Obra de teatro infantil: La Asamblea de los Animales

La siguiente obra de teatro la escribió un vecino de «La Esperanza» para que la interpretaran los niños de la Comunidad como parte del programa de ocio de la Comisión de Talleres. Se terminó de escribir a comienzos del 2015 y fue interpretada en ese verano. La idea era entretener a los niños, y de ser posible hacerlo sin embrutecerlos y también sin adoctrinarlos, pero poniendo sobre el escenario actitudes y principios fácilmente identificables. Hay que tener en cuenta que está pensada para que la interpreten niñas y niños en su mayoría menores de 12 años, por lo cual es deliberadamente corta (4 páginas, con media docena de diálogos por personaje), para facilitar que los niños se la aprendieran. También por eso se intenta usar un lenguaje lo más llano y coloquial posible, con algunos guiños a la forma de expresarse de los niños y alguna broma interna.
La Asamblea de los Animales
Obra en un acto
Dramatis personae:
El león egoísta
La serpiente perezosa
El mono juerguista
El burro trabajador
La oveja conformista
La cabra sabia
El perro honesto
Público: distintos animales aplaudiendo o abucheando las decisiones de la asamblea

Primer y único acto
Los animales con diálogo se encuentran sentados alrededor de una mesa. Cada uno en su silla, de cara al público. Con el tiempo se irán levantando. Los animales sin diálogo se amontonan a los dos lados de la mesa. Sentados en el suelo del escenario. El perro pasa a hacer la exposición inicial de la asamblea.
Perro: Vecinos, vecinas, animales todos. El invierno se acerca y hay muy poca comida para superarlo. ¿Qué podemos hacer?
(Pequeña pausa. Los animales se miran unos a otros pensativos).
Cabra: Creo que lo mejor sería empezar a reunir comida.
(El público aplaude: ¡Bravo! ¡Viva!).
Serpiente: ¿Y quién reunirá esa comida y cómo se repartirá?
Burro: Bueno… Yo creo que reunirla sería cosa de todos nosotros. ¿Cómo repartirla? Eso ya no sé…
Serpiente: ¿Nosotros? Shhhhhhhh. Conmigo no cuenten. Me duelen las piernas.
(Público: ¡Pero si no tiene piernas! Risas).
Mono: Aquí se hablá mucho de la comida, pero ¿y la bebida? También hay que divertirse. ¡Alegría! ¡Alegría!
Perro (interrumpiendo al mono): Estoy con el Burro. Creo que el trabajo nos toca a todos. Los más fuertes que den más y los más débiles menos. ¿Repartirla? Lo mismo. Los que tienen más cachorros más y los que tienen menos pues menos.
(Público: la mayoría aplaude).
Oveja: Estoy muy de acuerdo con el Perro. Es lo justo.
León (poniéndose en pie): En primer lugar, ¿por qué no podemos hacer trabajar a otros animales para nosotros? Por ejemplo, tú amigo Burro. Tú eres el más currante de todos nosotros. A ti se te da mejor. ¿No esperarán que yo con estás garras me ponga a cargar comida?
(Público: la mitad aplaude y la otra se queda callada).
Oveja: Estoy muy de acuerdo con el León. Es lo lógico.
León: ¿Y qué forma de repartir es esa? Los débiles, los que no pueden defenderse, no merecen nada. Repartamos la comida entre los fuertes (hace gestos enseñando los músculos y buscando el aplauso).
(Público: algunos aplauden y otros se miran con tono burlón).
Mono: Creo que si nos tomáramos una copita todo se vería más claro.
Burro: A mí no me importa trabajar, todos lo saben… Pero aquí todos tenemos cuatro patas (mira a la serpiente que le mira mal), ejem, bueno, casi todos… Entiendo que no trabajen los cachorritos, los viejitos y los enfermitos, pero ¿por qué no íbamos a trabajar todos los animales jóvenes y sanos?
Serpiente (para sí misma): Qué manía tiene la gente con hacer cosas cuando siempre puedes conseguir que algún tonto las haga por ti.
Cabra (que oye a la Serpiente): Trabajar no es obligatorio. Pero el que no trabaje, pudiendo hacerlo, que tampoco exija comida. He dicho.
(Público: aplauden todos).
Oveja: Como siempre amiga Cabra tienes razón. Yo iba a decir lo mismo justamente ahora.
Mono: Querida Oveja, ¿tú no tendrás ningún antepasado loro, verdad? (Mirando al público con tono burlón) Se repite más que el ajo, ja ja ja.
León: Vale, vale. Todos los que podamos trabajaremos por igual. Pero en lo de repartir no podéis negarme que tengo razón. Los fuertes merecemos más (vuelve a sacar músculo).
Mono (otra vez hablándole al público): El León es un motivado de la vida, ja ja ja ja.
(Público: se ríen todos).
Perro: Mono deja de burlarte de los compañeros o tendrás que abandonar la asamblea.
Mono: ¿Qué? ¿Cómo? Pero si soy el único que le da vidilla a este muermo. Pero me da igual. Ya me estaba aburriendo. ¡A la porra! (Deja su silla y se sienta junto al público).
Perro: Siguiendo con la propuesta del León. ¿Darle más al más fuerte? Eso significa darle más al que menos necesita. Además, el fuerte de hoy puede ser el débil de mañana. Todos podemos caer enfermos, partirnos una pata, y todos si tenemos suerte llegaremos a viejos. Nuestra fuerza está en permanecer unidos y ayudarnos los unos a los otros.
(Público: aplauden con fuerza).
Cabra: Amiga Oveja, ¿y tú qué opinas? Te hemos visto darle la razón a todo el mundo pero tu opinión propia aún no la conocemos.
Oveja: A ver. Yo creo que cuando uno tiene la razón, ese lleva la razón. Y cuando uno no lleva la razón, también puede tener su parte de razón. Si le das la razón a todo el mundo no quedas mal nunca. Así que estoy de acuerdo con todo lo que se ha dicho.
(El público la abuchea: ¡Fuera!).
Burro: Yo sólo soy un humilde trabajador pero pienso que en esta vida lo más importante es tener opinión propia.
(Público: aplausos y vítores).
Serpiente: Bueno si ya está todo claro demos la asamblea por terminada.
Cabra: Eh, pero si aún no hemos votado nada.
(El Mono no para de molestar a los otros animales del público: los despioja, salta, brinca).
Perro: ¡Mono respeta la asamblea o tendrás que esperar fuera hasta que acabemos!
Mono: (Refunfuñando y hablando para sí) Sí, sí, muy serio en las asambleas, pero a mi me da que es él el que tiene la selva llena de cacas.
León: Volviendo al tema, no discutiré más quién debe trabajar y cómo se repartirá. Aceptaré lo que diga la mayoría.
Perro: Bueno, votemos entonces: ¿Quiénes quieren que la comida la recojamos entre todos y se reparta de forma justa? Levanten las patas los que estén a favor y… (mirando a la serpiente) los que no tengan patas, la cola.
(Todos levantan la pata salvo el León, la Serpiente y el Mono).
Cabra: Por mayoría todos trabajaremos y la comida se repartirá equitativamente.
(Público: silbidos, aplausos y gritos de ¡bravo! y ¡viva!)
Burro: ¡Bien! ¡Justicia!
Serpiente: Maldición.
Oveja: Yo estoy siempre con la mayoría.
(El resto de animales la miran mal).
Mono: La última asamblea a la que vengo, juradito.
León: Habrá que aceptarlo. Quizás tengan razón, vecinos animales, y así vivamos mejor. Me han convencido.
(Público: más aplausos)
Perro: Pues manos a la obra, tenemos todo por hacer. A trabajar y a no perder nunca la esperanza.
FIN
                                                                                                                                                Autor: Ruy

2 comentarios en «Obra de teatro infantil: La Asamblea de los Animales»

  1. Está bien la obra. Lo que pasa es que yo habría introducido la posibilidad de crear una burocracia escalonada, con multitud de departamentos de contabilidad, gestión de datos, análisis de desviaciones y sus causas y áreas de mejora. Para presentar buenos informes a la asamblea. Un topo burocrático, por ejemplo.

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