#RuymánLibertad

Se nos notifica que el próximo 24 de marzo nuestro compañero Ruymán Rodríguez será juzgado. “Casualmente” hace poco más de un mes que volvemos a dar caña por redes. La fiscalía le pide 1 año y 6 meses de cárcel (y 770 euros de multa) por un infundado delito de “atentado a la autoridad”. Les ponemos en antecedentes del caso.

Finales de abril del año 2015. Ruymán se dispone a ir a su puesto de trabajo (cuidando ancianos) cuando dos guardias civiles de paisano le abordan en la parada de guagua donde espera. Sin identificarse si quiera, lo secuestran y lo llevan al cuartelillo.

Allí comienza la sesión de insultos, amenazas de muerte, vejaciones y finalmente las bofetadas, los golpes y la estrangulación… Sólo paran después de hacerle vomitar sangre. Ruy se niega a declarar, exige el Habeas Corpus, asistencia médica y que se informe a un abogado de su confianza. Les amenaza además con denunciar públicamente las torturas. Aquí lo cuenta el propio Ruy:

Es entonces cuando a los guardias civiles les entra el miedo. No han detenido a alguien indefenso y sin capacidad de reacción. De ahí nace la imputación de atentado a la autoridad, de la necesidad de justificar las lesiones de Ruy. Le acusan de haber dado una patada en la ingle al guardia civil que lo torturaba en la sala de interrogatorios.

La acusación de atentado a la autoridad, un “delito” posterior a la detención, es un intento de justificar las actuaciones policiales. Es entonces cuando la Guardia Civil activa su maquinaria: mandan mails a los antiguos puestos de trabajo de Ruy para “notificarles que ha sido detenido” en un claro intento de desprestigiarlo.

Achacan el secuestro a la necesidad de identificar a Ruy porque según ellos se había negado a identificarse. ¿Y por qué era supuestamente necesario identificarlo? Por una denuncia de una persona que se coló en una vivienda de la Comunidad “La Esperanza”, sin entregar documentación alguna ni cumplir los requisitos, y que denunció a la totalidad de la Comisión de Realojo que fue a reprocharle su actitud.

En total fueron denunciadas 6 personas por “coacciones”. Ninguna, lógicamente, fue detenida. Ruy, el único que no estaba presente durante los hechos, el único al que la denunciante decía conocer sólo por el nombre de pila es, “casualmente”, el único detenido.

¿Creen que el disparate puede empeorar? Cuando Ruy es detenido hacía días que la denunciante, a la que ya se le había podido explicar el protocolo de entrada en la Comunidad, HABÍA RETIRADO TODAS LAS DENUNCIAS. No había ningún “motivo” para identificar a Ruy, ni para retenerlo, ni para detenerlo.

La realidad es ésta: desde 2011 la FAGC había desarrollado una actividad en vivienda que el Sistema no podía asimilar. Cientos de expropiaciones y realojos, cientos de desahucios parados, y la responsabilidad de haber impulsado el mayor proyecto de socialización habitacional del Estado: 76 familias, 200 personas, en su mayoría niños, viviendo en autogestión en “La Esperanza”.

La Comunidad causaba malestar a la Guardia Civil de Guía. Un municipio vetusto, con alto nivel de vida, pero con escasa actividad social y cultural. Durante sus casi 24 horas detenido los guardias civiles espetaron a Ruy cosas como: “Estás llenado Guía de chusma, toda la basura de Jinámar o La Feria la estás metiendo aquí”. También: “Vete a Las Palmas a quemar contenedores y deja los realojos”.

La aporofobia policial e institucional, la preocupación gubernamental de que un anarquismo incipiente en Canarias contactara, después de muchos años de automarginación, con familias desempleadas, sin recursos, migrantes, en situación de indigencia, es el marco real que encuadra la detención de Ruy. Querían cortar de raíz lo que después sería un potente movimiento de vivienda de influencias libertarias que acabaría cristalizando en @InquilinasGC. Querían cortar esto:

Desde aquí pedimos a todos los colectivos sociales, medios contrainformativos, etc., y especialmente al movimiento libertario que hagan suya nuestra reclamación de #RuymánLibertad y que estén dispuestas a dar la voz de alarma si la situación judicial de nuestro compañero se agravara. Sin solidaridad estamos abocadas a la derrota.

Reclaman prisión para quienes protestan, luchan y cuestionan, para quienes, como en este caso, se han limitado a ayudar a familias pobres a tener un techo sobre su cabeza. Quieren castigar a Ruy porque creen que así desmantelarán lo que llevamos casi una década levantando en esta isla: un anarquismo de barrio de pobres para pobres. Son muy ingenuas si creen que permitiremos que nos aplasten. Siempre gritaremos: ¡abajo las cárceles! ¡políticos o sociales, todas a la calle! #RuymánLibertad