Crónica sobre la rueda de prensa en Los Barracones

foto rueda de prensa 1El lunes 12 de junio de 2017, las vecinas afectadas de los Barracones de Juan Grande, amenazadas por un «conde» de echarlas a la calle sin darles alternativa alguna, dieron una rueda de prensa en los mismos barracones. Estuvieron acompañadas por un miembro del Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria y por la abogada de dicho sindicato.

De la rueda de prensa se hicieron eco bastantes medios comerciales, y la crónica fue difundida por distintos medios alternativos. En una próxima entrada, haremos una pequeña recopilación sobre la repercusión obtenida.

A continuación, la crónica que hicieron desde el Sindicato:


foto rueda de prensa 2
De izquierda a derecha: Milagrosa, Ayesa y Ana

En la mañana de ayer, 12 de junio, las vecinas de los barracones de Juan Grande ofrecieron una rueda de prensa con el fin de hacer público el conflicto que mantienen con los herederos del conde de la Vega Grande. En ella explicaron ante los medios el posible desalojo al que se enfrentan 19 familias, entre las que se cuentan 24 menores de edad, varios ancianos y personas con enfermedades crónicas. Ana, Milagrosa y Ayesa, mujeres que representan a tres generaciones distintas, pusieron voz a la lucha de 63 personas que pueden verse en la calle de la noche a la mañana.

Ana, una mujer que ha vivido 27 de sus 75 años en los barracones, empleó su intervención para denunciar las mentiras del alcalde de San Bartolomé de Tirajana, quien declaró a una televisión local que los vecinos habían firmado un contrato de alquiler con el conde. Ana, que ha sufrido dos infartos y una insuficiencia renal en los últimos nueve meses, afirmó que la corporación municipal no les ha ofrecido ninguna alternativa habitacional hasta el momento y se mostró escéptica ante un alcalde que siempre les ha dado la espalda.

En segundo lugar, Ayesa, la más joven de las tres, narró cómo un empleado del conde se presentó un día a las 8 de la mañana en los barracones y sin previo aviso comenzó a derribar la casa colindante a la suya con un martillo amortiguador. En dicha casa vivía la única vecina que tenía relación de alquiler con el conde: al rescindir el contrato con éste, la vecina abandonó la vivienda. Ayesa tiene un bebé de 14 meses que despertó ese día entre el pánico y el desconcierto que sembraba el ruido atronador del martillo. Llamaron a la policía para denunciar el abuso, pero nunca aparecieron. Entonces decidieron convocar a los medios y el empleado se esfumó al verlos llegar. Contó la joven que cuando el abogado del conde le entregó en mano la carta por la cual se les conminaba a desalojar sus hogares, ella le preguntó que a dónde irían. No obtuvo respuesta.

Por su parte, Milagrosa declaró que las familias de los barracones habían solicitado viviendas sociales dignas y acordes a la situación económica de cada una. Si, como se afirma desde las instituciones, no hay suficientes viviendas públicas, exigió que les permitiesen quedarse en sus casas hasta que la administración construya nuevas viviendas. Es preciso recordar que, según se recoge incluso en documentos firmados por el conde, estas casas aparecen descritas como “cuartuchos para animales”. Sólo el enorme esfuerzo y los magros recursos económicos de las familias han logrado convertirlas en viviendas dignas y acogedoras. Milagrosa aprovechó para subrayar la desconfianza de las familias hacia los partidos políticos, que hasta ahora no han movido un dedo para ayudarles.

Tras la intervención de las tres portavoces, miembros del Sindicato de Inquilinas denunciaron que la administración había incumplido su compromiso de realojar a las familias afectadas por la modificación del Plan General de Ordenación Territorial. Según este plan general, el terreno en el que están los barracones fue declarado “zona industrial” y los vecinos afirman que el alcalde les confesó que el ayuntamiento tiene la intención de comprarlo para construir una nave industrial. Por otro lado, los miembros del SIGC lamentaron que en pleno siglo XXI, en un Estado que presume de ser adalid de los Derechos Humanos, se pisotee sin reparo el derecho de estas personas a una vivienda digna. Además, anunciaron la estrategia de resistencia al posible realojo: desde la guerra mediática al piquete para evitar el desahucio.

Por último, un vecino que lleva 58 años viviendo en los barracones relató las condiciones de esclavitud en las que con sólo 9 años empezó a trabajar para el conde. Su testimonio revivió la oscura historia de caciquismo, esclavitud y miseria que aún golpea a las clases más humildes de las islas. Entre otras cosas, denunció que hasta el año 1999 (en el orgulloso Estado español que ya presumía de cuarto puesto en la economía de la UE), el agua, la luz y los baños de los barracones eran comunes y sólo tenían luz de 6 de la mañana a 10 de la noche.

En definitiva, las familias de Juan Grande han enviado un mensaje contundente a los herederos del conde: han demostrado que no tienen miedo y que van a luchar hasta el final por mantener sus viviendas si la administración no les asegura una alternativa habitacional digna y acorde a sus ingresos. Frente al caciquismo y la administración servil, estas 63 personas se han organizado para defender sus derechos más elementales. Y no están solas: tienen el apoyo y la asesoría del Sindicato de Inquilinas y la solidaridad y simpatía de 61 colectivos del Estado e incluso del continente americano que no permitirán que se queden en la calle.


En el post original, podrán ver más fotos:

https://sindicatodeinquilinasgc.wordpress.com/2017/06/13/cronica-de-la-rueda-de-prensa/

Charla en Iruña

El próximo sábado 1 de abril, enmarcada en las Jornadas Anarquistas organizadas por Nafarroako Gazte Anarkistak, nuestro compa Ruymán hablará sobre la F.A.G.C.

Agradecemos a las compas de Nafarroa la invitación a participar en sus Jornadas, y esperamos que nuestra aportación sirva para enriquecer el debate sobre el «Anarquismo para el siglo XXI».

Encuentro y charla con la Asamblea de Firgas

Recogido del facebook de la Asamblea de Firgas:

https://www.facebook.com/asambleadefirgas/

Aquí su blog: http://asambleadefirgas.es/index.php

Ayer [por sábado 25 de febrero] celebramos en el centro socio-cultural La Casa Verde un interesante encuentro con miembros de la Federación Anarquista de GC, la comunidad «La Esperanza» y el Sindicato de Inquilinas de GC. Ruymán explicó cómo la necesidad de asegurar techo, abrigo y pan a muchas personas les llevó a desarrollar el proyecto de la Esperanza. También detalló cómo habían resuelto los conflictos de organización e incidió en los numerosos obstáculos que pone el Estado para desmontar un proyecto basado en el apoyo mutuo y la acción directa que cuestiona sus pilares más fundamentales. Agradecemos enormemente la excelente disposición y el interés sincero que han demostrado en venir a Firgas para compartir su experiencia y esperamos devolver la visita lo antes posible.

Clase de arquitectura en «La Esperanza»

El pasado 21 de febrero, unos 60 alumnos de 3º de arquitectura de la Universidad se acercaron a la Comunidad «La Esperanza» para conocer el proyecto de okupación más grande del Estado de primera mano. Este acontecimiento, inédito hasta hace poco, empieza a hacerse común con la visita de cada vez más estudiantes de distintas especialidades. La Universidad suele ser un mundo totalmente ajeno para los vecinos de una Comunidad como «La Esperanza», pero entre profesor, alumnos, vecinos y militantes se ha vuelto a conseguir una importante sinergia.

Los alumnos han comprobado que hay otro modelo urbano habitacional, uno que no encaja en las dos únicas opciones que contempla este sistema: la especulativa capitalista y la tutelada por el Estado. Más allá del interés privado y del paternalismo gubernamental, está el modelo social y autónomo de la autogestión.

El compañero Ruymán de la FAGC explicó en el asambleatorio el recorrido de 4 años del proyecto. Desde los primeros realojos de 20 familias, pasando por el intento de desahucio administrativo del año pasado hasta la creación entre los muros de la propia Comunidad del primer Sindicato de inquilinos del siglo XXI. Dejó claro en todo momento que el proyecto es hoy por hoy totalmente autónomo de la FAGC, y que son los vecinos los que gestionan los 4 edificios sin intervención del exterior.

Al explicar el compañero que el ayuntamiento incumple las mismas leyes y decretos que impone como obligatorios para el resto, que impide desde el pasado verano empadronarse a ningún nuevo vecino, y también el ninguneo de la administración racaneando los subsidios y el acoso al que los trabajadores sociales someten a algunos realojados, los alumnos no podían dejar de sorprenderse por la actitud de la corporación municipal. Vecinas como Ylenia y Wendy contaron su situación personal, y la lucha diaria que han llevado a cabo desde hace 4 años, cuando las vecinas más veteranas recogieron firmas para que a sus hijos los trasladara el transporte escolar como a cualquier niño, hasta la lucha cotidiana de otras vecinas más recientes para poder acceder a trabajos temporales del ayuntamiento o ayudas de alimentos.

El compañero de la FAGC explicó la motivación profunda que hay detrás de la siguiente manera: «es una táctica de hostigamiento para que los vecinos se vayan de la Comunidad por su propio pie. Al ayuntamiento le molesta ‘La Esperanza’ porque demuestra la ineptitud de las instituciones y que si los vecinos quieren mejorar sus condiciones de vida no pueden esperar nada del sistema ni de los partidos, y deben hacerlo por sí mismos. ¿Y qué pasa cuando uno se da cuenta de que las instituciones son innecesarias? Que las desobedece, y eso lo convierte en peligroso».

Los alumnos recorrieron todo el recinto de la Comunidad, lanzando en cada momento interesantes preguntas. Pudieron visitar las viviendas de Desi y Wendy y comprobar que eran completamente habitables. Pudieron constatar la capacidad de trabajo de los vecinos, que se afanaban en levantar el portón que el último temporal de viento que azotó la isla había tirado abajo.

Mientras estaban en el patio, dos trabajadoras sociales escoltadas por la policía local (ofreciendo con ello una pobre imagen), cruzaron la puerta que levantaban los vecinos y atravesaron el patio sin ni siquiera dar los buenos días. Si intentaban que los alumnos se sintieran incómodos, lo que consiguieron es que ratificaran todas las palabras de las vecinas sobre el comportamiento de la administración.

Al acabar, vario alumnos ofrecieron compartir ropas, enseres y muebles y pidieron contactos para hacerlos llegar a la comunidad. Fue un evento muy emotivo y muy rico donde una vez más pudimos comprobar que las personas reales tejen redes de empatía por encima de los poderes abstractos.

Una clase universitaria en una comunidad ocupada

El pasado 21 de diciembre (2016) una clase del grado de Educación Social de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria se impartió en «La Esperanza». Fue un acontecimiento memorable. Los alumnos que van a ser trabajadores sociales pudieron mirar sin prejuicios a las personas reales que componen este proyecto. Pudieron comprobar en primera persona (algunos eran de Guía) cuál era la verdadera situación del inmueble y despejar muchas ideas preconcebidas sobre «los okupas» («sorprende -decían- cómo cada persona que pasa nos da los buenos días, lo que no pasa ni en comunidades no okupadas»). La intervención del compañero Ruymán abrió una interesante reflexión: «Su labor va a ser gestionar la pobreza, tutelarla, generar dependencia. ¿Por que no ensayar experiencias como esta y promover la autogestión y reforzar la autonomía? Porque eso supondría una amenaza para el Sistema». Los alumnos reflexionaron sobre los límites de su futuro oficio, sobre lo mal distribuídos que están los recursos y sobre las dificultades burocráticas. Aunque concluyeron que solos iban a poder cambiar muy poco, sí coincidieron en que uniendose y confluyendo podrían presionar y denunciar esa dinámica. Los vecinos por su parte (como Azu o Guillermo) contaron sus experiencias personales y cómo en muchas ocasiones han recibido desprecio de las instituciones y de los propios funcionarios. Al final, después de dar una vuelta por los 4 bloques y la huerta, se produjo mucha empatía entre todos, una sinergia muy bonita entre profesor, alumnos, vecinos y miembros de la FAGC. Una experiencia inédita y rica para todos.

Resumen de un asistente a las Jornadas de Valencia

Resumen y conclusiones de la intervención de la FAGC en evento de Valencia

Por @petitanarchiste

Este texto ha sido creado en un inicio con un formato de publicación para Twitter, por lo que está compuesto por frases cortas y sintetizando en lo posible las claves dadas por el compañero Ruymán de la Federación Anarquista de Gran Canarias a la pregunta “¿Por qué fracasan los proyectos revolucionarios?”; acto enmarcado dentro de las Jornadas Libertarias de CGT Valencia de 2016.

El tema en torno al que trataba la charla-debate era el de “¿Por que fracasan los proyectos revolucionarios?”, con el contexto de fondo del 80 aniversario de la Guerra Civil.

El primer punto hacia el que apuntaba el compañero es sin duda uno de los más notables y necesarios de solventar actualmente: Falta de estrategia a largo plazo. ¿Qué sucede una vez se deroga una ley abusiva, se para un desahucio, se gana un conflicto sindical? El movimiento, la agitación, se estanca y/o desaparece. No hay un plan de acción más allá de conseguir un objetivo parcial, no estamos planteándonos realmente cómo llegar a la sociedad de la que siempre hablamos. Para ello hace falta un análisis de la situación interna del mov. libertario y externa del contexto en el que se desenvuelve, la concreción de unos objetivos realistas y unas vías (también realistas) para llegar a ellos.

En segundo lugar, otro de los errores comunes en los que solemos caer, es en pensar que una vez hayamos tumbado el sistema, todo se solucionará por armonía espontánea: Caemos en el error de pensar que nos llevaremos bien automáticamente con el vecino que nos jode, que las infraestructuras se crearán por sí solas y demás. Aquí el compañero Ruymán dio en un punto clave cuando hablaba de por qué funcionó (si lo hizo), la Revolución Social del 36: Había una sociedad paralela funcionando. Para cuando llegue el momento de derribar todo el entramado organizativo del sistema actual, tendremos que tener funcionando de antes una sociedad paralela que sea capaz de reemplazarlo y cubrir las necesidades de esa sociedad de manera óptima. De lo contrario, demostraremos incapacidad organizativa, y de nuevo, falta de estrategia y previsión a largo plazo.

El tercer peligro que menciona Ruymán es caer en la seducción del Poder/instituciones. Cuando estas ven alguna victoria significativa por parte de movimientos sociales o grupos organizados, enseguida pasan de la amenaza y la represión a la conciliación y las promesas. Aceptar sus tentadoras ofertas, muchas veces parches al problema que se pretende combatir, se da un amansamiento e incluso freno a la lucha. Evidentemente esta es una decisión a tomar por las afectadas por el problema, pero el compañero recalca la condición de parche de las ofertas.

Junto a esto, la absorción de las luchas por parte de las instituciones, su burocratización, y con este proceso, la desviación también del objetivo inicial. Se pone por caso el ejemplo de Ada Colau en Barcelona y la reciente represión a los manteros y su sindicato. Unido a la absorción por parte de las instituciones está la debilidad que puede llegar a causar el contar con infraestructuras. El miedo a perder el local donde nos reunimos, el material de la distribuidora o cualquier otro elemento por causa de la represión nos hace también ser conservadores con respecto a nuestras actividades revolucionarias. Y también ligado a esto último, el considerar el sindicato, el colectivo como fin y no como medio para llegar al objetivo revolucionario. Encaminar nuestras estrategias a reforzar el colectivo, a ganar visibilidad, a que no se nos ensucie el orgullo, perdiendo de esta manera el objetivo real del sindicato y su sentido de existencia. Al fin y al cabo, un sindicato o colectivo anarquista que sólo actúa para sí mismo, para su supervivencia, que es un fin en vez de un medio ¿de qué sirve? En este punto hemos caído, caemos, y caeremos varias veces más, colectivos e individualidades que nos dedicamos al activismo social. Es un lastre que debemos valorar en su justa medida y que no nos puede monopolizar asambleas enteras. Todo lo anterior referido al trabajo del colectivo o sindicato se traduce en enfocarse hacia afuera del colectivo y ver qué se puede aportar. De lo contrario, caemos en una sensación de falsa estabilidad, en la que generamos material para nosotres mismes pero irrelevante mas allá de nuestro círculo.

Por último, y haciendo referencia de nuevo al marco del 36, pecamos de una mitificación de la derrota. Estamos muy cómodos no pudiendo hacer nada, no habiendo futuro, siendo les marginades. Nos ahorra tener que plantearnos en serio cómo vamos a llegar a esa sociedad futura fantástica y armónica a la que siempre hacemos referencia. No vale con decir que habrá un levantamiento espontáneo, ni una masa organizada, ni que se tumbará el Gobierno y se instaurará la anarquía feliz. Hace falta que concretemos cada paso que vamos a dar, que hagamos un análisis constante del avance de cada frente abierto, que actuemos de manera consecuente, y sobre todo, que nos cuidemos les unes a les otres.

Y aquí entro yo a hacer un añadido: Es imprescindible que tejamos redes de solidaridad y cuidados eficientes. Que sepamos que si nos quemamos, no se va todo a la mierda, porque hay compañeres que están detrás tanto para recogernos, como para asumir los roles que habíamos estado desempeñando.