesidad, siempre después de haber agotado todos los recursos y tácticas posibles, y preferentemente para obtener asesoramiento. En los casos concretos de violencia, se acordó utilizar tácticas como las barreras humanas, el aislamiento de los agresores y encapuchados, corear consignas, establecer interlocuciones, persuadir a los potenciales violentos, y un largo etcétera de medidas alternativas, que aseguran perfectamente el control de estas actitudes, como ya se ha podido comprobar en multitud de actos y manifestaciones, dentro y fuera de Gran Canaria. Asimismo, en diferentes asambleas se acordó, una y otra vez, que un movimiento inclusivo y plural nunca podría prohibir a nadie portar los signos o emblemas políticos e ideológicos no excluyentes que quisiese. Dichas formas de actuar son seña de identidad del movimiento 15-M en toda España.
Por otra parte, las agresiones contra las anarquistas ya se han dado dos veces contra mujeres, y a pesar de ello se ha visibilizado mucho más el conflicto ideológico que el de la violencia contra la mujer. En la pasada manifestación del 12 de mayo, se organizó una marea violeta, “por la igualdad real de todas las personas”, tras cuya finalización se celebró el correspondiente foro. Pero éste fue, con diferencia, el menos numeroso en participación, y curiosamente el único constituido mayoritariamente por mujeres. La intervención inicial de un hombre, representando a un colectivo que lucha contra una supuesta desigualdad, supuso una fuerte agresión verbal a las personas presentes. Tuvimos que soportar todo un alegato por la “igualdad” basado en el desprecio al feminismo y a las mujeres, por ser éstas beneficiarias de una discriminación positiva de carácter legal en la custodia de los hijos. Parece ser, según esta intervención, que las mujeres abusan sistemática y fraudulentamente de dicha ley, que las estadísticas oficiales de la violencia contra la mujer demuestran que en España aún son pocas las mujeres que se asesinan cada año, o que las mujeres influyen perversamente en sus hijas e hijos para posicionarles contra sus padres. En fin, una retahíla de argumentos tan destructivos contra la mujer, que una interviniente calificó de ‘pornografía verbal’.
En contrapartida, la coherencia demostrada por las respuestas de las mujeres, además de su paciencia y tesón, evidenciaron la potencialidad de sus herramientas en las luchas de emancipación. La predisposición a aunar las reflexiones sobre todas las injusticias, en vez de criticar los avances de una de las partes más desfavorecidas; el enfoque constructivo en la búsqueda conjunta de una solución consensuada y por tanto satisfactoria para ambas partes; la necesidad de trabajar, a la par, tanto los aspectos personales o individuales (rebeldía, autoafirmación) como la crítica política o la exigencia a las instituciones; así como la necesidad de erradicar el problema desde la raíz haciendo énfasis en la educación, fueron algunas de las respuestas dadas.
El movimiento libertario hace énfasis en el lucha contra cualquier estructura del poder, y en especial la del Estado, pero el movimiento feminista identifica, como causa última de todo sistema de dominación, al patriarcado, demostrando claramente su absoluto fracaso. Sólo el hombre que aún se cree beneficiado por un sistema machista puede llegar a sentirse perjudicado por las reivindicaciones del feminismo, pues sólo la misma frustración que emana del carácter machista impide comprender el potencial liberador, para todas las personas, del movimiento feminista. La atenta consideración por parte de este movimiento de los afectos o los cuidados, o su atención a valores como la construcción colectiva a partir de las generosas aportaciones individuales, son señas de identidad de la firme apuesta de este movimiento por una política que quiere superar la opresión sexista. La discriminación positiva, por tanto, promueve la igualdad de las condiciones como pilar básico sobre el que construir una sociedad más justa.
Exigir que, en nombre de la unidad, no se puedan manifestar todas y cada una de las ideologías no excluyentes, o infravalorar la ‘igualdad real’ como una reivindicación tan importante como pueden ser la sanidad o la vivienda, obligan a replantearse una vez más estos problemas y actitudes. Si bien el movimiento 15-M en Gran Canaria ha avanzado significativamente este año en muchos de estos aspectos, siguen habiendo contradicciones que es preciso superar. Por poner un ejemplo: en las Asambleas de Pueblos y Barrios ya hay, ‘grosso modo’, paridad en intervenciones y organización, pero cuando el acto a celebrar es unitario (mayor visibilidad pública), de nuevo la desigualdad en la participación vuelve a aumentar (en la pasada asamblea en San Telmo con motivo del aniversario, hubo 20 intervenciones de hombres frente a 10 de mujeres). Transversalizar estas problemáticas en diferentes foros; promover medidas de discriminación positiva a favor de la mujer en el conjunto del movimiento -por ejemplo, celebración de asambleas constituidas íntegramente por mujeres-, o sustituir en las manifestaciones la Comisión de Seguridad por una nueva Comisión de Respeto, son propuestas que ya se podrían empezar a desarrollar.
La manifestación del 12 de mayo en Gran Canaria marca el inicio de una nueva etapa, pues demuestra que el 15-M es ya un movimiento sólidamente organizado. Aunque lo prioritario en este momento es elaborar unos objetivos y estrategia para aumentar su influencia política y social (en la línea del primer Encuentro de Activistas realizado recientemente), no se debe olvidar que todos esos objetivos sólo se pueden conseguir abordando los problemas desde la práctica y la coherencia, consolidando así un movimiento donde no quepa ningún tipo de violencia ni discriminación contra la mujer, contra ningún grupo ideológico, ni contra cualesquiera sectores sociales oprimidos o minorías excluidas.
Sólo al poder le interesa deslegitimar la revolución identificándola con la violencia, ocultando a su vez que la violencia real, la violencia estructural de los sistemas patriarcal y capitalista, son la causa directa de la desigualdad que sistemáticamente generan. A menudo la violencia es una opción cobarde e infructuosa, y por ello debemos aprender a canalizar la rabia hacia la búsqueda de nuevas formas de lucha por la dignidad y la libertad sin enfrentamiento violento. El 15-M, como el feminismo o el movimiento libertario, pone a las personas en el centro de su discurso, apostando por su plena emancipación. Y una de las mayores esperanzas del 15-M seguramente radique en su énfasis en la autenticidad de los procesos, en los valores que consideramos prioritario defender. El 15-M no apuesta por utopías, sino por en una concepción firmemente ética de la política. En consecuencia, la inteligencia colectiva para consensuar qué clase de mundo queremos construir sólo es auténtica si aplica con profundidad y coherencia los principios de inclusión y horizontalidad.

Ante la represión policial, ¿es efectiva la «resistencia pasiva»?

Ofrecemos a continuación algunas imágenes que muestran al aparato represivo del Estado empleándose con toda su crudeza:
Espeluznante ataque de la gendarmería francesa a un grupo de madres e hijos inmigrantes. Las imágenes son muy duras.
Vemos a continuación imágenes del desalojo de Plaza Cataluña en mayo del año pasado.
La sucesión de imágenes de este cariz sería interminable. Acabemos con ésta.

Conclusión:

El corolario es siempre el mismo: manos en alto o entrelazadas; ojos al borde del llanto; caras suplicantes y desconcertadas; cabezas abiertas… La pasividad (no hablamos aquí de pacifismo, si no de inactividad) se queda sin excusas. Los medios de comunicación criminalizan igual al que reivindica ser víctima que al que responde; la apología de la pasividad sistemática está creando huestes de masoquistas en potencia, de corderos (en el sentido literal del término) que van al matadero sin ni siquiera responder; ¿acaso no les extraña que al final se haya dado un paso atrás y en la nueva reforma del código penal la “resistencia pasiva” no se considere delito y siga siendo una falta? Lógico, los legisladores habrán pensado: “si la gente se da cuenta de que respondiendo van a tener prácticamente la misma pena que sin responder, acabarán, obviamente, por responder”, y eso, a todas luces, no le conviene al establishment. Aquí, en Las Palmas, los anarquistas sabemos también algo de brutalidad policial, y todos hemos podido constatar que la violencia policial sólo se mitiga cuando se ejerce algo de “resistencia activa” (una prueba, no violenta, de lo dicho: http://www.youtube.com/watch?v=PT-ovG5iqn8&NR=1&feature=endscreen). No es necesario recomendar ningún método en particular, lo único que está claro es que la vía de ser “carne de cañón” o de usar a los más generosos como “escudos humanos” se ha demostrado ineficaz e inútil, cuando no cruel y claramente insolidaria.  

Fdo.: El Hombre Guillotina

Dos cartas de Intersindical Canaria

[Carta de solidaridad con los represaliados]

A LA FEDERACION ANARQUISTA DE GRAN CANARIA

 A LA ORGANIZACIÓN JUVENIL AZARUG
Estimados compañeros, estimadas compañeras:

El Secretariado Confederal Nacional de Intersindical Canaria, reunido el pasado viernes, en la isla de Tenerife, una vez analizados los acontecimientos sucedidos el Primero de Mayo en la isla de Gran Canaria, mientras se celebra el acto unitario de cierre de la manifestación, que acabaron con una violenta carga policial, dos detenciones y varios heridos, queremos hacerles llegar nuestra solidaridad con sus organizaciones y militantes víctimas de los golpes de miembros del servicio de orden o de la propia policía, así mismo manifestarles nuestra condena de hechos tan deplorables, máximo durante la celebración del Primero de Mayo, fecha en la que recordamos a las víctimas de la violencia del estado por defender los derechos de la clase trabajadora.

Acompañamos la carta remitida por nuestra organización a Comisiones Obreras de Canarias, condenando estos hechos y solicitando su autocritica.

Reciban hoy y siempre nuestra solidaridad de clase

Canarias  15 de mayo de 2012


Fdo. Lucy Rodríguez
Coordinadora General de Intersindical Canaria

[Carta de reprobación a CCOO]

A LA DIRECCIÓN NACIONAL CANARIA DE COMISIONES OBRERAS

AL SECRETARIO GENERAL DE COMISIONES OBRERAS CANARIAS

Estimados compañeros, estimadas compañeras:

El Secretariado Confederal Nacional de Intersindical Canaria, reunido el pasado viernes, en la isla de Tenerife, una vez analizados los acontecimientos sucedidos el Primero de Mayo en la isla de Gran Canaria, mientras se celebraba el acto unitario de cierre de la manifestación, que acabaron con una violenta carga policial, dos detenciones y varios heridos, queremos hacerles llegar la siguiente reflexión:

Primero) Tratándose de un acto unitario cualquier actuación debe ser decidida por el conjunto de organizaciones convocantes del mismo, la toma de decisiones unilaterales solo puede llevar a la ruptura de la unidad de acción y la toma de opciones, cuanto menos, erróneas.
        

Segundo) Es injustificable la alarma ocasionada por la actuación de un grupo de compañeros y compañeras de diversas organizaciones que ejercían su derecho a la libertad de expresión, gritando las consignas que considerasen oportunas, estuviéramos o no de acuerdo el resto de organizaciones, y que, en ningún momento, supusieron un problema para el normal desenvolvimiento del acto (tal como se puede apreciar en los muchos videos que circulan por internet) y muchísimo menos peligro alguno para las personas concentradas en el mismo.

Tercero) Tras el forcejeo con el servicio de orden y la agresión de varios militantes de CCOO (tal como se aprecia también en distintos videos) a los jóvenes concentrados detrás del escenario y de la pancarta de cabecera, se produce una injustificada e incomprensible carga policíal, que sin embargo había sido anunciada por varios miembros del servicio de orden, bajo la amenaza de “estamos llamando al 091”. El resultado de la actuación policía [sic] ya ha sido expuesto.

Cuarto) Nos parece, cuanto menos condenable, que mientras la carga policial se efectuaba, precisamente en el turno de intervención de nuestra organización, desde el escenario se  intentara minimizar los hechos afirmando por parte del conductor del acto que “esto no va con nosotros”.

Intersindical Canaria entiende que, no  había motivo alguno que justificará la violenta reacción del servicio de orden, tras recibir instrucciones desde el escenario,  y muchísimo menos la solicitud de intervención de la policía. Por todo lo expuesto solicitamos a CCOO realice la oportuna autocritica de la actuación de sus militantes y solicite disculpas a las personas y organizaciones afectadas.

Reciban nuestros saludos de clase

Canarias  15 de mayo de 2012

Fdo. Lucy Rodriguez

Coordinadora General de Intersindical Canaria

Bakunin, Malatesta y el 15-M

Aquí presentamos dos textos clásicos que, sin embargo, nos hablan de un fenómeno de rabiosa actualidad: los movimientos sociales, su instrumentalización por parte de los poderes fácticos y la estrategia libertaria en contacto con dichos movimientos.
En el primer texto (fragmento de La Política de la Internacional [1869]), de Bakunin, éste nos alerta de los peligros de los movimientos sociales “prefabricados”. Nos habla de cómo todo movimiento que anteponga las reivindicaciones puramente políticas (¿les suenan la reforma de la ley electoral, la petición de listas abiertas, etc.?) a las económicas y sociales (garantizar, por ejemplo, el libre acceso al consumo) es un movimiento controlado de raíz por los intereses burgueses (con independencia de la ideología de estos, que puede oscilar del conservadurismo convencional y el fascismo más descarado a las opciones “izquierdistas” de la órbita de IU, Equo, etc., pasando por esa sopa aparentemente neutra y mojigata que representa DRY) y dirigido contra los que sustentan toda agitación social: los obreros y marginados.

El texto de Malatesta (fragmento de En Tiempo de Elecciones [1890]), nos habla, no obstante, de cuál debe ser la actuación anarquista al intervenir en cualquier movimiento de cariz popular: ser pueblo, reivindicar con él y trabajar para que éste amplíe sus miras, profundice sus expectativas y esté siempre dispuesto a mirar más alto y más lejos, a exigir más y, finalmente, a tomarlo todo. Es ahí donde debe incidir la tensión anarquista.

Bakunin y el 15-M
[…] Hay […] una categoría de burgueses que no tienen ni […] franqueza ni […] coraje. Enemigos de la liquidación social a la que nosotros llamamos con todo el poder de nuestra alma como a un gran acto de justicia, como el punto de partida necesario y la base indispensable de una organización igualitaria y racional de la sociedad, ellos quieren como todos los otros burgueses conservar la desigualdad económica, fuente eterna de todas las otras desigualdades.   Al mismo tiempo pretenden querer como nosotros la emancipación integral del trabajador y de su trabajo, mantienen contra nosotros, con una pasión digna de los burgueses más reaccionarios, la causa misma de la esclavitud del proletariado, la separación del trabajo y de la propiedad inmobiliaria o capitalizada, representada hoy por dos clases diferentes y ellos se sitúan, sin embargo, como los apóstoles de la liberación de la clase obrera del yugo de la propiedad y del capital.
¿Se equivocan o engañan? Algunos de ellos se equivocan con buena fe. Muchos engañan. La mayoría se equivoca y engaña a la vez.
[Cuando la burguesía quiere modificar determinados elementos del propio sistema que ella ha creado, necesita ayuda] esa ayuda no puede ser otra que la del proletariado. Hay que ganárselo entonces. ¿Pero cómo ganarlo? […] Prometámosles reformas económicas y sociales a condición de que quieran respetar las bases de la civilización y de la omnipotencia burguesa: la propiedad individual y hereditaria, el interés sobre el capital y la renta de la tierra. Persuadámoslos que sólo bajo esas condiciones, que además nos aseguran la dominación y a los trabajadores la esclavitud, éstos podrán ser emancipados.
 
Más aún, hay que persuadirlos que, para realizar todas esas reformas sociales, primero hay que hacer una revolución política, exclusivamente política, tan roja como les guste desde el punto de vista político, con gran derribo de cabezas si eso fuera necesario, pero con el más grande respeto por la santa propiedad. Una revolución absolutamente jacobina, en una palabra, que nos convertirá en dueños de la situación y una vez dueños, les daremos a los obreros lo que podamos y lo que queramos.
Es éste un signo infalible por el cual los obreros pueden reconocer un falso socialista, un socialista burgués. Si en lugar de hablar de revolución o si se quiere de transformación social, él les dice que la transformación política debe preceder la transformación económica; si niega que ellas deben hacerse las dos a la vez o incluso que la revolución política no debe ser otra cosa que la puesta en acción inmediata y directa de la plena y entera liquidación social, que el obrero le dé la espalda pues o es un tonto, o un hipócrita explotador.
[…] Está claro que todo movimiento político que no tenga por objeto inmediato y directo la emancipación económica definitiva y completa de los trabajadores y que no haya inscripto sobre su bandera, de una manera determinada y muy clara el principio de la igualdad económica, lo que quiere decir la restitución integral del capital al trabajo o la liquidación social, todo movimiento político semejante es burgués. Cuando [los burgueses] declaran que “la libertad política es la condición previa a la emancipación económica” no pueden significar esas palabras otra cosa que esto: las reformas o la revolución políticas deben preceder las reformas o la revolución económica. Los obreros deben, por consiguiente, aliarse a los burgueses más o menos radicales, para llevar a cabo en un primer tiempo estas primeras reformas, para luego estar contra ellos y realizar las últimas.
 
Protestamos abiertamente contra esta funesta teoría que no podría finalizar, para los trabajadores, más que en hacerlos servir, una vez más, de instrumento contra ellos mismos y entregarlos de nuevo a la explotación de los burgueses.
 
Conquistar la libertad política primero no puede significar otra cosa que conquistarla en primer lugar, dejando al menos, durante los primeros días, las relaciones económicas y sociales en el estado que están, es decir los propietarios y los capitalistas con su insolente riqueza, y los trabajadores con su pobreza.
 
Pero esta libertad una vez conquistada, dicen, servirá a los trabajadores de instrumento para conquistar más tarde la igualdad o la justicia económica.
 
La libertad, en efecto, es un instrumento mágico y poderoso. Todo está en saber si los trabajadores podrán realmente servirse de ella, si ella estará realmente en su posesión, o si, como ha sido siempre hasta ahora, su libertad política no sería más que una apariencia engañosa, una ficción.
 
Un obrero, en su situación económica presente, al que se le habla de libertad política, podría responder con la letra de una canción muy conocida:
 
No hablen de libertad.
La pobreza es la esclavitud.
 
Y en efecto, es preciso estar enamorado de las ilusiones para imaginarse que un obrero, en las condiciones económicas y sociales en las que se encuentra actualmente, pueda aprovechar plenamente, hacer un uso serio y real de su libertad política.
[…] Sea como fuere y se dijere, mientras el trabajador quede sumergido en su estado actual, no habrá para él ninguna libertad posible y aquellos que lo incitan a conquistar las libertades políticas sin tocar primero las candentes cuestiones del socialismo, sin pronunciar esa palabra que hace palidecer a los burgueses: la liquidación social, le dicen simplemente: conquista primero esta libertad para nosotros para que más tarde podamos nosotros servirnos de ella contra ti.
Malatesta y el 15-M
[…] Basta saber lo que se quiere y quererlo firmemente para encontrar mil cosas útiles para hacer. Ante todo, propaguemos los verdaderos principios socialistas, y en lugar de contar mentiras y dar falsas esperanzas a los electores y a los no electores, incitemos en esas mentes el espíritu de rebelión y el desprecio al parlamentarismo. Hagamos de modo que los trabajadores no voten, y que las elecciones se las hagan ellos, gobierno y capitalistas, en medio de la indiferencia y del desprecio del pueblo; porque cuando se ha destruido la fe en las urnas, nace lógicamente la necesidad de hacer la revolución. Vayamos a los grupos y a las reuniones electorales, pero para desbaratar los planes y las mentiras de los candidatos, y para explicar siempre los principios socialistas-anárquicos, es decir, la necesidad de quitar el gobierno y desposeer a los propietarios. Entremos en todos los sindicatos obreros, hagamos otros nuevos, y siempre para hacer la propaganda y hablar de todo aquello que debemos hacer para emanciparnos. Pongámonos en la primera fila en las huelgas, provoquémoslas siempre para ahondar el abismo entre patronos y obreros y empujemos siempre las cosas cuanto más adelante mejor. Hagamos comprender a todos aquellos que mueren de hambre y de frío, que todas las mercancías que llenan los almacenes les pertenecen a ellos, porque ellos fueron los únicos constructores, e incitémosles y ayudémosles para que las tomen. Cuando suceda alguna rebelión espontánea, como varias veces ha acontecido, corramos a mezclarnos y busquemos de hacer consistente el movimiento exponiéndonos a los peligros y luchando juntos con el pueblo. Luego, en la práctica, surgen las ideas, se presentan las ocasiones. Organicemos, por ejemplo, un movimiento para no pagar los alquileres; persuadamos a los trabajadores del campo de que se lleven las cosechas para sus casas, y si podemos, ayudémoslos a llevárselas y a luchar contra dueños y guardias que no quieran permitirlo. Organicemos movimientos para obligar a los municipios a que hagan aquellas cosas grandes o chicas que el pueblo desee urgentemente, como, por ejemplo, quitar los impuestos que gravan todos los artículos de primera necesidad. Quedémonos siempre en medio de la masa popular y acostumbrémosla a tomarse aquellas libertades que con las buenas formas legales nunca le serían concedidas.

En resumen: cada cual haga lo que pueda según el lugar y el ambiente en que se encuentra, tomando como punto de partida los deseos prácticos del pueblo, y excitándole siempre nuevos deseos. Y en medio de toda esta actividad, vayamos eligiendo aquellos elementos que poco a poco van comprendiendo y aceptando con entusiasmo nuestras ideas; juntémonos en pacto mutuo, y preparemos así las fuerzas para una acción decisiva y general.

Reflexión y crónica sobre los acontecimientos del 1º de Mayo

La sangre atrae a las moscas. Moscas con porra, moscas con banderas “sigladas” y, especialmente, moscas con estilográficas.
Que la prensa haya hecho su agosto vendiendo que la “gestapillo” de CCOO-UGT se limitó a “llamarnos al orden”, que la policía se vio “obligada a intervenir” o que estábamos en contra de la convocatoria, es algo natural (saben bien quién les paga, y a su dictado escriben). Que se hayan afanado en decir que éramos 15, que éramos red-skins o que pertenecíamos a la exigua CNT, es en parte lógico y en parte pintoresco. Pero que mucha otra gente haya iniciado la carrera por definirse como los verdaderos protagonistas, como los más “malotes” y los que empollaron el “primer huevo”, es cuanto menos triste cuando la situación judicial de muchos compañeros está en el aire, cuando la salud de algunos está todavía en entredicho y cuando los heridos más graves (porrazos y verdugones aparte) –nos referimos a los que siguen con la nariz rota o con una lesión cardiaca de consecuencias indeterminadas– pertenecen al mismo y malogrado bando.
Ese bando no ha tenido prisa en explicar lo sucedido: primero porque no ha querido correr a darse un dudoso baño de gloria; segundo porque es cuanto menos de mal gusto, si no cruel, escribir sobre determinados asuntos cuando la sangre que derramaron algunos de sus protagonistas aún no se ha secado.
Los compañeros que salieron peor parados son Anarquistas (de la FAGC, si se necesitan siglas) y han preferido mantenerse fuera de este circo mediático y esperar que el bullicio deje espacio a la reflexión.
Personalmente los sucesos del 1º de Mayo lo han convertido en un día perfecto para extraer valiosas conclusiones. Paso a relatar algunas…

 Se nos ocurrió crear, de forma espontánea, un bloque anti-capitalista de corte anti-autoritario, a fin de entrar en la Plaza de la Feria de forma crítica y diferenciada con respecto a los sindicatos oficiales (a fin también de proponer conjuntamente una Asamblea Popular cuando estos últimos se dedicaran a vomitar su cansino y clásico mitin [posiblemente el mismo que dan desde los años 80]). El caso de la compañera represaliada Laura Gómez (http://www.kaosenlared.net/territorios/t/euskalherria/item/16677-a-por-nosotros-a-por-nuestra-fragilidad.html) nos solidarizó con la CGT y les invitamos, junto a Azarug (organización cuya heterogeneidad nos mantenía expectantes), a formar parte de ese conglomerado. Cuando dábamos la vuelta a la Delegación del Gobierno los “compañeros” de CGT (posiblemente ante la presencia policial) desertaron. No volverán a engañarnos; más que nada porque permitir que nos engañen dos veces nos convertiría (como dice el Talmud) en cómplices del engaño. Ese día algunos aprendieron que ante una batalla es preferible tener al lado a ese “queso de mil leches” (mescolanza de ideas y posturas enfrentadas) que es Azarug que a gente, supuestamente, de corte “libertario”, como son los de CGT.

Cuando entramos en la plaza buscamos un lugar donde nuestra voz pudiera oírse ante la hegemonía del monopolio sindical. Nuestros gritos, detrás de la tarima, quedaron claros: “CCOO y UGT sindicatos del poder” y, sobre todo, “¡Huelga, huelga!”. Desde la tribuna el orador de Comisiones indicó al “grupo de orden” que subiera a desalojarnos y pasó lo evidente: cuando se recurre a un “grupo de orden” estos suelen desencadenar el caos.
Comenzaron las provocaciones e insultos por su parte, las patadas disimuladas, los empujones, bien subrepticios bien descarados; se afanaron en intentar arrebatarnos los megáfonos para silenciarnos… Lo que ocurrió después es parte del corolario que se da entre la agresión y la necesaria autodefensa.

Mientras algunos intentábamos denostadamente intentar levantar una línea de contención y resistencia otros se afanaban en repartir golpes bajos y empujar. Las “fuerzas de asalto” de CCOO (si ésas son las de “élite” como deben ser los “soldados rasos”) no podían actuar con más bajeza (tirando colillas contra la cara, centrándose en agredir con preferencia a las compañeras, recurriendo al salivazo, etc.). Cuando sintieron perder la partida no dudaron en llamar a la policía.
Todo ello coincidió con la obsesión de un enajenado (seguramente, por su forma de actuar, “Secretario de cultura, bienestar y convivencia” de CCOO) en golpear a una de nuestras compañeras, dos veces, al grito de: “deja de grabar” (pregunta: ¿qué interés tenían los de Comisiones en que no se grabara el altercado? A buen entendedor…). Una avalancha se precipitó (desde lo alto de la parte superior de la plaza –donde estábamos ubicados– a la acera). Fue el momento que aprovechó la UIP (que acudió rauda a la llamada de sus “colegas”) para intentar llevarse a nuestra compañera. El rayo electrificante de solidaridad no se hizo esperar, y corrimos en estampida para liberarla. Obviamente, los cuerpos represivos no se lo esperaban.

No hace falta hablar de quién hizo qué. Ahí están las imágenes (aunque todavía parciales) para poner en su lugar a cada uno. Los que se abstuvieron, los que presumen injustificadamente y los que nos manchamos hasta escupir sangre. Tampoco hace falta aclarar mucho más lo que hizo la policía. Nos pegaron indiscriminada y brutalmente. Nos apalearon escogiendo, intencionadamente, puntos vitales. Fueron a dar en la cara, en la nuca, en el pecho o en la columna. Con un ansia homicida que sólo la premeditación o el miedo pueden explicar (posiblemente ambas a la vez).
En ese momento se materializó el divorció de la población con los sindicatos “mayoritarios”. Se evidenció la separación entre quienes decían desde la tribuna “eso no va con nosotros” y entre quienes se alertaban: “están cargando contra los anarquistas”.

Si en la lucha se unieron a los anarquistas muchas sensibilidades (especial mención merecen muchos compañeros de Azarug, y seguramente algún que otro “autónomo”), en la recriminación a la policía se unieron prácticamente todas, salvo las representadas por el sindicalismo vertical de CCOO Y UGT (el grito de: “¿dónde están, no se ven, CCOO y UGT?” dejó muy clara la ruptura).
La policía, superada por lo que su propia represión había desencadenado, acabó retirándose y a casi todos nos quedó una sensación de euforia… Aún no habíamos valorado las bajas.

A ojos vista muchas buenas lecciones pueden extraerse de lo que puede ocasionar una unión popular cohesionada y sin miedo ante la legalidad ni ante la máscara más cruel del Estado: el armazón policial. Sin embargo también hemos aprendido, o reaprendido, lecciones amargas.
Personalmente, he vuelto a comprobar lo triste que es constatar que te usen como carne de cañón, que se aprovechen de que estás en primera línea para golpear e irse, sabiendo que serás tú quien correrás con los “gastos”. He descubierto que muchos esperan a que estés en el suelo para ponerte una gorra en la cabeza y una bandera en las manos. He averiguado que a nadie le interesa aclarar los malos entendidos y que a través de ambiguos comunicados mantienen el equívoco sobre la autoría de los hechos con tal de obtener suculenta propaganda gratuita. He contemplado cómo unos miran con los brazos en jarra mientras otros luchan; y cómo a otros les atrae más participar de la “orgía de violencia” que de la Causa. He contemplado cuánto gusto hay por las fotos, por poder decir “yo lo vi todo” y por instrumentalizar una masacre y un acto de solidaridad espontánea a fin de poder comentar “estamos en la vanguardia”.

En conclusión:
-La resistencia ante las agresiones de los sindicatos y la policía no fue “encabezada” por la CNT (dado su número y sobre todo su participación esta afirmación es absurda y tendenciosa). Los militantes de la Confederación deberían de corroborar y hacer público que su intervención en los hechos fue testimonial.
-Junto a los “autónomos” (cuya filiación desconozco) y muchos de los militantes de Azarug, fueron los anarquistas, a secas, y por mal que suene, quienes se batieron el cobre (véanse las incontestables imágenes).

-A excepción de los porrazos que recibió un único compañero de Azarug (según reza en su comunicado oficial), la casi totalidad de los heridos (tres leves: policontusionados [porrazos en extremidades y espalda]; uno de gravedad media: rotura, de doble trayectoria, de tabique nasal; y uno de gravedad todavía indefinida: lesión cardiaca, de origen traumático, causante de una posible patología crónica que a estas horas sigue siendo valorado por los cardiólogos) pertenecen a esa herramienta libertaria que llamamos FAGC.
Escribo esto desde uno de los hospitales de la isla, donde sigo hospitalizado a la espera de que me realicen un electro cateterismo y de que me den los resultados de mi dolencia cardiaca. Lo escribo con una sensación agridulce. Con gratitud para todos los que se jugaron su integridad física sin esperar nada a cambio, para todos los que unieron su voz a la nuestra sin más ambición que la de hacer lo que sentían justo, para todos los que ese día le perdieron el miedo a la policía y el respeto a los grandes sindicatos. Pero también con cierta lástima por todos los que, manteniéndose al margen, han revuelto entre nuestras heridas y se han pintado la cara con nuestra sangre; por todos los que gritaban, no por convicción, sino para poder ponerse una medalla de la que presumir en esas “revoluciones asépticas” que se nos permite declarar a través del Facebook; por todos los que se cagarán en mis muertos por haber señalado lo incómoda que es la verdad de quien vivió los hechos y ahora paga sus consecuencias.


Fdo.: Un anarquista que dará su identidad cuando la seguridad de los compañeros deje, de forma irreversible, de estar en peligro.
P.D.: Este comunicado no representa la opinión de la Federación Anarquista de Gran Canaria, sólo corresponde a la vivencia de un militante libertario que sólo debe responder ante sí mismo.

P.D. 2: Para todos los que, conociendo lo relatado, nos insistan en que denunciemos, aquí va mi personal negativa: en este caso no sólo pesa nuestra condición de anarquistas, nuestra negativa a participar de la hipocresía de atacar un sistema que se respalda en las leyes a través de esas mismas leyes (modificando una frase de Sartre: “quien respeta la legalidad no puede actuar contra el sistema, es parte de él”); pesa también el hecho de las posibles represalias (sabemos a ciencia cierta que la policía espera como agua de mayo que algunos de nuestros carnets se adjunten a las posibles denuncias que fuéramos a tramitar) y la negativa, por tanto, de salvarse a través de condenar a otros.