Con el calor del verano no sólo salen las cucarachas corriendo por nuestras calles. En Madrid también va a aparecer en escena el sumo sacerdote de eso que llaman cristianismo romano o catolicismo. Con ésta visita alcanzamos el dudoso honor de ser el país más visitado por Ratzinger de toda la cristiandad, a pesar de que la última vez en Compostela y Barcelona no todo fueron palmas y ramas de olivo (http://ateos.org/?p=507). En la ciudad condal concretamente, fue curioso contemplar cómo a escasos metros de las manifestaciones de repulsa a su figura, vimos avanzar al papamóvil a tal velocidad que algunos/as no sabían si era Ratzinger o estaban rodando un remake de “La Cabina” de Jose Luis Lóp ez Vázquez.
No en vano este señor ya preconizó volando entre las dos ciudades que una ola de “laicismo agresivo”, similar a la de los años treinta, invadía España. Y se quedó tan ancho. Se refería a la época en que se les arrebató el monopolio educativo y sanitario, se legalizó el divorcio, se organizaron cementerios civiles, etc., mientras ellos hacían llamamientos a sus fieles para reinstaurar la monarquía, financiaban a los grupos fascistas que atacaban a los/as obreros/as organizados/as, y destinaban mucho dinero también a la causa de determinados militares que después organizarían el golpe contrarrevolucionario. Pero todavía se sorprenden hipócritamente de la agresividad de la clase trabajadora de entonces hacia ellos.