Hoy, 15 de junio, 8 de las 28 familias que componen la Comunidad La Marisma se enfrentaban a un juicio que casi con toda probabilidad acabaría en un proceso de desahucio. No obstante, la parte denunciante, Coral Homes, retiró la denuncia por usurpación y se suspendió la vista.
Esta victoria se ha conseguido tras el duro trabajo que tanto las vecinas como el sindicato, hombro con hombro, hemos realizado estas semanas. Las reuniones en la comunidad, la atención a medios de comunicación, la campaña lanzada por redes sociales (en la que hemos recibido un alcance y un apoyo que han sido fundamentales para lograr nuestros objetivos), la cartelería pegada por nuestros barrios, forzar a las instituciones municipales a colaborar con una mediación que inicialmente bloqueaban y la negociación directa con las partes implicadas fueron cruciales para que Coral Homes haya aceptado no seguir adelante con este procedimiento penal. Aún queda por resolverse el procedimiento civil, pero este éxito nos llena de motivación y fuerza para seguir luchando.
A pesar de la retirada de la denuncia, recibimos una llamada de urgencia procedente de la comunidad, informando de que allí se había presentado un supuesto representante de la propiedad, acompañado de seguridad privada y operarios dispuestos a tapiar viviendas, a colocar cámaras y «puertas anti-okupas». Dispuestos, en definitiva, a realizar un desalojo extrajudicial a través de la fuerza bruta. Las vecinas presentes hicieron piña y no les dejaron pasar. Algunas compas se desplazaban hasta la comunidad mientras se llamaba a los medios de comunicación, a la mediación y se tocaban mil resortes más. La advertencia era clara: «están incurriendo en un delito de allanamiento de morada según el art. 202 del CP. Si tocan cualquier puerta de «La Marisma» iremos con todo contra ustedes». En pocos minutos el supuesto representante, con la presión de los vecinos y azorado por mil llamadas, abandonaba con las orejas gachas los exteriores de la comunidad, acompañado por toda su tropa.
Detrás de esta victoria hay muchas horas de trabajo y organización, mucha experiencia y mucho coraje. Sin el esfuerzo de las vecinas, la acción inmediata de nuestras compas y la presión mediática y de las organizaciones que nos apoyaron no habríamos logrado que la propiedad accediese a mediar y negociar, ni habríamos forzado al Ayuntamiento de Gáldar a ejercer sus funciones cuando se negó a atender la llamada de Building Center. Sin todo eso, estas familias habrían sido desahuciadas y las viviendas estarían tapiadas. La lucha continúa pero hoy somos más fuertes porque sabemos que 32 niños no dormirán en la calle.