«Precaristas: Crónica de la lucha por la vivienda en Gran Canaria»

Inèrcia Docs / 2018

Un documental sobre la lucha de la Federación Anarquista y el Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria . Una de las experiencias pioneras del estado. El primero de los muchos sindicatos autoorganizados que nacen desde abajo, en barrios y pueblos de todo el estado, desde la lucha por el acceso a la vivenda, parando deshaucios, con okupaciones masivas, realojos de famílias o bien en fincas adquiridas a través de cesiones semiinformales con la propiedad (de aquí el término precarista). Pero siempre defendidas con la acción sindical de barrio.

Experimentos de vivienda de matriz anarquista que han dado respuesta al escaso papel de las administraciones insulares, intentando aglutinar y expandir un movimiento popular a través de la cobertura de necesidades básicas.

Con un lenguaje audiovisual híbrido, entre el género periodístico, documental y experimental, el relato central se construye a través de un acercamiento íntimo a las famílias y se complementa con voces de diferentes actores políticos, empresariales, académicos y juristas de la isla. En la narrativa también hay espacio para una incursión en la dimensión turística de Gran Canaria (34% del PIB), explorando el impacto y la relación que tiene en la vivienda este monocultivo económico.

Un documental autogestionado que ha contado con la colaboración de colectivos de la comunicación como La Directa o Bauma y con una banda sonora a cargo de artistas como Silvia Tomas Trio, el grupo de rap Resiliencia y los djs Mash Masters.

Reseña de Manel Aisa de «Polémicas Salvajes»

Fuente: Revista Orto

Al encuentro con las polémicas de Ruymán

Manel Aisa Pàmpols

Editado por Calumnia

Es justo y necesario abrir de vez en cuando la ventana para que entre aire fresco, y renueve todos los rincones, para que nuevas inercias corran por los entresijos, por donde transitan las ideas que tanto necesitamos, pero esta vez la sorpresa para mí fue, encontrarme el ventanal abierto y observar que hacia mi venía una bocanada de aire fresco que de alguna manera despertaba de nuevo el interés, y descubrir que hay nuevas maneras de entender y observar, con alguna que otra percepción que nos empujan a nuevas versiones de aquello que entendimos en su día, y allí estaba Ruymán Rodríguez, sin ningún tipo de complejos ni prejuicios nos dice en su libro “polémicas salvajes” se lanza al ruedo después de ver en los ambientes anarcos alguna que otra idea que no le acaban de gustar y dice “Del anarquismo. Sin embargo, yo no tengo prestigio alguno que arriesgar y hablar sin nada que perder aligera bastante la labor”.

Qué bien, cuando uno se libera realmente de todo ese compromiso que dice defender en movimientos que son tan libres, que el compromiso sea por lo general momentáneo, escaso y muchas veces incoherente, donde a vueltas sino estás en el decálogo ya eres un vendido, pero al parecer hay oportunidad para todo y todos y él nos comenta: “En el anarquismo siempre hay hueco para no estar “ni al margen ni en el ajo”, para estar con la gente y contra los Estados”.

Por lo demás Ruymán nos subraya esas tres polémicas salvajes que las circunscribe y orienta a tres temas al parecer eviternos como son “Catalunya, la diversidad y la prostitución”. Nada más ni menos que la diversidad por más mundo moderno que nos vanagloriemos de vivir, aun sigue teniendo sus estigmas, la prostitución siempre reglamentándola aquéllos que pocos tiene que ver con ella, y esa Catalunya que según el General Espartero había que bombardear cada ochenta años; sin embargo, Ruymán repara en uno a uno de tantos porqués que a lo largo de la vida una persona inquieta llega a cuestionares y dice: “porque las catalanas quieren abandonar el naufragado cayuco español, cuando lo que debería sorprenderles es que el resto quiera continuar en él”.

Esa sorpresa que expresa el militante canario quizá debería ser una buena reflexión, al menos de una parte importante de las personas que cohabitan en este país, pero por el momento no parece el tema más candente, ni tan siquiera a tener en cuenta, mientras Ruymán continúa sin tapujos y va directo al grano y camina hacia aquéllos que más cerca tenemos y dice “eterno recurso de la “pureza”. La idea de que el anarquismo es algo demasiado grande y perfecto como para bajarlo de su pedestal de cristal de Swarovski y mezclarlo con causas espurreas…. Así se entiende que en la mayoría de luchas sociales, como es el caso del frente de la vivienda en la última década, el anarquismo haya jugado un papel anecdótico o de comparsa, salvo aisladas excepciones… Creemos que solo podemos participar en luchas perfectas, con gente perfecta, con un porcentaje de un 100%de coherencia y de un 0% de contradicciones. Esas condiciones, todas lo sabemos, nunca se darán. Es por eso por lo que ya no participamos en casi nada”.

Aprovecha Ruymán para lanzar una mirada al anarquismo de hoy y realmente encuentra un vació importante, en aquel anarquismo que pretender ser organizativo, difícil de argumentar, de corregir, después de ver las causas, digamos inhibición de los empujes sociales que movían a los anarquistas de los años 30 del siglo pasado y no digamos de aquéllos que fueron sus padres cuando todo el anarcosindicalismo estaba por estructurar y hacer. Pero el tiempo corre. Y sin duda, aquellas admiradas generaciones pertenecen a su tiempo, que no es más que el pasado, pero una vez más hay que preguntarse y ¿ahora qué? y nos da pistas de cuál es nuestro ligamen con el pasado cuando dice. “Las anarquistas estaban en los años 30 y 40 del siglo pasado con las judías como hoy están con las palestinas, porque nuestro lugar, sin necesidad de asumir banderas, Estados, creencias religiosas y culturales, siempre ha estado con las perseguidas y contra los perseguidores, con las oprimidas y contra los opresores,…. Las anarquistas somos mapuches cuando cargan contra las mapuches, somos kurdas cuando bombardean a las kurdas, somos artistas cuando encarcelan a las artistas, y así sucesivamente, porque nuestra carne se compone de todas aquellas que sufren la represión en cualquier lugar del mundo. ¿Por qué somos anarquistas entonces? Porque quien siempre reprime es el Poder. Hoy, por lo mismo nos toca ser catalanas. … toda situación de conflicto social es un campo de trabajo propicio para el anarquismo… Porque implicarse no es ni puede ser sinónimo de colaboracionismo”.

Sin duda creo que el anarquismo del que nos habla Ruymán es aquel que estuvo en los tiempos difíciles de la Huelga de la Canadiense, o en los primeros meses del “Comité de Defensa económica” del Sindicato de la Construcción que se enfrentó a una huelga muy peculiar en su momento heterogénea y sin duda difícil de gestionar en aquel momento, pero las necesidades obligan y el bien común de los muchos se rearma con convicciones de clase. Y podríamos continuar con sus ejemplos al recordar las luchas del Barrio de Gamonal en Burgos, o la lucha por el paso de las vías del AVE por el barrio del Carmen de Murcia, o en Madrid todos somos de la casa Ingobernable, o el ya lejano Chapapote del Prestige en Galicia.

Lo que nos está diciendo Ruymán es que el anarquismo no está para sustituir los poderes públicos y menos en este momento sino para increparlos, presionarlos y forzar de una manera u otra para que corrijan las políticas sociales y sean beneficiarias del bien común, y en un momento de sus polémicas salvajes nos dice: “Sólo sé que las anarquistas hemos de aprovechar casi cualquier situación de descontento popular para meter baza y para introducir presión en la olla social y evitar así que la gente siga sometida a la lealtad institucional y a la disciplina de partido”.

También observa y se hace evidente la falta de reflexión en el propio movimiento libertario y lo deja por escrito cuando en un momento del libro nos dice: “Como siempre, responsabilizamos a las demás de aislarse porque eso es mucho más fácil que hacer autocrítica y realizar un trabajo profundo y duro sobre nosotros mismos y nuestra cacareada tolerancia. Esa es nuestra tragedia cotidiana: acusamos al efecto sin apreciar que nosotros somos la causa” .

Este o no este Ruymán equivocado creo que lo importante en él es esa actitud de lanzar el guante, el reto como lo haría el anarquista santanderino Rafael Barret para entender el anarquismo, que él mismo razonaba constantemente y que era capaz de defender a duelo con espada, bien, no hace falta llegar a estos extremos, pero si lanzar el anzuelo para que realmente el anarquismo, español, catalán o de donde sea de la península ibérica tenga un careo consigo mismo para que salga y se arrinconen de alguna manera esos egos que tanto freno le echan en este momento a una forma de entender la vida, a desbordar la actitud organizativa de las organizaciones digamos libertarias, donde buena parte de lo anarquista está al margen, esa corriente que confluye por otros senderos donde hay muchos menos prejuicios.

Otra de las observaciones que nos lanza Ruymán a parte de explicarnos en el inicio del libro su procedencia identitaria , la encontramos cuando nos habla del “Lumpenproletariado“ que de alguna manera me aproxima un poco más a su pensamiento, ya que recordando uno de los hombres que pude biografías como es el libro “Tras las huellas de una vida generosas Aurelio Fernández Sánchez y los Solidarios” donde Aurelio después de la victoria del 19 y 20 de julio del 36 en Barcelona a la pregunta de un periodista extranjero responde que “ la revolución la han hecho los de siempre los piojosos que no tiene nombre” y esos hombres y mujeres son los que definitivamente puede intentar cambiar las cosas.

El libro tiene otros argumentos duros sobre los múltiples desahucios que se producen en este país de una manera realmente repugnante ese terrorismo de la propiedad despiadada de avaricia acumulativa que nunca se sacia, pero ahora me gustaría acabar poco más que con sus propias conclusiones primero con una reflexión sobre la prostitución y luego siguiendo con el lumpen, es decir de los que no pudieron sentarse en el banquete de la vida y dice Ruymán y con ello acabo: Habitualmente, ninguna explotada se acerca a una organización obrera para reclamar un cambio revolucionario radical. La gente, lógicamente, sólo está interesada en un principio en mejorar sus condiciones de vida, que no es poco. …
Concluyendo, sé que la organización del “lumpen” no tiene por qué representar per se un cambio radical. Ni siquiera, necesariamente, un cambio a mejor. La gente puede organizarse para acomodarse a su opresión, para venderse a las instituciones o para cualquier otra corrupción similar .
De agradecer la sinceridad de este trabajo que creo vale la pena cuanto menos tenerlo presente y si hay oportunidad leerlo con sosiego y reflexión, gracias.

 

Notas

1.- Polémicas Salvajes, Ruymán Rodríguez, Calumnia
2018, P.11.

2.- Polémicas Salvajes, Ruymán Rodríguez, Calumnia
2018 P.14.

3.- Polémicas Salvajes, Ruymán Rodríguez, Calumnia
2018 P.14.

4.- Op. cit 14-15.

5.- Polémicas Salvajes, Ruymán Rodríguez Calumnia
2018 P.17,18, 19,23.

6.- Op. cit P.34.

7.- Polémicas Salvajes, Ruymán Rodríguez Calumnia
2018 P.42.

8.- Polémicas Salvajes, Ruymán Rodríguez Calumnia 2018 P.74, 83

Reseña de Frank Mintz de «La verdadera Barcelona en llamas»

Reseña y opinión del compañero Frank Mintz sobre La verdadera Barcelona en llamas de Ruymán Rodríguez. Lucidez y agudeza del veterano militante e historiador anarquista.

Fuente: Fondation Besnard

Ruymán Rodríguez, La verdadera Barcelona en llamas, 31 pp., diciembre de 2019. 2 euros [Las ventas del folleto van para colaborar económicamente con la FAGC, Federación Anarquista de Gran Canaria], distribuido por la editorial Calumnia.

Este testimonio análisis es auténtico, aleccionador y muy positivo porque pincha muchísimos globos de la propaganda mediática de la prensa oficial y «Lo lamentable es descubrir que gran parte de la izquierda politizada, con sus columnas de opinión, comunicados, colectivos, sedes y asambleas, parecen estar analizando la realidad a través de dicha propaganda mediática. (p. 7)» Añado que fuera, en Francia por ejemplo, algunos grupos (ex-aún leninistas) casi equiparan los presos políticos catalanes a los cientosdepresos políticosen Argelia, Irak, etc. (no citan a Rusia, China y a Corea del Norte porque muchos conservan sus genes de admiraciónal socialismo real).

 

Ruymán Rodríguez parte de lo que vio: los supuestos comandos asalariados por grupos potencias ocultas «Son jóvenes que a menudo no superan los 18 años. En las calles de Barcelona no es raro encontrar a chicas y chicos de 15 o 16 años llevando la iniciativa en las manifestaciones y en los enfrentamientos con la policía.[…] no tienen más armas que la voluntad, el entusiasmo, el ensayo/error, el adiestramiento del día a día, la improvisación, la información boca-oreja y mucha rabia acumulada.(pp. 9-10)»

Para el autor esta rabia estalló con las sentencias del 14 de octubre de 2019 a penas de cárcel entre 9 y 13 años para catalanistas que sólo defendían sus ideas sobre la jurisdicción de España.

El mito de la libertad de expresarse pacíficamente en una sociedad autoproclamada democrática se desmoronaba. Quizás sea así, creo más en la repetida toma de conciencia de atacar de nuevo la hipocresía global del sistema político y su aceptación total del capitalismo (en Cataluña y por todas partes).

Por eso «En las manifestaciones hay también muchos jóvenes sin futuro, sin empleo, migrantes, cabreados por una Barcelona cada vez más inhabitable, concebida para ser consumida y no vivida. Jóvenes que antes de la sentencia ya estaban hartos de que los mossos les registraran y detuvieran por su color de piel. Jóvenes con empleos precarios que se lamentaban por tener que abandonar una manifestación o un corte de carretera porque tenían que entrar a trabajar en una feina de merda. Cuantos más de estos jóvenes se sumen al conflicto más se incidirá y profundizará en los aspectos sociales del mismo.(p. 14)»

Ruymán Rodríguez muy bien subraya las provocaciones policiales (de mossos y uniformados nacionales) buscando descaradamente mutilar gravemente (p. 17, como en Francia, Chile, etc.). Además, el autor refuta el mito de los gastos enormes acarreados por los manifestantes, por ejemplo la quema de contenedores. El autor muestra como «el Ayuntamiento de Barcelona estima en un millón y medio de euros el gasto por los contenedores quemados»(p. 29). ¡La patraña no tiene límites!

La respuesta a tantas manifestaciones no es forzosamente «política o reivindicativa. Hay también un factor lúdico, de ocio, que, sin ser mayoritario, no es irreal. En ocasiones ese factor no está reñido con la solidaridad y el compromiso en la lucha callejera y, aunque parezca paradójico, estos elementos pueden llegar a compenetrarse de forma bastante natural.[…] Otro elemento desconcertante es la aparente falta de un objetivo o plan concreto. Debe de haberlo, pero casi nadie parece conocerlo.[…] Esta dinámica me hacía darle vueltas a dos cuestiones: primera, la necesidad, ya mencionada, de una hoja de ruta ajena a las instituciones y a las organizaciones que éstas manejan; segunda, preguntarme dónde estaban “los míos”, las organizaciones y colectivos anarquistas.(pp. 17-19)»

Se suele decir que plantear un problema ya es anticipar la respuesta y Ruymán Rodríguez la presenta muy adecuadamente. Pero creo que más breve sería mejor y con sus propias palabras. «Aquellos anarquistas, y miembros de la llamada izquierda en general, que hoy cargan contra la juventud catalana están cometiendo el mismo error que ya cometieron con el 15-M. […] Cogidos por sorpresa, y sin mucho interés en moverse demasiado (ni a nivel de replanteamientos ideológicos ni de actividad inmediata), adoptan la cómoda postura de cuestionarlo todo pero sin hacer nada. […] No están comprendiendo a su juventud, reduciendo su propia ideología “revolucionaria” a un artefacto senil, pretérito, impracticable, que no arrastra ni una pizca de la utilidad que pudo tener en el pasado.[…] Al final los jóvenes les dirán lo mismo que ellos dijeron en su día [1968] a otros censores:«[…] preferimos trabajar en acuerdo con centenares de revolucionarios que, sin llevar la etiqueta de anarquistas, lo son para nosotros mucho más que ciertos burócratas.(pp. 20-23)»

 

Infelizmente, el problema es que a menudo salimos [los ancianos como yo] «sin espejo» o «sin recuerdos de nosotros mismos». Me lo explicó [hacia 1963] un amigo y cenetista exiliado antifranquista [de verdad] con una secuencia de la película Viva Zapata [1952] de Elia Kazan. Zapata ya es jefe con un espacioso despacho, el edecán le trae una lista de sospechosos y Zapata la lee; de repente se acuerda de que estuvo preso con otros frente a un oficial que tenía una lista igual de sospechosos para elegir a quiénes fusilar. Y entonces Zapata rasga la lista y la tira y se vuelve a la guerrilla con la gente de a pie.

Dejo de lado si el amigo, Liberto Sarrau, aragonés y catalán fue lógico consigo mismo o si yo, sin etnia muy pura y muy clara, fui y soy lógico frente al espejo. Otro problema es cuando el militante, joven o veterano, ni sabe qué es un espejo moral y se toma por un cura-predicador-comisario político hablando a analfabetos (que enseguida le identifican perfectamente como persona inútil).

 

Ruymán Rodríguez propone muy bien otra manera (para no seguir siendo estúpido): «Tu comportamiento habla más de tu propuesta política y social que ningún discurso.[…] merece la pena moverse, tensionar la situación, ganar peso, experiencia y número de cara al futuro, llevar los acontecimientos hasta sus límites, luchar sin idealizaciones ni esperanzas vagas […] (pp. 25, 28)»Coincido con el autor cuando concluye sobre lo que sucedió (y puede continuar) en Cataluña: «es un pueblo que está empezando a perder el miedo. Esa es la verdad sobre las llamas de Barcelona.»

Folleto: «La verdadera Barcelona en llamas»

Las compas de Editorial Calumnia, con diseño de portada de @sublinismo y la colaboración de El Lokal, han sacado este precioso folleto con el texto de Ruy «La verdadera Barcelona en llamas». Parte de los recaudado se destinará a nuestras luchas sociales y de vivienda en Gran Canaria. Si quieres adquirirlo en formato físico puedes hacerlo en la web de Calumnia. También las compas de El Lokal han sacado varias prendas con el diseño que igualmente se destinará en parte a dar soporte a nuestro movimiento.

Folleto sobre los disturbios de mediados de octubre en el que el autor intenta esclarecer algunas mentiras difundidas por los grandes medios de comunicación, así como señalar la necesidad de un posicionamiento y un paso a la acción del anarquismo dentro de estos.

Anarquismo social o anarquismo personal: Un abismo insuperable

«Durante unos dos siglos, el anarquismo —un cuerpo extremadamente ecuménico de ideas antiautoritarias— se desarrolló en la tensión entre dos tendencias básicamente opuestas: un compromiso personal con la autonomía individual y un compromiso colectivo con la libertad social».

Al hilo de uno de los debates más recurrentes en el seno del anarquismo (como indica Ruymán Rodríguez en el prólogo a este libro, el conflicto entre anarquismo individualista y anarquismo societario cuenta con más de un siglo de vida), Murray Bookchin aborda en este texto lo que considera algunas debilidades, contradicciones y contraindicaciones de las corrientes más influyentes en los ámbitos libertarios durante las últimas décadas. Sigue leyendo Anarquismo social o anarquismo personal: Un abismo insuperable

Obra de teatro infantil: La Asamblea de los Animales

La siguiente obra de teatro la escribió un vecino de «La Esperanza» para que la interpretaran los niños de la Comunidad como parte del programa de ocio de la Comisión de Talleres. Se terminó de escribir a comienzos del 2015 y fue interpretada en ese verano. La idea era entretener a los niños, y de ser posible hacerlo sin embrutecerlos y también sin adoctrinarlos, pero poniendo sobre el escenario actitudes y principios fácilmente identificables. Hay que tener en cuenta que está pensada para que la interpreten niñas y niños en su mayoría menores de 12 años, por lo cual es deliberadamente corta (4 páginas, con media docena de diálogos por personaje), para facilitar que los niños se la aprendieran. También por eso se intenta usar un lenguaje lo más llano y coloquial posible, con algunos guiños a la forma de expresarse de los niños y alguna broma interna.
La Asamblea de los Animales
Obra en un acto
Dramatis personae:
El león egoísta
La serpiente perezosa
El mono juerguista
El burro trabajador
La oveja conformista
La cabra sabia
El perro honesto
Público: distintos animales aplaudiendo o abucheando las decisiones de la asamblea

Primer y único acto
Los animales con diálogo se encuentran sentados alrededor de una mesa. Cada uno en su silla, de cara al público. Con el tiempo se irán levantando. Los animales sin diálogo se amontonan a los dos lados de la mesa. Sentados en el suelo del escenario. El perro pasa a hacer la exposición inicial de la asamblea.
Perro: Vecinos, vecinas, animales todos. El invierno se acerca y hay muy poca comida para superarlo. ¿Qué podemos hacer?
(Pequeña pausa. Los animales se miran unos a otros pensativos).
Cabra: Creo que lo mejor sería empezar a reunir comida.
(El público aplaude: ¡Bravo! ¡Viva!).
Serpiente: ¿Y quién reunirá esa comida y cómo se repartirá?
Burro: Bueno… Yo creo que reunirla sería cosa de todos nosotros. ¿Cómo repartirla? Eso ya no sé…
Serpiente: ¿Nosotros? Shhhhhhhh. Conmigo no cuenten. Me duelen las piernas.
(Público: ¡Pero si no tiene piernas! Risas).
Mono: Aquí se hablá mucho de la comida, pero ¿y la bebida? También hay que divertirse. ¡Alegría! ¡Alegría!
Perro (interrumpiendo al mono): Estoy con el Burro. Creo que el trabajo nos toca a todos. Los más fuertes que den más y los más débiles menos. ¿Repartirla? Lo mismo. Los que tienen más cachorros más y los que tienen menos pues menos.
(Público: la mayoría aplaude).
Oveja: Estoy muy de acuerdo con el Perro. Es lo justo.
León (poniéndose en pie): En primer lugar, ¿por qué no podemos hacer trabajar a otros animales para nosotros? Por ejemplo, tú amigo Burro. Tú eres el más currante de todos nosotros. A ti se te da mejor. ¿No esperarán que yo con estás garras me ponga a cargar comida?
(Público: la mitad aplaude y la otra se queda callada).
Oveja: Estoy muy de acuerdo con el León. Es lo lógico.
León: ¿Y qué forma de repartir es esa? Los débiles, los que no pueden defenderse, no merecen nada. Repartamos la comida entre los fuertes (hace gestos enseñando los músculos y buscando el aplauso).
(Público: algunos aplauden y otros se miran con tono burlón).
Mono: Creo que si nos tomáramos una copita todo se vería más claro.
Burro: A mí no me importa trabajar, todos lo saben… Pero aquí todos tenemos cuatro patas (mira a la serpiente que le mira mal), ejem, bueno, casi todos… Entiendo que no trabajen los cachorritos, los viejitos y los enfermitos, pero ¿por qué no íbamos a trabajar todos los animales jóvenes y sanos?
Serpiente (para sí misma): Qué manía tiene la gente con hacer cosas cuando siempre puedes conseguir que algún tonto las haga por ti.
Cabra (que oye a la Serpiente): Trabajar no es obligatorio. Pero el que no trabaje, pudiendo hacerlo, que tampoco exija comida. He dicho.
(Público: aplauden todos).
Oveja: Como siempre amiga Cabra tienes razón. Yo iba a decir lo mismo justamente ahora.
Mono: Querida Oveja, ¿tú no tendrás ningún antepasado loro, verdad? (Mirando al público con tono burlón) Se repite más que el ajo, ja ja ja.
León: Vale, vale. Todos los que podamos trabajaremos por igual. Pero en lo de repartir no podéis negarme que tengo razón. Los fuertes merecemos más (vuelve a sacar músculo).
Mono (otra vez hablándole al público): El León es un motivado de la vida, ja ja ja ja.
(Público: se ríen todos).
Perro: Mono deja de burlarte de los compañeros o tendrás que abandonar la asamblea.
Mono: ¿Qué? ¿Cómo? Pero si soy el único que le da vidilla a este muermo. Pero me da igual. Ya me estaba aburriendo. ¡A la porra! (Deja su silla y se sienta junto al público).
Perro: Siguiendo con la propuesta del León. ¿Darle más al más fuerte? Eso significa darle más al que menos necesita. Además, el fuerte de hoy puede ser el débil de mañana. Todos podemos caer enfermos, partirnos una pata, y todos si tenemos suerte llegaremos a viejos. Nuestra fuerza está en permanecer unidos y ayudarnos los unos a los otros.
(Público: aplauden con fuerza).
Cabra: Amiga Oveja, ¿y tú qué opinas? Te hemos visto darle la razón a todo el mundo pero tu opinión propia aún no la conocemos.
Oveja: A ver. Yo creo que cuando uno tiene la razón, ese lleva la razón. Y cuando uno no lleva la razón, también puede tener su parte de razón. Si le das la razón a todo el mundo no quedas mal nunca. Así que estoy de acuerdo con todo lo que se ha dicho.
(El público la abuchea: ¡Fuera!).
Burro: Yo sólo soy un humilde trabajador pero pienso que en esta vida lo más importante es tener opinión propia.
(Público: aplausos y vítores).
Serpiente: Bueno si ya está todo claro demos la asamblea por terminada.
Cabra: Eh, pero si aún no hemos votado nada.
(El Mono no para de molestar a los otros animales del público: los despioja, salta, brinca).
Perro: ¡Mono respeta la asamblea o tendrás que esperar fuera hasta que acabemos!
Mono: (Refunfuñando y hablando para sí) Sí, sí, muy serio en las asambleas, pero a mi me da que es él el que tiene la selva llena de cacas.
León: Volviendo al tema, no discutiré más quién debe trabajar y cómo se repartirá. Aceptaré lo que diga la mayoría.
Perro: Bueno, votemos entonces: ¿Quiénes quieren que la comida la recojamos entre todos y se reparta de forma justa? Levanten las patas los que estén a favor y… (mirando a la serpiente) los que no tengan patas, la cola.
(Todos levantan la pata salvo el León, la Serpiente y el Mono).
Cabra: Por mayoría todos trabajaremos y la comida se repartirá equitativamente.
(Público: silbidos, aplausos y gritos de ¡bravo! y ¡viva!)
Burro: ¡Bien! ¡Justicia!
Serpiente: Maldición.
Oveja: Yo estoy siempre con la mayoría.
(El resto de animales la miran mal).
Mono: La última asamblea a la que vengo, juradito.
León: Habrá que aceptarlo. Quizás tengan razón, vecinos animales, y así vivamos mejor. Me han convencido.
(Público: más aplausos)
Perro: Pues manos a la obra, tenemos todo por hacer. A trabajar y a no perder nunca la esperanza.
FIN
                                                                                                                                                Autor: Ruy

Recordando Casas Viejas (1933-2013)


Los compañeros del Grupo Anarquista Mayo Negro (Sevilla) rememoran, a través de la proyección de la película Casas Viejas (1983) y de la subsiguiente tertulia (en sus palabras: “esa charla distendida sin un orden del día, sin prisas, sin la obligación de llegar a consenso, … [sic] que desde este colectivo se quiere relanzar para fomentar el enriquecimiento personal, fuera de las tediosas conferencias”) la suerte que corrieron los campesinos de dicha localidad andaluza (en especial la familia “Seisdedos”) cuando hace 80 años se atrevieron a proclamar, en plena República, el Comunismo Libertario. Esa llamada “República de los trabajadores” que ordenaba “tirar a la barriga” de los sublevados, y que por la boca de su presidente, Manuel Azaña, decía, ante los cadáveres de niños calcinados y de fosas repletas de cadáveres: “En Casas Viejas no ha pasado más que lo que tenía que pasar”.
Vaya desde aquí nuestro recuerdo a las víctimas y nuestra advertencia de futuro para los que olvidan quiénes fueron los responsables de derramar su sangre. 

UN DÍA HERMOSO


Viñeta de Ramón Acín

 Artículo de Anne Mahé (en “Humanidad Libre”, Septiembre de 1927)

Oyóse en el aula un murmullo que anunciaba el corto intervalo entre dos clases, tan festejado por los niños, cuando no trae consigo algo muy fastidioso.
Banal y correcta, la maestra se dirigió tranquilamente hacia el pizarrón. Era la hora que en el programa correspondía a un ejercicio de composición. Escribió luego pausadamente, con elegante letra cursiva, el texto de la redacción, texto previsto y fatal, que suele repetirse periódicamente al comienzo de cada año: “Contad cómo habéis contado el día de año nuevo. Describid los regalos que habéis recibido y las impresiones sentidas”.
Después, siempre grave, con la satisfacción del deber cumplido, la maestra tomó lugar en su asiento, y confiando en la preparación de sus alumnos, se entregó a la lectura de una novela cualquiera.
Por lo demás, no había tampoco en ese mundo infantil ninguna veleidad de revuelta, ningún deseo de conversar, pues todos tenían la idea fija en contar maravillas, enumerar regalos recibidos, las piezas blancas, las tortas ricas y las copitas de licor que se permiten en ese día porque, a pesar de todo, es dulce y porque un poquito no puede hacerles mal. Ya me parece ver cómo en los cuadernos los autores exageran el relato de festejos espléndidos, veladas magníficas, muñecas altas con cabellos largos y enrulados, caballitos y cochecitos cargados de toda clase de dulces y frutas.
La maestra, en efecto, había hecho mal de elegir ese tema tan fácil. Por la noche habría tenido que leer los deberes excesivamente largos y no tendría tiempo de concluir la novela.
Sin embargo, Marta, después de haber escrito lentamente el texto del ejercicio, puso automáticamente el cabo de su lapicera en la boca y, vaga la mirada, soñó. Era una chiquilina de poca imaginación, pues tenía la ingenuidad de no ver la vida a través del cristal dorado de la ilusión. Con otras palabras, carecía de malicia, y francamente, no sabía qué escribir como desarrollo del tema propuesto.
¡Año nuevo! Un día como los otros días, al fin y al cabo. Peor aún, porque su padre había vuelto más ebrio que de costumbre, y, estando cerrada la escuela, Marta tenía que presenciar todo el día los abusos de su padre. ¿Visitas, felicitaciones, golosinas, juguetes? Nada. Y Marta miró un poco envidiosa las plumas que se deslizaban, ágiles y seguras, sobre el papel, con su ruido característico de ratoncitos que roen en el silencio de la noche.

De golpe la maestra alzó los ojos y habló con su voz a la que el hábito había dado ya un sonido áspero y autoritario:
“Marta, ¿usted no trabaja?”
Todas las cabecitas, turbadas y animadas por el fuego de la inspiración, se volvieron hacia la culpable cuya cara ardía de vergüenza.
“Trate de ponerse a trabajar enseguida”, concluyó dignamente la maestra, y sus ojos, atraídos invenciblemente por la novela, volvieron a ensimismarse en la lectura.
Una vez más el silencio envolvió el aula. Pero no del todo, sin embargo.  La cabecita pícara de la vecina de Marta no se bajó sobre su cuaderno, y una voz finita y suave salió de su boca:
¿No has escrito nada, Marta?
No, dijo simplemente la niña. ¿Qué quieres que escriba? Año nuevo es para mí un día como todos los demás.
¡Ah!, dijo Berta, pensativa. Luego arriesgó: “¿No has recibido ni siquiera una naranja? Mira, yo tuve un montón de juguetes, pero, sabes, mamita los pone todos en el ropero porque son demasiado lindos para jugar con ellos. Entonces, comprendes… Sólo hemos almorzado en lo de mi tía. Y ahí he comido tantos  pasteles que por la noche caí enferma.  A  pesar de todo, no es nada lindo año nuevo.  No me gusta nada ir a abrazar a todas las viejas del barrio y a mis tías y tíos, primos y primas”.
¡Ah!, dijo Marta, y ese ¡ah! era todo ternura. Quiso expresar cortesía, más solo manifestó que Marta no tenía una opinión bien determinada sobre eso, no habiendo tenido jamás que visitar a tíos y no teniendo vestidos lo suficientemente lindos como para excitar la admiración de las señoras del barrio.
Sin embargo replicó con los ojos brillantes:
“Cómo se puede comer tantos pasteles para caer luego enferma. Mira, en ese día ni queso tuve con mi pan”.
Berta abrió la boca para contestar, cerrándola enseguida porque no encontraba qué decir, y finalmente volvió con su cabecita pícara a proseguir en el cuaderno el relato de ese día tan encantador.
Marta hizo lo mismo. El reproche de la maestra le había causado mucho efecto, y, como buena alumna, sintió la necesidad de escribir algo.
Dije anteriormente que Marta era ingenua, de modo que sus pocas palabras fueron breves y disgustaron algo a la maestra, cuando ésta,  por la noche, se dispuso a leer las redacciones infantiles.
Sin fraseología alguna, decía la niña:
He pasado muy mal el día de año nuevo.  No tuve para comer más que un pedazo de pan, y mamita ni eso tuvo. No hemos tenido otra visita que la del panadero, quien quiso que se le diera dinero. Yo no desearía recibir tantos caramelos que nos los pudiera comer ni tantos juguetes que no pudiese jugar con ellos, pero quisiera, en cambio que tuviéramos la posibilidad de ser felices, no sólo en el día de año nuevo, sino todo el año.”
La maestra se evitó la molestia de leer en clase ese deber.  Pensaba  como mucha gente piensa, que el día de año nuevo debía ser un día hermoso, y que afearlo con un relato demasiado realista, no era correcto. Se conformó con decirle secamente a Marta:
“Su deber no es interesante. No tiene usted imaginación para describir un argumento tan hermoso”.
Y todas las cabecitas, rubias y morenas, se dirigieron nuevamente hacia Marta, la que no tenía más imaginación que adornos y cintas en su vestido.
Anne Mahé

Los fascistas están destinados a perder


Los fascistas están destinados a perder
De Woody Guthrie
Adaptación libre
Voy a decirles algo fascistas que les va a sorprender
La gente de este mundo se está organizando
Ustedes no tienen más remedio que perder
Ustedes están destinados a perder.
El odio racial no puede detenernos, esto es lo que yo sé
La discriminación, las leyes racistas y la avaricia se tienen que ir.
La gente de todos los colores marchan codo a codo
Marchan a través de estos campos donde murieron un millón de fascistas.
Voy a entrar en la batalla, aquí está mi pistola de unidad
Antes de ganar la guerra, voy a poner fin a este mundo de esclavitud.
Yo digo, fascistas no tienen más remedio que perder
Fascistas están destinados a perder.