El testimonio de un realojado

Buenas, voy a contaros un poco la que fue nuestra situación sin entrar en muchos detalles e intentando acortarla lo más posible, que no fue ni menos, ni más dramática que la de miles de familias que por desgracia pasan un bache en su vida y un día se encuentran «viviendo» en la calle. Por circustancias de desempleo y al no percibir ninguna ayuda, fuimos dando tumbos por muchos sitios, en uno de esos acabamos en Guía. Al no encontrar ninguna casa no tuvimos otra opción que entrar a vivir en una obra abandonada, donde tuvimos que sobrevivir entre los excrementos de las palomas, suciedad y gente que entraba a consumir y a otras muchas cosas mas. Cerré como pude la «vivienda» por llamarla de alguna manera, para que mi mujer estuviera un poco más a salvo. Pasabamos frío por las noches, al principio nos dabamos calor pegándonos el uno al otro encima de unos palés que nos hacían de cama, hasta que conseguimos mantas. Un lujo vamos. Hacíamos la comida en un bidón vacío de pintura. Allí eramos los únicos que vivíamos. Hicimos lo que pudimos para que eso se pareciera lo más posible a un hogar. Como opinión personal creo que un hogar lo crean las personas no el techo donde vivas.

Catorce de diciembre del 2015 mi mujer se quedo embarazada, fue la noticia más bonita de mi vida, solo empañada por la situación que vivíamos, fue como ver brillar el sol cuando solo te rodea oscuridad. Nos pasábamos todas las noches buscando en los contenedores comida, muebles… lo que fuese para sobrevivir, pero eso era solo para sobrevivir nosotros. Ahora había una vida más que venía a este mundo. Así nos pasamos muchos meses, demasiados creo yo. Por que nadie se merece vivir hoy en día de esa manera cuando lo que sobran son techos dignos. Hasta que conocimos a un miembro de la FAGC que sin pretensiones de ningún tipo y buscando nada más que el sacarnos del hoyo, nos dio la oportunidad de entrar a vivir en la ahora tan conocida, COMUNIDAD ESPERANZA. Gracias a eso ahora tenemos un techo digno donde esperamos ver nacer a nuestra hija y recuperar, cosa que no os conte antes a otras dos niñas que son por parte de mi mujer. Gracias a eso ahora podremos ser una bonita y gran familia numerosa. Comunidad esperanza, otro nombre no podría tener, GRACIAS, GRACIAS Y MIL GRACIAS.

                                                     
                                                                                                                                                    Gustavo

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Aquí vivían: