Madres coraje, niños rebeldes y héroes sin empleo

Fuente: Playground

Madres coraje, niños rebeldes y héroes sin empleo: así sonríe la mayor comunidad ocupada de España

77 familias con 202 personas, más de la mitad menores, pueblan Comunidad Esperanza en Gran Canaria. Ahora enfrentan una amenaza de desahucio que puede ser socialmente catastrófica
I – CHOCOLATE CON CHURROS
La del pasado jueves fue una mañana especial en Comunidad Esperanza. Más de 40 euros puestos en común para churros, leche y chocolate hicieron posible uno de los mejores desayunos que se recuerdan allí.
La ocasión lo merecía en la mayor comunidad ocupada del estado español. Sus 202 vecinos celebraban la primera victoria sobre la amenaza de desahucio del ayuntamiento. Se cumplía esa mañana el plazo de un mes que el alcalde de Santa María de Guía (Gran Canaria), aduciendo motivos de inhabitabilidad, les había dado para abandonar sus casas.

Desde la Comunidad Esperanza niegan el argumento del consistorio, afirmando que las viviendas son perfectamente habitables. En un comunicado, lanzaban un claro mensaje al alcalde de Guía: «No ‘vele’ más por nuestra seguridad si eso pasa por mandarnos a morir o a vagar por la calle con nuestro centenar de hijos».

Con 77 familias y 202 vecinos, Comunidad Esperanza es la mayor ocupación colectiva del estado español. Tras un decreto municipal de desahucio, su futuro está en el aire

II – UN IMPULSO ANARQUISTA Y UN VECINDARIO INFRAVALORADO
¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de Comunidad Esperanza? Lo primero es explicar su nacimiento, algo que hace para nosotros Ruymán Rodríguez, miembro de la Federación Anarquista de Gran Canaria (FAGC), el colectivo impulsor de la comunidad. 
«Llevábamos desde mediados de 2011 volcados en el tema de la vivienda, y decidimos pasar de los piquetes antidesahucio al plan B: el realojo de familias a las que no se les pudo parar el desahucio», nos dice Rodriguez hablando de un feroz contexto: en 2012 Canarias era la quinta región con más desahucios de todo el estado, con hasta 24 ejecuciones diarias.

La Federación Anarquista de Gran Canaria es el colectivo impulsor de la comunidad. ¿El contexto? Canarias como quinta región con más desahucios de todo el estado, hasta 24 ejecuciones diarias

Fue tras uno de esos piquetes cuando conocieron la situación de cuatro bloques abandonados en el municipio. «A principios de 2013 negociamos con la propietaria, la empresa Piornedo, que había quebrado. Y llegamos a un acuerdo: como los inmuebles estaban siendo vandalizados y desvalijados, nosotros los ocuparíamos con familias sin recursos a cambio de habilitar y mantener los pisos«, cuenta.
Su nacimiento de la mano de la FAGC, y el apoyo de esta son, en opinión de Rodríguez, claves en la presente amenaza de desahucio. «Por un lado quieren dejar los bloques vacíos y libres de cargas para que la SAREB, el banco malo, pase a explotarlo. Por otro, conecta el decreto con la decisión de la FAGC de desvincularse de la Esperanza para que no se acusase a esta de estar ‘dirigidos políticamente'».

Llegaron a un acuerdo con la empresa propietaria, en quiebra: familias sin recursos ocuparían los pisos a cambio de habilitarlos y mantenerlos

«Queríamos que la comunidad se gestionase sin ningún referente. Menos de un mes después llegó el decreto de desahucio. Sabemos que el alcalde pregunta a los vecinos por la FAGC, y que esperó a ese momento para intentar ‘coger a los vecinos desprevenidos’… Pero no se esperaba esta respuesta, ni legal ni de movilización«, apunta Rodríguez.

El alcalde infravaloró a las vecinas y vecinos. No esperaba esta respuesta. Cuando interpusieron los recursos, dejaron al ayuntamiento sin grapas y sin tinta

El activista cree que «los políticos han infravalorado a los vecinos y vecinas. Y no solo a nivel de movilización en la calle. Cuando interpusimos los recursos, dejamos al ayuntamiento sin grapas y sin tinta. No esperaban ese aluvión de papel», cuenta.
Ruymán Rodríguez se muestra orgulloso de una comunidad que puede hacer una curiosa historia en el pueblo: «Hemos hecho concentraciones pero en Guía jamás ha habido una manifestación en toda su historia. La nuestra, si esto sigue así, sería la primera de la historia».

En Santa María de Guía de Gran Canaria jamás ha habido una manifestación en toda su historia

III – ASAMBLEA CONTRA LA POBREZA EXTREMA
 
¿Cómo es la vida en la Esperanza?
La comunidad se organiza en base al principio igualitario de dar y recibir en función de las necesidades de cada persona. En cuanto al agua, «viene por cubas, nos abastecemos con 27.000 litros diarios que cuestan 100 euros por día por los que cada vecino paga una contribución voluntaria de 30 euros al mes. Hay horario de racionamiento, no hay agua durante todo el día», cuenta Rodríguez. 
La luz es de obra, la que estaba en los bloques desde el principio de la ocupación pactada con la empresa propietaria.
«El modelo es comunitario, asambleario y horizontal», describe Rodríguez. « Demostramos que se puede convivir en una microsociedad libertaria, pero sobre todo lo interesante es que no es un modelo exclusivo para gente anarquista. No es una cosa de 10 o 20 convencidos que viven en un centro social. Son decenas de familias necesitadas«.

Se organizan en base al principio igualitario de dar y recibir en función de las necesidades de cada uno. Cada vecino paga una contribución voluntaria de 30 euros al mes

 
En Comunidad Esperanza, donde niegan ser «okupas ilegales», se hace una asamblea general el último domingo de cada mes, y extraordinarias si así lo requieren asuntos concretos. En ellas se deciden el suministro, mantenimiento, limpieza, movilizaciones o las posibles disputas por convivencia.
Hay distintas comisiones, que Rodríguez pasa a enumerar: «la de mantenimiento, la comisión de talleres de entretenimiento con actividades infantiles o el cine que hacemos los sábados, también hay comisión de formación y alfabetización, una comisión de realojo para tramitar la entrada de nuevas familias, la comisión de huertos, comisión de solidaridad para almacenar y repartir ropa o juguetes, la comisión de información y la comisión de fortificaciones por si acaso hubiera un desalojo violento«.

Todo se decide en asamblea. Hay comisiones de mantenimiento, de formación, alfabetización, entretenimiento, realojo, huertos, solidaridad, información y fortificaciones

«De las 77 familias que hay, es posible que con trabajo remunerado y cotizando haya entre 5 y 10, no más», calcula Rodríguez. El resto vive de la economía sumergida, recogiendo chatarra, cuidando ancianos o realizando labores de limpieza
Muchos tratan de sobrevivir con lo que perciben de la Renta Activa de Inserción para parados de más de 45 años, o con subsidios inferiores a 426 euros. Otros viven de chapuzas que les van saliendo. «La gran mayoría vive en pobreza extrema. No podrían pagar un alquiler y comer a la vez«, señala.

De las 77 familias que hay, no más de 10 tienen trabajo relativamente estable. El resto vive de la economía sumergida, recogiendo chatarra, cuidando ancianos, realizando labores de limpieza o con chapuzas que van saliendo. Si no fuera por Comunidad Esperanza, no podrían tener techo y comida a la vez

IV – AZUCENA, FRANCISCO, MANUEL, YLENIA
En Comunidad Esperanza la historia de exclusión social es común pero no por eso faltan los nombres propios
Como el de Azucena, una chica víctima de malos tratos y joven madre soltera. Estaba en un centro de acogida pero se le acabó el plazo legal de estancia y tuvo que salir. Ocupó una casa, la desahuciaron y en la calle contactó con la FAGC. Comunidad Esperanza es el único sitio que tiene para estar con sus 3 hijos. Ahora, según Rodríguez, es una de las más implicadas, siempre a punto para hacer carteles o coger el megáfono.

Azucena es víctima de malos tratos y joven madre soltera. Desahuciada anteriormente, la comunidad es el único sitio que tiene para estar con sus 3 hijos. Siempre está a punto para hacer carteles o coger el megáfono

O Francisco, un hombre de origen colombiano de más de 45 años con 4 hijos. Después de conseguir un trabajo como barrendero, se quedó sin empleo con la crisis. Sufrió un desahucio y se quedó en la calle. Ni su compañera ni él cobran ningún subsidio
O Manuel, albañil en paro desde hace 8 años. El único ingreso de su casa son los 200 euros de paro de su mujer. 
O Ylenia, madre soltera de una niña que teme que el decreto de desahucio favorezca una amenaza institucional a la custodia de sus pequeños.
Y cuando habla de sus críos, está hablando del gran tesoro de su vecindario.

Francisco, de origen colombiano, tiene más de 45 años y 4 hijos. Ni su compañera ni él cobran ningún subsidio. Manuel está en paro desde hace 8 años. Ylenia teme que la amenaza de desahucio haga peligrar la custodia de su pequeña

V – SEÑORITA, NOSOTROS NO SOMOS OKUPAS
Porque Comunidad Esperanza es insultantemente joven. De los 202 vecinos, más de la mitad son menores de edad
«Todos están empadronados y escolarizados, es una de las cosas que teníamos claras desde el principio», apunta Rodríguez, para quien «el caso de los niños es quizá uno de los puntos más luminosos de la ocupación».
Y no solo porque, como manifiesta, ellas y ellos «den lecciones constantes de tolerancia, antimachismo o antirracismo»
10 de ellos han nacido ya en Comunidad Esperanza. Muchos otros están creciendo y viviendo su infancia o adolescencia en un ambiente que no entiende el bienestar si no se conjuga en plural.

De los 202 vecinos, más de la mitad son menores de edad. Todos están escolarizados. 10 de ellos han nacido ya en Comunidad Esperanza. Muchos otros crecen en un ambiente que no entiende el bienestar si no se conjuga en plural

En Comunidad Esperanza le dan la vuelta a la tortilla de los acompañantes psicológicos de la ocupación: la culpabilidad del insolvente y la constante sensación de amenaza. 
«Es una sorpresa muy agradable el contraste entre la actitud de estos chavales y la de muchos adultos«, sostiene Rodríguez. «Te quedas muy sorprendido también cuando tienen algún problema en el colegio, con niños de fuera de la comunidad».
Por ejemplo, cuando les llaman «okupas»
«Hace poco», cuenta Rodríguez, «un niño me enseñaba una redacción que hizo en el colegio para contestar a eso. Ponía: 
‘Nosotros no somos okupas. Hemos expropiado una casa’”.

FAGC: Las Ideas y los Hechos (Col.lectiu Bauma)

Las compas del Col.lectiu Bauma se han tomado la molestia y el trabajo de compilar y editar este libro con algunos de los textos de la FAGC, que sirven como bitácora de nuestra andadura. Esta es la reseña que le han hecho a este bonito libro (recordamos, por cierto, que como todos los libros vinculados con nosotras, ningún miembro de la federación ha percibido ni un euro por ellos). 
FAGC: Las Ideas y los Hechos és un llibre escrit des de la Federación de Anarquistas de Gran Canaria, una organització que, en la seva curta vida, ha aconseguit l’okupació d’immobles més gran de l’Estat espanyol i revolucionar consciències tot demanant que l’anarquisme surti del ghetto i torni al carrer, entre altres coses.
Siendo honestas, nuestra estrategia, tan definida sobre todo vista desde fuera, se va conformando con los hechos,  con la realidad, con lo vivido; a base de golpes, palos, heridas y decepciones. Planificamos metas, pero hemos de  improvisar las formas de llegar siguiendo el latido de las circunstancias, los biorritmos de la calle”
De forma horitzontal i autogestionària neix el 2013 la Comunidad la Esperanza, el projecte d’okupació més gran de l’Estat espanyol, amb 73 familias sense recursos (unes 260 persones, de les quals 160 són infants). Avui estan en risc de desallotjament.

Aquesta és una de las experiències més destacades de la Federación Anarquista de Gran Canaria, una meravellosa sorpresa par a l’anarquisme i  la lluita social dels nostres dias.
Amb la mirada clara, amb humilitat i molta feina dibuixen idees i fets que ens retornen l’esperança.
 
Hi trobareu una selecció dels seus millors articles i tuits que ens animen a la reflexió i l’acció.
En este lustro de lucha hemos esquivado bastantes balas, hemos desarrollado un trabajo agotador, extenuante, y la represión se ha cebado con nosotros; hemos parado desahucios, la mayoría de las veces tirando más de las herramientas, el ingenio y la voluntad que del apoyo de las organizaciones políticas; hemos ocupado cientos de inmuebles en los que hemos realojado a un millar de personas, mientras nos reunimos como bandoleros en los campos por la inseguridad de tener una sede fija; hemos iniciado e impulsado la ocupación más grande del Estado y hemos pagado su precio en sudor y experiencia; hemos hecho muchas cosas que aún saben a poco

Naturaleza de la OEP

El gran volumen de trabajo que se nos ha presentado dados los últimos acontecimientos nos ha impedido armar la Oficina de Expropiación Popular y dotarla de todos sus recursos. Por eso seguimos articulando la lucha a través de la antigua estructura de la federación. Sin embargo, estas jornadas de trabajo intensivo nos han ayudado a seguir profundizando en cuál debe ser la naturaleza de la OEP.
Aclaramos por tanto que la OEP no se basará en mecenazgos o tutelajes de ningún tipo; se encargará de asesorar, apoyar, acompañar, implicarse y compartir herramientas con los afectados, pero son estos mismos afectados los únicos que podrán elegir hasta dónde quieren llegar en su lucha. La OEP nunca podrá ir más lejos de lo que estén dispuestos los propios afectados. 

Para bien o para mal ellos elegirán en qué frente plantar batalla, cuándo rendirse y cuándo continuar. La OEP por su parte sólo decidirá qué tipo de colaboración aportar y cómo gestionar sus propios recursos. Decidirá sobre sí misma no sobre cómo actuarán quienes se acerquen a ella.
Es por otra parte un organismo abierto y amplio, por lo cual su propia naturaleza la irán determinando quienes vayan sumándose a él. No obstante, creíamos necesario aclarar este punto. Creamos una herramienta nueva, y si como FAGC no reclamamos méritos propios y tampoco vemos necesario pasar al otro extremo y atribuirnos potenciales errores ajenos, creemos que la OEP debe aspirar a tener la misma independencia y a garantizársela a sus participantes y colaboradoras. 

Día 14: La Esperanza Resiste (en imágenes)

Se cumplió el día 14 y los vecinos siguen en sus casas. Ya se los advertíamos hace un mes exacto: un decreto administrativo no basta para un desalojo. La intención del alcalde era asustarlos y que abandonaran el inmueble por su propio pie para ahorrarse un largo proceso de desahucio judicial; pero no le ha funcionado. El 14 los vecinos no se despertaban con la idea de abandonar sus casas; se despertaban con la idea de tenerlo todo preparado para el desayuno comunitario al que ibamos a invitar a todos los que quisieran acercarse, a los colectivos sociales y a los medios. Vista los escasos recursos de los vecinos, la FAGC contribuyó con 40 euros en churros para que nadie se quedara sin desayuno, y el día antes los propios vecinos de la Comunidad hicieron una colecta entre todos para comprar la leche y el chocolate. Tenía que ser un día trágico, pero lo convertimos en una celebración de nuestra fuerza colectiva. 
Mucho ha cambiado el estado de ánimo desde hace un mes. Esos vecinos que buscaban la mejor ubicación para fabricarse una chabola, esos niños llorando sin saber si podrían terminar sus estudios, ahora saben que aún queda mucha guerra que dar, se sienten fuertes, con posibilidades y sobre todo con capacidad de resistir. Hemos invertido este mes en recuperar la esperanza. Sin embargo, no echamos las campanas al vuelo. Esto es sólo un mes de lucha; el primero de muchos. Con las promesas de los políticos, la repercusión, podríamos realajarnos y creer que ya está todo hecho. Es lo que le interesa a los mecanismo del poder. No podemos aflojar el pistón, hemos de ir a más. Vamos a reunirnos con quienes nos apoyan y diseñaremos un nuevo calendario de movilizaciones, aún más ambicioso. Si de las reuniones con los políticos no sale un acuerdo satisfactorio en firme, seguiremos gritando en las calles hasta que se les haga imposible no oírnos. ¡La Esperanza sigue en LUCHA!

Día 13: Ahogamos al Ayuntamiento en papel (en imágenes)

A las 9:00 de la mañana una columna partía de la Comunidad para entregar los 42 recursos de reposición que tocaba entregar en el ayuntamiento del municipio para paralizar el decreto de desalojo firmado por el alcalde Pedro Rodríguez. Esta es la crónica en imágenes:
Se dan las últimas indicaciones antes de entregar los recursos

Hacemos piña lo momentos previos
Mostrando el recurso a los medios
Entrando al ayuntamiento «con estilo»
Desde primera hora lxs estudiantes de Educación Social de la ULPGC nos acompañan
Concentrados delante del ayuntamiento
Empezamos a tomar posiciones frente a las ventanas del consistorio
«¿Qué pasa, qué pasa? ¡Qué Pedro nos desahucia!»
Terminados los trámites volvemos a la Comunidad y enseñamos a los estudiantes cómo es la vida en «La Esperanza»
Foto de familia en el portón
Los ánimos están altos y espontáneamente los vecinos clavan sus pancartas al portón

[youtube=https://www.youtube.com/watch?v=ERBRvmUQVis&w=320&h=266]

11 de Abril: Memorable día de Lucha (en imágenes)

Manifiesto que se leyó en varios momentos de la concentración:

El pasado 14 de Marzo una veintena de vecinos de la Comunidad “La Esperanza” (la comunidad ocupada y autogestionada más grande del Estado) recibían una notificación administrativa en las que se les informaba del decreto del alcalde de Guía Pedro Rodríguez: este decreto les daba un mes para abandonar sus casas y les amenazaba con cortarles el agua y la luz.
Los vecinos siempre hemos reclamado que nuestras viviendas pasen a ser vivienda pública en régimen de alquiler social y que con nuestros alquileres se pueda resarcir a la decena de compradores que invirtieron en el edificio. Así mismo hemos reclamado que se regularice el suministro de gua y luz, para que se nos ponga un contador y poder sufragar la electricidad, y para tener agua corriente y dejar de pagar las caras cubas que diariamente nos abastecen. Desde mediados del 2014 hemos puesto encima de la mesa estas reivindicaciones al alcalde Pedro Rodríguez y siempre hizo oídos sordos.
Hoy pretende echarnos de nuestras casas. Así que elevamos nuestra protesta y nuestras reclamaciones al mismo Gobierno de Canarias. Le exigimos a su Presidente Fernando Clavijo (CC), a su Consejera de Vivienda Patricia Hernández (PSOE) y también al Presidente del Cabildo Antonio Morales (NC), que dejen de guardar silencio ante esta situación y se pronuncien de una maldita vez.

No pueden desalojarnos, a 77 familias, 202 personas, con más de 100 menores, sin garantizarnos antes una alternativa habitacional digna y asequible a nuestros reducidos ingresos. Han sido sus políticas, las que nos han tenido años en paro, las que nos han hecho imposible el acceso a una vivienda, las que nos han obligado a tomar el techo que desde las instituciones se nos negaba. Ahora no pueden mirar hacia otro lado.
Acusamos directamente a Nueva Canarias, y a todos quienes comparten con ellos labores de gobierno y mantienen la boca cerrada, de firmar acuerdos contra los desahucios y contra la pobreza energética y al mismo tiempo intentar batir el record del mayor desahucio masivo de todo el Estado español: primero en la Esperanza con más de 200 personas y luego en Brisas de Sardina con otras tantas.
No vamos a permitir impunemente que se nos eche de nuestras casas. Reclamamos que se nos dé una alternativa habitacional ya o que nos dejen seguir dónde estábamos. Hasta que no suceda una de estas dos cosas LA CALLE SEGUIRÁ GRITANDO.
Ningún desalojo sin respuesta.
Preparando el «material de guerra»

Más munición

Algunas de las «madres coraje» de la Comunidad antes de salir de Guía

Comienza el ruido frente al Gobierno de Canarias

La concentración empieza a aumentar de número, llegan más vecinos y sobre todo estudiantes de la ULPGC

Se habla claro, se grita mucho

«Gobierno, escucha, La Esperanza está en lucha»

Foto de familia. Agradecidos a todas las personas y colectivos que acudieron

A mitad de la concetración interceptamos a la consejera de vivienda del Gobierno de Canarias Patricia Hernández y le hacemos escuchar nuestras exigencias. Dice, ante los medios, que «no se puede desalojar a 200 personas». Seguiremos presionando, no hay otra forma de que no sean sólo palabras

Última foto antes de abandonar el Gobierno de Canarias

Nos trasladamos al Cabildo, donde nos enteramos que hay reunión de alcaldes

Nos apostamos frente a la entrada principal

Leemos nuestro manifiesto nuevamente ante los medios

Pedro Rodríguez, el alcalde que quiere desalojarnos, se escabulle por la puerta trasera. Pero nos topamos con Fernando Clavijo, presidente del gobiern autonómico

El político afirma, también ante los medios: «si no hay denuncia de la propietaria no entiendo el decreto». A pesar de las espectativas generadas ni echamos las campanas al vuelo, ni consideramos esto una victoria, ni tenemos la confianza que aducen los medios. Las palabras sólo valen si se acompañan de hechos y se mantienen cuando se apagan las cámaras y los focos. Aún así, gran día de lucha; uno de los cientos que nos quedan por delante.

Una de las muchas crónicas que han hecho los medios de la concentración: La ‘Esperanza’ se planta delante del Gobierno de Canarias (Canarias Ahora)

Cartelería y galería de fotos de la Comunidad

Acude mañana día 11 a partir de las 9:00 a.m. al Gobierno de Canarias

 

También el 13 al ayto. de Guía y el 14 a la propia Comunidad (ambas convocatorias a las 9:00 a.m.)
 
Desde nuestra rueda de prensa no hemos parado de trabajar
  
Nuestro huerto sigue creciendo
Aquí embelleciendo el portón
Repintando las letras que nos identifican
 
El resultado
Seguimos luchando a pesar de la constante presencia policial

Difundiendo nuestra convocatoria y empapelando las calles
No estamos solas. Sentimos por ejemplo todo el calor de Barcelona (Banc Expropiat)
De los puentes a los tejados, toda la solidaridad de Catalunya
Con tanta fuerza, con tantos motivos, no podemos rendirnos
Tenemos demasiadas razones y cada vez más apoyos de todos los puntos de la isla
 
Por eso, «La Esperanza», hoy más que nunca, sigue y seguirá en pie

Cuando un ayuntamiento siembra el pánico

Cuando un ayuntamiento siembra el pánico
El 14 de marzo mi teléfono no paraba de sonar. Al otro lado, voces de vecinos desesperados. “Nos echan de casa” se podía entender entre el tumulto de gritos ahogados. Trate de informarme y de calmarlos, pero mi cabeza también había recibido una fuerte sacudida con la noticia. Eran los vecinos de la Comunidad “La Esperanza”, mis vecinos durante casi 2 años. Hacía escasos minutos, la policía local acababa de entregarles la notificación que contenía el decreto de Pedro Rodríguez (alcalde de Guía) donde se les comunicaba que tenían que abandonar sus viviendas en el plazo de un mes, y que les serían cortadas el agua y la luz. 
Al día siguiente la asamblea fue concurrida y solemne. Intenté tranquilizar a los vecinos, hacerles ver que teníamos opciones de resistir, que aún no habíamos perdido. 
Estas semanas han sido duras. Muchos llantos y muchas lágrimas. Desesperación y angustia. Ataques de ansiedad en niños que todavía no saben pronunciar “desahucio”. Personitas de 7 a 10 años preguntando en corrillo si el día del desalojo la policía vendrá con perros, si podrán despedirse de sus amigos, si suspenderán el curso cuando los “desalojen del colegio”. Niños de 15 años que me muestran sus notificaciones (sí, hay varios menores notificados) y que preguntan asustados si ellos también deben presentar recurso. 

Los adultos no han estado menos preocupados. Padres y madres de familia que no saben qué será de ellos y de sus hijos, que tienen miedo a que les corten el agua y la luz y a la posterior aparición fantasmasgórica de las asistentas sociales. Los rumores han hecho mucho daño, y la gente se martiriza pensando si el 14 de abril vendrán los antidisturbios de la Guardia Civil desde Tenerife para sacarlos por la fuerza. No tienen a dónde ir y la posibilidad los destroza.
El alcalde juega a la xenofobia y a la culpabilidad del insolvente. Le dice a sus vecinos que los de “La Esperanza” son “de fuera”, que no son “de los nuestros”, tratando de trasmitir que su suerte y su vida vale menos que la de los oriundos del municipio. Alimenta también los prejuicios más clasistas, provocando con su actitud ataques y comentarios contra esa gente de “barios marginados”, contra esos “pobretones”, esa “chusma”, esa “gentuza”. Y quien suscita esto es un político que aún no se ha mirado al espejo, y que si asumiera todas las corruptelas y trapicheos realizados por los de su gremio no se atrevería a mirar a estos vecinos por encima del hombro.
Por suerte sus argucias han dejado de tener efecto. Ya los vecinos no buscan cajas para poder conservar sus pocos enseres en caso de desalojo; ya no buscan maderas y planchas con las que poder improvisarse una chabola si los echan de sus casas; siguen teniendo miedo, pero ahora ese miedo pierde terreno ante el valor.
No tienen a dónde ir, no tienen alternativas, y ante ese acorralamiento sólo les queda sacar fuerzas de flaqueza y tirar para adelante. La necesidad crea al órgano. Luchan no sólo por convicción o arrojo, sino porque no tienen otra salida. Su alternativa es luchar o la calle, y ante ese panorama la opción no puede ser más dura pero tampoco más fácil. 
Ahora están bien organizados. Saben ya que legalmente tienen mucho camino que recorrer. Ejercen labores de secretariado ayudándonos a sacar adelante la multitud de recursos que tenemos redactados. Ya no les afectan los ataques clasistas y reaccionarios que se alientan desde las élites económicas locales; giran su cabeza y trabajan sin inmutarse. Han aprendido a desenvolverse ante los medios, y hablan a las cámaras cada vez con mayor soltura, pero conservando toda su verdad. Exprimen sus escuálidos bolsillos para hacer fotocopias y comprar cartuchos de tinta, y pegan y reparten carteles invitando a la población a ayudarles a tomar la calle. Se preparan para lanzarse a la protesta y la reivindicación, porque por sus hijas e hijos están dispuestos a plantar batalla en cualquier frente. Crean sus comisiones (como la de Información) y resucitan las que estaban oxidadas, porque saben que el enemigo los esperaba débiles y asustados y ahora toca convertirse en una maquinaria fuerte y bien engrasada.
Sí, durante unos 15 días ha cundido el pánico en muchos vecinos de la Comunidad. Ha sido duro y desolador. Pero hoy las lágrimas están secas, la angustia ahogada por la determinación y estos vecinos, que leen los apoyos desde Madrid, los abrazos desde Euskal Herria, la avalancha de afecto desde Catalunya, la fuerza en sí del resto del Estado, e incluso desde más lejos, desde el centro de Europa al otro lado del Atlántico, ya no se sienten solos. Saben que su causa es la de mucha gente, un nuevo asalto entre los poderosos y los que han sido desposeídos; y esta vez, con un poco de esperanza, quizás podamos ganar la batalla. Yo he vuelto a “La Esperanza” para recuperarla, ¿pueden, ustedes que me leen, permitirse perderla?
Ruymán Rodríguez

[1er Congreso FEL] Salutación Federación Anarquista de Gran Canaria

 Fuente: FEL
 
Salutación a la FEL en su I Congreso de la FAGC.
Federación Anarquista de Gran Canaria.
Desde la Federación Anarquista de Gran Canaria queremos enviar todo nuestro apoyo y ánimo a la Federación Estudiantil Libertaria en este su primer congreso.
Vemos con simpatía cómo dicha federación se va extendiendo cada vez más por todo el Estado y cómo a parte de desarrollar dinámicas propias se vuelca en la solidaridad hacia otras causas como pudimos comprobar nosotras misma el año pasado cuando nos prestó su solidaridad en plena oleada represiva a la FAGC.
Pero, entrando en cuestiones de fondo, ¿por qué apoyamos una iniciativa como la FEL? Creemos sinceramente que la tensión anarquista, la alternativa de sus prácticas y prédicas, es hoy en este campo más necesaria que nunca.
Estudiar significa hoy adquirir mañas productivas que nos hagan competentes en el mercado laboral. Nada tiene que ver con experimentar, descubrir, desarrollarse, crear, innovar y ni siquiera con la sana capacidad de resarcirse de un fracaso. Estudiar es capitalizarse, aprender la cultura de la rivalidad, la obediencia y la funcionalidad industrial. Estudiar es muy parecido a idiotizarse.

La educación, y el sistema que los Estados y las Iglesias han estructurado en torno a ella, nos arroja mucha luz sobre el asunto.
Bakunin nos hablaba de cómo el Estado quería mantener sometido al pueblo en la ignorancia, de cómo un pueblo ignorante era un pueblo obediente. Ciertamente esa fue la idea del poder durante siglos; hasta que recapacitó. Un pueblo ignorante también es a veces un pueblo silvestre, no domesticado, feroz. Las revoluciones se sucedían a pesar del oscurantismo y no pocas veces cargaban iconoclastamente contra los símbolos de su postergamiento intelectual. Cuando el poder detectó el peligro del autodidactismo y la amenaza de la formación en círculos obreros y de resistencia independientes a su control, fue cuando comprendió que más obediente que un pueblo ignorante era un pueblo sobre informado.
En ese sentido Godwin iba mejor encaminado, y ya advirtió a finales del siglo XVIII contra el sospechoso interés del Estado británico en la educación pública nacional. No en vano, la educación pública nace como respuesta, por parte de los Estados absolutistas, a la Revolución francesa. La mejor forma de conjurar su peligro era fabricar contrarrevolucionarios desde la cuna. El siglo XX no haría más que dotarla de su concepto fordista de producción en cadena aplicado a las mentes.
Hoy, nada ha cambiado. La educación es obligatoria a edades cada vez más tempranas. Interesa sobre todo la primaria y la secundaria, donde se moldeará el carácter y la ideología de los individuos. Los estudios superiores tendrán que tecnificarse y deshumanizarse, para impedir las aristas de creatividad. Y por si acaso algo de eso queda en el ambiente se hará una criba: después del instituto los pobres entrarán directamente a una formación laboral en la que no haya cabida para el pensamiento autónomo; las élites, más afines por extracción social al Sistema, son las que accederán a la universidad dónde, a pesar de lo restringido del ambiente, y de su acotamiento cada vez mayor, puede quedar algo de curiosidad creativa que bajo ningún concepto debe caer en manos obreras. Ese y no otro es el origen de las últimas reformas educativas y la subida de tasas.
Ese es su modelo. A vosotros, los jóvenes, los que os estáis formando, más fuera que dentro de sus escuelas, os toca romperlo, dinamitarlo desde dentro. Habéis conseguido meter la cabeza en su sistema educativo, seguramente con mucho esfuerzo. No os sentís parte de una élite sino de una clase social oprimida y aplastada. Sabéis que ya no os dominan con ignorancia sino inoculándoos sus “conocimientos”. Os mostráis escépticas en torno a sus saberes y sus métodos de enseñanza. Sois, simplemente por haberos constituido como federación y compartir vuestras negativas al Sistema, una amenaza a su adiestramiento. Habéis hecho bien en organizaros y en presentar batalla allí donde era necesario presentarla: sus viveros de ciudadanos modelos. Ahora os queda lo más importante: seguir creciendo y seguir trabajando para demostrar que otra forma de compartir conocimientos y experiencias, sin jerarquías ni cálculos capitalistas, es posible y necesaria. Os toca demostrar que vuestra generación no ha sido absorbida por su espectáculo, devorada por su consumo ni vencida por su sistema educativo. Sois la FEL, y eso significa que los estudiantes aún no han sido domesticados.
Un fuerte abrazo desde Gran Canaria, en el norte de África.
FAGC