Nace la Oficina de Expropiación Popular

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Hasta ahora la FAGC, aun siendo una organización específicamente anarquista, se ha dedicado principalmente a llevar el peso de la lucha social que ha desarrollado, por sí sola. Esto ha hecho que la gente con inquietudes prácticas en temas como vivienda se acerque a la FAGC aunque no tenga simpatías libertarias. Creemos que es hora de que la federación recupere su carácter de organización «política» (digamoslo así) y que la labor social se derive a un organismo más amplio en el que se pueda participar sin necesidad de considerarse anarquista.
Esto lo intentamos hacer con la Asamblea de Inquilinos y Desahuciados, pero su naturaleza real es la de un órgano deliberativo, de toma decisiones. A su vez el Grupo de Respuesta Inmediata contra los desahucios podría parecer el grupo de trabajo que necesitabamos, pero su modus operandi discreto y reservado, dada su intervención en asuntos delicados, no lo convertía en un organismo abierto a la participación popular. 
En base a esta necesidad de crear un instrumento práctico, que lleve a cabo las desiciones asamblearias de forma abierta, plural y colectiva, nace la Oficina de Expropiación Popular. Un grupo de trabajo y de gestión común de recursos comunes. Estas serán sus atribuciones:

1. Asesoría: la FAGC está gestionando entre 2 y 5 casos diarios relacionados sobre todo con necesidades habitacionales. Ahora esta labor se trasladará a la OEP. Se encargará de dar asesoría legal, recomendaciones sobre ocupación y realojo, sobre cómo evitar desahucios, sobre suministros y sobre todo lo que tenga que ver con vivienda y con terrenos agrícolas. Con el tiempo esperamos que la labor expropiadora se amplie y abordemos otros bienes y medios de producción. 
2. Estadillo de vivienda: Se encargará de elaborar un estadillo de vivienda que englobe todos los inmuebles abandonados embargados por los bancos y entidades financieras (y algún otro en situación especial). Se hará por municipios y barrios, contando con la colaboración vecinal a través de las asambleas y de la información directa.
3. Gestión de realojo: La labor de realojo que hasta ahora lleva la FAGC en solitario también se transferirá a la OEP. Siguiendo la política de realojos ya diseñada por la FAGC, su trabajo será atender las solicitudes de vivienda y, en caso de aceptarse, asignar vivienda a los demandantes en función del número de miembros y del tamaño del inmueble. El demandate debe de seguir comprometiéndose a abrir su propia casa (salvo casos excepcionales).
4. Formación: Intentaremos hacer circular a través de este organismo el manual interno de ocupación y realojo elaborado y utilizado por la FAGC. La idea es que esta actividad se extienda de forma autónoma más allá de nuestro ambito, más allá de Canarias.
Para todo esto ponemos a disposición pública este correo: o.e.p.@openmailbox.org
Crearemos también una web en WordPress que ahora mismo está en elaboración y que ya daremos a conocer cuando esté terminada.
Todo el que quiera unirse a la OEP, toda la que quiera participar, que contacte con el correo que hemos dado o que acuda a las asambleas públicas que pensamos convocar en breve. 
Si quieres organizarte, luchar contra los privilegios, derrotar a la pobreza, tienes una nueva arma: la Oficina de Expropiación Popular.

Primer conato de Huelga de Alquileres

Antecedentes 
Hace tiempo, durante un desahucio, entablamos contacto  con los vecinos de un bloque de 16 viviendas que sobrevivian en condiciones lamentables en el barrio gran canario de La Isleta. La mayoría eran migrantes, sin ingresos regulares y en una situación legal delicada. Esto les convertía en víctimas perfectas para especuladores inmobiliarios. Vivían de alquiler, pero la mayoría sin contrato o con contratos que vamos a definir simplemente como irregulares. Las condiciones de insalubridad eran insoportables y el alquiler de 350€ no se correspondía con los 25 m² de cada vivienda. A las plagas de insectos y roedores se sumaba el mal estado general de las viviendas. Examinando el inmueble descubrimos ademas que el arrendador tenía pinchada la luz. Convocamos una asamblea y le propusimos a los vecinos que presionaran al propietario con denunciar sus chanchullos, hacer pública la situación del inmueble y que aprovecharan también la circunstancia de que la mayoría no podían pagar ya la renta (muchos debían varias mensualidades), o en breve se verían en esa situación, para inciar una huelga de alquileres hasta que se arreglaran sus condiciones habitacionales. Honestamente, muchos vecinos, por su situación, tuvieron miedo y la propuesta quedó en suspenso hasta esperar futuros acontecimientos. El contacto se había perdido, hasta hace poco…

El conflicto
Hace poco un vecino volvió a ponerse en contacto con nosotros. Nos informó de que el propietario quería traspasar el edificio entero a una inmobiliaria que había ido haciéndose con varías casas según los inquilinos se habían ido marchando superados por la situación. El hostigamiento era total, la higiene del inmueble (sospechan ellos que deliberadamente deteriorada) era ya un riesgo para la salubridad y los precios del alquiler cambiaban a voluntad del casero, siendo los arrendatarios cada vez más incapaces de hacer frente al pago. El propietario les comunicó que se fueran voluntariamente  el 1 de enero o que los denunciaría por su situación irregular, y a los que no entraran en esa categoría, al carecer de contrato, simplemente los acusaría de ser okupas y los echarían con un desahucio por precario. Fue precisamente esta situación desesperada la que provocó que un vecino recordara nuestro antiguo ofrecimiento y se decidiera a llamarnos…
El desenlace
Convocamos varias reuniones y en la última se decidió por fin pasar a la acción. Aquellos que pudieran usar la vía legal denunciarían por su cuenta, pero la situación irregular de la mayoría les retraía de esta opción. El resto usaría una estrategia inequivocamente más directa: convocar a los medios de comunicación (preservando la identidad de los vecinos perseguidos simplemente por su lugar de nacimiento), boicoteo, escraches y principalmente una huelga de alquileres (negarse a pagar hasta que se aceptaran sus demandas). Esto se decidió pero no hizo falta llevarlo acabo… Informado el propietario de nuestras intenciones optó por ceder antes de verse envuelto en un conflicto mayor.
Finalmente ha aceptado establecer un acuerdo contractual formal, sufragar el saneamiento del edificio, rebajar los alquileres y renunciar a exigir los atrasos.
Conclusiones
Lo conseguido demuestra el pontencial que encierra la vía de la confrontación directa y nos ha permitido ejercitar la preparación de una herramienta revolucionaria que creemos no se da en el Estado español desde los años 30: la huelga de alquileres. Esta es una herramienta que no debe subestimarse. La posibilidad de un impago generalizado puede ser, como en este caso, suficiente por sí sola para lograr que se satisfagan nuestras demandas. En caso de que se produzca, entraña un conflicto de grandes proporciones pues supone el desalojo de cada una de las familias afectadas y esto supone, si hay un grado de implicación aceptable, la movilización de un barrio y de varios entornos familiares. Esto obliga a crear lazos de solidaridad y resistencia. Supone finalmente un conflicto directo con las instituciones políticas y económicas: de la policía y la judicatura a los bancos y las inmobiliarias.
Además hemos vuelto a corroborar la fuerza que tiene la presión y como es imposible alcanzar aunque sólo sean unos objetivos mínimos si no se planta batalla. No es la lucha social terreno para las palabras bonitas y las buenas intenciones. La necesidad de enseñar los colmillos marca el terreno.
Consideramos no obstante que es un éxito parcial. Nuestro objetivo no es conseguir una rebaja general de los alquileres ni hacer más tolerable una vida miserable bajo el abusivo sistema capitalista. Pretenderlo supondría conformarse con lo mínimo, estancarse en el status quo, intentar curar al Sistema cuando no hay más opción que enterrarlo. Pero además de todo eso supondría también, y esto es algo que no debemos ignorar, que nos estaríamos olvidando de los más pobres, de los que ni siquiera podrían pagar un alquiler rebajado. Nuestro objetivo pasa, por tanto, por la liquidación de los alquileres, la supresión unilateral de las deudas hipotecarias y la gestión de la vivienda por vía directamente popular. Mientras tanto seguiremos presionando, porque experiencias como esta nos demuestran que no podemos desdeñar el aforismo que acuñó Sun Tzu en El Arte de la Guerra: «la mejor victoria es aquella en la que se derrota al enemigo sin necesidad si quiera de combatir».

Notas para un proyecto revolucionario en torno a la vivienda

La vivienda es un bien de primera necesidad, por lo que su situación afecta al grueso de la población. Tenemos cientos de miles de casas vacías en manos de entidades financieras, un número de desahucios inasumible y muchas familias actualmente sin techo que se suman a los individuos que llevan décadas en la indigencia. Las personas afectadas por esta situación son las más pobres entre los pobres, víctimas de una pobreza endémica, y también los miembros de la llamada clase obrera relegados al paro y la intemperie.
¿Cómo articular una respuesta a esta situación de emergencia que pueda derivar en un proyecto revolucionario?


1. Debe tratar de aglutinarse a todos los compañeros interesados en intervenir en esta lucha.

2. Convocar en barrios populares asambleas públicas de desahuciados y afectados donde expongan sus demandas y compartan información sobre inmuebles vacíos por la zona. Se puede contar con la colaboración, de ser necesario, de asociaciones de vecinos o colectivos barriales.
3. Designar un grupo de trabajo (oficina de vivienda y realojo) que con esa información, más la obtenida en internet o en sondeos por el barrio, realice un estadillo de viviendas vacías por la zona propiedad de bancos, inmobiliarias o multi-rentistas (estratégicamente es preferible decantarse por los embargos bancarios). Cotejar la información dudosa en el registro de la propiedad solicitando notas simples.
4. Desarrollar un mapa de trabajo donde se localicen todas las viviendas susceptibles de ser ocupadas en ese barrio en cuestión o, si se cuenta con el número adecuado, en una localidad entera.
5. Designar y organizar grupos de intervención, compuestos de militantes y afectados, que se encarguen de ocupar las viviendas el día y el momento señalados. Formarse previamente para la ocasión. Estudiar la forma de entrar en cada vivienda.
6. La oficina de vivienda, también preferiblemente compuesta de militantes y afectados, debe elaborar una lista de demandantes de vivienda y, usando el estadillo previamente diseñado, asignar racional y proporcionalmente cada inmueble a cada demandante o grupo de demandantes, en función del número de miembros y las necesidades especiales de cada uno. Cada demandante (salvo excepciones justificadas) participará en la ocupación de su propia vivienda.
7. Organizar una comisión económica o tesorería encargada de recabar los fondos necesarios.
8. Organizar una comisión judicial encargada de defender y dar respuesta a la posible reacción gubernamental.
9. Elaborar un comunicado que aclare que los vecinos de la zona en cuestión se declaran soberanos para gestionar por sí mismos la problemática de la vivienda ante la rapiña de los bancos y la connivencia e ineptitud de las autoridades. Manifestar que se pasan a expropiar los inmuebles embargados por los bancos y que se ponen a disposición social (socialización).
10. Proceder a la ocupación masiva.
11. Convocar una rueda de prensa dando a conocer el comunicado y planteando la situación como un desafío declarado a las instituciones y una forma de gestión popular directa de un recurso público.
12. Tratar de extender el ejemplo más allá de dicha localidad hasta que se alcance un estatus en el que se pueda hablar de que una parte considerable de las viviendas abandonadas en manos de los bancos han sido colectivizadas.

Aplazado el desahucio de Guanarteme

Aplazado el desahucio de Guanarteme
La acción directa ha conseguido ganar tiempo para Ignacio
El pasado día 26 de septiembre (2014) la sombra del desalojo amenazaba el taller/vivienda de Ignacio y su hijo Samuel. La Federación Anarquista de Gran Canaria (que llevaba una semana convocando un piquete con la intención de impedirlo) y varias decenas de vecinas y vecinos de la Comunidad “La Esperanza” recorrimos, en varios vehículos, una gran cantidad de kilómetros para llegar a Guanarteme, donde estaba previsto que se produjera el desahucio.
Cuando llegamos las fuerzas congregadas eran escasas (una mayoría eran compañeras y compañeros de La Tomatera y una minoría de la Asamblea 15-M Guanarteme y de la Asamblea de Parados; el resto eran familiares del afectado, activistas independientes, algunos vecinos y curiosos). Aunque los anarquistas somos conscientes de que, siendo una minoría de minorías, ningún desahucio se puede parar sin contar con el apoyo popular y a veces con el de otros colectivos sociales, en esta ocasión nuestro sentido de justicia nos obliga a señalar algo que en otras circunstancias no comentaríamos: al menos la mitad del piquete eran vecinos de la Comunidad “La Esperanza”. Teniendo en cuenta el desplazamiento y que para la mayoría era el primer piquete anti-desahucio en el que participaban, el dato es más que meritorio. Sean para otros lo titulares y las flores; nosotros destacamos esto para que se sepa que gente sin más ideología que el apoyo mutuo acudió a enfrentarse a un abuso sin más meta que la de hacer lo correcto e impedir que una familia perdiera su casa tal y como ya les había pasado a ellos (la mayoría de vecinos de la Comunidad han sido desahuciados en el pasado).

Vecinos de la Comunidad «La Esperanza» componen el grueso del piquete


La llegada de los compañeros ácratas con más experiencia en detener desahucios fortificó las posiciones: recomendaron cerrar las puertas del taller cuanto antes, aglutinarse en la acera donde estaba ubicado el inmueble, repartirse entre las dos posibles entradas, dieron consejos de tipo estratégico y también jurídicos en caso de detención, etc. La idea era levantar un muro de carne que impidiera la intervención policial y judicial1.

A la hora prevista apareció la comisión judicial que no tardó en ser repelida por los concentrados (a pesar de que no faltó quien quería que les dejáramos la entrada franca). Después de esta escaramuza, que demostró a la policía que su intervención era desaconsejable, el piquete siguió firme, sin que la aparente retirada de la policía local y de dicha comisión nos ofreciera ningún motivo para confiarnos. Uno de los factores que nos hacían permanecer atentos era la presencia de tres policías secretas (agentes de la Brigada de Información) perfectamente identificados gracias a su impericia y mínima capacidad de mimetizarse.
Pasadas las horas, y según se acercaba el cierre de juzgados, nos iba quedando claro que el desahucio se había aplazado (luego supimos que por 40 días). Esto no es una victoria; es sólo una tregua. Tiempo para que Banca March2acepte negociar con Ignacio, si dicha entidad no quiere que su imagen se siga deteriorando y tener que acometer un segundo lanzamiento aún más duro y encarnizado. 

 

El aplazamiento de este desahucio nos ha servido para ratificarnos en viejos análisis y para realizar otros nuevos. Y no sólo a nosotros, sino también a los que participaban en la paralización de un desalojo por primera vez:
Han comprendido que por muchas lecturas políticas que intenten hacerse de un desahucio y por mucho afán de protagonismo que haya entre algunos, un piquete anti-desahucio debe tener, por obvio que parezca, un objetivo principal: que el afectado conserve su vivienda.
Que tan importante como el número de asistentes de un piquete es la actitud y la estrategia.
Que los colectivos que monopolizan mediáticamente la participación en el frente de la vivienda, como la PAH, pueden tranquilamente inhibirse de intervenir en este tipo de concentraciones a pesar de que el desahuciador sea un banco y no un particular.
Que la voluntad de paralizar un desahucio pesa más que cualquier otra consideración, y que en ocasiones, y aunque no sea lo deseable, más de una veintena de personas provenientes del otro extremo de la isla pueden suplir la escasa participación de los propios vecinos del barrio.
Haciendo una lectura meramente particular, este desahucio también ha permitido a muchos realojados de la Comunidad “La Esperanza” ser conscientes de su potencial, de que los desahucios pueden pararse mientras haya una verdadera intención de conseguirlo, de que sólo el apoyo mutuo y la acción directa capacitan al pueblo para obtener lo que necesitan (y no las promesas electorales de los partidos y sus marcas blancas3) y de que por sí mismos suponen ya una fuerza formidable.
Deseamos que en este mes Ignacio pueda negociar a su favor e imponer sus exigencias. Si no volveremos a Guanarteme… Más y más fuertes.
Si ellos tienen la fuerza en el Ministerio, la nuestra está en la calle y en la razón” (Cultura y Acción,10 de diciembre de 1931).

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1Este planteamiento táctico se veía reforzado por el último desahucio sucedido con éxito en Tenerife, donde la no ocupación de la entrada por parte de los concentrados permitió a la Guardia Civil acordonar la zona con su presencia y abrió de facto un pasillo para la comisión judicial.
2No olvidemos que el fundador de este banco es el infame Juan March, uno de los grandes capitalistas que financiaron el golpe de Estado militar de 1936.
3La mayoría de colectivos sociales de la Isla responden de una u otra manera a los intereses de los más variados partidos o sindicatos. La independencia de acción no existe en la isla ni como consigna.

Concentración para paralizar un desahucio

Concentración para paralizar un desahucio

El viernes 26 de septiembre a las 8:00 de la mañana en la calle Fernando Guanarteme nº 157 un hombre y su hijo van a ser desahuciados de su vivienda si no hacemos nada para impedirlo. No sólo perderán su techo sino también su medio de vida pues su vivienda es también su taller. El desahucio no se produce por impago, sino por la voracidad de la especulación inmobiliaria de Banca March. Es un nuevo y despiadado ataque del capitalismo feroz contra la dignidad del artesano y el productor independiente. No podemos permitir que nadie pierda su techo, algo esencial, para que otros dispongan de lo superfluo. Acudamos todos este viernes a las 8 (a.m.) al nº 157 de la calle Fernando Guanarteme para intentar detenerlo con nuestra presencia. ¡Ni un desahucio sin respuesta!

Nunca tan pocos hicieron tanto

Nunca tan pocos hicieron tanto

Un grupo de menos de 20 personas detiene dos desahucios y hace un “escrache” al Ayuntamiento de Telde
Siendo totalmente honestos, casi nadie confiaba en que la jornada de lucha que se nos planteaba en Telde, el 26 de Abril, intentado parar el desahucio de Itahisa, José y sus cuatro hijos, fuera a salir bien. Muchos temíamos que este iba a ser el primer piquete anti-desahucio que no conseguiría su objetivo (recordamos que, por ahora, todos los piquetes convocados en la Isla han conseguido detener todos los desahucios que se han propuesto). ¿Los motivos de nuestro pesimismo? Lo precipitado de la convocatoria y el escaso número que suponíamos íbamos a poder congregar.
Sabíamos que el número de participantes iba a ser magro, no sólo por el poco tiempo que habíamos tenido para darle difusión al piquete, sino porque la mayoría de colectivos que normalmente han participado en el mismo, esta vez se habían descolgado de la convocatoria. Unos porque decían que estaban demasiado ocupados, otros porque llevan tiempo desmovilizando todo intento de paralizar desahucios por motivos de alquiler, y otros, por doloroso que suene, porque creían que este caso no tenía “respaldo social”, es decir: pensaban que no iban a ir los medios de comunicación.
Cuando llegamos a Telde éramos 10 (el número no aumentó durante cerca de una hora). Aún faltaba bastante tiempo para que se presentara la comisión judicial; había que actuar rápido. La FAGC llevó a cabo lo que ya había propuesto en el punto 3º del manifiesto de presentación del Grupo de Respuesta Inmediata: “Los desahucios no pueden pararse siempre con la mera oposición física, pero inerte, del propio cuerpo, sino con todos los medios a nuestro alcance para impedir el acceso de los secretarios judiciales y los agentes policiales a la vivienda en cuestión. Esto pasa por la oposición física activa, por el establecimiento de barricadas, la utilización de cadenas, alambrada de espinos, rotura de cerraduras y cualquier elemento que las circunstancias y los afectados vean necesario y deseable”. Como no podía contarse con el factor numérico, principal elemento disuasor de la actuación policial/judicial, sólo se podía intentar parar el desahucio a través de métodos “mecánicos”. Esta vez no habría “bloque humano” delante de la puerta. Mientras dos compañeros colocaban cadenas desde fuera, el resto no parapetábamos dentro del portal. Apuntalamos con listones de madera, colocamos cuñas debajo de la puerta, clavamos con tachas la puerta al marco y, por si acaso, disponíamos de un pesado palé con el que taponar los posibles boquetes que la eventual intervención policial pudiera provocar en la puerta. A todo esto, nos situamos en la puerta de tal modo que nuestro cuerpo pudiera suponer un verdadero “puntal humano”.

Con el tiempo llegaron más miembros de la FAGC, algunas de las familias que hemos realojado, algunos generosos simpatizantes y dos miembros de Stop Desahucios que participaban a título individual (¿por qué no se personó el resto de la plataforma? Creemos que la respuesta está en el propio eslogan que sus comprometidos homólogos peninsulares han hecho famoso: “Sí se puede ¡PERO NO QUIEREN!”). Un compañero no pudo soportar más la indignación y, micrófono en mano, afeó la conducta de Stop Desahucios (la rabia no sabe contemporizar). 
Finalmente se personó la comisión judicial acompañada de la policía, los compañeros que permanecían en la entrada les hicieron saber, valientemente, la situación de bloqueo de la puerta y que no iban a poder pasar sin realizar un verdadero asedio. Finalmente el agente judicial se vio obligado a meter por debajo de la puerta el documento en el que se informaba a Itahisa y a su familia que habían logrado un aplazamiento de unos 15 días, hasta el 9 de mayo (escaso margen, pero tiempo necesario para iniciar otras vías de actuación) 

Desde aquí felicitamos a esa primera avanzadilla de sólo 10 miembros, pues nada se hubiera conseguido sin el arrojo de los compañeros que trajeron las cadenas, sin el soporte de las dos compañeras de la Asamblea del 15-M Guanarteme y el apoyo de un guerrillero autónomo que siempre está en primera línea. 
Nada más salir del improvisado parapeto se nos comunica que se requiere nuestra presencia en un desahucio que iba a producirse a las 11:30 (un caso que ya estaba en nuestra agenda de acciones, pero cuya afectada no quería convocar un piquete), pues finalmente la persona afectada había reconsiderado la situación y estaba dispuesta a paralizarlo por la vía de la resistencia. El drama personal es trágico: una familia que va a perder su casa (perteneciente a su familia desde hace más de 60 años) porque un cacique local dice que el antiguo propietario de la vivienda (el difunto padre de la afectada) le debía 19.000 pesetas (sí, pesetas) de agua para regadío (hay muchas otras familias en esta misma situación, a punto de perder su vivienda por la voracidad acaparadora de este mismo “aguateniente”). El magro piquete (no llegábamos 20), al que encomiablemente se había sumado Itahisa, José y algunos de sus familiares, se trasladó del Caracol a Lomo Magullo. Viendo que el número seguía siendo escaso, volvimos a la vía del apuntalamiento. Finalmente, y después de cerca de dos horas, se le comunica a la familia que el desahucio queda paralizado hasta dentro de un mes (el 31 de Mayo).

Pletóricos, porque era la primera vez que en la Isla se paraban dos desahucios consecutivos en un mismo día, y porque creemos que hay pocos precedentes de que lo hayan hecho tan pocos, decidimos “compartir” el éxito obtenido y hacer partícipe al consistorio de Telde (alcaldesa y ediles incluidos) de que por su culpa, insensibilidad, brutalidad e ineptitud ese día dos familias (una con niños y la otra con personas ancianas) podían haber dormido en la calle si la intervención popular no llega a impedirlo. El boicoteo o escrache en el Ayuntamiento, que en ese momento se encontraba en pleno, se prolongó durante varias horas (obligando a los concejales a permanecer encerrados durante todo este tiempo, y a la expectativa de que nos marcháramos). 
En el mismo se acusó a la casta política de ejecutar la más despiadada de las violencias contra las familias desahuciadas y de practicar verdadero terrorismo de Estado. “Terroristas” y “mentirosos”, “desahucio inminente para los dirigentes” y “que el próximo desahuciado sea un diputado”, fueron las consignas más repetidas. El despliegue policial fue enorme, y no menos de 30 policías, entre locales y nacionales, se personaron en el lugar, en formación, abarcando todo el perímetro del Ayuntamiento  e incluso las calles aledañas. Finalmente los políticos se vieron obligados a salir entre abucheos, reproches y acusaciones. Todavía hay quien llama a esto violencia, mientras permanece impasible ante la visión de una familia arrojada a la calle, de unos niños secuestrados por el Estado o de unos afectados a los que en ocasiones les parece no tener más salida que buscar la forma más indolora de morir. Desconvocado el “escrache”, la policía identificó arbitrariamente, y con clara finalidad intimidatoria, a unos de nuestros compañeros. El agente que llevaba la voz cantante en esta intervención fue reconocido por nuestros compañeros como uno de los policías que los torturó a principios de año: Dos miembros de la FAGC son detenidos en Telde.
 

El momento de la identificación de nuestro compañero.

 En definitiva, hoy la prensa volverá a hablar de tal o cual plataforma, de cómo Stop Desahucios paralizó ambos lanzamientos (incluso sin participar en ninguno de los dos), de cómo se ha “maltratado” a la indefensa y vulnerable “clase política” y de cómo el gobierno (el otro fiel de la balanza) está gestionando “admirablemente” el tema de los desahucios con su “innovadora ley anti-desahucios”. Lejos de la distorsión mediática, lo que a nosotros nos interesa es que se ha demostrado que si el factor número es importante, no es imprescindible. Que el grupo más pequeño, siempre y cuando tenga voluntad, tiene capacidad de parar un desahucio de forma tan efectiva como una marea humana. Que una buena táctica suple cualquier otra consideración, y que la realización de piquetes anti-desahucios está al alcance de todo el que tenga voluntad de llevarlos a la práctica. Se ha demostrado que menos de 20 personas no sólo pueden parar un desahucio, sino dos, y encima “escrachar” un pleno municipal. Se ha demostrado que los procedimientos mecánicos (puntales, cadenas etc.), llegan a veces a donde no llegaría un piquete pasivo e inactivo por numeroso que fuera (aunque aglutinar número sea siempre la primera opción y la que tiene un factor más disuasivo). Se ha demostrado que si hay capacidad de resistir puedes impedir que te echen de tu casa. Se ha demostrado que donde fracasa un “ejército” puede triunfar una “guerrilla”. Se ha demostrado que nunca tan pocos hicieron tanto.
Un grupo de hombres tiene que levantar un peso que a todos interesa cambiar, pero la mayor parte abandonan la tarea; se marchan, riendo y murmurando de la poca fuerza de los que quedaron en su puesto con la sobre-carga de lo que tocaba a los otros levantar. La falta nuestra, la culpa ajena” (Práxedis G. Guerrero en “Regeneración”, 1910).

Este 1º de Mayo: ¡Sin trabajo, sin techo y SIN LEY!



Este 1º de Mayo: ¡Sin trabajo, sin techo y SIN LEY!
    
El 1º de Mayo nació gracias a la sangre obrera derramada*; hoy pretenden ahogarlo en esa misma sangre.
Ésta podría ser una apabullante jornada de lucha, el preámbulo de algo más grande. En vez de eso nos contentaremos con desempolvar las banderas y afinar los silbatos; con realizar un tranquilo pasacalles que calme las conciencias culpables de los de abajo y permita conservar su tranquilidad a los de arriba. Muchos, incluso, irán de la de mano con CCOO y UGT. Es decir, con empresas privadas que se hacen pasar por sindicatos y que usan contra sus trabajadores la misma Reforma Laboral que dicen querer derogar.
El Sistema, con sus engranajes y gestores, quiere que este 1º de Mayo salgamos de excursión, porque cansados, de tanto caminar, de tanto “celebrar”, se descansa mejor.
¿Es que acaso nos faltan los motivos para plantarles cara?

Abandonen toda ingenuidad infantil: ¡el Sistema nos ha declarado la Guerra! Es un acto de guerra directa que te pases toda la vida trabajando para que en tu vejez no tengas ni los medicamentos asegurados; que estudiar pase a ser un privilegio al que sólo una élite tendrá acceso, gracias a la subida de las tasas universitarias; que los menguados servicios sanitarios sean aún más, y más, recortados; que si naciste más allá del Atlántico no tengas ni garantizada una mínima cobertura médico-hospitalaria; que el trabajo haya mutado de derecho a deber, y de deber a privilegio; que el desempleo forzado nos condene a morir; que el hambre ya no sea una plaga televisada, sino el espectáculo cotidiano de todo el que se atreva a asomarse a la ventana; que los desahucios se ejecuten a cientos de miles abocando a familias enteras a la condición de parias.
Nos han declarado la guerra. Nos están matando de hambre y de frío; nos están ahogando en tedio y desesperación; nos ponen la pistola en la cabeza en forma de angustia y deudas. Para colmo de males, si osamos levantar la voz nos denuncian con acusaciones inventadas; nos criminalizan con cargos ilusorios; nos venden como violentos si osamos desafiar su violencia institucionalizada. Día a día se nos está enjuiciando, condenando a desproporcionadas penas de prisión y sepultando bajo un estado policial tan represivo que harán que olvidemos que alguna vez existió algo llamado “libertad de expresión”. La sociedad se militariza a pasos agigantados y cada vez nos vamos acostumbrado más al caqui y al azul; más a que nos registren, a que nos identifiquen, y a no hacer preguntas; más a mirar para otro lado. Dicen protegernos de los “violentos”, pero no hay nadie que nos proteja de ellos.
Nos han declarado la Guerra. ¡Pues hágase la Guerra!
Esta es nuestra declaración: declaramos una guerra social abierta y sin cuartel contra todos los privilegios, contra la condena de vivir sin techo y sin tener el alimento asegurado. Declaramos con nuestra lengua de fuego una guerra sin tregua a su censura y represión. Declaramos en nuestros puestos de trabajo, en nuestros bancos callejeros o en nuestras eternas colas del paro, una guerra inexorable contra su sistema capitalista de oferta y demanda, de compra y venta, porque no somos ganado. Declaramos una guerra a muerte contra sus instituciones y ponemos hoy y aquí la primera piedra de nuestra barricada.
Hagamos que nuestro 1º de Mayo sea su último día de fiesta. Adelante, adelante siempre, porque atrás sólo hay renuncia, despojos y mierda.
FAGC
*En 1886, en Chicago, cinco anarquistas fueron condenados a muerte (uno se suicidó y cuatro fueron ahorcados) y tres condenados a penas de prisión por luchar a favor de la jornada laboral de 8 horas máximas.
Los cuatros anarquistas asesinados en 1886 por el Estado.

Informamos


¿Qué se está moviendo en Gran Canaria?
En la última semana y media la Federación de Anarquistas de Gran Canaria ha realojado satisfactoriamente a 44 personas desahuciadas o sin hogar (más de la mitad de las mismas son niños o menores de edad) y ha gestionado, también fructíferamente, más de 60 casos de personas afectadas por las hipotecas, los alquileres, la carestía de la vivienda o la indigencia.

Este volumen de trabajo, teniendo en cuenta el número de miembros de la FAGC, hace que cosas secundarías, como el programa de radio o la actualización periódica de la web, queden postergadas. No obstante, son vehículos de información y comunicación que no pensamos abandonar.
A toda la gente que se ha puesto en contacto con nosotros, a la que lo haga de aquí en adelante, a todos con los que hemos concertado citas para la próxima semana, les rogamos paciencia y que tengan la certeza de que ningún caso quedará desatendido.
Recordamos además que las viviendas que hemos socializado se encuentran en la isla de Gran Canaria, en respuesta a los múltiples interesados que se han puesto en contacto con nosotros desde fuera de las islas, e incluso desde otros continentes.   
Cuando la FAGC puso en funcionamiento su Grupo de Respuesta Inmediata Contra los Desahucios, y promovió la Asamblea de Inquilinos y Desahuciados, se puso como meta, para este 2013, socializar unas 25 viviendas; en los escasos tres meses que llevamos de año ya ha socializado más de 55 inmuebles. Los resultados nos obligan a dejar la falsa modestia a un lado y a considerar que esto supone un hito con difíciles paralelismos, no sólo a nivel insular, sino también más allá de este archipiélago norteafricano (más tratándose de una modesta federación anarquista con recursos económicos más que limitados). Este es un trabajo silencioso, alejado de las “actividades espectaculares” y del ruido del circuito mediático comercial, sin embargo, es un trabajo que, si mantiene este ritmo constante, conseguirá, por ejemplo, que toda una generación de menores pase de la infancia a la adolescencia bajo un techo conquistado a través de la Acción Directa y el Apoyo Mutuo. Definitivamente, algo se está moviendo en Gran Canaria.
Recordemos que esto no es caridad. La caridad se da de arriba abajo. Es lo que un ‘superior’ le confiere a quien tiene por ‘inferior’, por su ‘subordinado’. Esto es solidaridad. La solidaridad sólo se da entre iguales y significa que los unos nos ayudamos a los otros” (Intervención de un miembro de la FAGC en una asamblea de vecinos realojados).

Socialización Masiva


Hemos socializado alrededor de 40 viviendas (cerca de 15 ya están realojando a unas 50 personas desahuciadas y sin hogar). El único requisito para acceder a ellas es la necesidad: carecer de techo o estar a punto de perderlo. Si te encuentras en esta situación ponte en contacto con nosotros a través de nuestro correo (anarquistasgc@gmail.com) y ya te explicaremos los detalles y pormenores en persona.

Los pueblos están dispuestos; sufren demasiado y, lo que es más, han comenzado a comprender que no están obligados a sufrir” (M. Bakunin, Protesta de la Alianza, 1871).