En «La Esperanza» las alternativas de ocio se las tienen que fabricar los propios vecinos. Para entretener a los niños se hacen talleres de manualidades, obritas de teatro o como en este caso una escala en hi-fi, con una merienda final comunitaria:
Se arreglan y embellecen también las zonas comunes. En este caso las pocetas del patio:
Se hacen también muchos trabajos de albañilería, a golpes de imaginación, pericia y experiencia. Desde pequeños trabajos domésticos (como en las primeras fotos, fabricando estanterías con cajas de fruta) hasta construcciones de mayor envergadura (como el «tenderete», un porche construído para conversar con los vecinos y estrechar relaciones):
Tá mu chulo tó. ENorabuena.