Fuente: FEL
Salutación a la FEL en su I Congreso de la FAGC.
Federación Anarquista de Gran Canaria.
Desde la Federación Anarquista de Gran  Canaria queremos enviar todo nuestro apoyo y ánimo a la Federación  Estudiantil Libertaria en este su primer congreso.
Vemos con simpatía cómo dicha federación  se va extendiendo cada vez más por todo el Estado y cómo a parte de  desarrollar dinámicas propias se vuelca en la solidaridad hacia otras  causas como pudimos comprobar nosotras misma el año pasado cuando nos  prestó su solidaridad en plena oleada represiva a la FAGC.
Pero, entrando en cuestiones de fondo,  ¿por qué apoyamos una iniciativa como la FEL? Creemos sinceramente que  la tensión anarquista, la alternativa de sus prácticas y prédicas, es  hoy en este campo más necesaria que nunca.
Estudiar significa hoy adquirir mañas  productivas que nos hagan competentes en el mercado laboral. Nada tiene  que ver con experimentar, descubrir, desarrollarse, crear, innovar y ni  siquiera con la sana capacidad de resarcirse de un fracaso. Estudiar es  capitalizarse, aprender la cultura de la rivalidad, la obediencia y la  funcionalidad industrial. Estudiar es muy parecido a idiotizarse.
La educación, y el sistema que los  Estados y las Iglesias han estructurado en torno a ella, nos arroja  mucha luz sobre el asunto.
Bakunin nos hablaba de cómo el Estado  quería mantener sometido al pueblo en la ignorancia, de cómo un pueblo  ignorante era un pueblo obediente. Ciertamente esa fue la idea del poder  durante siglos; hasta que recapacitó. Un pueblo ignorante también es a  veces un pueblo silvestre, no domesticado, feroz. Las revoluciones se  sucedían a pesar del oscurantismo y no pocas veces cargaban  iconoclastamente contra los símbolos de su postergamiento intelectual.  Cuando el poder detectó el peligro del autodidactismo y la amenaza de la  formación en círculos obreros y de resistencia independientes a su  control, fue cuando comprendió que más obediente que un pueblo ignorante  era un pueblo sobre informado.
En ese sentido Godwin iba mejor  encaminado, y ya advirtió a finales del siglo XVIII contra el sospechoso  interés del Estado británico en la educación pública nacional. No en  vano, la educación pública nace como respuesta, por parte de los Estados  absolutistas, a la Revolución francesa. La mejor forma de conjurar su  peligro era fabricar contrarrevolucionarios desde la cuna. El siglo XX  no haría más que dotarla de su concepto fordista de producción en cadena  aplicado a las mentes.
Hoy, nada ha cambiado. La educación es  obligatoria a edades cada vez más tempranas. Interesa sobre todo la  primaria y la secundaria, donde se moldeará el carácter y la ideología  de los individuos. Los estudios superiores tendrán que tecnificarse y  deshumanizarse, para impedir las aristas de creatividad. Y por si acaso  algo de eso queda en el ambiente se hará una criba: después del  instituto los pobres entrarán directamente a una formación laboral en la  que no haya cabida para el pensamiento autónomo; las élites, más afines  por extracción social al Sistema, son las que accederán a la  universidad dónde, a pesar de lo restringido del ambiente, y de su  acotamiento cada vez mayor, puede quedar algo de curiosidad creativa que  bajo ningún concepto debe caer en manos obreras. Ese y no otro es el  origen de las últimas reformas educativas y la subida de tasas.
Ese es su modelo. A vosotros, los  jóvenes, los que os estáis formando, más fuera que dentro de sus  escuelas, os toca romperlo, dinamitarlo desde dentro. Habéis conseguido  meter la cabeza en su sistema educativo, seguramente con mucho esfuerzo.  No os sentís parte de una élite sino de una clase social oprimida y  aplastada. Sabéis que ya no os dominan con ignorancia sino inoculándoos  sus “conocimientos”. Os mostráis escépticas en torno a sus saberes y sus  métodos de enseñanza. Sois, simplemente por haberos constituido como  federación y compartir vuestras negativas al Sistema, una amenaza a su  adiestramiento. Habéis hecho bien en organizaros y en presentar batalla  allí donde era necesario presentarla: sus viveros de ciudadanos modelos.  Ahora os queda lo más importante: seguir creciendo y seguir trabajando  para demostrar que otra forma de compartir conocimientos y experiencias,  sin jerarquías ni cálculos capitalistas, es posible y necesaria. Os  toca demostrar que vuestra generación no ha sido absorbida por su  espectáculo, devorada por su consumo ni vencida por su sistema  educativo. Sois la FEL, y eso significa que los estudiantes aún no han  sido domesticados.
Un fuerte abrazo desde Gran Canaria, en el norte de África.
FAGC
	
