Madres coraje, niños rebeldes y héroes sin empleo

Fuente: Playground

Madres coraje, niños rebeldes y héroes sin empleo: así sonríe la mayor comunidad ocupada de España

77 familias con 202 personas, más de la mitad menores, pueblan Comunidad Esperanza en Gran Canaria. Ahora enfrentan una amenaza de desahucio que puede ser socialmente catastrófica
I – CHOCOLATE CON CHURROS
La del pasado jueves fue una mañana especial en Comunidad Esperanza. Más de 40 euros puestos en común para churros, leche y chocolate hicieron posible uno de los mejores desayunos que se recuerdan allí.
La ocasión lo merecía en la mayor comunidad ocupada del estado español. Sus 202 vecinos celebraban la primera victoria sobre la amenaza de desahucio del ayuntamiento. Se cumplía esa mañana el plazo de un mes que el alcalde de Santa María de Guía (Gran Canaria), aduciendo motivos de inhabitabilidad, les había dado para abandonar sus casas.

Desde la Comunidad Esperanza niegan el argumento del consistorio, afirmando que las viviendas son perfectamente habitables. En un comunicado, lanzaban un claro mensaje al alcalde de Guía: «No ‘vele’ más por nuestra seguridad si eso pasa por mandarnos a morir o a vagar por la calle con nuestro centenar de hijos».

Con 77 familias y 202 vecinos, Comunidad Esperanza es la mayor ocupación colectiva del estado español. Tras un decreto municipal de desahucio, su futuro está en el aire

II – UN IMPULSO ANARQUISTA Y UN VECINDARIO INFRAVALORADO
¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de Comunidad Esperanza? Lo primero es explicar su nacimiento, algo que hace para nosotros Ruymán Rodríguez, miembro de la Federación Anarquista de Gran Canaria (FAGC), el colectivo impulsor de la comunidad. 
«Llevábamos desde mediados de 2011 volcados en el tema de la vivienda, y decidimos pasar de los piquetes antidesahucio al plan B: el realojo de familias a las que no se les pudo parar el desahucio», nos dice Rodriguez hablando de un feroz contexto: en 2012 Canarias era la quinta región con más desahucios de todo el estado, con hasta 24 ejecuciones diarias.

La Federación Anarquista de Gran Canaria es el colectivo impulsor de la comunidad. ¿El contexto? Canarias como quinta región con más desahucios de todo el estado, hasta 24 ejecuciones diarias

Fue tras uno de esos piquetes cuando conocieron la situación de cuatro bloques abandonados en el municipio. «A principios de 2013 negociamos con la propietaria, la empresa Piornedo, que había quebrado. Y llegamos a un acuerdo: como los inmuebles estaban siendo vandalizados y desvalijados, nosotros los ocuparíamos con familias sin recursos a cambio de habilitar y mantener los pisos«, cuenta.
Su nacimiento de la mano de la FAGC, y el apoyo de esta son, en opinión de Rodríguez, claves en la presente amenaza de desahucio. «Por un lado quieren dejar los bloques vacíos y libres de cargas para que la SAREB, el banco malo, pase a explotarlo. Por otro, conecta el decreto con la decisión de la FAGC de desvincularse de la Esperanza para que no se acusase a esta de estar ‘dirigidos políticamente'».

Llegaron a un acuerdo con la empresa propietaria, en quiebra: familias sin recursos ocuparían los pisos a cambio de habilitarlos y mantenerlos

«Queríamos que la comunidad se gestionase sin ningún referente. Menos de un mes después llegó el decreto de desahucio. Sabemos que el alcalde pregunta a los vecinos por la FAGC, y que esperó a ese momento para intentar ‘coger a los vecinos desprevenidos’… Pero no se esperaba esta respuesta, ni legal ni de movilización«, apunta Rodríguez.

El alcalde infravaloró a las vecinas y vecinos. No esperaba esta respuesta. Cuando interpusieron los recursos, dejaron al ayuntamiento sin grapas y sin tinta

El activista cree que «los políticos han infravalorado a los vecinos y vecinas. Y no solo a nivel de movilización en la calle. Cuando interpusimos los recursos, dejamos al ayuntamiento sin grapas y sin tinta. No esperaban ese aluvión de papel», cuenta.
Ruymán Rodríguez se muestra orgulloso de una comunidad que puede hacer una curiosa historia en el pueblo: «Hemos hecho concentraciones pero en Guía jamás ha habido una manifestación en toda su historia. La nuestra, si esto sigue así, sería la primera de la historia».

En Santa María de Guía de Gran Canaria jamás ha habido una manifestación en toda su historia

III – ASAMBLEA CONTRA LA POBREZA EXTREMA
 
¿Cómo es la vida en la Esperanza?
La comunidad se organiza en base al principio igualitario de dar y recibir en función de las necesidades de cada persona. En cuanto al agua, «viene por cubas, nos abastecemos con 27.000 litros diarios que cuestan 100 euros por día por los que cada vecino paga una contribución voluntaria de 30 euros al mes. Hay horario de racionamiento, no hay agua durante todo el día», cuenta Rodríguez. 
La luz es de obra, la que estaba en los bloques desde el principio de la ocupación pactada con la empresa propietaria.
«El modelo es comunitario, asambleario y horizontal», describe Rodríguez. « Demostramos que se puede convivir en una microsociedad libertaria, pero sobre todo lo interesante es que no es un modelo exclusivo para gente anarquista. No es una cosa de 10 o 20 convencidos que viven en un centro social. Son decenas de familias necesitadas«.

Se organizan en base al principio igualitario de dar y recibir en función de las necesidades de cada uno. Cada vecino paga una contribución voluntaria de 30 euros al mes

 
En Comunidad Esperanza, donde niegan ser «okupas ilegales», se hace una asamblea general el último domingo de cada mes, y extraordinarias si así lo requieren asuntos concretos. En ellas se deciden el suministro, mantenimiento, limpieza, movilizaciones o las posibles disputas por convivencia.
Hay distintas comisiones, que Rodríguez pasa a enumerar: «la de mantenimiento, la comisión de talleres de entretenimiento con actividades infantiles o el cine que hacemos los sábados, también hay comisión de formación y alfabetización, una comisión de realojo para tramitar la entrada de nuevas familias, la comisión de huertos, comisión de solidaridad para almacenar y repartir ropa o juguetes, la comisión de información y la comisión de fortificaciones por si acaso hubiera un desalojo violento«.

Todo se decide en asamblea. Hay comisiones de mantenimiento, de formación, alfabetización, entretenimiento, realojo, huertos, solidaridad, información y fortificaciones

«De las 77 familias que hay, es posible que con trabajo remunerado y cotizando haya entre 5 y 10, no más», calcula Rodríguez. El resto vive de la economía sumergida, recogiendo chatarra, cuidando ancianos o realizando labores de limpieza
Muchos tratan de sobrevivir con lo que perciben de la Renta Activa de Inserción para parados de más de 45 años, o con subsidios inferiores a 426 euros. Otros viven de chapuzas que les van saliendo. «La gran mayoría vive en pobreza extrema. No podrían pagar un alquiler y comer a la vez«, señala.

De las 77 familias que hay, no más de 10 tienen trabajo relativamente estable. El resto vive de la economía sumergida, recogiendo chatarra, cuidando ancianos, realizando labores de limpieza o con chapuzas que van saliendo. Si no fuera por Comunidad Esperanza, no podrían tener techo y comida a la vez

IV – AZUCENA, FRANCISCO, MANUEL, YLENIA
En Comunidad Esperanza la historia de exclusión social es común pero no por eso faltan los nombres propios
Como el de Azucena, una chica víctima de malos tratos y joven madre soltera. Estaba en un centro de acogida pero se le acabó el plazo legal de estancia y tuvo que salir. Ocupó una casa, la desahuciaron y en la calle contactó con la FAGC. Comunidad Esperanza es el único sitio que tiene para estar con sus 3 hijos. Ahora, según Rodríguez, es una de las más implicadas, siempre a punto para hacer carteles o coger el megáfono.

Azucena es víctima de malos tratos y joven madre soltera. Desahuciada anteriormente, la comunidad es el único sitio que tiene para estar con sus 3 hijos. Siempre está a punto para hacer carteles o coger el megáfono

O Francisco, un hombre de origen colombiano de más de 45 años con 4 hijos. Después de conseguir un trabajo como barrendero, se quedó sin empleo con la crisis. Sufrió un desahucio y se quedó en la calle. Ni su compañera ni él cobran ningún subsidio
O Manuel, albañil en paro desde hace 8 años. El único ingreso de su casa son los 200 euros de paro de su mujer. 
O Ylenia, madre soltera de una niña que teme que el decreto de desahucio favorezca una amenaza institucional a la custodia de sus pequeños.
Y cuando habla de sus críos, está hablando del gran tesoro de su vecindario.

Francisco, de origen colombiano, tiene más de 45 años y 4 hijos. Ni su compañera ni él cobran ningún subsidio. Manuel está en paro desde hace 8 años. Ylenia teme que la amenaza de desahucio haga peligrar la custodia de su pequeña

V – SEÑORITA, NOSOTROS NO SOMOS OKUPAS
Porque Comunidad Esperanza es insultantemente joven. De los 202 vecinos, más de la mitad son menores de edad
«Todos están empadronados y escolarizados, es una de las cosas que teníamos claras desde el principio», apunta Rodríguez, para quien «el caso de los niños es quizá uno de los puntos más luminosos de la ocupación».
Y no solo porque, como manifiesta, ellas y ellos «den lecciones constantes de tolerancia, antimachismo o antirracismo»
10 de ellos han nacido ya en Comunidad Esperanza. Muchos otros están creciendo y viviendo su infancia o adolescencia en un ambiente que no entiende el bienestar si no se conjuga en plural.

De los 202 vecinos, más de la mitad son menores de edad. Todos están escolarizados. 10 de ellos han nacido ya en Comunidad Esperanza. Muchos otros crecen en un ambiente que no entiende el bienestar si no se conjuga en plural

En Comunidad Esperanza le dan la vuelta a la tortilla de los acompañantes psicológicos de la ocupación: la culpabilidad del insolvente y la constante sensación de amenaza. 
«Es una sorpresa muy agradable el contraste entre la actitud de estos chavales y la de muchos adultos«, sostiene Rodríguez. «Te quedas muy sorprendido también cuando tienen algún problema en el colegio, con niños de fuera de la comunidad».
Por ejemplo, cuando les llaman «okupas»
«Hace poco», cuenta Rodríguez, «un niño me enseñaba una redacción que hizo en el colegio para contestar a eso. Ponía: 
‘Nosotros no somos okupas. Hemos expropiado una casa’”.

FAGC: Las Ideas y los Hechos (Col.lectiu Bauma)

Las compas del Col.lectiu Bauma se han tomado la molestia y el trabajo de compilar y editar este libro con algunos de los textos de la FAGC, que sirven como bitácora de nuestra andadura. Esta es la reseña que le han hecho a este bonito libro (recordamos, por cierto, que como todos los libros vinculados con nosotras, ningún miembro de la federación ha percibido ni un euro por ellos). 
FAGC: Las Ideas y los Hechos és un llibre escrit des de la Federación de Anarquistas de Gran Canaria, una organització que, en la seva curta vida, ha aconseguit l’okupació d’immobles més gran de l’Estat espanyol i revolucionar consciències tot demanant que l’anarquisme surti del ghetto i torni al carrer, entre altres coses.
Siendo honestas, nuestra estrategia, tan definida sobre todo vista desde fuera, se va conformando con los hechos,  con la realidad, con lo vivido; a base de golpes, palos, heridas y decepciones. Planificamos metas, pero hemos de  improvisar las formas de llegar siguiendo el latido de las circunstancias, los biorritmos de la calle”
De forma horitzontal i autogestionària neix el 2013 la Comunidad la Esperanza, el projecte d’okupació més gran de l’Estat espanyol, amb 73 familias sense recursos (unes 260 persones, de les quals 160 són infants). Avui estan en risc de desallotjament.

Aquesta és una de las experiències més destacades de la Federación Anarquista de Gran Canaria, una meravellosa sorpresa par a l’anarquisme i  la lluita social dels nostres dias.
Amb la mirada clara, amb humilitat i molta feina dibuixen idees i fets que ens retornen l’esperança.
 
Hi trobareu una selecció dels seus millors articles i tuits que ens animen a la reflexió i l’acció.
En este lustro de lucha hemos esquivado bastantes balas, hemos desarrollado un trabajo agotador, extenuante, y la represión se ha cebado con nosotros; hemos parado desahucios, la mayoría de las veces tirando más de las herramientas, el ingenio y la voluntad que del apoyo de las organizaciones políticas; hemos ocupado cientos de inmuebles en los que hemos realojado a un millar de personas, mientras nos reunimos como bandoleros en los campos por la inseguridad de tener una sede fija; hemos iniciado e impulsado la ocupación más grande del Estado y hemos pagado su precio en sudor y experiencia; hemos hecho muchas cosas que aún saben a poco

Reflexiones de la FAGC en las rrss sobre el 8 de marzo

Twitter: @FAGC_Anarquista
Facebook: Federación Anarquista de Gran Canaria organización y comunidad.  
 
 
Sí, sí, celebrad hoy el día de la mujer trabajadora; mañana las asesinadas, las explotadas, las violadas y prostituidas os darán exactamente igual. Todas esas mujeres que son obligadas a parir como máquinas de repuestos humanos tampoco os importarán. ¿El aborto es una elección? Ojalá lo fuera, pero donde yo vivo es supervivencia. ¿Día de la mujer trabajadora? ¿Y de la mujer indigente y de la esclava y de la parada? Sois incapaces de hacer algo que no huela a jodida clase media.

 

Se habla del día de la mujer trabajadora porque os importan mucho las mujeres, como si fueran mascotas, ¿os acordáis también de las presas y de las violadas en comisaría? ¿Hoy es el día de la mujer policía o de la detenida? ¿De la funcionaria de prisiones o de la presa? ¿De la asistente social o de la madre a la que la primera le quiere quitar sus hijos?

 

Un día de la mujer oprimida, de la mujer revolucionaria, sí tendría sentido. Y que ese día durara tanto como dura una vida.

Y tú no estás libre movimiento libertario. Hablas de feminismo y de feminicidios, y en nuestros ambientes se reproduce el machismo y no hay valor para enfrentarlo.

 

El occidental se repugna por la situación de la mujer lejos de sus fronteras mientras abofetea a su pareja. El libertario señala esta incongruencia mientras ignora lo que pasa en su CSO aprovechando la cercanía y la complicidad colectiva. Y mira con superioridad al analfabeto que ordena fregar a «su» pareja femenina, mientras él manda a la «suya» a pintar carteles.

 

Y en los abusos todo lo justifica el alcohol, la edad, la inexperiencia. Y mientras una persona se siente culpable por haber sido agredida.

 

Ese ambiente «libertario» no nos da menos asco que el de las tabernas taurinas, los clubes de patriotas y las peñas de babosos.

Nota a los medios comerciales

Ante el aluvión de correos, mensajes y llamadas que hemos recibido de los medios comerciales hemos decidido hacerles llegar esta pequeña nota:
Antes que nada les agradecemos su interés por el caso de Ruymán. El único dato nuevo es que el compañero sigue imputado y a espera de sentencia, pero que se ha denunciado de oficio al guardia civil que lo golpeó y estranguló en comisaría. El proceso no está cerrado y se presuponen nuevos juicios.
Sin embargo, la repercusión mediática la necesitábamos sobre todo antes del proceso, para denunciar la situación del compañero. Ahora, gracias al apoyo y la difusión popular, a la cobertura del movimiento libertario y también de los medios contra-informativos, se ha hecho el ruido necesario para que este abuso no se perpetrara en silencio.
Por ello, reiterando nuestro agradecimiento, dando por seguro que volveremos a coincidir en el futuro porque la imputación contra el compañero sigue ahí, debemos comunicarles que mientras no haya nuevas sobre el caso y volvamos a necesitar repercusión, sería más interesante que, por expreso deseo del principal afectado, invirtieran su esfuerzo informativo en dar cobertura a casos como el de las 80 familias que pueden ser desalojadas del edificio Brisas de Sardina (http://www.anarquistasgc.net/2016/02/ante-el-intento-de-desalojo-de-80.html) y a la multitud de injusticias que se dan todos los días en nuestro panorama social.
Salud.

Nuevo juicio contra Ruymán Rodríguez

Edición de Última Hora: El compañero Ruymán, aunque no ha sido absuelto y sigue con cargos, NO entrará en prisión provisional. En cambio, se ha imputado de oficio al guardia civil que lo torturó. Tomamos la noticia con cautela, pues aún estamos pendientes de sentencia y de nuevos juicios. Sin embargo, queremos agradecer desde aquí a todas esas compañeras y compañeros que con su increíble trabajo de difusión y presión han conseguido darle repercusión mediática a la situación del compañero hasta lograr que hoy no se encuentre entre rejas. Ninguno está afiliado a la FAGC, ni siquiera son de Canarias la mayoría, y sin embargo hoy los sentimos como la parte más importante de la FAGC: han sido nuestra voz, nuestros pulmones y, cuando todo pintaba peor, también nuestra esperanza. Seguimos luchando.


El año pasado (30 de abril de 2015) el compañero Ruymán fue detenido sin justificación alguna como parte de la campaña policial para desestabilizar el proyecto de la Comunidad “La Esperanza” (el propio compañero lo contó aquí: Torturas a un militante de la FAGC). Después de un período de deliberación, el juez acabó considerando que lo denunciado por la Guardia Civil como delito de “atentado a la autoridad” debía ser juzgado como una simple falta de “desobediencia”.

La Guardia Civil, cuyo principal interés en este caso es meter en prisión al compañero y sacarlo de circulación, recurrió la decisión judicial y llevó el caso al Provincial. El Provincial ha aceptado el recurso y ahora al compañero vuelve a imputársele un delito de “atentado a la autoridad”, y a pedírsele penas de prisión más la multa e indemnización correspondientes. El próximo juicio es este 16 de febrero (2016). Otro dato a destacar es que, curiosamente, el juez que rebajó la imputación de delito a falta ha sido sustituido y ahora lo juzgará otro magistrado.

Uno de los agentes que lo denuncia, el principal responsable de las torturas, no aporta como prueba de dicho “atentado” más que un parte de lesiones que se reduce, literalmente, a “una rozadura en el muslo”. El mismo declaró abiertamente, en los pasillos de juzgados, que si volvía a desestimarse el caso como delito contaba con todo el apoyo del cuerpo para volver a recurrir y llevarlo hasta el Supremo. Repetimos que todo es parte de una maniobra para neutralizar al compañero y sacarlo de la lucha social.
Parte de este despropósito es que al compañero le reclama la seguridad social los gastos médicos provocados por la asistencia que requirió después de las torturas recibidas (aquí se ven algunas de las lesiones: Evidencias fotográficas de las torturas).
A todo esto también se suma una oleada de denuncias administrativas demenciales, como la que reproducimos a continuación, en las que por ejemplo se le reclama que abone una multa de tráfico, a pesar de no tener vehículo ni carnet de conducir ni haber conducido nunca. Algunas de estas multas, que le llegan ahora, datan incluso desde el 2011 y provocan embargos, como esta misma, de hasta 220 euros:
Como vemos, a la represión puramente policial se suma la administrativa, que secuestra cuentas bancarias y nóminas y condena a la muerte civil a sus víctimas. Es una guerra de desgaste y agotamiento que obliga al afectado a defenderse en varios frentes y a iniciar una vía de reclamaciones que sólo suponen más gastos y un entorpecimiento de su actividad militante.
Como sabemos que esta lucha es larga repetimos nuestro llamado a la solidaridad hecho hace algunos meses (La FAGC y la Represión), para que si después de este juicio las cosas empeoran aún más, se le dé cobertura mediática al compañero y se le preste todo el apoyo que nos sea posible. Para al menos intentar que no les resulte tan fácil salirse con la suya.
Sé que no se puede competir contrar el formidable arsenal del que dispone la sociedad. Sé que seré vencido, que soy el más débil; pero espero haceros pagar cara vuestra victoria” (Octave Garnier, carta abierta al prefecto de policía, 19 de marzo de 1912). 
FAGC

La FAGC y la represión

La FAGC y la represión
Solicitud de apoyo mutuo
Durante los 4 años de existencia de la Federación Anarquista de Gran Canaria el encontronazo con la represión policial y judicial ha sido una constante. Cuando estábamos inmersos en una campaña puramente disolvente y atacábamos a las instituciones político-financieras, criticábamos a los movimientos sociales profesionalizados, reventábamos manifestaciones a los sindicatos amarillos, o hasta cuando iniciamos una campaña contra el matonismo policial, no sufrimos tanto los efectos de la represión cómo ahora, que nos centramos principalmente en realojar a familias sin recursos.
Las autoridades prefieren que los anarquistas quemen los cajeros de los bancos a que ocupen sus viviendas abandonadas y las socialicen. Lo primero entra dentro del guión, es la imagen que esperan, queda bien en las portadas de sus periódicos; lo segundo los descoloca, no saben cómo criminalizarlo y sienta además un fatal precedente.

En el último año y medio, justo cuando menos recursos tenemos y cuando la represión o el exceso de trabajo ha ido menguando nuestro número, es cuando hemos llevado a cabo nuestra actividad más frenética y productiva. Sería difícil enumerar el número de familias realojadas, más aún el de personas (calculamos que desde mediados del 2013 más de 400 personas han vivido bajo techo gracias a la FAGC), y también el de inmuebles expropiados (a partir de la misma fecha, más de 200 viviendas han sido socializadas en distintos puntos de la isla). El mayor número de realojos se han dado en este último año, realojando a 102 personas en un sólo trimestre.
Esta actividad, que arroja un saldo de resultados tan positivos (al menos numéricamente), también se cobra su cuota de sangre y represión. La FAGC es la punta de lanza de una campaña de realojo cuyas consecuencias represivas paga en solitario. Aunque mediáticamente tengamos que exigir medidas legalistas para regularizar la situación de los realojados, esto es sólo la parte final de nuestra “política de hechos consumados”1. La realidad es que llegamos a ese punto después de un corolario de acciones meditadamente ilegales. Sí, vivimos necesariamente al margen de la legalidad, quebrantándola de forma sistemática: abrimos viviendas abandonadas, cambiamos sus cerraduras, facilitamos si podemos suministro eléctrico y acuífero, etc. A parte de eso nos implicamos en la gestión de comunidades humanas (más públicas o más discretas), enfrentándonos el desafío de saciar necesidades básicas con las pocas herramientas de las que disponemos. Estamos en el filo de una navaja bastante afilada que siempre tiende a cortar por el mismo sitio.
Pero no somos mártires ni inconscientes. No hacemos esto víctimas de un rapto de locura, deseosos de inmolarnos o bajo la incapacidad de medir las consecuencias. Siempre hemos sabido a lo que nos exponíamos. Simplemente nos hemos visto obligados, por sensibilidad, compromiso y convicción, a ayudar a los más desfavorecidos. Barajábamos que para cuando el Sistema se dispusiera a enseñar los dientes compondríamos ya parte de una pequeña guerrilla; la realidad es que esto se ha convertido más bien en una batalla de francotiradores. Empero, hemos de reconocer que ya habíamos hecho este calculo. Sí, es mucho y muy gratificante el reconocimiento por el trabajo realizado; pero si no tenemos a nuestro alcance redes anti represivas previamente organizadas, las amenazas de cárcel, los juicios y detenciones deben cargarse siempre sobre las mismas espaldas. Sin una coordinación que tenga transcendencia fuera de lo local, no podemos dedicar todo nuestro tiempo y esfuerzo al frente de lucha de la vivienda y simultáneamente a organizar dichas redes de solidaridad.
Muchos de nuestros compañeros y compañeras han temido por su seguridad y han decidido bajarse del tren en marcha; muchos realojados, precisamente los más comprometidos con devolver la solidaridad recibida, han seguido el mismo camino. Los más vinculados a la FAGC pagan sin apenas apoyos el precio de una actividad comprometida y también el de estas comprensibles “deserciones”. Compañeros concretos, los que más dan la cara y se exponen, son asfixiados con sanciones administrativas (multas por alteración del orden público en lugares en los que ni siquiera estaban o por producir altercados en manifestaciones a las que ni siquiera pudieron acudir), denunciados ad nauseam por los más peregrinos motivos, acribillados con reclamaciones kafkianas derivadas de la represión2, etc. La idea es inmovilizarlos, ahogarlos en papel, desangrarlos económicamente. La burocracia es otra forma de reprimir. En el peor de los casos se atan las manos del afectado enredándolo en interminables recursos y gestiones legales, y se le obliga (a él y a su colectivo) a invertir sus escasos recursos en abogados, procuradores, tasas y multas (más de 560 euros hemos gastados los últimos dos meses); en el mejor, alguna condena de cárcel. Muchas denuncias se van archivando o sobreseyendo, pero aún se le exigen a uno de nuestros compañeros 5 años de cárcel. La situación económica ha sido tan dura (ya que hemos tenido que desviar casi todos nuestros fondos a contener la represión) que nuestro silencio cibernético de los últimos meses se debe en gran parte a que no hemos tenido medios ni para costearnos Internet.
Visto lo visto, no queda más que solicitar la solidaridad de quienes apoyan nuestra labor. Cuando hicimos circular el número de cuenta para apoyar a la Comunidad “la Esperanza” en un primer momento se pensó que una parte podría ir destinada para los gastos anti represivos. Sin embargo, la propia FAGC rápidamente decidió trazar la frontera: el dinero de esa cuenta iría destinado exclusivamente a los gastos (de agua y similares) de la Comunidad, para de esa forma evitar equívocos y delimitar prioridades. Lo propusimos en asamblea y los vecinos aceptaron. Por tanto, todo lo donado se ha dedicado exclusivamente a ese menester. Ahora la soga represiva estrecha su nudo y nos vemos obligados a repetir el llamamiento, pero en este caso para soportar el acoso jurídico-administrativo-policial al que es sometida la FAGC. Sinceramente no tenemos muchas esperanzas en esta iniciativa. Las compañeras y compañeros más generosos de todo el Estado (e incluso de Alemania) han hecho ya tremendos esfuerzos para solidarizarse con nuestra labor a través de sus aportaciones a la Comunidad. Son individuos, colectivos y sindicatos que no reciben subvenciones de ningún tipo y que dependen de su trabajo o de las contribuciones de sus componentes para sobrevivir. No pretendemos, por tanto, que nadie tenga que hacer dos veces el mismo esfuerzo. No obstante, y para que no quede constancia de no haber gastado este último cartucho, hacemos este último llamamiento de solidaridad:
1º Primero nos gustaría ir tejiendo esa red a la que nos referíamos. Contactar con compañeras y compañeros dispuestos a dar cobertura ante un posible recrudecimiento de la represión que hagan llegar la información al menos a los medios contra informativos. Gente dispuesta a levantar la voz para que nuestros compañeros no puedan ser represaliados en silencio.
2º Que cualquier compañera o compañero versado en temas legales, abogados y procuradores se ofrezcan a asesorar y, en caso de ser necesario, a colaborar a unos precios asumibles, lejos de la sangría a la que actualmente estamos siendo sometidos.
3º Mientras esto se articula, necesitamos colaboración económica para hacer frente al aluvión de gastos judiciales que se nos están presentando y que han ocasionado que actualmente los principales afectados tengan sus cuentas bancarias embargadas. Para ello abrimos una nueva cuenta (saneada y segura) para que quien lo desee puede hacernos llegar su solidaridad (cualquier duda sobre la cuenta ponerse en contacto con nosotros en anarquistasgc@gmail.com):
ES45 0239 2026 6130 4004 8866
Usaremos la baza de la solidaridad pero si no sale cómo esperamos, nada de preocuparse compañeras y compañeros; no hay nada que nos haga desviarnos de nuestro camino. Las tácticas cambiarán, los proyectos morirán con la misma facilidad con la que renacerán otros, recapacitaremos y trazaremos nuevas vías, lucharemos en otras partes y de otros modos, pero nunca pararemos, nunca desviaremos nuestros pasos de nuestro objetivo prioritario: aproximar, para todos los que quieran construirla y vivirla, un poco de dura y bella Anarquía.
Reprimiendo pueden hacer que nos replanteemos nuevas formas de asestar nuestros golpes, pero no pueden, porque son incapaces, desarmarnos. Quizás nos estén obligando a ser más imaginativos e ingeniosos, a simplemente inventar nuevas formas de lucha que ni su rodillo represivo pueda aplastar. Sí, la FAGC podrá desaparecer algún día o cambiar de nombre (¿qué importan las siglas?), pero el espíritu que la impulsa es más fuerte que los grilletes del Estado, que sus calabozos, sus cárceles y sus leyes. Ya pueden usar todo su papel matasellado y su acero porque ni hundiéndonos bajo los tomos de todas sus leyes ni encerrándonos tras sus barrotes van a lograr detenernos. Hay cosas que no mueren. 
______________
1Un banco o un organismo público jamás ofrecerá un alquiler social si no se le somete a esta política. No se les puede “pedir” la concesión de un alquiler sobre casas vacías; si queremos obtenerlo hemos de hacerlo sobre viviendas previamente ocupadas y forzarles a concederlo como única forma de resolver el conflicto. Su egoísmo intrínseco les hará optar por el “mal menor”.
2Advertimos: si la policía os agrade y no estáis de acuerdo con el parte de lesiones realizado durante la detención y decidís ir por vuestra cuenta a urgencias o al médico de cabecera, al referir que es una agresión se os cobrarán los gastos si en el plazo que os exige la seguridad social no presentáis la denuncia. Tres reclamaciones y amenazas de embargo tiene uno de nuestros compañeros que no ha conseguido hacer entender a ningún funcionario que aún está intentado reunir el dinero para interponer una querella en condiciones.

¡NOELIA LIBERTAD!

“Si se me preguntara: ¿Qué podría hacerse para mejorar el régimen penitenciario?, ¡Nada! –respondería– porque no es posible mejorar una prisión” (P.A. Kropotkin, Las Prisiones, 1887).
No se puede reformar una institución que debería ser destruida. No se puede humanizar la tortura, como no se puede racionalizar la guerra sin perfeccionarla. El Sistema que genera necesidad castiga el robo; los Estados que apuntan con sus misiles persiguen la violencia; una Sociedad machista y patriarcal se inhibe de los uxoricidios; una Civilización que habla de “libertad, igualdad y fraternidad” cierra a cerrojo sus fronteras y sepulta seres humanos en la fosa del Atlántico; un mundo que condena el terrorismo usa para “protegerse” a una banda armada (policía) que tortura, secuestra, viola y hace desaparecer detenidos; un sistema de valores fundamentado en el “no matarás” usa como garante de sí mismo el “matarás en defensa del órden público, de la Patria, de la Religión o de la Propiedad”.
Una sociedad que guerrea, que mata de hambre o de exclusión, que enloquece y explota económica, sexual o racialmente a sus miembros, carece de legitimidad para aplicar castigo alguno a quienes nos atrevemos a vulnerar sus normas. Como decía Albert Camus (El Hombre Rebelde, 1951): “¡Abrid las cárceles o de lo contrario suministrad la prueba, imposible, de vuestra propia virtud!”.
¡Libertad para Noelia!
¡Libertad para todos aquellxs que la Sociedad prefiere enjaular que comprender, ayudar y afrontar!

Más información sobre la situación de Noelia en: http://carceligualtortura.blogspot.com.es/
Si queréis escribirle podéis hacerlo a:
Noelia Cotelo Riveiro
CP Brieva
Ctra Vicolozano; 05194
Brieva (Ávila)
Y recordemos que si estar preso es de por sí una experiencia terroríficamente traumática, el Estado conoce los mecanismos para agravar aún más está situación cuando se es mujer.

Entrevista del Portal Libertario OACA a la FAGC

Desde el Portal Libertario OACA teníamos mucho interés en conocer algo más a los compañeros y compañeras de la Federación de Anarquistas Gran Canaria (FAGC – http://www.anarquistasgc.net/) por su incansable actividad en los últimos meses y sus ejemplares iniciativas en el contexto libertario.
Amablemente nos han respondido al cuestionario enviado para conocer cuál es su origen, los proyectos que desarrollan, su percepción sobre el 14-N y su visión sobre el movimiento anarquista, tanto en Gran Canaria, como de forma general.
Solo nos queda agradecer el tiempo y el esfuerzo a la FAGC por esta colaboración más que interesante.
Pregunta: Nos gustaría comenzar porque nos contarais cómo y por qué surge la FAGC y cómo os organizáis en la actualidad.
Respuesta: La verdad es que la FAGC surge, en un primer estadio, de una forma casi intuitiva. El año pasado, en pleno verano, en el contexto del 15-M, algunos compañeros que se declaraban abiertamente como anarquistas fueron llamando la atención de otros compañeros más “discretos” y también de mucha otra gente que hasta entonces no había tenido contacto con las ideas libertarias. Previamente al 15-M la mayoría desconocía la existencia de los otros. La empatía y afinidad nos llevó a converger, a tener la necesidad de encontrarnos; eso sí, en un principio, de una forma totalmente desestructurada. Por entonces nos llamaban “El Bloque Negro”, nos reuníamos para encontrar formas de radicalizar la situación social y, opuestos a tratar cualquier tema referente al 15-M (siempre nos dio alergia cualquier clase de dirigismo), ver cómo podíamos desarrollar dinámicas propias. Cuando, por decirlo de alguna manera, la actividad desarrollada de forma individual en el 15-M empezó a “quedársenos pequeña” y sentimos la necesidad de realizar acciones conjuntas que no podían englobarse dentro de este movimiento, empezamos a albergar la idea de formalizar el grupo. Teniendo en cuenta que confluían grupos de distintos puntos de la isla, y que coincidían individualidades con organizaciones de nuevo cuño y otras históricas, la fórmula de la Federación se nos antojó la más adecuada. Grosso modo así surgió la FAGC.

En la actualidad la dinámica organizativa es prácticamente la misma. Sigue estando compuesta por grupos e individuos de distintos puntos de la isla, por personas y colectivos con diversas experiencias, sensibilidades y preferencias, pero es cierto que nuestro nivel de cohesión interna y compromiso ha acabado trasmitiendo la sensación (tanto a nivel externo como interno) de que somos más bien un colectivo en sí mismo que una aglutinación de grupos. Sin embargo, el interés por la coordinación entre los diversos grupos libertarios no ha desaparecido.
P: En los últimos meses estáis demostrando una actividad incansable con iniciativas muy interesantes. Podéis describirnos ¿qué hacéis y cuáles son vuestros proyectos y frentes abiertos?
R: Pues la verdad es que es una lista amplia (dicen por ahí que padecemos de “hiperactividad”). Por un lado tenemos el proyecto de “Libera la Tierra”, dirigido especialmente a personas sin recursos, y que consiste en ocupar tierras abandonadas (por nuestra parte, sin respetar ni atender a ningún tipo de prescripción legal) y en potenciar el autoabastecimiento a través de la premisa más igualitaria y eficaz: “Haz según puedas y recibe según necesites”. Esto significa que saciadas las necesidades de los que tienen la oportunidad de trabajar, el resto se reparte entre los que aún no han podido hacerlo. Esperamos que al comenzar el próximo año podamos obtener y repartir nuevamente una parte de lo cosechado (la otra irá a parar a las personas con dificultades económicas que ya están trabajando con nosotros).
También hemos puesto en marcha la creación de un subgrupo (iniciado por la FAGC pero abierto a todo aquel que se interese) dedicado específicamente a combatir los desahucios. Sabemos de la existencia de plataformas y grupos dedicados ya a esta problemática, pero nuestra idea es implementar la combatividad, abrir el abanico de opciones de resistencia (más allá de las vías legales) y poner en marchar iniciativas integrales, de calado profundo, que supongan un verdadero desafío para el poder financiero y judicial: hablamos de la Huelga de Alquileres.
Hemos iniciado además otra iniciativa bastante relacionada con la anterior: se trata de una Campaña Contra el Poder Financiero, que se basa principalmente en actos de denuncia de las diversas entidades bancarias a través de actos de Acción Directa.
Mantenemos también latente, sobre todo ante la oleada de juicios que se avecinan (aún estamos pendientes del juicio de dos compañeros detenidos durante la carga policial el día de solidaridad con la lucha minera [18-J]), nuestra Campaña Anti-represiva, centrada en evidenciar la naturaleza coactiva de las instituciones gubernamentales y en especial de la policía. La idea-fuerza es movilizar a los barrios contra la presencia policial y generar redes de solidaridad para con los represaliados.
Aunque no son nuestro principal objetivo, continuamos también nuestra campaña de desenmascaramiento de los principales sindicatos amarillos, pues consideramos que son uno de los más importantes palos en la rueda que actualmente tiene el Movimiento Obrero. La última vez este mismo 14 de noviembre.
Continuamos además difundiendo las ideas y la sensibilidad ácrata a través de un programa de radio semanal (“Voces Libertarias”), de las actualizaciones constantes de nuestra web, y de hacer oír nuestra voz en todo foro que consideremos oportuno (desde las universidades hasta, sobre todo, los barrios).
Además de todo lo dicho, existe un proyecto de futuro (relacionado con la habilitación y liberalización de inmuebles) que, si sale bien, dotará al renovado Movimiento Libertario de la isla de una infraestructura bastante interesante, a largo plazo.
Y por supuesto nos mantenemos siempre expectantes y dispuestos a participar en lo que “surja” y lo que dicten los acontecimientos.
P:  De forma general y desde vuestra experiencia, ¿Cómo veis el movimiento libertario en Gran Canaria?
R: A diferencia de en otras partes, donde el Movimiento Anarquista se mantiene de forma constante pero sin irradiar excesiva fuerza, en Gran Canaria nuestro Movimiento siempre ha funcionado por “explosiones”: ha irrumpido con gran potencia, para desaparecer después con igual rapidez. Salvo las iniciativas del COA (Colectivo de Objeción y Antimilitarismo) en los 80-90, los distintos intentos de refundar la CNT en la isla, y algún grupo específico de acción directa, pocos proyectos libertarios han sobrevivido al año. Pocos lo han hecho con la misma energía con la que empezaron. La dinámica siempre ha sido decidirse por la vía de la “vela” (arroja luz débil pero continua) o la de la tea ardiente (iluminar con ferocidad para apagarse al instante). Desde la FAGC hemos intentado compaginar ambas vías. Acción prolongada, pero acción contundente.
Los miembros de la FAGC no hemos inventado nada, pero sí hemos comprobado que desde hace un año y medio algunas cosas han cambiado. La primera vez (creemos que en muchos años) que las banderas negras ondearon en estas calles (con motivo de la primera gran macro manifestación del 15-M) la gente se nos acercaba, por decenas, a preguntarnos qué significaban nuestras banderas. A su vez, decirse anarquista en una asamblea pública era decir una excentricidad para los desinformados o lanzar una amenaza para los mediáticamente “sobre informados”. Con el tiempo, la aparición de dicho trapo negro indica a todo el mundo que los anarquistas hemos hecho acto de presencia. El término mismo ha acabado siendo asimilado por una población que ya no lo ve ni como una rareza ni como una reliquia del pasado, y por unos movimientos sociales que, a gusto o a disgusto, han acabado aceptando que quienes lo portan son una realidad dentro de las alternativas que se ofrecen al sistema capitalista.
En conclusión, actualmente el Anarquismo ha dejado de ser en esta isla el reducto de francotiradores corajudos pero aislados, de colectivos inquietos pero atomizados, de grupúsculos meramente contemplativos y volcados hacia dentro, de cenáculos exclusivamente teóricos y filosóficos, y ha acabado siendo una opción combativa y transformadora. Actualmente se puede decir que en esta isla existe un Movimiento Anarquista, y seguirá existiendo más allá de la FAGC.
P: Centrándonos en la actualidad, la Huelga General del 14-N acaba de celebrarse, ¿qué lectura hacéis de ella? ¿Qué les dirías a esos trabajadores que no la secundaron porque dicen que no pueden permitirse un día sin salario?
R: A pesar del poco seguimiento de la Huelga en sí, parece ser que a nivel estatal los piquetes rayaron a altos niveles de conflictividad y que se desarrolló una gran combatividad tanto durante como después de las manifestaciones. Eso es un indicador de cómo podría radicalizarse la situación si la Huelga se prolongara durante días, si se tuviera el valor de declararla Indefinida y Salvaje.
Hablando de lo que vivimos aquí, se sucedieron unos hechos durante toda la jornada que marcan un hito de cara al futuro y suponen una ruptura irreversible con el pasado. Más allá de que los piquetes del Bloque Anarquista cortaran calles (en puntos de acceso industrial estratégico, fuera de la Capital) o de la actividad desarrollada ya en la ciudad (por ejemplo rompiendo el cordón que  UGT y CCOO tenían alrededor de Bankia), y siendo víctimas de un acoso y seguimiento policial inusitado (estuvimos escoltados durante toda la mañana, bajo amenazas declaradas de detención), los actos más destacados se sucedieron durante la gran manifestación de la tarde. La gente perdió el miedo a responsabilizar, de forma directa y contundente, a las entidades financieras. Perdieron el miedo a cargar contra ellas. A su vez ha sido una de las pocas veces que se ha hecho frente a la policía y que no se les ha permitido, gracias a la resistencia activa, cargar contra la manifestación. Por último es destacable el acto (que teníamos en mente desde hacía tiempo) en el que miembros de la FAGC (a los que se sumaron otros colectivos) tomaron la tarima monopolizada por los sindicatos amarillos y sus afines, y lanzamos un mensaje que invitaba a lo manumisión y a expresarse libremente sin esperar a que te cedan la palabra.
Sin embargo, lo más tristemente destacable de esta jornada de lucha en Gran Canaria es la detención arbitraria de dos compañeros de la CNT acusados de participar en determinados disturbios sucedidos durante la manifestación, en los que no tomaron la menor parte. Se trata de un montaje policial en toda regla (fueron detenidos mucho después de finalizada la manifestación y a gran distancia del lugar donde transcurrió la misma), de un ataque directo contra el Bloque Anarquista convocado ex professo para ese día (recordemos que llevaban acosándonos desde primera hora de la mañana). Aprovechamos la ocasión para agradeceros que os hayáis hecho eco del caso y para exigir, con todas nuestras fuerzas, que cese la represión contra ambos compañeros.
En cuanto a qué les diríamos a los obreros que se quedaron en casa para no perder permitirse ese día de salario (que porcentualmente se les quita mucho más que un solo día), más bien les dedicaríamos una reflexión general, dirigida también a esos otros obreros “concienciados” que quieren sacarlos a la calle. En primer lugar parece crudamente lógico que en la actual situación un obrero no pueda permitirse, no sólo perder 60 ó 120 euros, sino aparecer en una lista negra, ser candidato a un ERE y perder el empleo. Que no secunden la huelga es lógico, pues las medidas de presión y el miedo a las consecuencias son demasiados grandes. Nuestra visión simplista (nos referimos a los movimientos sociales en general), que los responsabiliza y culpa como tibios, inactivos y masoquistas, es demasiado complaciente… con nosotros mismos.
Si antes se secundaban las huelgas no era porque hubiera menos presiones por parte de la patronal, sino porque los huelguistas presionaban aún más. Ante el miedo que los patronos ejercían sobre los obreros, se respondía causándoles aún más miedo a dichos patronos. Nadie habla de “terror”, hablamos de contundencia, fuerza y presión. Las obreras y obreros no pueden secundar una huelga si creen que sólo será un acto de valor individual (no respaldado por el resto de compañeros) y si están convencidos que los propietarios tienen la sartén por el mango. Si el sabotaje se convirtiera en pan común, si algunas maquinarias quedaran inutilizadas o alguna nave industrial seriamente dañada, las trabajadoras y trabajadores verían lo conveniente de secundar la huelga, y los empresarios lo inconveniente de reprimirla.
P: Para finalizar nos gustaría detenernos un poco para saber vuestra percepción sobre el anarquismo en la coyuntura actual. ¿Qué podemos aportar en este momento? ¿Qué podemos hacer para recuperar la fuerza de antaño? ¿Qué errores debemos subsanar?
R: Creemos que en este momento podemos y tenemos el deber de aportarlo todo. Mientras que el resto de alternativas sociales tienen que recomponer su discurso sobre las bondades del “Estado del Bienestar” y darse cuenta de que no quieren un cambio real, sino simplemente volver a un pasado que ahora se imaginan “ideal”, y que no era más que el prolegómeno, prediseñado, de nuestro presente; nosotros no sufrimos ningún trauma al aceptar que todo Estado y todo totalitarismo económico (sea Capitalismo privado o de Estado) es nocivo. Muchos tienen que tratar de adecuar su mensaje desnaturalizándose de sus presupuestos iniciales; para nosotros, decir que toda política de gabinete es corrupta; que la vía parlamentaria es vía muerta (y a su vez homicida); que el poder financiero no se combate con nacionalizaciones y reformas, sino que se destruye con socializaciones; es algo que no tiene más dificultad que la de reafirmarse en lo ya sabido. No tener que alienarnos de lo que somos para ofrecer una alternativa viable a la totalidad de retos que nos acucian (asambleas populares como órganos de decisión ajenos al poder; libre federación de toda comunidad humana; autonomía individual para disentir incluso de dichas comunidades; autogestión y puesta en común de herramientas y recursos; acción directa y acuerdos libres como vía de resolución de los problemas; etc.), es algo que nos hace partir con ventaja con respecto al resto. Nuestros presupuestos ya no son consignas, ni fórmulas huecas; son soluciones reales a problemas reales. Tenemos todo que aportar porque cuando todas las demás opciones pactistas, institucionales, legalistas y económicamente privativas, han fracasado, no queda más remedio, para quienes sufren, que empezar a valorar o adoptar sus contrarias. Las herramientas anarquistas son las únicas que pueden deshacer este “nudo gordiano”; con independencia de que no se les dé tal nombre.
La fuerza de antaño sólo puede recuperarse si nos implicamos, con todas nuestras fuerzas, en dar solución a las necesidades y exigencias populares a través de nuestra propia metodología. Por ejemplo –y abordando de paso el tema de los errores a subsanar–, actualmente se discute mucho sobre “asistencialismo” y figurada “auto organización”, y ambas cosas –esgrimidas de determinada manera– parecen coartadas, amparadas en retorcer y desvirtuar conceptos ideológicos, para no tener que hacer nada. Quienes hablan de no implicarse en un cambio radical de la redistribución de la riqueza lo hacen porque las vías de la legalidad y la caridad les bastan para paliar una sangría social que no puede taponarse con paños calientes; empero, todavía son peores quienes usan la excusa de que sólo hay que sumarse a una causa social cuando ésta ya está en marcha, porque obliga a quienes sufren el hambre a tomar medidas contra ella antes siquiera de poder colocarse en pie. Cuando Kropotkin nos hablaba de que el primer problema que debía solventar una revolución era garantizar que el pueblo tuviera pan, no estaba lanzando un brindis al sol. Es muy fácil decir que los desposeídos, si quieren contar con nuestra colaboración, primero deben de empezar por organizarse, sin tener en cuenta si tienen la fuerza física  y la posibilidad de pensar en algo más que en el vacío de su estómago. Es como decirle a un enfermo que se ponga en pie antes siquiera de haber recuperado parte de su salud. Es, en definitiva, un pretexto clasista para inhibirse de un tema tan dramático que frisa entre la vida y la muerte, para poder excluirse de todo contacto con la miseria (pues le exigimos que deje de ser miseria [que haya dado solución a su escasez] para empezar a interesarnos por ella), para recluirse en circuitos de autosatisfacción donde el hambre es “cosa de otros”. Exigir (como nos recordaba Oscar Wilde) que los pobres, además de pobres, sean virtuosos, y que se levanten, antes siquiera de dejar de estar encorvados por su dolor de tripas, es un despropósito que sólo puede provenir de quienes viven ajenos a un estado de privación endémica y actualmente recrudecida.
Solucionar el tema de las necesidades básicas es consustancial, paralelo y simultáneo al tema de la Revolución, pues sólo se interesará por dar un paso más, no sólo quien tenga fuerzas para darlo, sino quien vea que los hechos futuros y extraordinarios se convierten en hechos presentes y rutinarios. La Revolución y la Anarquía han de vivirse y practicarse día a día, y sólo quienes la hayan visto en acción, quienes la hayan presenciado hecha carne, levantarán una barricada para defender, no una quimera, no una ilusión, sino algo tangible y palpable.
P: Pues nada más, muchas gracias de nuevo por el tiempo invertido y si queréis añadir algo más…
R: Sólo daros las gracias por esta oportunidad de expresarnos, por vuestra magnífica y comprometida labor de difusión y por este espacio.