Antes que nada hay que saber que, contrariamente a lo que se cree, la policía puede escuchar tus conversaciones, perfectamente, sin necesidad de pedir ningún permiso u orden judicial, como mera “labor informativa”. Lo que no puede hacer con la información recabada en sus escuchas en presentarlas en un juicio, pero sí que puede sondear tus llamadas ante la más mínima sospecha de que quieras poner en jaque al sistema.
No obstante, es importante, como siempre que tratamos estos temas, no caer en la conspiranoia. Uno tiene que plantearse primero si está significado política y socialmente en grupos y colectivos opuestos, activamente, al poder; si no es el caso, tiene que pensar si está relacionado con gente que sí responde a ese perfil; respondidas estas preguntas debemos saber a su vez si tratamos información sensible o delicada por teléfono. Si la respuesta a alguna de estas cuestiones es afirmativa entonces debemos tener algunas cosas en cuenta.
Para empezar hemos de aclarar que los móviles no suelen ser los que se pinchan en sí, si no, por decirlo así, la señal. Es evidente que un móvil puede ser pinchado de forma directa alterando la tarjeta SIM, introduciéndoles dispositivos de escuchas, mediante programas informáticos como el FlexiSpy (en realidad un troyano) o incluso a través de los llamados “móviles espías” (comercializados para que los padres puedan vigilar a sus hijos).
Sin embargo, lo más frecuente, como ya he dicho, es pinchar la señal. Y este método, según parece es imperceptible (por ahí circula un método que es mirar, a través de escribir una clave, si el IMEI del móvil está alterado, pero es, según toda lógica, un camelo, pues es imposible que interceptar la señal de un móvil modifique el “DNI” del mismo).
La solución más plausible para algunos es hacerse con software de encriptación de móviles (podéis buscad en Internet). Además, también se venden móviles encriptados de serie, pero son increíblemente caros, por lo cual no es nuestro terreno. De todos modos, y aún así, hay que saber de dónde procede dicho software y dicho móvil, pues muchos programas y móviles que se ofertan y venden con el reclamo de esas prestaciones en ocasiones son, precisamente, artefactos que facilitan la escucha de terceros. Hay que estar por tanto muy seguro antes de adquirirlos.
Se plantea también la opción de “rastrear la señal”, pero esto también requiere de costoso tecnología que no suele estar al alcance de la mayoría de grupos disidentes con el sistema.
Otra alternativa, la más razonable y económica, es la de ser lo más aséptico posible por teléfono y no decir más que lo que no te importe que sepan terceras personas. Sin embargo, ni siquiera esto es una garantía, pues tus conversaciones privadas pueden ser escuchadas, en tu propia casa, a través del teléfono móvil, aún teniendo éste apagado (tal y como sabemos que ocurre con las web cam).
La escucha se realizaría a través del micrófono que todos los móviles tienen incorporado. Este micrófono se activa a distancia (como reconoció, haciéndolo público por primera vez, el juez Lewis Kaplan que ordenó al FBI espiar a la familia mafiosa de los Genovese en el 2006). Puede ser a través de la instalación de un software (preferiblemente en formato virus, vía sms) o incluso puede activarse con la programación de las alarmas y avisos de los que disponen la mayoría de los móviles.
A este procedimiento se le llama en inglés Roving Bug (dispositivo de escucha a distancia o itinerante).
Como detectar y evitar el Roving Bug
Los métodos para detectarlo son sencillos. En primer lugar cuando te activan el micro tu móvil, lógicamente, consume más energía de lo normal, así que controla el estado de la batería, sobre todo en estado de reposo. Si empieza a meter bajones de forma fulminante y anómala, entonces sospecha. En segundo lugar esto puede provocar, a su vez, un calentamiento inusual y excesivo del móvil. Otro indicio a tener en cuenta. En tercer lugar hay que estar atento a las interferencias provocadas por el móvil. Ese sonido de acople que a veces se oye cuando acercamos un móvil a algún aparato eléctrico, puede ser un indicador, dependiendo de su frecuencia y sobre todo si el móvil está en reposo, de que el aparato está emitiendo datos.
La única solución, si no podemos prescindir de llevar el móvil encima, es quitarle la batería al móvil (pues éste, para activar el micrófono, necesita energía) cuando vayamos a tratar algún asunto sensible.
El sentido común, hablar todo a la cara y sin móviles hábiles encima, o en su defecto hacerse un primitivista consecuente, son por ahora las mejores soluciones.