Cuando tiemblan los cimientos,
cuando no hacer nada e ir pidiendo
se convierte en un lamento.Gritas y escuchas solo el eco
de un silencio eterno de una sociedad
que olvidó a la otra mitad.Cuando las piezas no encajan
y las paredes ya no son nidos ni casas,
cuando llueven amenazas
entre comer o tener techo y manta,
obedecer es quedarse sin nada.Cuando aprieta la batalla
entre el que apunta y el que es señalado,
cuando quedarse solo no es una opción para plantar cara
a los que imponen la soledad para sacar más tajada.Cuando podemos levantar la cara,
mirarnos a los ojos, darnos las manos y reconocernos aliados,
y reconocernos…Vuelven las familias dando un paso al frente,
recogiendo las riendas del propio sustento.Vuelven las mujeres al frente,
defendiendo la comunidad,
el brazo que nos protege de la Bestia.Vuelven los oficios compartidos,
el común, que es donde coincidimos:
huerta, vivienda y abrigo.Vuelven las niñas y los niños dando un sentido
al cambio que persistimos.Vuelve La Esperanza, como vuelve lo que nunca se ha ido.
Lo último que se pierde: La Esperanza.