Cómo contrarrestar los efectos del gas lacrimógeno


A parte de lo que se comenta en la lámina de Anonymous (no vamos a entrar a valorar los comentarios “bien pensantes” que acompañan las ilustraciones), a continuación ampliamos un poco más la información con otros trucos, remedios y cosas a tener en cuenta.

Es cierto que los anti-ácidos son una buena manera de contrarrestar el gas lacrimógeno, pero también se han usado históricamente sus contrarios: el limón y el vinagre. Ambos productos sirven para empapar los pañuelos, bragas o mascarillas con que nos taparemos la boca. En el caso del limón suele ser recomendable además morderlo.

En caso de no de disponer de Almax o Maalox, siempre se puede usar bicarbonato sódico. El proceso es el mismo que el de la imagen: botella con pulverizador, agua potable y bicarbonato
El uso de mascarillas y gafas profesionales es, evidentemente, la mejor opción. En caso de andar faltos de recursos aquí explicamos cómo realizar una de elaboración casera: cómo hacerse una máscara antigás casera
En caso de llevar lentillas, quitároslas. Pueden provocar, por el efecto de los gases, ulceraciones en las córneas.
Intentar no frotarse ni restregarse los ojos. Agrava la situación.
Los gases son liposolubles, así que nunca hay que usar vaselinas como método de protección. Sólo conseguiremos impregnarnos más del tóxico.
Intentad, después de la exposición al gas, rehuir el agua caliente. Ésta dilata los poros y facilita la penetración del tóxico.
La posibilidad más productiva es intentar devolver los botes de gas lacrimógeno que nos envían. Es recomendable hacer esto cuando ya han empezado a soltar el gas, pues pueden combustionar al agarrarlos o patearlos (al hacer estos hay que tener presentes todas y cada una de las recomendaciones anteriores). Hay que tener en cuenta que suelen estar calientes, por lo que es aconsejable –a parte de para no dejar huellas– llevar a toda manifestación un par de guantes gruesos.