¡Ya era hora!

(Edición:  Este artículo fue escrito en un rapto de entusiasmo dando demasiadas cosas por sentado. Ahora la CNT a nivel local [En Barcelona] se desvincula de estos actos [algo que no discutimos porque cada organización es soberana de cómo gestionar su propia seguridad], pero sí cuestionamos los motivos, según los cuales se desvinculan porque se vieron obligados a “desconvocar el piquete” cuando ya “no podían controlarlo” [ver a partir del minuto 4:18 el siguiente video: http://www.lasexta.com/videos/completos-noticias2/2012-noviembre-1-2012110100018.html]. Lamentamos que el silencio se haya llenado con estas palabras. No obstante, aunque la realidad haya modificado algunos aspectos del citado artículo, lo conservamos sin más modificaciones porque el alma naïf y el enardecimiento combativo del mismo no se merece otra suerte).

Ya era hora. Es ésta la CNT que queremos, la que debemos recuperar. Una CNT que no tema a las prescripciones legales, que no tema ponerse más allá de los límites de la legalidad. La CNT que abraza el ilegalismo es la que hace revoluciones; la que abraza el sindicalismo neutro, sin adjetivos, es la que contribuye a su fracaso. Con estas acciones (destrucción de lo superfluo en la piel de ZARA [la empresa del hombre más rico del Estado español –que sepamos–] y un ataque frontal a las entidades bancarias), si no se queda en una flor de invierno, la CNT puede constituirse en un referente de verdadera Acción Directa, un referente para los más desesperados, para los más radicalizados por el hambre, más allá del SAT.
Esta es la vía, porque no nos cansaremos de repetirlo: intentar competir con CCOO y UGT, enterrándose en su mismo terreno, aún cuando se usen distintas armas (recordemos que por coherencia, y por difícil que haya sido, e ignorando las constantes tentaciones, la CNT se mantiene sin subvenciones y sin entrar en el juego de las elecciones sindicales) es, por un lado, pelear con una mano atada a la espalda, por el otro claudicar y contribuir a la propia derrota. El camino es un “sindicalismo integral” (Luis Andrés Edo sabía de lo que hablaba), implicado en lo social (y no exclusivamente en esa actualmente “rara mercancía” que es el trabajo) y retomar la vía del conflicto directo. Reconfigurar el concepto de “gimnasia revolucionaria”, quitarle su pátina de vanguardismo y convertirla en una herramienta que los propios tiempos demandan y la necesidad exige. Es este el tipo de sindicalismo al que se afiliarían no sólo los “anarquistas conscientes”, sino sobre todo, y más importante, es al que se adscribirían los hambrientos, los que ya no pueden más, los que no han encontrado otra opción que quitarse la vida, es decir, los que componen el material humano que hace las revoluciones. Lo contrario, recurrir constantemente a una batería de abogados, solventarlo todo por la vía de la legalidad con la excusa de que es lo que los afiliados demandan (¿acaso se les ofrece otra cosa?) y caer en la paradoja de ser un anarcosindicato que se declara “sindicalista puro” (entonces: ¿por qué mantener el “anarco”? Y más importante aún, en cuanto a prioridades se refiere: ¿es el “sindicalismo” el que adjetiva al “anarquismo” o es el “anarquismo” el que adjetiva al “sindicalismo”?) es obligarnos a tenerles la misma consideración que les dedicaba Malatesta: “Un sindicato neutro que no se declare anarquista debe ser igual de combatido que cualquier otra organización reaccionaria.
Recordemos que todas estas acciones se enmarcan dentro de la jornada de Huelga General convocada por  la CGT a nivel estatal –posteriormente retirada– y que se ha mantenido en varias partes pero con especial fuerza en Barcelona. Cuando la CNT secundó, en esa misma ciudad, la convocatoria de su malavenida hermanastra, hubo quien lo consideró una bufonada, ser “más papistas que el Papa”, cuando la propia CGT rectificó –aunque no en dicha ciudad–. La realidad es que, mientras los anquilosados de un lado los acusan de vendidos y de haberle hecho el caldo gordo a la reformista CGT, y los anquilosados del otro acusan a ambas centrales locales de “aventureras, peligrosas e insurreccionalistas”, se ha conseguido sacar a la calle, a la llamada de organizaciones que se declaran Anarquistas, a 3000 personas (menciono los datos oficiales porque si estos son los oficiales la realidad nos dice que pueden haber sido más del doble); se ha conseguido demostrar que se puede organizar una Huelga General –aunque se limite a una ciudad o región– al margen de los grandes sindicatos verticales; y se han realizado ataques a varios de los Templos del consumo y a varias de las sedes del Poder Financiero.
Creo que merecen que se les felicite (y no sólo a los citados, sino especialmente a los anarquistas sin grey o a aquellos grupos autónomos desconocidos por los mass media  y cuya actividad ha sido, como suele ocurrir, mediáticamente absorbida por las siglas históricas), y si creen que no debe concedérseles el más mínimo reconocimiento aplíquense lo que dijo el Martí más lúcido: “Si no luchas ten al menos la decencia de respetar a los que sí lo hacen”.
Repetimos: ¡Ya era hora!
Fdo.: Teresa Azotacalles

14-N: BLOQUE ANARQUISTA


Este 14-N: Bloque Anarquista
Es necesario, hoy más que nunca, hoy más que siempre, que el discurso de los que pugnan por una Huelga General e Indefinida (y no por una huelga “sedativa” de un día); de las que entienden que lo que hace falta es un cambio revolucionario económico y social, y no un mero cambio en las formas políticas o en el color de las banderas nacionales; de los que saben que al Sistema sólo se le puede hacer frente peleando, con el cuchillo entre los dientes, y que no hay que esperar de él ninguna concesión voluntaria; de las que quieren crear alternativas, liberando espacios abandonados urbanos y agrícolas para el disfrute de todos; de los que luchan por que los únicos recortes se hagan en los cimientos del Sistema, los únicos desahucios se realicen en la Moncloa y demás palacios, los únicos despidos sean los de los parlamentarios y la única guerra sea la de los desposeídos contra los poseedores; es necesario que el discurso de todas estas personas encuentre un espacio significativo y diferenciado. Ha llegado el momento de la creación de un Bloque Anarquista fuerte y amplio.
Desde la FAGC (abrimos desde ya la convocatoria a quien quiera sumarse) hacemos un llamamiento a que todas las sensibilidades anarquistas, sindicatos libertarios, grupos específicos de afinidad, individualidades y demás autónomos se unan en la constitución de un Bloque Anarquista que suponga una alternativa real a un sistema que se descompone, pero ante el que la mayoría de movimientos sociales se muestran titubeantes llegado el momento de darle el último empujón.
¡Ha llegado el momento de hacer visible el descontento y la rabia de las que no tenemos nada, de los que vamos a por todo!

No hay más que uno entre cien y sin embargo existen
la mayoría hijos de nada o hijos de muy poco
que no se los ve jamás sino cuando se les teme
los anarquistas
” (Leo Ferré).

¡Huelga General Ya!

CONCENTRACIÓN EL LUNES 17 DE SEPTIEMBRE, EN LAS PALMAS DE G.C., DELANTE DE LA SEDE DE LOS SINDICATOS OFICIALES (CCOO y UGT), EN LA CALLE 1º DE MAYO (Nº 21), A LAS 12 DEL MEDIODÍA, PARA EXIGIRLES UNA HUELGA GENERAL YA.

                                         
                                      ¡Huelga General Ya!
En cualquier otro lugar, tiempo y circunstancia el ataque directo que las mujeres, los inmigrantes, los jubilados, los estudiantes y los obreros han sufrido por parte del gobierno español hubiera sido motivo más que suficiente para que se hubiera originado una Declaración en Rebeldía colectiva y unísona contra semejante estado de cosas; una de las principales causas por la que esto no se ha producido es por el papel desmovilizador y desmoralizador que juegan los principales sindicatos oficiales: CCOO y UGT.
 La mayoría de “agentes sociales”, de sindicatos y organizaciones de izquierda extra-parlamentarias reconocen la función adormecedora que ejercen los “grandes sindicatos”. Todos admiten que su afán negociador es una actividad característica del tratante de esclavos. Todos critican el despropósito que supone que estos dos sindicatos quieran desviar la atención popular de sus verdaderos problemas insistiendo en mendigar un inútil referéndum en vez de centrarse en convocar una Huelga General. Todos saben que la principal labor de CCOO y UGT es la de amansar la rabia social y desinflar las expectativas populares. Sin embargo, ¿cuántos de ellos se atreven a romper relaciones con los citados, a trazar un cordón higiénico a su alrededor, a aislarlos y a organizar acciones, ajenos a su mecenazgo? NI UNO SOLO DE ELLOS.
Todos se llenan la boca criticándolos, los unos por inmovilistas y los otros por colonialistas, pero ninguno de ellos se ha atrevido a dejar de sentarse a su lado. Todos siguen saliendo en las fotos con ellos, dándoles la mano, reconociéndolos como interlocutores válidos y participando con los susodichos en humillantes y vergonzantes asambleas, plataformas y frentes amplios.
Desde la Federación de Anarquistas de Gran Canariaampliamos miras y objetivos: ya no es sólo hora de atacar a los cerdos, es hora también de cargar contra quienes fingiendo distanciarse de ellos se revuelcan en su mismo lodo.
Cuando vivimos unos momentos en los que la mayoría de desempleados de larga duración dejan de ser aptos (por motivos tan peregrinos como el de contar con padres pensionistas) para acceder a la “ayuda” de 400 euros; en los que un retraso de 10 días en el pago del alquiler puede dejarte sin casa; en los que tu acento, tu color de piel o tu lugar de nacimiento determina que no tengas derecho a asistencia sanitaria; en los que se le criban las medicinas a los ancianos con precios abusivos; en los que las mujeres deben alienarse de sus vientres y de su facultad reproductora; en los que los jóvenes son excluidos de la universidad si su dinero no puede comprarles una plaza; en los que el hambre empieza a adquirir la categoría de pandemia; cuando vivimos en esos momentos se hace fácil comprender una cosa: si la situación está incluso madura para una revuelta generalizada, para poner las primeras piedras de una Revolución social integral, todos los que intentan vendernos que no está madura siquiera para una Huelga General se convierten, desde el mismo momento en que tratan de impedir que circule la idea contraria, en nuestros enemigos declarados. Y a ellos les sumamos a sus cómplices, ya sea por colaboración activa o por silencio y omisión.
Queremos una Huelga General y la queremos Ya. No queremos una Huelga “calma conciencias” de un día; queremos una Huelga Indefinida, una Huelga que no reconozca las prescripciones legales y que en aquellos sectores donde no peligre la vida de los usuarios se declare Salvaje y sin concesiones a ninguna forma de restricción gubernamental. Queremos una Huelga que ponga los cimientos de una Huelga Revolucionaria que haga caer al gobierno y al sistema que lo ampara. Exigimos a todas las organizaciones que dicen haber descubierto la trampa de los sindicatos amarillos que les presionen para forzarles a convocar una Huelga General y que en caso contrario los arrojen al sumidero del olvido. Desde la FAGC proponemos una concentración delante de la sede de estos esquiroles sindicados en Las Palmas de G.C., en el conocido edificio de la calle 1º de Mayo (nº 21), a las 12:00 p.m. (justo cuando van por el segundo o tercer desayuno) el día 17 de septiembre, para exigirles una ¡Huelga General Ya!
Aquí tienen una oportunidad para demostrar que las diferencias que afirman mantener con respecto a estas organizaciones mercenarias no se quedan sólo en el papel y en las palabras. De lo contrario, retrátense y revélense como lo que son. Si el perro vuelve a sus vómitos, vuelvan ustedes junto a CCOO y UGT.
 
FAGC

Una traición que dura una vida, no es una traición

Por el Acratosaurio Rex (rey exiliado de los lagartos pensantes)

(fuente: alasbarricadas.org)

Hace unos días se me quejaba un minero. Había salido del encierro de un pozo, un poco amargado. No había cubierto sus expectativas, el Gobierno no había negociado, la patronal estaba donde estaba, y los sindicatos, que en este caso son CCOO y UGT, les habían traicionado…

Y bueno… Pues… ¿Y qué? La estrategia del Gobierno es la esperable: aguantar, alargar los conflictos, circunscribirlos, aislarlos y dejar que mueran solitos de inanición. Hoy los mineros, mañana RENFE y ayer el 15-M… Todo devorado. La estrategia de las dos centrales es la de la concertación: sentarse ante una mesa con los rufianes del gobierno y de la patronal, repartirse las prebendas que les toquen a cada cual, dar lo que le corresponda a los currelas en indemnizaciones y prejubilaciones, hacerse la foto en la prensa, y aquí no ha pasado nada. Eso es tan así, como que los buitres comen carroña.

Quejarse de que los sindicatos traicionan, es como quejarse de que te ponen la cornamenta desde el día de tu boda, todas las semanas varias veces, cuarenta años después, y con fotografías en el face. Puedes quedarte con tu pareja, por supuesto, puedes quejarte, pero no te está traicionando.

Así que si vas con UGT y CCOO, lo que tienes que hacer, por tanto, es estar preparado para ese momento traidor disponiendo tu propio plan de actuaciones y luchas. No te quejes, que es en vano. UGT y CCOO no pueden traicionarte, porque estás avisado.

Hay quien plantea la creación, desarrollo y extensión de un nuevo sindicato alternativo no traicionero. Y yo digo que es muy mala idea. Sindicatos hay doscientos. Uno más no va a cambiar nada, al contrario, llegado el momento, ¡zas!, la traición al canto. Cualquier sindicato, alternativo o traicionero, que entre en la dinámica de funcionamiento actual, acaba actuando como los otros dos. ¿Y eso por qué?

Imagina que vas a una verbena, presumiendo que vas a bailar el pasodoble mejor que nadie. De acuerdo. Pero tienes que cumplir las reglas. Tienes que evolucionar con tus giros y piruetas en una dirección, sin empujar a los demás, realizando la coreografía y llevando el ritmo. Y al hacer eso, estarás no solo cumpliendo con las reglas, sino dándoles más valor, ya que tú mismo las aceptas y participas de ellas. En resumen, todos acabáis haciendo lo mismo. Unos como espectadores pasivos, y otros danzando.

Ahora bien, puedes llegar al baile e incumplir las reglas: vas a contra mano, empujas, lanzas alaridos… Inmediatamente la gente se incomoda, llaman a seguridad y te arrojan al pilón a patadas. Quien no cumple con las reglas, no baila en la fiesta.

Por eso, lo normal, en quien no traiciona, es estar fuera de la pista. ¿Y bailar desde afuera? Ya, el problema es que todos los que tienen que hacer el cambio, están en la verbena. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

Los Sindicatos Unidos se venden al Partido

A todos aquellos que nos dicen que estamos obcecados con las dos grandes emanaciones del sindicalismo vertical (a saber, CCOO y UGT), les recomendamos que atesoren un poco más de información, que descubran las maniobras desmotivadoras que esta gentuza prepara para el otoño, que se enteren de que quieren ser una de las piezas claves más importante de ese problema social al que nosotros queremos poner solución, que abran un periódico por primera vez en su vida o mejor –viendo la basura propagandística que contienen– que por primera vez en su vida lo cierren.

Los sindicatos mayoritarios (es decir, los mayoritariamente mejor pagados), saben que en septiembre la situación va a estar “calentita”.
CCOO y UGT, como buenos instrumentos de control social, no tienen bastante con lo que les hicieron a los mineros en Madrid y durante la “Marcha Negra” (la desviación de Valladolid, las llamadas a la desmovilización, la consigna de “no confrontación”), ni con los constantes avisos que le hacen a este sector para que “retiren las barricadas” y permitan que todo vuelva a la “normalidad” (“la normalidad”, esa coyuntura excrementicia y putrefacta de subvenciones, liberados, recortes y reformas pactadas, migajas reivindicativas y corruptelas varias que componen el status quo); tampoco tienen bastante con reunirse con Merkel para calmarla: “tranquila jefa, que de que no se desmanden los currelas nos encargamos nosotros”. Ahora, sabiendo que en septiembre se avecinan vientos revueltos, sabiendo que se siente en el aire que algo puede “estallar”, se preparan para desviar la atención de los explotados, apartarlos de la vía de la protesta y embarcarlos en la mayor gilipollez jamás inventada desde que se inventó el paraguas de algodón: un referéndum para ver si a los “ciudadanos” sellados y roturados por el Estado español les gusta o no que les jodan. Para ese viaje no hacen falta tales alforjas.
El propio 19 de julio demostró que la gente está en contra de la Reforma laboral y la posterior brutal tanda de recortes. ¿Para qué un referéndum? Muy sencillo, para que, como decía Lampedusa en su obra el Gatopardo: todo parezca que cambia y así todo pueda seguir igual.
CCOO y UGT han inventado un nuevo método para que las víctimas gestionen una agresión: si te apuñalan, no te sacudas al agresor de encima; vete con el cuchillo bien clavado a celebrar una reunión de tu comunidad de vecinos (de la que se me olvidaba, tu agresor es el presidente y tesorero) y plantéales que haces con el cuchillo. Si todos votan que te lo saques, has obtenido un sí para hacer algo que podías hacer tú mismo sin consentimiento de nadie; si votan que no, estás tan jodido como antes pero ahora encima tu puñalada está legitimada.
Sin embargo la culpa no es sólo de los grandes sindicatos amarillos. Todos los que se llenan la boca criticándolos, todos los sindicatos que se dicen distintos a ellos, todas las organizaciones que incluso los abuchean en público, todos los que se ganan fama de comprometidos señalándolos, todos los que les hacen guiños a la juventud haciéndoles alguno que otro desplante a los sindicatos oficiales, después siguen participando con ellos en “plataformas y frentes sindicales”, en “asambleas populares”, en “manifiestos y comunicados conjuntos”, y si pudieran hasta en las romerías de la Virgen del Pino. Todo en loor, por supuesto, de la “unidad sindical”, la “unidad popular”, “la unidad de izquierdas”… Y yo me pregunto ¿por qué no en loor de la “unidad política” se unen al PP?, ¿o por qué no en loor de la unidad de las funcionarios se unen a la policía? (calla, que eso ya lo han hecho).
Como ya hemos dicho alguna que otra vez, se suele confundir unidad con mando único. No somos conscientes de que difícilmente se puede unir un contra-poder con retazos del propio poder establecido, tal y como no se puede hacer un frente antirracista con una organización neo-nazi, ni una plataforma atea con una asociación de curas. Si estos sindicatos y organizaciones estuvieran realmente en contra de los manejos apagafuegos y quintacolumnistas de dichos estamentos gubernamentales (eso son y así los llamo) elaborarían un cordón higiénico a su alrededor, les harían el vacio, los aislarían, dándoles una señal a los afiliados de dichos estamentos de que la lucha (aún la más parcial, y si es que a una lucha parcial puede llamársela lucha) no está en el seno de ambas instituciones.
En sus manos está hacerlo y tienen medios y herramientas para ello. En las nuestras, si no, meterlos a todos en el mismo saco, cargarlo de piedras y echarlo al agua. La lucha que se avecina es demasiado seria, crucial e importante como para perder el tiempo esquivando las zancadillas, las desviaciones y las operaciones de falsa bandera de estos “bomberos” profesionales en sofocar fuegos sociales. 
“Los hombres son tan simples, que el que quiere engañar siempre encuentra alguno que se deja” (Nicolás Maquiavelo).
Fdo.: Sr. Molesto Moscardón de la Cojonera

El cerco informativo se ha roto

           

            Esta noticia, que el cerco informativo en torno a los mineros, se haya roto, parecería buena en cualquier otra circunstancia; en esta no lo es.
            Los medios de comunicación burgueses y comerciales hacen daño a las luchas sociales por muchas vías, pero hay dos principales: la criminalización y el mutismo. El primero se aplica sin necesitar demasiadas excusas. Se busca el momento propicio para explotar los miedos y prejuicios burgueses en los que todos, obreros y marginados incluidos, hemos sido criados. Determinadas estéticas, determinados rangos de edad, son óptimos para excitar el terror de la moral burguesa que aún pervive en muchos de nosotros. El segundo se usa cuando los factores a criminalizar, si existen, no consiguen despertar la antipatía del grueso de la población. Entonces lo importante es ignorar la realidad, conseguir que la gente mire hacia otro lado, y que los conflictos mueran ahogados en silencio.

            Lo importante, por mucho que se diga lo contrario, no es lo que se hace, sino quién lo hace. A las pruebas me remito. La violencia no es condenable (por muy mala prensa que tenga per se) por ser violencia, sino por quién la práctica (no entraré ahora a valorar la violencia de arriba, y como sus guerras, secuestros, palizas, hambrunas, etc., suelen traérnosla al pairo). Quemar un contenedor (sí, hoy se entiende por violencia eso) si lo hacen un joven “con pintas” es vandalismo, terrorismo callejero, kale borroka, etc. Si lo hace un minero, un padre de familia, un tío como tú, consumidor habitual de televisión, puedes llegar a comprender que es defender con uñas y dientes el pan de tus hijos.

            Cuando empezó el conflicto de la minería, los mass mierda (edito: media) tiraron el anzuelo: voladores por aquí y por allá, barricadas en llamas, encapuchados, etc. Pero la mayoría no picó, así que tuvieron a bien cambiar rápidamente de objetivo (la Eurocopa, el calor que hace en verano, el abuelo que empieza a hacer natación a los 75 años, etc.). Sabían, obviamente, lo de la “Marcha Negra” hacia Madrid, y por ende que tenían que cambiar de táctica (¿cómo iban a poder ocultar si no el colapso de la capital provocado por los mineros y quienes les apoyan?). Coincidía que era el día de la mayor ofensiva anti-clases bajas que el Estado había protagonizado hasta ahora; que la lucha minera había dejado ser una lucha exclusiva de los mineros, y se les unían otros sectores profesionales y colectivos sociales; y que el cariz de la lucha, visto lo visto en Asturias y alrededores, podía ser de autentica Insurrección. Era la hora de romper el cerco informativo.
            ¿Y cómo lo hicieron? El Estado supo bien marcarles la pauta a los periodistas mercenarios. Todo este conjunto es más gilipollas de lo que creemos, pero tiene más experiencia acumulada de la que solemos atesorar los revolucionarios, y la experiencia sigue siendo un grado. Así que: cobertura durante todo el día a la tergiversada “manifestación pacífica” (“la gente siente demasiada afinidad con los mineros como para criminalizarlos mediáticamente con éxito, que de eso se encarguen nuestros tribunales y perros policías adiestrados”, debieron decirse); silenciar todo enfrentamiento y toda carga policial, o descafeinarlas, y sobre todo, que no se vean ni por casualidad las cabezas rotas de las dos compañeras de Madrid; silenciar también cualquier acto de solidaridad producido en el resto del Estado. Había que esperar para poner en marcha la segunda parte del plan: esperar a la noche, a que se conozcan los recortes y suba aún más la tensión hasta llegar al clímax; sacar primeros planos de los contenedores y las hogueras (todas los focos que no recibieron metros y metros de barricadas en llamas, les han sido dedicados a la estatua egregia del contenedor anónimo); relacionarlos con grupos anti-sistema (me imagino las instrucciones al operador de cámara: “a ver si pillas alguna cresta”); y el trabajo está hecho.
            Ahora ya pueden decir que los pobres y honrados mineros han sido instrumentalizados por los antisistema profesionales de la guerrilla urbana (a ver si se crea algún tipo de cizaña y alguna que otra fricción interna); que la violencia (la de los contenedores, no la de una veintena de policías pateando a dos compañeras) es siempre condenable; y que la legítima lucha minera (con sus “pequeños excesos”) nada tiene que ver con la violencia descontrolada de los jóvenes marginales y piojosos.
            Esa es su idea, ¿lo han conseguido?
            Creo que la situación es tan insostenible que, aunque lo hubieran logrado, ya no debemos preocuparnos por aquellos que se crean esa milonga. Los mineros saben quienes están a su lado y quienes los detienen, encarcelan, linchan, amenazan y asedian. La gente puede abominar mucho un tipo de “violencia” concreto y convertido en artefacto/mercancia de la “sociedad del espectáculo”, pero hasta al más masoquista le tiene que revolver un poco el estómago la aplicación de ciertos recortes.
            Creo que podemos empezar a darnos cuenta de que somos demasiado buenos, de que en un “país” (vamos a llamar a esta abstracción carcomida y casposa de alguna manera) donde se rescatan bancos con dinero público, se hacen draconianas reformas laborales, se dejan de financiar infinidad de medicamentos, se sube el IVA (el reducido y el general) afectando a los productos de primera necesidad, se recortan las ayudas a los impedidos y discapacitados y a quienes les asisten, se aumenta la edad de jubilación, se reduce la prestación de desempleo desde el séptimo mes, se suprime la deducción por vivienda (encareciendo el precio de las mismas); en un “país” donde se nos humilla y provoca, una puerca (sí, la imagen que os ha venido a la mente al leer la palabra es correcta, hablamos de Esperanza Aguirre) subestima y se burla de una lucha a tumba abierta infravalorando a millares y millares de personas, donde otra lanza un sonoro “que se jodan” cuando se habla en el “Charlamento” de recortar la prestación por desempleo; en definitiva, de que en un “país” donde están pasando todas estas cosas lo lógico sería que no quedara un político que no estuviera colgando de una farola, ni una comisaria que no fuera reducida a llamas con sus “empleados” dentro, ni un banco que no fuera saqueado, ni una mansión que no fuera expropiada, ni un centro comercial que no fuera pasto del pillaje, ni un explotador que pudiera vivir en paz.
           
          En vez de eso, de hacer lo “lógico”, lo “razonable” cuando te dicen que tus mayores van a morir sin atención, que no vas a tener comida que poner en la mesa, que vas a perder tu casa y no vas a conseguir ni una madriguera cual fiera, y que si consigues trabajo vas a morir de viejo con la herramienta en la mano, la gente es tan buena que se conforma con cortar calles, protestar y morirse de rabia. En un lugar así, no me preocupo por la criminalización planteada por el Sistema, porque lo “ilógico” a veces fallece a golpes de realidad; porque a veces se descubre que lo que es “malo” es ser “bueno”, que ser “bueno” significa para ellos ser tonto, y que para nosotros puede dejar de ser “malo” empezar a tener DIGNIDAD.
Fdo.: Félix Rodríguez de Vesania

Convocatoria 11-J

En nuestra convocatoria para el 11-J anunciábamos que “ante el más mínimo acto represivo” nos concentraríamos ante la Delegación de Gobierno. Ese acto represivo ya se ha producido y por tanto nuestra convocatoria ya tiene hora: a las 18:00 todos delante de esa “sucursal de la represión” que es la Delegación de Gobierno.

Al “estado de sitio”, que ya denunciábamos en nuestro comunicado original, decretado de facto en Ciñera, se le han sumado los actos de terrorismo de Estado sufridos por los mineros y la población de Pola de Lena, y la salvaje paliza recibida por uno de los tres detenidos en el Padrun (más información aquí: kaos en la red-minero hospitalizado).

MAÑANA PLANTÉMONOS COMO UNA SOLA VOZ DELANTE DE LA DELEGACIÓN DE GOBIERNO. QUE APRENDAN QUE SI ELLOS TIENEN LA FUERZA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y EN LOS MINISTERIOS, NOSOTROS TENEMOS NUESTRA FUERZA EN LA CALLE.

(A continuación nuestra convocatoria original)      


Convocatoria 11-J

(5/7/2012)
Este 11 de julio concluye la «Marcha Negra» en Madrid, ¿podemos hacer algo para solidarizarnos con los mineros? El Estado con sus perros a sueldo está reprimiendo duramente a los compañeros. Como prueba el siguiente video:

El pueblo de Ciñera ha sido cercado; sus habitantes aislados y sitiados; a los mineros se les persigue y acorrala como si fueran bestias; se asalta el pueblo casa por casa; se impide toda comunicación con el exterior.
Ante esta perspectiva, nadie sabe lo que puede ocurrir el 11-J cuando los mineros entren en la capital del Estado. ¿Vamos a quedarnos mirando si se usan para reprimir a los mineros los mismos métodos que ya hemos visto en éste y otros videos? ¿Vamos a quedarnos impasibles si usan con ellos la misma violencia que usaron con los jóvenes que se solidarizaron con los mineros desde Las Palmas el 18-J?

Desde la FAGC lanzamos la voz de alarma, e invitamos a cuantos estén dispuestos a solidarizarse, con algo más que palabras, a estar pendientes de lo que ocurra en Madrid el día 11, para que ante el más mínimo acto represivo, nos concentremos ante la Delegación del Gobierno para vomitarles nuestra rabia.

Hasta ahora en la “lucha de clases” sólo estaban combatiendo los de arriba…
11-J: Ahora nos toca a los de abajo.

¡PODRÁN REPRIMIRNOS; PERO NO PODRÁN GOBERNARNOS!

Las luchas mineras: ¿retrogradas o revolucionarias?


Últimamente cunde la tendencia entre muchos sectores, y también entre algunos libertarios (organizados o no) de cuestionar la validez y honestidad de las luchas mineras. Se puede coincidir en muchas cosas con los críticos, y podríamos concederles sin pena muchos de los puntos que señalan.
Bien que los mineros pueden estar siendo instrumentalizados por los patronos para no perder las ayudas estatales; bien que los sindicatos los utilizan arteramente; bien que cuando el gobierno se siente a negociar con ellos todo esto se acaba; bien que el carbón contamina; y un largo etcétera.
A todo esto podríamos preguntar, sin miedo a pasar por blasfemos: “¿y qué?”, y nos quedaríamos tan anchos.
Cientos de movimientos y acontecimientos innegablemente revolucionarios se crean con una intencionalidad tibia o pacata y finalmente acaban sobrepasando a sus convocantes y fundadores. Quien piense que eso es imposible que tire a la basura a la I Internacional (en un principio simple reunión de confraternización entre los pazguatos sindicalistas ingleses y los apocados proudhonianos franceses [enviados por Napoleón III]), a la Comuna de París (resultado de los ánimos belicistas y patrióticos producidos precisamente por los desastres de una Guerra patriotera expansionista), y también a la tendencia libertaria que en muchas partes adquirió el 15-M (producto “ciudadanista” que pretendía cambiar la ley electoral para beneficiar a los partidos pequeños, y que acabó rebasando –para horror de DRY– las mojigatas y reformistas intenciones de sus convocantes).
Si en los “despachos” se ha decidido que los mineros hagan esto o aquello, a mí me da igual; lo que sé es que en la calle están haciendo –por primera vez en mucho tiempo de forma continua, generalizada y constante– Acción Directa.
La  lucha, si es obrera y usa la acción directa, es Lucha, con independencia de las intenciones del invento. Lo que los “vendeobreros” de corbata o chaqueta de pana decidan; lo que los alquimistas de las explosiones sociales controladas fabriquen, es algo que no condiciona la lucha si esta lucha sobrepasa las intenciones de quienes la idearon.
Habitualmente, muchas movilizaciones se crean con programas “revolucionarios” y acaban en meros paseos regulados; ahora se ha conseguido lo más difícil, que la movilización sea revolucionaria en sus actos, por mucho que en sus planteamientos iniciales no lo fuera. La primera incoherencia es difícil de invertir; a la segunda la invierten los propios actos.
El papel de los anarquistas, sobre todo la de quienes hayan detectado esos problemas, es el de introducirse en la lucha, tratar de radicalizar la situación también en lo tocante a las expectativas y dedicarse a ayudar y a luchar codo a codo con los mineros.
Basta ya de largos y soporíferos textos explicando que los que luchan son los malos y que los que se limitan a escribir son los buenos. El análisis y la reflexión hacen falta –más que nunca y más que siempre–, pero eso no significa que ambos deban de sustituir a la Acción. Muchos anarquistas, dedicados a los menesteres de la contemplación han acabado por ser, puramente, contemplativos. En vez de dedicarse a batallar y a intentar contrarrestar con trabajo las alternativas que les parecen reprobables, se dedican exclusivamente a detectar que hay de “malo” en las luchas de los otros. La costumbre de escribir como herramienta combativa, la práctica del escrito como material de barricada y de la letra como bala, se está perdiendo. Hoy la escritura pontificadora es, para muchos militantes de tecla y escritorio, todo.
Cuando una piedra vuela, cuando una barricada se enciende, cuando una lucha con la policía se entabla, cuando se elije matar el miedo a golpes, y es la mano de los obreros y oprimidos la que acomete esto, el lugar de los anarquistas está a su lado. Para conocer y ampliar juntos miras, para invitar a ir más lejos, para auto ayudarse a volar más alto. La táctica a emplear es sencilla. Cuando los reformistas ven que una iniciativa revolucionaria empieza a perder fuelle y vira hacia el reformismo, le cierran la puerta a sus espaldas para que no pueda volverse a casa; no tenemos más que hacer lo mismo pero en sentido contrario: si una iniciativa de origen reformista empieza a radicalizarse, los revolucionario no tenemos más que intentar cerrar igualmente la puerta para que le sea imposible volverse a atrás.
Todo lo demás es palabrería vaga; buenos datos desperdiciados si no se usan para incidir y modificar la lucha.
Si son los patronos los que los sacan a la calle, que todas las energías se inviertan en que contra ellos vaya el odio. Si los sindicatos los venden, intentemos por todos los medios señalar sus traiciones, sus desplantes públicos y desvinculaciones mediáticas, sus acuerdos soterrados, su pesebrero interés “engullecuotas”. Si existe el problema de la negociación “apagafuegos”, que los libertarios que luchan a su lado propaguen, con los hechos, con su resistencia numantina, que este es sólo el comienzo de un largo camino y que a la solidaridad que con ellos se ha tenido desde fuera, sólo puede correspondérsele con más solidaridad por parte de ellos. Si el carbón contamina, no pensemos ya en las luchas por la reconversión del sector, si no en la patada en el culo que, siguiendo el mismo criterio, nos tocaría darle a muchos de los trabajadores fabriles que trabajan en industrias contaminantes, y a los ganaderos, agricultores y pescadores –que tanto impacto causan al medio– si alguna vez se les ocurriera “levantarse en armas”.
Compañeros, nuestro lugar está con los que luchan y sufren. Eso abarca muchos frentes, y uno de ellos, el más paradigmáticamente combativo, es hoy el de los mineros. Ni toda la manipulación verticalista del mundo puede borrar que están abriendo brecha y mostrando con eficacia una dinámica concreta de abordar la lucha callejera, la autodefensa y la capacidad de pasar a la ofensiva; una dinámica muy distinta a la que el movimiento “ciudadanista” y los profesionales del “inactivismo” nos tienen acostumbrados.
Hoy los mineros son los referentes de un modo de hacer continuo (tal y como los manifestantes barceloneses lo han sido de un modo de hacer esporádico). Los anarquistas somos mero referente de los que disparan contra los que dirigen, porque quieren que los dirigidos empiecen a disparar con sus propias armas. Centrémonos en eso y no erremos disparos ni equivoquemos dianas. 
Fdo.: Ruymán