La FAGC ha vuelto

La FAGC ha vuelto

En nuestro plan de existencia y de lucha, no es la capillita de los compañeros lo que nos interesa, es el mundo entero” (Elisée Reclús).
Puede que estas cuatros siglas (FAGC) no hayan vuelto a verse en las manifestaciones y actos públicos de la isla de Gran Canaria desde hace aproximadamente un año; pero durante ese tiempo el trabajo de algunos de sus miembros sí se ha visto en los barrios, en las chabolas, en los “pisos patera”, entre la gente más necesitada.
La Federación de Anarquistas de Gran Canaria fue siempre un medio y no un fin en sí misma (como debería ser todo colectivo si sus miembros no quieren convertirse en costaleros de unas siglas superiores a ellos mismos). Conseguimos lo más complicado para una organización político-social: conectar con los sectores de la población más oprimidos y excluidos. Si volvemos a hablar de la FAGC no es porque sus miembros “ideologizados” hayan querido quitarle el polvo al invento; sino porque muchos de los realojados y realojadas, gente cuya ideología se nutre principalmente de experiencias y vivencias, han decidido rescatar el proyecto, darle continuidad y hacer que de la FAGC perduren sobre todo sus obras más importantes, las que podríamos llamar sus dos hijas mayores ya emancipadas: el Grupo de Respuesta Inmediata contra los desahucios y la Asamblea de Inquilinos y Desahuciados. Es decir, han querido rescatar los piquetes anti-desahucios y los realojos.

Los realojados han recogido la antorcha, y aunque parezca incongruente que una organización específica anarquista sea el instrumento de gente que teóricamente no necesitan definirse como tal, esa es la realidad. El pueblo usa aquellas herramientas que les son útiles y prácticas. El Anarquismo, con su desafío de las leyes, su desprecio a la propiedad privada, su sentido de la solidaridad y el apoyo mutuo, su inmediatez al actuar sin intermediarios, es algo que les funciona y resulta beneficioso, y, sin otro motivo que la demostración empírica, lo han hecho suyo.
En definitiva, si ahora rescatamos el nombre no es por mitología, sino por las fuerza de las circunstancias. Principalmente, por la necesidad de dotarnos de un nombre con cierta repercusión para compartir con los desposeídos una valiosa información:
  
Primero, la FAGC pone a disposición de los que nada tienen 30 viviendas completamente habitables (todas con agua corriente, y muchas de ellas con luz [la luz del resto se irá instalando según se vayan ocupando]).  Como siempre, el único requisito es estar al borde del desahucio y la indigencia, o carecer ya de techo o de ingresos suficientes para proporcionarse uno. Por cuestión de urgencia vital, las personas con hijos menores tendrán prioridad. Las viviendas pertenecen a entidades financieras u organismos públicos, así que ningún particular ha resultado damnificado.
Segundo, la FAGC vuelve a parar desahucios concentrándose en su punto fuerte: la convocatoria, organización y participación en piquetes anti-desahucios. Si la vía legal está agotada y quien te asesora te recomienda que abandones tu casa pacíficamente, que te pongas en contacto con un tercero para que te realoje o que votes a Izquierda Unida o a cualquier otro partido como solución a todos tus males, entonces es el momento de contactar con los anarquistas y con los realojados que ahora componen el grueso de la Federación.  
Repetimos: 30 viviendas para quienes no tengan techo, ni ingresos, ni miedo; paralización de desahucios para quienes no quieran rendirse ante intereses espurios ni convertirse en títeres zarandeados por los partidos políticos y sus juegos electorales.
Todos los interesados pueden ponerse en contacto con nosotros a través de nuestro correo: anarquistasgc@gmail.com
Por lo demás, agradecemos a todos los compañeros y compañeras, colectivos, periodistas comprometidos, etc., las preocupaciones que se han tomado por la pervivencia y buena salud de la Federación. A quienes se han puesto en contacto con nosotros para formarse en expropiación y socialización, solicitarnos entrevistas, invitarnos a charlas y jornadas, a todos esos compañeros de Cádiz, Gandía, Valencia, Barcelona, Almería, Sabadell, Madrid, Sevilla, Salamanca, Granada, etc., o incluso de Portugal, Colombia, Suecia y Finlandia, no podemos más que agradecerles su interés en nuestro trabajo, y asegurarles que nos pondremos en contacto con ellos para responder, si siguen interesados, a sus afectuosas solicitudes.
En definitiva, puede que la represión haya hecho su trabajo (y sigue haciéndolo), puede que el ritmo de trabajo que llevaban algunos compañeros haya retraído a los más inactivos, pero nada ha podido borrar el mensaje libertario de las consciencias de quienes están criando a sus hijos en casas expropiadas por la FAGC y han descubierto que la Acción Directa y el Apoyo Mutuo no son simples consignas de esos “locos anarquistas”, sino la única forma de tomar el control de sus vidas en sus propias manos.
En definitiva, la FAGC ha vuelto.