Diez familias canarias recuperan «La Ilusión»

Actualización: Una nueva familia se ha sumado al proyecto, una madre sin recursos con sus dos hijos. Ya son 11 familias, 41 personas, 20 de ellas menores.

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La pasada semana 7 familias, asesoradas y secundadas por el Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria, se han decidido a poner fin a su situación de indigencia y falta de alternativas habitacionales y han socializado un edificio de 15 viviendas abandonadas. Desde entonces ya se han sumado 3 familias más. Hablamos de 38 personas, 18 de ellas menores.

Estás familias, compuestas por personas desahuciadas, trabajadores en paro, mujeres embarazadas, parejas jóvenes que dormían en coches, han tomado la determinación de construir por sí mismas las soluciones que la administración les niega.

Algunos de los participantes de la última asamblea del SIGC dónde se tomó la resolución de expropiar la «La Ilusión».

Todas son demandantes de vivienda pública desde hace años, incluso décadas, sin que jamás hayan podido acceder a una vivienda de protección oficial. Vienen de barrios obreros, en condiciones de hacinamiento, con alquileres cada vez más altos y con salarios cada vez más bajos, cuando no inexistentes.

El inmueble expropiado ha sido absorbido por la SAREB (Sociedad de Activos procedentes de la Restructuración Bancaria), el conocido como «banco malo». La SAREB es una entidad semipública dedicada a tragarse los activos tóxicos de los bancos con el fin de sanear las cuentas del sector financiero. Es decir, es un monstruo inmobiliario que se nutre principalmente de inyecciones de dinero público y que asume las deudas que la banca rechaza. Su única intención es garantizar que los bancos mantengan su nivel de ingresos obligando a todos los contribuyentes a costear sus perdidas.

En cifras, la SAREB ha perdido casi 3.200 millones de euros, y almacena casi 30.000 inmuebles, en su mayoría de nueva construción. Antes de que estas viviendas sigan abandonadas, se destinen a la especulación, sean saqueadas, acaben en manos de fondos buitres o destinadas a alquiler vacacional, estas 10 familias se han decidido a tomar lo que es suyo, lo que es de todos. Su derecho a un techo es innegociable.

Están habilitando el inmueble, vivienda a vivienda, poco a poco, porque estaba en unas condiciones lamentables. 10 casas ya están habitadas, 2 son habitables y darán cobijo próximamente a algunas de las familias que la Comisión de Expropiación del SIGC tiene en su lista de Solicitantes de Vivienda, y otras 3 tienen que recuperarse todavía con mucho esfuerzo y trabajo. Pero estas valientes familias están dispuestas a asumir el reto y también todos los que se presenten de aquí en adelante. No van a rendirse ahora porque por fin han recuperado «La Ilusión».