Agencia EFE
Las Palmas De Gran Canaria, 9 dic (EFE).- Familias de madres solteras sin trabajo o con empleos precarios y otras se exponen al desahucio de unas viviendas vacías que ocuparon y rehabilitaron en Telde, según ha anunciado hoy la Federación Anarquista de Gran Canaria.
Una organización que, respaldada por el asesoramiento de la abogada Isabel Saavedra, colaborado habitual de la plataforma Stop Desahucios de la isla, planea oponerse al desalojo de esas casas.
Hogares que forman parte de dos edificios colindantes de la zona del Valle de los Nueve del municipio de Telde cuyo propietario los ofreció en junio de 2017 durante una asamblea de desahuciadas a personas sin hogar, a cambio de cuidarlos y rehabilitarlos.
Y para que, además, y evitaran con su presencia los continuos robos que estaban sufriendo los inmuebles, destaca en un comunicado la Federación Anarquista.
Organización que relata que, «en un año y medio las vecinas, con sus pocos ingresos y la poca ayuda que se les ha podido prestar desde el exterior, han ido habilitando los inmuebles».
Pues eran edificios «a los que inicialmente les faltaba de todo: cableado, lavamanos, vasijas, enchufes, interruptores, llaves de paso, tramos de tuberías, etcétera, y que estaban bastante destrozados: humedades, puertas rotas y agujeros en techos y paredes», apostilla.
Todo ello llevó a conseguir «convertirlos en auténticos hogares para ellas y sus hijos» a las inquilinas, que, sin embargo, según se expone en la nota, han visto ahora amenazados sus planes de futuro en esas viviendas debido a que su dueño estaba inmerso en un proceso de embargo bancario que le ha conducido a perder esas propiedades.
Hecho que ha derivado en que el pasado 30 de noviembre las vecinas recibieran una notificación judicial para comparecer en los juzgados con el propósito de explicar por qué habitaban en esos inmuebles, como paso inicial de un proceso que se prevé tiene como objetivo obligarles a abandonarlos, añade.
Ante la situación expuesta, la Federación Anarquista de Gran Canaria anuncia la decisión de esas inquilinas de «luchar por sus hogares» con apoyo de la organización y otros colectivos.
Puesto que se trata de personas necesitadas que, además, ocupan unos edificios que «llevaban abandonados durante más de 10 años y que nadie quería hasta que las propias vecinas, con su esfuerzo y trabajo, han demostrado que eran habitables», argumenta.
Y, como posibles soluciones, indica que la comunidad de vecinas de esos inmuebles, bautizada con el nombre de «La Ilusión», plantea la posibilidad de seguir viviendo allí a cambio del pago de un alquiler social, al tiempo que «muestra su total voluntad de regularizar contractualmente su situación».
En caso de ser esto imposible, se reclama que «se les ofrezca una alternativa habitacional digna, porque sus actuales domicilios son su primera y única vivienda, y abandonarlos supondría ser arrojadas a la calle y romper sus familias», argumenta el texto.
El cual añade que «‘La Ilusión’ no pide caridad, exige justicia, y sólo quiere que el repetido derecho de todas las personas a una vivienda digna deje de ser una frase bonita y se convierta en una realidad material». EFE