María y su hijo de 5 años vivían con el pánico de enfrentarse al desahucio que les fue comunicado judicialmente para este lunes día 14 de enero de 2019. Contactó con nosotras el jueves por la tarde-noche, a menos de 4 días del desahucio. María había sido asesorada de forma muy deficiente hasta entonces: se le había asegurado que su desahucio no iba a producirse, que iba a ser realojada, que su caso ya lo conocían las instituciones, y toda una serie de falsas promesas. Finalmente, el mismo jueves se le dijo que se preparara “para lo peor”. Todo eso, sumado al terror de perder a su hijo (un miedo que nos ha costado mucho mitigar), hizo que cuando llamó a nuestro teléfono estuviera verdaderamente desesperada.
Tenemos que ser sinceras: el jueves por la noche creíamos que era imposible salvar la situación. Hemos hecho cosas complicadas antes, pero pocas veces con tan poco margen y con circunstancias tan adversas. Nos repusimos de la congoja y pusimos en marcha una maquinaria bien engrasada: nuestro protocolo antidesahucios.
La vía legal estaba agotada. Aún así la abogada Isabel Saavedra redactó un recurso de urgencia intentado ganar algo de tiempo, aunque ella misma sabía que no iba a ser posible. Rápidamente, ya de noche, contactamos con la prensa, tanto directamente como a través de nuestro listado de correos. Teníamos 3 días para llegar a la opinión pública y que ésta ejerciera la presión necesaria para forzar la actuación de los responsables políticos. Empezamos a meter caña también por redes sociales, intentando alcanzar el clímax necesario para que nuestras demandas fueran escuchadas. Finalmente, tanto de forma informal como oficial, contactamos con responsables políticos a través de periodistas y contactos comunes. Por si todo eso fallaba, decidimos mantener los preparativos de un posible piquete antidesahucios.
Finalmente, casi de madrugada, el concejal de Cohesión Social del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Jacinto Ortega, llamó a María para comunicarle que el Ayuntamiento le ofrecía quedarse en un hostal hasta que se encontrara una solución definitiva a su situación. Lo tomamos con precaución hasta que fuera oficial, pero al menos ahora María y su hijo podían descansar tranquilos.
La noticia se confirmaría al día siguiente, primero en prensa y después a través de una nueva llamada a María: El Ayuntamiento buscará un alojamiento provisional a María del Pino y su niño.
Podría pensarse que estamos satisfechas con la actuación gubernamental, pero no es así. Para llegar a este punto se ha sometido a María a un sufrimiento innecesario. Durante el proceso la administración le dijo que se pusiera en contacto con los Servicios Sociales, desconociendo que ella ya estaba desde hace mucho tiempo siendo atendida por ellos. Se le pidió que buscase un alquiler, ignorando una realidad social tan palmaria como que a nadie con unos ingresos de 540 euros le ofertan alquiler alguno. Llegaron incluso a decirle que se fuera a Gánigo (un albergue para personas sin hogar) con su hijo de 5 años. Esta muestra de insensibilidad y falta de empatía no podemos, aunque lo intentáramos, olvidarla.
Muestra del mismo talante ha sido que Javier Doreste, primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, comunicara a los medios la posibilidad de un hostal para María antes de decírselo a la propia afectada.
A partir de los hechos relatados, nuestras conclusiones son las siguientes:
1º. Aparentemente se ha encontrado una solución temporal para María. Lo valoramos de forma positiva pero sin triunfalismos y, sobre todo, con desconfianza. Vigilaremos que este compromiso, que por ahora concuerda con nuestras exigencia iniciales, sea respetado. Sin embargo, no es una solución; sólo es un parche. No queremos estar pendientes de que el Ayuntamiento pague el hostal antes de encontrar una solución definitiva. No queremos que la amenaza de la intemperie se cierna de nuevo sobre las cabezas de María y su pequeño. Queremos una solución habitacional real a largo plazo.
2º. En vista de que María ya cuenta con una alternativa habitacional, aunque sea temporal, la FAGC y el SIGC anuncian que desconvocan el piquete antidesahucios que tenían preparado para mañana.
3º. Vivimos en Canarias una verdadera situación de emergencia habitacional y eso es lo que debería declararse. El Ayuntamiento de Las Palmas de G.C. no puede seguir ignorando esta situación. Poco nos importa a nosotras que sean un tripartito de izquierdas, que gobiernen con una retórica nueva o con la de siempre, que sean del cambio o del recambio. Las palabras no te cubren del frío ni evitan que tus hijos rompan a llorar ante la amenaza de un desahucio. Es vital que haya un protocolo antidesahucios eficiente, que no permita que ni una sola familia se quede en la calle por impago de unos alquileres que la especulación inmobiliaria, potenciada o ignorada por las instituciones públicas, está llevando a unos récords históricos. No puede ser que nuestros humildes colectivos, refractarios a recibir subvenciones, autofinanciándose a base de solidaridad colectiva y de unos ingresos propios muy magros, haya realojado a más personas e impedido más desahucios que todas las instituciones de Canarias juntas.
4º. Habrá colectivos y partidos que ahora correrán a ponerse ante los focos para colgarse medallas. Que lo hagan. Rechazamos las guerras de siglas. La calle sabe cuál es la verdad. Y es la calle la que nos interesa. Por nuestra parte no tenemos nada que celebrar mientras María no tenga un hogar estable, digno y seguro. Pero sí tenemos motivos por los que estar orgullosas. Estamos orgullosas de María, cuya fuerza de voluntad ha logrado gran parte de esta pequeña victoria. María a lo largo de su vida ha sufrido distintos episodios de violencia machista y patriarcal, desde malos tratos de su ex pareja a una agresión sexual de un compañero de piso. Han podido herirla, pero no derrotarla. Se ha negado a someterse a la revictimización de la indiferencia institucional, y ha dado la cara en cualquier foro y ante cualquier medio para denunciar su situación. Por nuestra parte, en 3 días hemos conseguido algo que parecía irrealizable, y eso es así porque sólo la lucha y la protesta hacen que lo que hoy parecía imposible mañana se torne posible. Sirvan este caso y todos los que tramitamos actualmente para demostrarle a nuestra empobrecida y maltratada sociedad canaria que sólo poniéndose en pie, exigiendo y no pidiendo, protestando y no suplicando, se pueden obtener resultados.
Seguimos y seguiremos luchando. Hasta que el techo sea un bien de primera necesidad al alcance de todas y no un activo financiero para inversores y especuladores.
Federación Anarquista de Gran Canaria
Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria