La marcha contra la reforma constitucional se tiñe de anarquía. Canarias7

Un grupo de anarquistas en la plaza de la Feria.Sindicatos y partidos políticos han rechazado este martes en Las Palmas de Gran Canaria la reforma de la Constitución pactada por el PSOE y el PP para limitar el déficit público, protesta en la que la Federación de Anarquistas de Gran Canaria ha clamado que «el pueblo unido funciona sin partidos».
A esta manifestación, convocada por CCOO y UGT, se han sumado partidos políticos como Izquierda Unida, Nueva Canarias, el Partido Humanista, cuyo representante ha portado a modo de pancarta el cartel de la película «Malditos Bastardos», y el Partido Comunista del Pueblo Canario, y ha congregado a unas trescientas personas.
En un principio, la protesta estaba previsto que la encabezara una pancarta sindical con el lema «No sin nuestro voto. Referéndum Ya», alusiva a una de las reivindicaciones de la convocatoria: la consulta a la ciudadanía sobre la reforma constitucional que se aprobará con los votos del PSOE y del PP.
Sin embargo, los miembros de la Federación de Anarquistas de Gran Canaria que se unieron a la manifestación, vestidos de negro y con banderas y pancartas del mismo color con eslóganes como «La única constitución buena es la que arde» o «Ni reformas, ni constitución, ni sindicatos, ni patrón», se adelantaron y abrieron la marcha, para enfado de algún sindicalista, que llegó a enfrentarse a ellos.
Con un ambiente algo tenso, la manifestación ha comenzado con media hora de retraso sobre la hora prevista, las 19.00 horas, y sin que se hubiera procedido a cortar el tráfico, lo que ha provocado que los participantes comenzaran a andar cuando aún circulaban vehículos en dirección contraria.
Uno de los miembros de la agrupación anarquista, Ruimán Rodríguez, ha explicado a Efe que este colectivo se opone a la reforma constitucional para limitar el déficit público porque, a su juicio, implica «elevar de categoría moral el capitalismo» y ha agregado que también rechaza que los sindicatos «sean los abanderados de esta manifestación en contra de la reforma» de la Carta Magna.
A su juicio, «está en manos» de estas organizaciones sindicales «parar esta reforma haciendo una huelga general indefinida y no la hacen».
Rodríguez ha considerado que los sindicatos defienden «una hipocresía de paz social» y les reprochó que, en un momento de descontento generalizado como el actual, «no quieran que la gente pueda verdaderamente reivindicar un cambio».
Antes de participar en la protesta, el secretario general de la UGT en Canarias, Gustavo Santana, ha explicado a Efe que esta organización solicita un referéndum sobre los cambios que se quieren introducir en la Constitución Española porque, si se modifica sin consultar a la ciudadanía, la Carta Magna «perdería todo su espíritu y legitimidad».
En su opinión, lo que va a producirse en España «es un error histórico» que «retrata» a senadores y diputados y que va a marcar un precedente bastante peligroso de cara al futuro.
Para el secretario de la Unión Insular de CCOO en Gran Canaria, Antonio Pérez, la reforma constitucional que han pactado el PSOE y el PP «plantea que la prioridad en los Presupuestos Generales del Estado es el pago de la deuda que se tiene con los bancos, en lugar del pago de la sanidad, la educación o el empleo».
En opinión del representante de CCOO, «esto no ha servido para tranquilizar a los mercados, porque la prima de riesgo era hoy de 340 puntos, pero el problema es que va a condicionar las políticas del futuro». 
http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=228526

Ante la Reforma Constitucional

¿Anticapitalistas o Pro-constitucionales?
Es evidente lo que significa la nueva Reforma Constitucional que pretenden meternos con vaselina: ponerle un techo al déficit público significa que el Estado se verá obligado a recortar antes de llegar a ese tope, y que cuando tenga que recortar lo hará, como siempre, por abajo (partidas y prestaciones sociales); significa que la prioridad gubernamental será pagarle a los “acreedores” (los bancos) a despecho de las necesidades populares; significa que una vez más el Estado se demuestra como un terrible instrumento que está en manos de los Mercados (que son los que dictan la reforma); significa, en definitiva, que se nos está queriendo imponer el capitalismo por vía constitucional (ya se nos ha impuesto por vía legal [la Reforma no añade nada nuevo a lo que ya sancionan las leyes]; introducirlo en la Constitución es simplemente un intento de que ascienda de “categoría moral”).
Ante esta situación, cuando la reforma es promovida por PP y PSOE en un vergonzante acto de pública endogamia política; cuando los grandes partidos, los mecanismos del Estado y la mercadocracia se unen contra la población, ésta tiene más que el derecho de salir a la calle para intentar sacudirse esta nueva muestra de tutelaje.
Ahora bien, ¿cómo dirigirá su propuesta y contra quién?
El Poder tiene una larga experiencia en el ejercicio del dominio. Cada vez que una nueva oleada de descontento popular empieza a poner en duda los cimientos del sistema, el Poder se las arregla para desarticular el descontento y convertirlo en valedor de lo existente. Si los trabajadores empiezan a cuestionarse la jornada mínima, el Gobierno plantea subirla a 10 para que los trabajadores defiendan sus 8 horas y se abstengan de reclamar las 6. Hace lo mismo con la edad de jubilación (amenaza con subirla a 67 para que gastemos nuestro esfuerzo en que se quede en 65, y no exijamos que descienda hasta 60), y con la educación (se ha obligado a miles de estudiantes universitarios a defender una educación imperfecta con tal de que no les metieran con calzador el Plan Bolonia). Hoy, cuando la gente empezaba a cuestionarse parte o incluso la totalidad de la Constitución, se nos pone en la tesitura de que salgamos a reivindicarla, a protegerla, para que no “nos la cambien”; se nos pone en el brete de exigir un referéndum para que secundemos nuevamente un documento que, hasta hace poco, muchos se planteaban derogar (aunque fuera parcialmente); se nos convierte en adalides de la misma “Carta Magna” que hasta ayer nos suscitaba aversión o desconfianza. Es la táctica del Poder.
Es así como se consigue que el pueblo se convierta en el guardián de los existente, en el vigilante que custodia un edificio en ruinas para que no le roben ningún cascote, cuando debería estar siendo el arquitecto de una nueva y mejorada construcción. Es así como se consigue que los movimientos sociales pasen de la ofensiva a la defensiva, de la Revolución a la Reacción.
Según lo veo, si queremos que no se nos instrumentalice y que no se nos convierta en valedores de un sistema que queremos cambiar hemos de saber responder a esta encrucijada: ¿vamos a ser custodios del pasado o postuladores del futuro? Es decir, ¿dirigiremos nuestras acciones contra el Capitalismo o a favor de la Constitución? ¿Nos organizaremos como adversarios del Capitalismo institucional o como partidarios del texto constitucional? Si salimos a la calle que sea sabiendo primero si lo hacemos como Anticapitalistas o como Pro-constitucionales; esa será la diferencia entre romper con lo de siempre o seguir con lo mismo.
FAGC

Manifestación

Plaza de la Feria – Las Palmas 1 de Septiembre a las 20’00

La reforma de la Constitución que se votará el viernes día 2 en el Congreso, a propuesta del PSOE y del PP que, textualmente, dará: “prioridad absoluta para el pago de los intereses y la deuda frente a otras partidas presupuestarias”, es una vuelta de tuerca en la cadena infame de leyes contra los trabajadores y trabajadoras que se están aprobando.
Significa que por encima de todo, aunque no haya dinero para pagar el paro, la sanidad, la educación o cualquier otro servicio público, se pagará a los usureros insaciables que tienen al Estado en sus manos.
Se hace en pleno mes de agosto, sin debate público, con unas Cortes agonizantes y, sobre todo, sin convocar un Referéndum porque saben que tienen a la inmensa mayoría del pueblo en contra.
Queda así en evidencia una Constitución que impuso a un rey heredero de la Dictadura, que consagra férreamente la propiedad privada frente a las necesidades sociales, como la de la vivienda, que permite que paguen menos impuesto los que más tienen y que es papel mojado a la hora de garantizar derechos sociales y democráticos.
La “paz social” pactada por las cúpulas de CC.00 y UGT, ante la situación dramática de millones de personas desempleadas, los cientos de miles que pierden su vivienda, la extensión de la precariedad, la degradación y la privatización de empresas y servicios públicos (transportes, sanidad, enseñanza, etc) es lo que nos deja impotentes ante tanto atropello.
El pueblo Gran Canario debe mostrar su indignación y su voluntad de resistir ante tamaño avasallamiento por parte de unos políticos que se comportan como perros de presa al servicio de los grandes poderes económicos.
La única salida posible es que la clase obrera y los sectores populares recobren la voz y la fuerza organizada. Es lo único que puede detener la barbarie que nos preparan. La preparación de una Huelga General, contra todos estos desmanes, es ya una necesidad apremiante.
Las organizaciones abajo firmantes, debido a la urgencia de la situación llamamos a todas las organizaciones políticas, sindicales y sociales a las asambleas populares y al movimiento 15M a compartir esta convocatoria que suscribimos como meros impulsores y que pretendemos que sea patrimonio de todas y todos en igualdad de condiciones.
¡CONTRA ESTA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN!
¡REFERENDUM VINCULANTE!
¡NO A LA CONSTITUCIÓN CAPITALISTA Y MONÁRQUICA!
¡POR LA HUELGA GENERAL!

Lo que debes saber sobre las identificaciones policiales en la calle.

http://www.ateneucandela.info/sites/default/files/imagecache/medium/images/gran_controles.jpgResumen de lo que indica la Ley en relación al cómo, cuándo y por qué un miembro de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado puede requerir que te identifiques mientras circulas por la vía pública, y las obligaciones que ellos tienen para con los ciudadanos.
Durante los últimos meses estamos asistiendo a una inusual actividad policial en nuestras calles: manifestaciones, reuniones, quedadas, acampadas, concentraciones; por la red circulan un gran número de videos donde se muestra a diversos miembros de los cuerpos de policía requiriendo identificaciones y en algunos casos aparentemente de forma aleatoria y arbitraria así como violenta.

Con el objeto de aclarar un poco qué es lo que indica la Ley en materia de identificación policial aquí hacemos un breve resumen de las diversas leyes aplicables al caso:
1º: Principios generales: según el artículo 5 de la Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (LOFCS) en toda actuación policial deben respetarse los siguientes elementos:
a) Adecuación al Ordenamiento Jurídico; aquí dice la LOFCS expresamente que se debe actuar con “absoluta neutralidad política e imparcialidad y, en consecuencia, sin discriminación alguna por razón de raza, religión u opinión”.
b) Relaciones con la comunidad; aquí dice expresamente la LOFCS que se debe impedir “en el ejercicio de su actuación profesional, cualquier práctica abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral“. Añade: “Observar en todo momento un trato correcto y esmerado en sus relaciones con los ciudadanos, a quienes procurarán auxiliar y proteger”.
c) Tratamiento de detenidos, que dice expresamente la LOFCS que “Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán identificarse debidamente como tales en el momento de efectuar una detención”.
Es importante retener estos tres elementos esenciales de toda actuación policial.
En relación a la identificación de personas en la vía pública, tenemos expresamente:
2º: El artículo 20 de la Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana (LOPSC), este artículo viene a decir lo siguiente:
a) Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán requerir, en el ejercicio de sus funciones de indagación o prevención, la identificación de las personas y realizar las comprobaciones pertinentes en la vía pública, siempre que el conocimiento de la identidad de las personas requeridas fuere necesario para el ejercicio de las funciones de protección de la seguridad que a los agentes encomiendan la presente Ley y la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
b) ¿Qué pasa si una persona no se identifica o no lleva identificación?; lo prevé también el artículo 20 de esta Ley: de no lograrse la identificación por cualquier medio, y cuando resulte necesario a los mismos fines del apartado anterior, los agentes, para impedir la comisión de un delito o falta, o al objeto de sancionar una infracción, podrán requerir a quienes no pudieran ser identificados a que les acompañen a dependencias próximas y que cuenten con medios adecuados para realizar las diligencias de identificación, a estos solos efectos y por el tiempo imprescindible.
c) ¿Y qué pasa si simplemente me niego a identificarme sin causa justificada? Pues nos podrán imputar una falta prevista en el artículo 634 del Código Penal, que dice: “Los que faltaren al respeto y consideración debida a la autoridad o sus agentes, o los desobedecieren levemente, cuando ejerzan sus funciones, serán castigados con la pena de multa de diez a sesenta días.” o incluso de delito se si dieran determinadas circunstancia, según el artículo 556 del Código Penal aunque esto ya es más raro en el ámbito que aquí exponemos.
PERO OJO. El artículo 495 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal estipula que NO podemos ser detenidos por la comisión de una simple falta a no ser que no tuviesemos domicilio conocido.
Muy bien, pero ¿el policía tiene alguna obligación en esta materia? SÍ. Para empezar los elementos que comentabamos en 1º. Pero además, según el artículo 21 del Real Decreto 1484/1987, de 4 de diciembre, sobre normas generales relativas a escalas, categorías, personal facultativo y técnico, uniformes, distintivos y armamento del Cuerpo Nacional de Policía, están obligados a identificarse de dos formas:
Si van uniformados deben llevar el número de placa en la parte superior derecha del uniforme, y además deben exhibir su carnet profesional si un ciudadano así lo requiere. Esto es lo que dice literalmente este artículo “Los funcionarios que realizan servicio de uniforme acreditarán su condición de Agentes de la Autoridad con el mismo. No obstante, llevarán obligatoriamente el carné profesional, que será exhibido cuando sean requeridos para identificarse por los ciudadanos, con motivo de sus actuaciones policiales.”.
Por tanto, en resumen:
¿Estoy obligado a identificarme? Sí, si no se trata de una identificación arbitraria o abusiva. El problema estará luego en interpretar si cada caso concreto era o no arbitrario. En cualquier caso, debe existir un motivo aparente para la identificación.
¿Y si no me identifico o no llevo identificación? Pueden llevarte a dependencias policiales para identificarte por otros medios, siempre y cuando se haga esto para impedir la comisión de un delito o falta o para sancionar una infracción.
¿Puedo solicitar la identificación al policía? Sí. Te deben mostrar tanto la placa que llevan en el uniforme como su carnet profesional. De hecho, primero deberían identificarse y luego solicitar la identificación del ciudadano. No hay ningún problema en apuntarte sus datos, deben permitirte hacerlo.
Lectura recomendada: Operativa en la práctica de la identificación policial, por el Alférez Jesús González Gutiérrez. http://www.guardiacivil.org/revista/761/articulo_2.pdf
Extracto del principio del texto:
SE ENTIENDE COMO IDENTIFICAR AL RECONOCIMIENTO DE QUE UNA PERSONA O COSA ES LA MISMA QUE SE SUPONE O SE BUSCA PRECISANDO POR ELLO EL COTEJO DE DATOS OBRANTES EN CENTROS OFICIALES, CON LOS QUE SE PRESENTAN A LA VISTA DE LA FUERZA ACTUANTE, ASÍ COMO DE LA COMPROBACIÓN DE SU LEGALIDAD.
TEXTO: ALFÉREZ JESÚS GONZÁLEZ GUTIÉRREZ. Profesor de Defensa Personal Policial de la Academia de Guardias y Suboficiales de la Guardia Civil de Baeza
El artículo 20 de la ley 1/92 de 21 de febrero de Protección de Seguridad Ciudadana, hace referencia a dicha actividad, «los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán requerir, en el ejercicio de sus funciones de indagación y prevención, la identificación de las personas y realizar las comprobaciones pertinentes en la vía pública o en el lugar donde s e hubi e r e he cho e l requerimiento, siempre que el conocimiento de la identidad de las personas requeridas fuere necesario para el ejercicio de las funciones de protección de la seguridad que a los agentes encomiendan la presente Ley y la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad», dichas funciones se encuentran recogidas en el artículo 11 de la Ley Orgánica 2/86 de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Esta medida rallante con la privación de libertad y reconocida por el Tribunal Constitucional «para el cumplimiento de una obligación establecida
por la ley», no deberá presidirse por la sistematización, arbitrariedad e indiscriminación. Para ello la autorreflexión
previa a los interrogantes: qué precisamos, por qué, cuándo y cómo, minimizará las molestias y el impopulismo, aumentará la eficacia y seguridad y se realizará en el tiempo mínimo imprescindible para así conseguir el fin que se persigue.
E n g e n e r a l , t o d a i d e n t i f i c a c i ó n deberá ir precedida de:
– La identificación de la Fuerza que lo efectúa.
– Aseverar el conocimiento de la referida identificación.
– Una total corrección.
PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA IDENTIFICACIÓN
La fuerza actuante deberá cumplimentar los siguientes requisitos:
1. Actuar con decisión. Evitando signos de nerviosismo o timidez, titubeos o acomplejamientos motivados por los modales que pueda utilizar el identificado y no subsanando nunca con ademanes descompuestos, manteniendo en todo momento un tono respetuoso y acorde con las circunstancias. El tono de voz y las expresiones utilizadas son primordiales para atraer la atención y obtener la obediencia precisa. Todo ello,
complementado con la actitud, porte y apariencia debida, facilitarán la labor. Es reseñable la estrategia utilizada por algunas personas, de adelantarse a cualquier acción del agente, con preguntas solicitando información para desviar la atención y poder evitar su identificación.
2 . I d o n e i d a d d e l l u g a r y d e l momento. Tanto para la seguridad como para preservar la reputación del identificado, evitando posibles reacciones violentas del mismo, y otras personas de la zona, pero teniendo en cuenta que cada caso es particular y diferente por lo que es muy difícil poner pautas comunes a todos ellos.
3. Especificación de los documentos. Obteniéndose una mayor agilización y potenciándose el conocimiento del grado de instrucción de los identificadores.
4. Comprobación de la documentación y su recepción. Solicitando a la persona identificada. Es nuestra principal premisa, ya que alguien que nos quite nuestra arma reglamentaria puede abrir fuego hacia nosotros, nuestro compañero o terceras personas.
5. Siempre actuar con la protección de un compañero. La persona identificada rehusará agredirnos si sabe que tenemos un compañero pendiente de todos sus movimientos.
Leído en: http://www.sindinero.org/ y http://www.eprivacidad.es/identificacion-policial-en-la-calle/
Fuente: ALB

Nietzsche considera que la religión cristiana lleva hasta el final el desprecio por la vida característico de la cultura occidental desde Sócrates y Platón. Su superación radical es necesaria para la aparición del hombre nuevo, del superhombre.

Para entender su crítica al cristianismo se debe recordar que, según este autor, la religión no es una experiencia verdadera pues no es experiencia de una entidad real, de una entidad que realmente exista; dicho de otro modo, Nietzsche considera verdadero el ateísmo y falsa toda creencia en lo sobrenatural. Aceptado este principio, la tarea que se propone Nietzsche es comprender cómo es posible que durante tanto tiempo se haya creído en esta ilusión. Y la solución que presenta es la misma que le sirve para explicar la aparición de las construcciones metafísicas que con tanta dureza ha criticado (la ciencia, la metafísica, …): el estado de ánimo que promueve el éxito de las creencias religiosas, de la invención de un mundo religioso, es el de resentimiento, el de no sentirse cómodo en la vida, el afán de ocultar la dimensión trágica de la existencia. Nietzsche se enfrenta a los siguientes elementos de la religión cristiana:
1. La “metafísica cristiana”: Nietzsche resume la concepción del mundo propia del cristianismo indicando que esta religión es “platonismo para el pueblo”: el espíritu que anima al cristianismo es exactamente el mismo que animó a Platón, la incapacidad vital para aceptar todas las dimensiones de la existencia y el afán de encontrar un consuelo fuera de este mundo. El cristianismo no añade nada esencialmente nuevo a la filosofía platónica; como ya hizo Platón, el cristianismo presenta una escisión en la realidad: por un lado el mundo verdadero, eterno, inmutable, en donde se realiza el Bien, la Verdad y la Belleza, y por otro el mundo aparente, cambiante, abocado a la muerte e imperfecto; por un lado el mundo del espíritu, por otro el mundo de la corporeidad. El cristianismo traduce la filosofía platónica en términos comprensibles para todo el mundo. Por esta razón las críticas al platonismo valen también para el cristianismo.

2. La moral cristiana: con el cristianismo triunfa una moral que reivindica valores propios de lo que llama Nietzsche “moral de esclavos”, los valores de la humildad, el sometimiento, la pobreza, la debilidad, la mediocridad. El cristianismo, dice Nietzsche, solo fomenta los valores mezquinos: la obediencia, el sacrificio, la compasión, los sentimientos propios del rebaño; es la moral vulgar, la del esclavo, la moral de resentimiento contra todo lo elevado, lo noble, lo singular y sobresaliente; es la destrucción de los valores del mundo antiguo, la peor inversión de todos los valores nobles de Grecia y Roma, la rebelión de los esclavos contra sus señores; el cristianismo es el «enemigo mortal del tipo superior del hombre». Con el cristianismo se presenta también una de las ideas más enfermizas de nuestra cultura, la idea de culpabilidad, de pecado, de la que sólo se puede huir con la afirmación de la “inocencia del devenir” o comprensión de la realidad y de nosotros mismos como no sometidos a legalidad alguna, a ningún orden que venga de fuera, con la reivindicación de la conducta situada “más allá del bien y del mal”.

3. Influencia “perversa” del cristianismo: con el triunfo de esta religión, todo el pensamiento occidental queda viciado por su punto de vista, es el corruptor de la filosofía europea, ésta “lleva en sus venas sangre de teólogos”.
4. Valoración de Jesús: sin embargo, Nietzsche no valora tan negativamente la figura de Jesús ni del cristianismo primitivo: haciendo una lectura muy distinta a la tradicional, considera que lo que ahora entendemos por cristianismo debe mucho más a San Pablo que a Jesús. Para Nietzsche Jesús se presenta como un revolucionario, un anarquista contrario a todas las manifestaciones del orden, fundamentalmente del poder religioso tradicional, como uno de los más destacados defensores de la renuncia a la violencia y a los brillos mundanos de sus contemporáneos; y por esta actitud subversiva fue crucificado: “El cristianismo es aún posible en todo momento… No está ligado a ninguno de los dogmas impúdicos que se han engalanado con su nombre; no tiene necesidad ni de la doctrina de un dios personal, ni de la del pecado, ni de la inmortalidad, ni de la redención, ni de la fe; puede prescindir en absoluto de la metafísica, y todavía más del ascetismo y de una ciencia natural cristiana… El que hoy dijera “Yo no quiero ser soldado”, “yo no me ocupo de los tribunales”, “yo no reclamo el auxilio de la policía”, “yo no quiero hacer nada que perturbe mi paz interior; y si debo sufrir por esto, nada conservará mi paz mejor que el sufrimiento”… ése sería cristiano” (“La voluntad de poder”).
5. Politeísmo frente a monoteísmo: para Nietzsche, aunque todas las religiones son falsas, unas son más adecuadas que otras. El politeísmo es falso pero expresa mejor la riqueza de la realidad que el monoteísmo; el politeísmo no se ha separado radicalmente de la vida: en el mundo de los olímpicos, por ejemplo, se refleja la pluralidad y riqueza de la realidad, tanto sus aspectos luminosos, ordenados y positivos como los aspectos oscuros, caóticos y negativos; el monoteísmo (el «monótonoteísmo») representa el extravío de los sentidos, el invento de un transmundo, la desvalorización del verdadero mundo y la máxima hostilidad a la naturaleza y a la voluntad de vida. El concepto de Dios sirve para objetivar los valores en los que cree una cultura, así el Dios cristiano representa los valores negativos y contrarios a la vida, los valores de la impotencia, mientras que el mundo divino propuesto por el politeísmo representa los valores afirmativos, la fidelidad a la Naturaleza. “El concepto cristiano de Dios –Dios como Dios de los enfermos, Dios como araña, Dios como espíritu– es uno de los conceptos de Dios más corruptos a que se ha llegado en la tierra; tal vez representa incluso el nivel más bajo en la evolución descendente del tipo de dioses. ¡Dios, degenerado a ser la contradicción de la vida, en lugar de ser su transfiguración y su eterno sí! ¡En Dios, declarada la hostilidad a la vida, a la naturaleza, a la voluntad de vida! ¡Dios, fórmula de toda calumnia del “más acá”, de toda mentira del “más allá”! ¡En Dios, divinizada la nada, canonizada la voluntad de nada!…” (“El Anticristo”).
La superación del cristianismo (y la consiguiente “muerte de Dios”) ya iniciada por la Ilustración es fundamental para la transmutación de todos los valores, para la recuperación de los valores de la antigüedad perdidos tras la aparición de esta religión y de la filosofía.

Campaña de Abstención

¿ Que se pretende ?

  La Federación Anarquista de Gran Canaria propone con esta iniciativa incentivar el cambio del sistema corrupto que «nos gobierna». Mediante la fomentación de la abstención en las urnas el próximo día 20 de Noviembre.
  Si bien logramos y ganamos sin campaña informativa un 33% del descontento del pueblo de una manera natural, podemos alcanzar como objetivo el 51% de las abstenciones. Esto provocará una nueva convocatoria, en la que también nos abstendremos acorralando y desmenuzando la confianza al gobierno y reclamando el derecho a auto-gestionarnos y ser dueños de nuestras riquezas.
  Creemos pues en la Anarquía como filosofía Política posible, que entregue mediante metodologías asamblearias el poder al pueblo. Libre de corrupción, libre de clases sociales, libre dogmas y doctrinas, libre de lideres y ladillas, de palacios y bien nacidos. Llego el momento de hacer historia en nuestras vidas.     
 ¡Infórmate y decide!
¿
 

“Todo aquello que, en el lenguaje de la política, se proclama con el título de Derecho, no es más que la glorificación del statu quo consumado por la fuerza”.Bakunin (Estatismo y Anarquía, 1873).


Escritos Abstención.

·Elecciones y Anarquismo de Errico Malatesta y Saverio Merlino.doc
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·En Tiempo de elecciones de E. Malatesta.doc
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·La Democracia de El Hombre Guillotina.doc
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·La Huelga de los Electores de Octave Mirbeau.docx
·La Podredumbre Parlamentaria de S. Faure.doc
·Las elecciones no son y no pueden ser actualmente más que un fraude y una expoliación de A. Bellegarrigue.docx
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Campañas

Las elecciones no son y no pueden ser actualmente más que un fraude y una expoliación de Amselme Bellegarrigue

Dicho esto, afrontaré la situación sin preocuparme de los sentimientos de miedo o de los sueños de esperanza que podrán empujar de vez en cuando a mi favor o en mi contra a los evocadores de la monarquía y los profetas de la dictadura. Usando de la inalienable facultad que me dan mi título de ciudadano y de mi interés de hombre, y razonando sin pasión así como sin debilidad; austero como mi derecho, calmo como mis pensamientos, diré:

Cada individuo que, en el presente estado de las cosas, pone en la urna electoral una papeleta para la elección de un poder legislativo o de un poder ejecutivo es -si no voluntariamente, al menos por desconocimiento, si no directamente, al menos indirectamente-, un mal ciudadano. Ratifico lo dicho sin quitarle ni una sílaba.

Al presentar la cuestión de este modo, me desembarazo de una sola vez de los monárquicos, que persiguen la realización del monopolio electoral, y de los gubernamentalistas republicanos, que hacen de la formación de los poderes políticos un producto del derecho común; en realidad caigo, no en el aislamiento -que, por otra parte, me preocuparía poco-, sino en medio del vasto núcleo democrático -más de un tercio de los electores inscritos- que protesta, con una abstención continua, contra la indigna y miserable suerte que le hacen sufrir, desde hace más de dos años, la hedionda ambición, y la no menos hedionda rapiña de los partidos y de los vividores.
Sobre 353.000 electores inscritos en el departamento del Sena, solamente 260.000 han tomado parte en la votación del 10 de marzo pasado, a pesar de que el número de las abstenciones esta vez ha sido menos elevado que en las elecciones precedentes. Y siendo París un centro político más activo que los demás y conteniendo, en consecuencia, menos indiferentes que la provincia, es exacto decir que los poderes políticos se forman sin la participación de más de un tercio de los ciudadanos del país.

Es a ese tercio al que me dirijo. Porque allí, se convendrá en ello, no existen el miedo que vota bajo el pretexto de conservar, ni la ignorancia servil que vota por votar; allí existe la serenidad filosófica que fundamenta en una conciencia apacible el trabajo útil, la producción no interrumpida, el mérito oscuro, el coraje modesto.
Los partidos han calificado de malos ciudadanos a estos sabios y serios filósofos de los intereses materiales, que se mezclan a las saturnales de la intriga. Los partidos tienen horror a la indiferencia política, metal sin poros que ninguna dominación puede corroer. Es tiempo de prestar atención a estos legionarios de la abstención, porque es entre ellos que se encuentra la democracia; es entre ellos que reside la libertad, tan exclusivamente, tan absolutamente, que esta libertad no será alcanzada por la nación sino el día en que el pueblo entero imite su ejemplo.

Para aclarar la demostración que estoy haciendo, debo examinar dos cosas: primero, ¿cuál es el objetivo del voto político? Segundo, ¿cuál debe ser inevitablemente su resultado?

El voto político tiene un doble objetivo, directo e indirecto. El primero es constituir un poder; el segundo es -una vez constituido éste- liberar a los ciudadanos y reducir las cargas que pesan sobre ellos; y además, hacerles justicia.
Este es, si no me equivoco, el objetivo reconocido del voto político, en cuanto al interior. Aquí no está en cuestión lo que atañe al exterior.

Por tanto, yendo a votar y por el solo hecho del voto, el elector reconoce que no es libre y atribuye a aquél a quien vota la facultad de liberarlo; confiesa que está oprimido y admite que el poder tiene la fuerza de volverlo a levantar; declara querer la institución de la justicia y concede a sus delegados toda autoridad para juzgarlo.

Muy bien. Pero reconocer a uno o más hombres estas capacidades, ¿no es poner mi libertad, mi fortuna y mi derecho fuera de mí? ¿No es admitir formalmente que éste o estos hombres -que pueden liberarme, volver a levantarme, juzgarme-, son capaces asimismo de oprimirme, arruinarme, juzgarme mal? E inclusive les es imposible hacer otra cosa, considerando que, al haberles sido transferidos todos mis derechos, yo ya no tengo ninguno y que protegiendo el derecho, no hacen sino protegerse a sí mismos.
Si yo pido a algo a alguien, admito que éste tiene lo que yo le pido; sería absurdo que hiciese una petición para obtener lo que ya está en mi poder. Si tuviera el uso de mi libertad, de mi fortuna, de mi derecho, no iría a pedírselos a nadie. Si se los pido, probablemente es porque éste los posee y, si es así, no veo del todo claro qué lecciones mías tenga que recibir acerca del uso que considera oportuno darles.

Pero, ¿cómo es que el poder se encuentra en posesión de lo que me pertenece? ¿Cómo lo ha conseguido? El poder, tomando por ejemplo aquello que tenemos delante, está constituido por el señor Bonaparte que, todavía ayer, era un pobre proscrito sin demasiada libertad y sin más dinero que libertad; por setecientos cincuenta Júpiteres tonantes que -vestidos como todos y no más bellos ciertamente-, hace unos meses hablaban con nosotros -y no mejor que nosotros, oso decirlo-; por siete u ocho ministros y sus acólitos, la mayor parte de los cuales, antes de tirar de las cuerdas de las finanzas, tiraban de la cola del diablo con tanta obstinación como un amanuense cualquiera.
¿Cómo ha sucedido que estos pobres desgraciados de ayer sean mis patrones de hoy? ¿Cómo es que estos señores detentan el poder al cual han sido enajenadas toda libertad, toda riqueza, toda justicia? ¿A quién hay que responsabilizar por las persecuciones, las imposiciones, las iniquidades que sufrimos todos nosotros? A los votantes, evidentemente.

La Asamblea Constituyente, que fue la que empezó a meternos en el baile; el señor Luis Bonaparte, que ha continuado la instrumentación; y la Asamblea Legislativa, que ha venido a reforzar la orquesta, todo esto no se ha hecho solo. No, todo esto es el producto del voto. A todos aquéllos que han votado les corresponde la responsabilidad de lo que ha sucedido y de lo que seguirá. Nosotros, demócratas del trabajo y de la abstención, no aceptamos esta responsabilidad. No busquéis entre nosotros la solidaridad con las leyes opresivas, los reglamentos inquisitoriales, los asesinatos, las ejecuciones militares, los encarcelamientos, los traslados, las deportaciones…la crisis inmensa que aplasta al país. ¡Id a golpear vuestro pecho y a prepararos para el juicio de la Historia, maníacos del gobierno! Nuestra conciencia está tranquila. Ya es bastante que, por un fenómeno que repugna a toda lógica, suframos un yugo que sólo vosotros habéis fabricado; ya es bastante que hayáis empeñado, junto con lo que os pertenecía, lo que no os pertenecía -lo que debería ser inviolable y sagrado-: la libertad y la fortuna de los demás.