Punto de Encuentro Solidario


Desde la Federación Anarquista de Gran Canaria, conjuntamente a nuestro Grupo de Respuesta Inmediata contra los desahucios, nuestro proyecto de socialización de espacios agrícolas abandonados “Libera la Tierra” (con su terreno colectivizado “Tierra y Libertad”) y la estrategia de continuar la Okupación de inmuebles urbanos, queremos desarrollar una iniciativa que implemente esta lucha de resistencia colectiva y capacitación personal contra el Sistema. Por ello, pondremos en marcha en breve el Punto de Encuentro Solidario, donde, desdeñando las dinámicas mercantilistas y los mecanismos comerciales, pondremos en circulación ropa, enseres y alimentos (lo que podamos obtener del terreno socializado) sin otra premisa que la comunista libertaria: “Da lo que puedas, coge lo que necesites”. Desechamos la obligatoriedad del intercambio porque quien nada tiene nada puede intercambiar, y en aras de la equidad y la justicia no podemos permitirlo. Más allá del comercio y del trueque está el derecho al libre acceso al consumo. Invitamos por ello al que tenga cualquier cosa que no necesite a ponerse en contacto con nosotros (anarquistasgc@gmail.com) y así organizarnos. Invitamos a los que no tienen nada a empezar a albergar esperanzas, porque en breve un lema que hace tambalear instituciones y que es cada vez más necesario va a tomar las calles: hablamos del APOYO MUTUO.

Grupo de Respuesta Inmediata: Asamblea de Inquilinos y Desahuciados

La Federación de Anarquistas en Gran Canaria, a través de su Grupo de Respuesta Inmediata ante los Desahucios, convoca, a todos los desahuciados, a todas las que en breve van a verse en esta situación, a todos los asfixiados por la hipoteca, a todas las víctimas de los bancos, a todos los que sufren los abusos de un rentista, a todas las que viven bajo la espada de Damocles de un casero, a todos los endeudados, a todas las prisioneras del alquiler, a todos los inquilinos, a todas las que se preocupan por el tema crucial de la vivienda, a todos los que carecen de techo, a la primera gran Asamblea de Inquilinos, con la intención de conocer y compartir las distintas problemáticas de cada uno, y con la finalidad de intentar buscarles y darles solución entre todos.
Invitamos a participar a todos los que se vean en disposición de asesorar a los represaliados por la dictadura bancaria, a todas las plataformas y organizaciones implicadas en esta temática, a todos los que puedan ofrecer soluciones a casos concretos o fórmulas de actuación generales, a todas las personas o agrupaciones dedicadas a la ocupación de inmuebles abandonados, a todos los colectivos que quieran luchar en la calle y no en los despachos.
Ante los desahucios: ¡Apoyo Mutuo y Acción Directa!
¡Si te desahucian responde y responderemos Todos!
Lugar: Plazoleta Upsala (Las Palmas de G.C., Vega de San José [Barrio de San Cristóbal]).
Fecha: 12/1/2013
Hora: 18:00.

 
A Continuación, para todos los que aún no saben en qué consiste nuestro Grupo de Respuesta Inmediata, aquí va nuestra declaración de intenciones y nuestra batería de medidas contra los desahucios:
Grupo de Respuesta Inmediata
Ante la oleada de desahucios que cada vez se ejecutan con más celeridad (300 al día, 105.000 al año) es necesario organizarse contra ellos, tal y como ya lo están haciendo muchas plataformas, pero con más contundencia.
Con más contundencia, porque cuando la gente, a causa de los desahucios, está perdiendo a sus hijos (secuestrados por el Estado y recluidos en centros de menores), cuando están perdiendo a sus padres (enfermos y sin recursos), están perdiendo el techo y están perdiendo la vida (hostigados hasta la muerte por los desahuciadores) no queda más que la vía de la Acción Directa.
¿Qué quiere decir actuar con más contundencia? Quiere decir dejar las medias tintas, los paños calientes, la conciliación y demás medidas que sólo satisfacen a la clase propietaria en detrimento de la clase desposeída. ¿Qué quiere decir Acción Directa? Quiere decir actuar sin reconocer más gestores de los problemas que los propios afectados (y esto no hace sólo alusión a la clase inquilina y bajo amenaza de desahucio, sino a la totalidad de la población acusada por el endeudamiento y la carestía) y una vía de resolución de conflictos que, preferentemente, no se inhibe de la confrontación.
A continuación pasamos a glosar cuál sería la batería de medidas que engrosan estos procedimientos de actuación Inmediata, Contundente y Directa (si bien abrimos el abanico de alternativas, aunque sea a nivel de asesoramiento, pues tenemos en cuenta las distintas circunstancias y necesidades de las personas que puedan solicitar nuestra colaboración):
Asesoría Jurídica: Como Anarquistas esta vía nos parece insuficiente, cuando no contraproducente o innecesaria. Sin embargo, y atendiendo a esas distintas circunstancias y necesidades a las que hacíamos alusión, ponemos a disposición de los solicitantes asesoramiento (incluso de corte profesional) sobre esta materia que, personalmente, nos parece una vía fallida.
Difusión: Desde el Grupo de Respuesta Inmediata estamos dispuestos, si se requiere, a iniciar una guerra de tinta contra todo desahucio y contra toda situación de abuso e injusticia derivada del mismo. La idea es usar todos los medios a nuestro alcance (difusión web, radio, cartelería, panfletos, etc.) para darle publicidad a cualquier caso concreto en que un individuo o familia se vean pisoteados por la maquinaria de los desahucios.
Parar Desalojos: Aunque ésta es una vía aplicada ya por distintas plataformas y colectivos cuya labor reconocemos (y cuya colaboración es siempre deseable), creemos que el protocolo de tirarse al suelo y esperar a que la policía nos vaya golpeando y desalojando, como si de una rutina se tratara, se ha demostrado bien intencionada, pero improductiva. A través de vías legales no puede conseguirse más que la sanción y reafirmación de la misma ley a través de la cual se nos desahucia (esto es tan cierto como que no se puede salvar a un ahogado sumergiéndolo en agua). Por tanto, ante esa postura “ciudadanista” (que incluso en pleno desahucio ha llegado a exigir “que nadie insulte a la policía”), nosotras y nosotros hacemos un llamamiento a la resistencia activa. Los desahucios no pueden pararse siempre con la mera oposición física, pero inerte, del propio cuerpo, sino con todos los medios a nuestro alcance para impedir el acceso de los secretarios judiciales y los agentes policiales a la vivienda en cuestión. Esto pasa por la oposición física activa, por el establecimiento de barricadas, la utilización de cadenas, alambrada de espinos, rotura de cerraduras y cualquier elemento que las circunstancias y los afectados vean necesario y deseable. Esto no debe quedar circunscrito sólo a la vivienda sino también a las calles aledañas. Lo ideal sería que todo un barrio movilizado levantara las barricadas que impidieran el acceso policial y judicial.
Sabotaje: Se debe de recurrir al sabotaje contra todo elemento o sujeto que coadyuve y participe, como colaborador necesario, en la ejecución de un desahucio. Esto alude tanto a los camiones de transporte usados para trasladar muebles y enseres como a la propia complicidad de los cerrajeros. 
Realojo de los desahuciados: Si ha sido inviable parar el desalojo, han de iniciarse los procedimientos adecuados para volver a realojar al individuo o familia afectados en la misma casa. Tantas veces como deseen o sea necesario.
Ocupación: Si por cualquier motivo no fuera posible o deseable re-ocupar la misma casa, se buscará otro inmueble, preferentemente propiedad de la misma entidad desahuciadora (sea bancaria, pública o de un rentista particular) en la que esa familia pueda hallar cobijo. La idea es habilitar esa casa, pinchando siempre que sea necesario agua y luz, y procediendo a su saneamiento. El Grupo de Respuesta Inmediata se propone socializar el mayor número de inmuebles susceptibles de ser ocupados (liberados, si se prefiere) para darles la utilidad de viviendas sociales gratuitas. Con ese fin, intentará elaborarse un listado público de direcciones y lugares óptimos para dicho cometido.
Represalias: Una de las principales medidas disuasorias que puede emplearse para que los desahuciadores se lo piensen dos veces antes de ejecutar hipotecas y proceder a los desalojos es que experimenten en carne propia represalias contra sus propios hogares (hablamos de inmuebles, no de personas). En primer lugar, y si los afectados están dispuestos, sería interesante localizar las viviendas de todos los jueces, fiscales, banqueros, rentistas, funcionarios judiciales y policías que participan en la consecución de un desahucio y ocupar, con especial preferencia, dichas viviendas junto al resto de sus propiedades. De ser imposible, sería interesante que todo el mundo supiera que ahí vive un sujeto sin escrúpulos capaz de echar a la gente de su casa.
Huelga de Alquileres: Si la situación estuviera lo suficientemente madura y tanto los afectados como su entorno (el propio barrio) estuvieran lo bastante comprometidos, sería el momento de aplicar un arma que históricamente se ha demostrado temible, pero que requiere de grandes dosis de solidaridad y apoyo mutuo. Si un vecino fuera a ser desalojado, la idea es que todos los vecinos de dicho edificio, y a ser posible de la misma manzana o incluso del mismo barrio, declararan, colectivamente y sine die, una Huelga de Alquileres, negándose a pagar los mismos. Si hay amnistía fiscal para las grandes fortunas, ¿por qué no una amnistía que suprima las deudas de todas las personas en riesgo de desahucio? Como las amnistías se conceden, y nosotros lo que queremos es fabricar nuestras propias soluciones, ¿por qué no negarnos a pagar unas deudas abusivas, asfixiantes y humillantes, en un contexto en el que se rescatan bancos precisamente con el dinero que han aportado las personas que después serán desahuciadas por esos mismos rescatados bancos? Si hay huelgas laborales y también políticas (abstención electoral), ¿por qué no una Huelga de Alquileres? Declarémonos Insumisos y Desobedientes y, con la certeza de que tarde o temprano nos será imposible pagar los alquileres, hagámoslo ahora de forma consciente, hasta que se supriman todos los desahucios de forma permanente.  
Para poner en común, coordinar e informar de la naturaleza del grupo, de sus objetivos y de los procedimientos ya desglosados, se intentará convocar cuanto antes, dándole toda la difusión necesaria, una Asamblea de Inquilinos, Desahuciados y Futuros Desahuciados en la que intentaremos compartir e intercambiar toda la información posible, empezar a conocer problemáticas concretas y a desarrollar las correspondientes acciones para paliarlas.
Si tu situación es muy alarmante y no puedes esperar a dicha asamblea; si te gustan los métodos propuestos o simplemente quieres asesorarte; ponte en contacto con nosotros a través del siguiente correo: anarquistasgc@gmail.com, y cuéntanos, lo más detalladamente posible, tus circunstancias y de qué forma preferirías abordar el problema.
El Grupo de Respuesta Inmediata, creado por la FAGC, quiere dejar por último una cosa clara: No pensamos permitir que nadie vuelva a quitarse la vida mientras la mayoría mira hacia otro lado; no aceptaremos que nadie se sienta solo bajo la guadaña del desahucio; no dejaremos que ningún desahucio quede impune.
¡Muy diferente sería el resultado si los trabajadores reivindicaran el derecho del bienestar! Por eso mismo proclamamos su derecho a apoderarse de toda la riqueza social; a tomar las casas e instalarse en ellas con arreglo a las necesidades de cada familia; a tomar los víveres acumulados y consumirlos, de suerte que conozcan la hartura tanto como conocen el hambre”.
Piotr Kropotkin (La Conquista del Pan, 1892).
FAGC

BLOQUE ANARQUISTA (Gran Canaria)

El 14 de Noviembre, día de Huelga General, los que no nos conformamos con una huelga de un día, las que queremos que la lucha deje de ser algo extraordinario para ser algo cotidiano, constituimos un Bloque Anarquista(secundado por la Federación de Anarquistas en Gran Canaria, el Núcleo Confederal de la CNT en Las Palmas, y numerosas individualidades, tanto provenientes de diversos colectivos de corte Libertario, como independientes) que desplegará su actividad durante la jornada de huelga por distintos puntos de la isla, y que se acabará dando cita, para concentrar fuerzas, en la llamada Plaza de España a las 17:00 bajo el lema: “Lucha Continua: ¡Huelga Indefinida!”.
Si quieres sumarte, y no te basta sólo con unirte al Bloque Anarquista durante la manifestación, ponte en contacto con nosotros a través de anarquistasgc@gmail.com o a través de nucleocntlaspalmas@gmail.com.
¡Qué se oiga la voz de los que no tienen nada y ya es hora de que vayan a por todo!

14-N: BLOQUE ANARQUISTA


Este 14-N: Bloque Anarquista
Es necesario, hoy más que nunca, hoy más que siempre, que el discurso de los que pugnan por una Huelga General e Indefinida (y no por una huelga “sedativa” de un día); de las que entienden que lo que hace falta es un cambio revolucionario económico y social, y no un mero cambio en las formas políticas o en el color de las banderas nacionales; de los que saben que al Sistema sólo se le puede hacer frente peleando, con el cuchillo entre los dientes, y que no hay que esperar de él ninguna concesión voluntaria; de las que quieren crear alternativas, liberando espacios abandonados urbanos y agrícolas para el disfrute de todos; de los que luchan por que los únicos recortes se hagan en los cimientos del Sistema, los únicos desahucios se realicen en la Moncloa y demás palacios, los únicos despidos sean los de los parlamentarios y la única guerra sea la de los desposeídos contra los poseedores; es necesario que el discurso de todas estas personas encuentre un espacio significativo y diferenciado. Ha llegado el momento de la creación de un Bloque Anarquista fuerte y amplio.
Desde la FAGC (abrimos desde ya la convocatoria a quien quiera sumarse) hacemos un llamamiento a que todas las sensibilidades anarquistas, sindicatos libertarios, grupos específicos de afinidad, individualidades y demás autónomos se unan en la constitución de un Bloque Anarquista que suponga una alternativa real a un sistema que se descompone, pero ante el que la mayoría de movimientos sociales se muestran titubeantes llegado el momento de darle el último empujón.
¡Ha llegado el momento de hacer visible el descontento y la rabia de las que no tenemos nada, de los que vamos a por todo!

No hay más que uno entre cien y sin embargo existen
la mayoría hijos de nada o hijos de muy poco
que no se los ve jamás sino cuando se les teme
los anarquistas
” (Leo Ferré).

Historia de dos ciudades

El 25-S en Madrid y en Las Palmas de G.C.

Para acceder a una crónica pormenorizada acudir al excelente trabajo de lxs compañerxs de ALB:  Leer aquí





La mayoría de nosotros solemos auto convencernos (es lo más cómodo) de que las condiciones revolucionarias “se dan”; la realidad es que más que darse “se crean”. Y, cuando son realmente revolucionarias, no las crea ni una vanguardia, ni el gobierno, ni la necesidad (no exclusivamente); las crea el factor humano: la voluntad de los oprimidos. Empero, tal y como se crean se “descrean”. Cuando un grupo de gente está dispuesta a ir más allá, a dar pasos más firmes y más lejos, cuando empiezan a perderle el miedo a la policía y el respeto a las instituciones, siempre surgen los “bomberos” internos, dispuestos a elaborar manifiestos, a descafeinar convocatorias, a elaborar asambleas amañadas por el dirigismo o el gregarismo, a “pedir paz” en momentos en los que el sistema nos escupe guerra, a interponerse entre la policía y los manifestantes para defender a los primeros, a convertir en algo festivo lo que debería ser necesariamente una declaración de insurrección permanente colectiva.
 
Hemos visto en Madrid cómo los inquisidores policiales cargaban brutalmente contra la multitud. Como podemos ver en el video que enlazamos, no faltan los gilipollas (no me disculpo por el vocablo, lo considero harto generoso) del “estas son nuestras armas”, ni los que (como puede verse en el primer video a partir del minuto 1,26) se ponen delante de la policía… ¡para defender a la policía de un inexistente peligro! En sendos casos quienes esto hacen son agredidos por la espalda por aquellos mismos a los que defienden. Empero, hay que contrastar con gratificación que un número significativo de personas, cada vez más, se defendió de la devastadora actuación policial, les plantó cara, se enfrentó con estos cuando trataban de secuestrar a algunos de sus compañeros, y, sin más armas que delgados mástiles de banderas y algún objeto arrojadizo casual, se enfrentaron a ellos.
 

Mientras esto pasaba en Madrid, en Las Palmas se celebraba un Carnaval faltando aún cinco meses para Febrero. Si en Madrid no faltaban gilipollas aquí sobraban.
Los miembros de la FAGC llegamos, a título individual, cuando ya se había producido un acto vergonzante que sí pudieron presenciar algunos compañeros más tempraneros: mientras se producían las cargas en Madrid desde la “organización” del evento (convocado por una asamblea del 15-M) se llamaba a “conservar la calma”, a recordar que “somos pacíficos”, a “no hacer nada”, a permanecer insensibles ante el dolor ajeno. Los abrillantadores de cadenas profesionales, los mamporreros, los afectados vocacionales por el Síndrome de Estocolmo, los estómagos agradecidos, los que toman parte por los agresores en contra de las víctimas, siempre merodean por este tipo de eventos. Sin embargo, es un error atribuir su pusilanimidad al pacifismo (he visto pacifistas batirse el cobre para proteger los cuerpos caídos de sus compañeros). La violencia no les repugna. Si la policía carga, no se encaran con la policía como demostración de su aversión a la violencia. Si los manifestantes responden, entonces lo hacen contra los propios manifestantes. La violencia institucional es para ellos normativa, reglada, asumible. Lo que les enfurece y preocupa, hasta el punto de convertirse ellos mismos en verdaderos violentos, es la llamada “violencia de abajo”, la “violencia como reacción”, la “violencia” que no es más que autodefensa.
Vaya por delante que sé de buena tinta que muchos de los convocantes/organizadores son gente honesta y comprometida, gente excepcional, pero eso, desgraciadamente, no atempera en nada mi crítica con respecto al resto. Alcaldes autoproclamados dando discursos sobre lo pautado y lo que estaba por pautar. Escenas sacadas, gratuitamente, de Bienvenido Mr. Marshall. Vuelta a los mismos vicios: chalecos refractantes, a modo de galones, para marcar distancias entre asistentes y “organizadores”. Intervenciones teledirigidas en pos de los acuerdos previos. Insistencia enfermiza en focalizar el asunto en torno al 15-M, cuando la gente acudía allí por la convocatoria de lo que suponían un evento nuevo: el 25-S. Políticos profesionales tendiendo redes o cañas, o aspirantes buscando a los pies de qué poltrona poder acurrucarse. Total desentendimiento de la gente que allí asistía, de los individuos, hombre y mujeres, que tenían otras expectativas. En todo momento se trató de encarrillar el sentido de las intervenciones. Pero los pastores no pudieron contener mucho tiempo las pulsiones de unas cabras que cada vez ven más cerca el monte.
Mientras se debatía (más bien ratificaba, con términos desnaturalizados) la necesidad de una Asamblea Constituyente, algunas personas, en términos bastante autoritarios, o contemporizadores, hicieron alusión al tema de la “violencia”, causando cierto revuelo.  En ese momento uno de nuestros compañeros de la FAGC intervino y (después de establecer la diferencia entre una Asamblea Constituyente y la asamblea entendida como método de decisión popular ajeno al poder) podemos resumir el meollo de su breve alocución en estos términos: “Decís que sois pacifistas, pero hay una gran diferencia entre ser pacifista y ser manso. Y lo que yo veo aquí es un acto de mansedumbre colectiva. Mientras en Madrid hay 15 detenidos [en ese momento], aquí nos entretenemos en celebrar un carnaval y en discutir sobre el sexo de los ángeles, cuando deberíamos decirle a esta gentuza [señalando a la Delegación de Gobierno]  que son unos asesinos. Llevamos demasiados siglos de discursos. Nos sobran los discursos, porque lo que faltan son los actos, las acciones reales. Ningún sistema puede cambiarse con palabras”.  A esta intervención le sucedió el grito popular de “¡Disolución de los cuerpos represivos!”. La gente, no obstante, estaba descontenta desde mucho antes.
Personas de avanzada edad gritaban: “¡Sólo queréis meteros en el sistema, y no es posible cambiarlo desde dentro!”. Y cada vez más desengañadas empezaban a barajar la idea de irse. Sin embargo, esta intervención, y las que sucedieron, conectaron con ellos. Un compañero del 15-M, caracterizado, el año pasado, por su mesura, actitud comedida y conciliadora, y por su fervor religioso, acabó, después de glosar valientemente su difícil situación personal, por citar a Alberto Vásquez Montalbán: “Hasta que no se cuelguen a 50 políticos y 50 banqueros esto no se arregla”. Este cambio radical, presionado por las circunstancias, nos impactó o conmovió a casi todos.
La dinámica siguió así un rato más. Gente ajena al sucio juego del politiqueo extraparlamentario, no intoxicados por filias y fobias, ideológicamente vírgenes, de edades “respetables”, se nos acercaban y decían: “No somos anarquistas, pero tienen toda la razón en lo que han dicho. Esto no se cambia con palabras, hace falta actuar…”.
La conclusión es que el mensaje del sector más moderado del 15-M, netamente político, impermeable a cuestiones integralmente económicas y sociales, que conseguía cuajar con un importante número de la población el año pasado, ahora está obsoleto. Un mensaje dedicado exclusivamente a una clase media (como decía un profesor argentino refiriéndose a algunos protagonistas de los cacerolazos: damnificados pero no oprimidos) que sentía perder calidad de vida y poder adquisitivo, no puede tener ninguna relevancia ni actualidad ante un público que nos hablaba de que ya no tenían ni casas que dar para la patética “dación en pago”; de que les acuciaban importantes problemas médicos sin cobertura posible; de que eran perseguidos por su condición de “ilegales”; de que no tenían un plato de comida que poner en la mesa. Hablarle a esta gente de nuevas elecciones, reformas de la Constitución y cambiar la Ley Electoral es insultarles directamente a la cara.
La situación está más que madura para la lógica del discurso anarquista: libre acceso al consumo (comida y techo para todos), socialización de la tierra y demás medios de producción, autogestión directa de los asuntos económicos por parte de los trabajadores/consumidores y de los asuntos políticos por parte de los habitantes de cada comunidad humana.
Sin embargo, para que este mensaje llegue hay que estar inmerso en las luchas populares y estar dispuesto a mancharse con sus lágrimas, derrotas y combates. Esta “Historia de dos ciudades” ha demostrado, en definitiva, que tanto en los actos más combativos como en los de menor intensidad es necesaria la presencia del discurso anarquista. A nadie se le persuade desde el sofá, y difícilmente pueda hacerse “propaganda por el hecho” a golpe de teclado. No ya inhibirse (lo cual, aunque triste, es respetable), sino insistir en sabotear actos que sólo a la potencialidad del pueblo corresponde saber si se podrán sobrepasar, es una actitud suicida. Si lo pensamos bien la Revolución del 36 nunca se hubiera dado si los anarquistas lo hubiéramos interpretado como una simple “militarada”. El quietismo aísla; el boicot, a cualquier forma de movimiento, espanta.
Los actos sucedidos han demostrado que no es misión de los anarquistas ser el palo en la rueda de tal o cual convocatoria de indescifrables resultados; si hay que romper una rueda que sea provocando un descarrilamiento adecuado. Ya lo decía Simone Weil: “No me gusta la guerra. Pero en la guerra siempre me pareció que la situación más horrible era la de los que permanecían en la retaguardia”.  
Fdo.: Un observador harto de observar