FAGC: Las Ideas y los Hechos (Col.lectiu Bauma)

Las compas del Col.lectiu Bauma se han tomado la molestia y el trabajo de compilar y editar este libro con algunos de los textos de la FAGC, que sirven como bitácora de nuestra andadura. Esta es la reseña que le han hecho a este bonito libro (recordamos, por cierto, que como todos los libros vinculados con nosotras, ningún miembro de la federación ha percibido ni un euro por ellos). 
FAGC: Las Ideas y los Hechos és un llibre escrit des de la Federación de Anarquistas de Gran Canaria, una organització que, en la seva curta vida, ha aconseguit l’okupació d’immobles més gran de l’Estat espanyol i revolucionar consciències tot demanant que l’anarquisme surti del ghetto i torni al carrer, entre altres coses.
Siendo honestas, nuestra estrategia, tan definida sobre todo vista desde fuera, se va conformando con los hechos,  con la realidad, con lo vivido; a base de golpes, palos, heridas y decepciones. Planificamos metas, pero hemos de  improvisar las formas de llegar siguiendo el latido de las circunstancias, los biorritmos de la calle”
De forma horitzontal i autogestionària neix el 2013 la Comunidad la Esperanza, el projecte d’okupació més gran de l’Estat espanyol, amb 73 familias sense recursos (unes 260 persones, de les quals 160 són infants). Avui estan en risc de desallotjament.

Aquesta és una de las experiències més destacades de la Federación Anarquista de Gran Canaria, una meravellosa sorpresa par a l’anarquisme i  la lluita social dels nostres dias.
Amb la mirada clara, amb humilitat i molta feina dibuixen idees i fets que ens retornen l’esperança.
 
Hi trobareu una selecció dels seus millors articles i tuits que ens animen a la reflexió i l’acció.
En este lustro de lucha hemos esquivado bastantes balas, hemos desarrollado un trabajo agotador, extenuante, y la represión se ha cebado con nosotros; hemos parado desahucios, la mayoría de las veces tirando más de las herramientas, el ingenio y la voluntad que del apoyo de las organizaciones políticas; hemos ocupado cientos de inmuebles en los que hemos realojado a un millar de personas, mientras nos reunimos como bandoleros en los campos por la inseguridad de tener una sede fija; hemos iniciado e impulsado la ocupación más grande del Estado y hemos pagado su precio en sudor y experiencia; hemos hecho muchas cosas que aún saben a poco