¡Advertencia!

¡Aviso de última hora! ¡Aviso de última hora, vigente durante toda la jornada electoral!
Las Desautoridades Libertarias advierten:
VOTAR PROVOCA CEGUERA

Jornada de ¿reflexión?

            “Jornada de reflexión” es un eufemismo para no hablar de lo que en realidad pretende ser una jornada de inactividad, de sumisión, de pasividad, de desmovilización. Si se nos “invita” a reflexionar, ¿por qué no hacerlo dónde y cómo queramos? La reflexión, para ser tal, ha de ser libre y sin límites.
           Reflexionemos, si lo queremos, colectivamente, hagamos conocedores a los demás de nuestras reflexiones y empapémonos de las suyas; reflexionemos en aquellos espacios públicos que se nos antoje, apuntando en la dirección que nos dé la gana, con la combatividad que nuestra sensibilidad exija, o mandemos la reflexión al carajo y pasemos a los actos. Hagamos lo que nos apetezca y consideremos necesario, pero no lo que sus estúpidas leyes nos ordenen hacer. Con la boca chica, aunque sea a través de un altavoz, se nos fuerza a reflexionar (en solitario, en silencio, anquilosadamente); entre dientes se nos escupe el mandato de digerir su propaganda y disponernos, mañana, como “buenos ciudadanos”, a votar. Si no se puede expresar públicamente las tendencias políticas o antipolíticas de cada uno en “jornada de reflexión” ¿por qué diablos no quitan los partidos su maldita propaganda de la calle?, ¿por qué dejan sus sucias caras y doctrinas pululando por la red?, ¿por qué lo que yo estoy cometiendo ahora (expresarme un día determinado al año) puede ser considerado un delito y no que nos inunden con sus repugnantes salmodias electorales?
            Sabedlo todos de una vez: la papeleta del voto es un cheque en blanco que entregáis a los políticos para que hagan con ella lo que quieran; es un certificado con el que ratificáis que renunciáis a vuestra soberanía de individuos libres y autónomos; ser un “ciudadano” no es mejor que ser un esclavo cuando en ambos casos vivís atados a las exigencias del amo; la “democracia” es la trampa a través de la cual se consigue hacer creer a los “súbditos” que quienes reinan son ellos sólo con que den su consentimiento para que la voluntad del “rey” les dicte lo que tienen que hacer.

            No vive más quien elige a su asesino  que quien se niega a escogerlo. ¡No elijáis a vuestros verdugos! ¡Conservad, en vosotros, la dignidad de resistir, la prerrogativa de decidir, la potestad de luchar!

Ni una Muerte sin Respuesta

Los compañeros de la FAGC, junto a los compañeros de la CNT, nos manifestamos el Jueves (día 10) para protestar por la muerte de obrero de 32 años David Santiago. Nos concentramos frente a la Asociación de Empresas de la Construcción y a la Cámara de Comercio. Por último, de camino a la CEOE (donde también pensabamos manifestarnos), se nos ocurrió pasar por el edificio de Primero de Mayo que los sindicatos “oficiales” han usurpado (recuerden que una planta de ese edificio le corresponde a la CNT, en virtud de la repartición del patrimonio histórico). La reacción de los liberados fue salir en tromba descargando contra los anarquistas la rabia que no se atreven a descargar contra la patronal. Los sindicatos amarillos, los sindicatos verticales, los sindicatos del Estado, fueron recibidos con una oleada de dialéctica que los dejó babeando de pura impotencia. A su violencia se les respondió con argumentos, a su inmovilismo, ante la muerte de un compañero, se les respondió con hechos. Teniendo la fuerza del número, han sido incapaces de convocar concentraciones para denunciar este nuevo acto de terrorismo patronal. Sólo defienden a sus afiliados, cuotas mediante. La FAGC denuncia este hecho y llama a los trabajadores a organizarse al margen de estas industrias vendedoras de obreros que son CC.OO y UGT. 

¡Te Hemos Pillado!

José Federico González Correa
   Los acontecimientos se han sucedido vertiginosamente. En pocos días hemos descubierto que se nos había infiltrado en nuestras filas un fascista (posiblemente el sujeto sea “algo más” que eso), lo hemos encarado y hemos ayudado a desarticularlo. La torpeza del susodicho le había llevado a aparecer en diversos documentos de la ultraderecha con su nombre real (José Federico González Correa) creyendo que un burdo cambio de nombre (Abdul) conseguiría sepultar su pasado más reciente. Estos documentos son diversos: desde su firma como Jefe Territorial de Canarias en el Manifiesto 2002 de la Mesa Nacional Falangista (Falange Auténtica: http://www.falange-autentica.org/es/descargas/finish/4/13/0); y su aparición como candidato (número dos de la lista) de La Falange al Congreso de los Diputados por la circunscripción de Las Palmas (BOE número 34 de 9/2/2000: http://www.boe.es/aeboe/consultas/bases_datos/doc.php?coleccion=indilex&id=2000/03083&txtlen=65); hasta su aparición como candidato (número uno de la lista) por el Movimiento Social Republicano (movimiento europeo de extremaderecha de corte neo-nazi) por la circunscripción de Las Palmas (BOE número 41 de 17/2/2004: http://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2004-2970).
  
El “shock” ha sido considerable para la Federación porque muchos de sus componentes habíamos establecido lazos de afecto con el infiltrado. Por suerte para nosotros, nunca realizamos a su lado ninguna acción “conflictiva”, e incluso antes de que esta información saliera a la luz ya había dejado de pertenecer a la Federación, pues la mayoría de nosotros habíamos perdido nuestra confianza en él por su comportamiento errático, ambiguo e intrigante. Tenemos como consuelo que sólo hemos tardado cuatro meses en desenmascararlo, mientras que en otros casos los infiltrados han permanecido en distintos grupos libertarios durante uno (http://abordaxerevista.blogspot.com/2010/08/dos-policias-se-infiltran-entre-los.html) cinco (http://www.lafogata.org/02europa/8europa/cruz.htm) o hasta siete años (http://abordaxerevista.blogspot.com/2011/02/policias-infiltrados-ultimo-episodio-en.html).
  
Si ahora hacemos pública esta información es para que dicho elemento no vuelva a poder infiltrarse en ningún movimiento social (ni en la isla ni fuera de ella) y también para que nuestra experiencia sirva de algo al resto de compañeros a la hora de detectar a estos perniciosos personajes.




¿Cómo “cazar” a un infiltrado?

La verdad es que si el infiltrado es hábil descubrirlo es bastante complicado. En nuestro caso particular hemos tenido suerte, pues se han conjugado distinto factores: en primer lugar el sujeto ha sido tan inepto como para llevar casi paralelamente una vida pública como activista de extremaderecha y otra como “activista alternativo”; en segundo lugar, un rasgo de su personalidad (su soberbia) le llevaba a infravalorar a cuantos le rodeaban y a dejar, en consecuencia, muchas fisuras en su conducta y comportamiento; en tercer lugar, la coyuntura en la que estaba inmerso (pues a la vez que estaba infiltrado en el grupo anarquista tenía que seguir infiltrado en el 15-M y tratar de mantener cierta postura equidistante) le obligaba a no implicarse “demasiado” en la Federación; en quinto lugar –y aunque no pueda descartarse totalmente su condición de policía–, es muy distinto descubrir a un simple fascista que a un infiltrado policial con su infraestructura y logística reglamentaria.
Cuando el infiltrado actúa de forma profesional suelen escasear las posibilidades de pillarle. Los filtros que se aplican suelen quebrarse si el “topo” muestra un compromiso y “compañerismo” a todo trance. Basarse en perfiles estereotípicos tampoco puede considerarse un método infalible; sobre todo cuando los que más abundan son dos bastante contrapuestos. Por un lado está el –aparentemente– más fácil de detectar: el típico “agente provocador”, el que te incita a realizar actos arriesgados y casi siempre de corte violento (éste es el caso de Mark Kennedy infiltrado en la CAN [siglas en inglés de Red Anarquista de Cardiff]); por el otro está el rol que más pasa desapercibido: el del “compañero” conciliador, mediador y pacífico que siempre hace llamadas a la prudencia (el caso de Fernando Pérez López infiltrado, entre otros grupos, en la Cruz Negra Anarquista).
Más allá de vigilar las espaldas de los miembros del grupo con los que se está más cohesionado, de usar el sentido común y desconfiar de cualquiera que sin conocerte te ofrezca una garrafa de gasolina y un mechero, sólo el trabajo puede desarticular a un tipo –específico– de “topos”. El compromiso y el trabajo diario es la mejor medicina para desarticular a alguien que no comparte ni tu ideario ni tu sensibilidad (eso por lo menos es lo que nos ha servido a nosotros), en el caso de los fascistas camuflados. Ahora bien, es cierto que esta táctica tiene sus fallas cuando hablamos de un policía encubierto, porque esta clase de emboscados, al gozar de carta blanca y los medios pertinentes, suelen mostrarse tan dispuestos a exponerse y a dar el callo como el que más. Para poner en solfa a esta clase de sujetos lo más efectivo ha resultado ser la planificación de “acciones fantasma”. En cuanto se tiene la sospecha lo mejor es preparar (eso sí, muy bien preparada) una “acción comprometida” que sea una “golosina” para las fuerzas y cuerpos de “seguridad” del Estado. Cuando llegue el momento de la acción no se hace nada, todo se convierte en humo, y uno puede comprobar en la distancia si le estaban esperando o no.
Sea como sea, éstas son sólo líneas generales y uno tiene que estar dispuesto a improvisar y a adaptar cada estrategia a cada situación.


Consecuencias

Meter a un infiltrado en un grupo es siempre beneficioso para los que infiltran. A parte de la información que se obtiene, de las consabidas detenciones y de las acciones que se abortan, y aun cuando se desarticula al “topo” antes de que pueda hacer nada de lo referido, la sensación de inseguridad y la paranoia perduran en el grupo tiempo después de descubierta la delación. Los miembros de los distintos colectivos pueden caer en un estado continuo de “manía persecutoria”, de psicosis constante, hasta el punto de desconfiar de todo y de todos. Los grupos se vuelven paranoicos, restringen de forma férrea el acceso a los mismos y acaban purgándose internamente hasta su disolución.
La forma psicológica de superar esto es más sencilla de lo que se cree: hay que comprender que intentar cambiar el mundo no va a salirnos gratis y que si las fuerzas represivas, y su “brazo armado callejero” (la ultraderecha), se están ocupando tanto de un grupo, es que dicho grupo debe de estar haciéndolo bien. Esa es la lectura que hacemos desde la FAGC. No es posible que tantos frentes nos ataquen a la vez si de verdad consideraran que somos inofensivos. Si nos atacan es porque nos consideran peligrosos. Para el Sistema es peligroso que veamos posible y deseable que todo el mundo disfrute de tres comidas diarias. Para el Sistema es peligroso que defendamos que no hay más límite para la libertad de expresión que el que la conciencia de cada uno quiera darle. Para el Sistema es peligroso que seamos el único grupo revolucionario que no puede ser desarticulado a través de subvenciones, que no se queda obnubilado por el canto de sirena de los partidos, que no se deja comprar por ningún puesto de poder. Para el Sistema somos peligrosos porque somos anarquistas, y eso significa que, como decía Elisée Reclús: “Ante la iniquidad y en tanto que ella persista, los anarquistas están y permanecen en estado de insurrección permanente”.

Cuando el sentido común respira

Dicho lo dicho en el anterior artículo, también hay que reconocer que, según se colige del acta de la Asamblea Insular del 22 de octubre en Maspalomas, la “anarcofobia”, la censura y la justificación de la violencia gratuita no son reconocidas como patrimonio del 15-M. 

  Es evidente que mucha gente reprobó el archiconocido acto de coerción y hostigamiento que sufrieron algunos compañeros de la FAGC el 15-O; evidente es también que muchos de los que participaron con gusto en semejante reproducción del circo romano ahora abjuran de sus actos: bien porque han reflexionado y ejercitado la autocrítica, bien porque el arribismo vuelve a colocarles donde se sitúa la mayoría. Si ahora la mayoría condena la violencia, reniega de los actos de dirigismo protagonizados por algunos “organizadores” y ve peor la “maliciosa” lectura de ciertos manifiestos que la “inocua” presencia de cierta bandera (curiosamente todo lo que ya denunciábamos en nuestro comunicado “Ya tenéis a vuestro monstruo”), entonces ahí están ellos. Sea como sea, y como confiamos tanto en la disidencia como en el autodesarrollo y el autoaprendizaje, hemos considerado interesante hacer una compilación de algunas de las intervenciones de las distintas asambleas en la citada Insular y señalar así que no todo el mundo puede ser manipulado; no por lo menos durante todo el tiempo. 
Asamblea de Telde: “Solicitan que no se lean en actos públicos Manifiestos no consensuados en Asamblea
Asamblea de San Telmo: “Manifestamos nuestro malestar como Asamblea por los vergonzosos brotes de violencia acontecidos en el escenario y fuera de él contra una compañera y denunciamos esta actitud que lejos de ser conciliadora -como correspondía a nuestro Movimiento-no violento haber hecho en la subida de una bandera- provocó un espectáculo lamentable. Denunciamos también las irregularidades de ese acto en las que se leyó un manifiesto no consensuado en Asamblea”.
Asamblea de Guanarteme: “Valoración positiva del 15 Otubre [sic], observación negativa de un manifiesto no consensuado y consideran tiene que aprobarse en Asamblea. También manifiestan lo desagradable de la violencia en este acto”.
Asamblea de Cono Sur: “Considerando el acto del 15Oct se pide un mayor esfuerzo de Coordinación para nuevos actos y no permitir que se arroguen portavocías que no han sido consensuadas en Asamblea”.

Cuando el sentido común expira

            Si alguna vez los anarquistas se plantearon abandonar el 15-M, si alguna vez el reformismo gris y pacato de alguna de las propuestas de este Movimiento les invitó a tirar la toalla, sus detractores han conseguido justo lo contrario pues han encontrado la peor forma de echarlos: ordenarles que se vayan. “Amigos” si quieren que un anarquista abandone una habitación jamás le señalen la puerta.
           


            Que “Asambleas unipersonales” (dos que ahora se reformulan como “15-M Norte”) hayan extraído de los “incidentes del 15-O” una lectura sobre la legitimidad de tales o cuales Asambleas, y no sobre la legitimidad de la violencia teledirigida contra “individuos aislados”, es bastante representativo. Que dichas “Asambleas” no gasten su tiempo en los desahucios, en la liberación de espacios públicos abandonados, en hacerles la puñeta a políticos y banqueros, y sí en perseguir anarquistas, es un poco alarmante.
            Muchas personas usan el membrete de algo que consideran “más grande que ellos” cuando no se atreven a dejar escapar sus prejuicios por su propia boca. Según lo ven, si le dieran “nombre propio” a sus opiniones éstas dejarían de tener el mismo peso, por lo cual se escudan tras la panoplia que representa un organismo o movimiento, como el 15-M, o tras la defensa de una Asamblea cuyo quórum acaba y empieza en sí mismos. Así se comprende que emitan sentencias que, si tuvieran que rubricarlas, de forma personal, se abstendrían de dar a conocer. Así se comprende que digan, con toda ligereza, y sin aportar ninguna prueba, que los anarquistas (eso sí, reconociendo –paradójicamente– que participamos “a título individual”) actuamos en bloque dentro de las Asambleas del 15-M o que den por sentado que todas las propuestas de “San Telmo”, sin excepción, provienen de anarquistas o, es más, exclusivamente de miembros de la FAGC.
            Pero ¿por qué este nuevo ataque? La lectura de la situación se nos antoja harto sencilla. Después de lo acontecido el 15-O algunos se frotaron las manos pensando que el Movimiento Anarquista en Gran Canaria estaba finiquitado. Pensaban que un prefabricado acto de “violencia en masa” iba a pasarnos factura (a nosotros, los que lo sufrimos), que nadie vería la situación desde el punto de vista de los agredidos y los censurados, que los individuos con pensamiento crítico no se atreverían a posicionarse a nuestro lado y que nosotros nos abstendríamos de contra-atacar… Se equivocaban.
            Sin hacer un análisis triunfalista, infinidad de personas nos manifestaron su apoyo  (de todas las ideologías, de todas las islas y hasta del resto del Estado español), nuestros comunicados eran secundados por numerosas voces, la web creció desorbitadamente, el programa de radio tuvo una fantástica acogida y muchos individuos inquietos se acercaron al grupo para colaborar o simplemente para ver “qué era eso del Anarquismo” y los motivos por los que algunos podían llegar a odiarlo tanto.
            Ésta era la reacción (que nos fortaleciéramos en vez de que nos desarticuláramos) que no se esperaban nuestros detractores. Del hecho de que no hayamos desaparecido ni hincado la rodilla es de donde proviene tanta “mala baba”. Sin embargo, nos es indiferente, porque como reza la única verdad que contiene esa suerte de demencial comunicado donde se nos “invita a irnos”: nosotros tenemos nuestra “propia revolución en marcha”.
            Aprended algo de la psicología del anarquista para la próxima vez, de la psicología del rebelde, de la psicología de las mujeres y hombres que luchan por ser libres, de la psicología de los que saben ser herejes en un ambiente de ortodoxia e iconoclastas en tiempo de fanatismo: nunca le den órdenes a un anarquista o, mientras no lo considere injusto o inoportuno, les desobedecerá y hará justamente lo contrario.
               No obstante, nuestros detractores (no los llamamos “enemigos” pues ese calificativo se lo reservamos a los de “arriba”) nunca comprenderán esto, pues los argumentos que esgrimen retratan perfectamente cuáles son sus intenciones y capacidades. Para los susodichos es incompatible con el asamblearismo que en dicho ámbito (parafraseamos) “se compartan creencias” (¿no servían también las asambleas para intercambiar ideas y pareceres?), usan el término “revolucionario” como un insulto y nos acusan de querer (cito textualmente) “suplantar las instituciones burguesas y […] [hacernos] con los medios de producción y distribución” (¿no era esa la idea?). Todo ello porque pretenden convertir las plazas en un “espacio” donde los partidos políticos vengan a evangelizarnos (eso vienen a decirnos en uno de sus comunicados), conclusión bien lógica si tenemos en cuenta que los que esto defienden ya tienen montados sus propios partidos (sean de viejo cuño o ad hoc) y ven al 15-M como un simple “ganado electoral” al que trasquilar. La inquina de tales personajes depende, principalmente, de que temen que los anarquistas les tiremos al suelo el cazo de las subvenciones que tanto les está costando levantar.
            Así se entiende que pidan la disolución de la asamblea de San Telmo, que digan que los anarquistas “la controlamos” (cosa difícil cuando nuestro grupo se formó, de forma espontánea, cuando ya el 15-M llevaba tiempo en marcha [incluso de capa caída], y cuando siempre nos hemos puesto como objetivo no mencionar asuntos relacionados con el 15-M en nuestras reuniones internas y específicas), que segreguen y se arroguen la potestad de decidir qué es y qué no es 15-M, y que definan a “su” Movimiento (uso el posesivo porque en sus documentos hablan del Movimiento anteponiéndole el acaparador término de “nuestro”) como “ni revolucionario, ni reformista” (es decir, la forma “elegante” de decir que son reformistas convencidos [¿acaso no se declara veladamente racista el que dice que no es ni racista ni anti-racista?]).
 Sea como sea, tendrán que esforzarse mucho más si pretenden que pleguemos velas. En el corto período de vida de nuestra federación hemos repelido agresiones de toda índole y resistido toda suerte de linchamientos; diversos colectivos, partidos y organizaciones se han coaligado en nuestra contra; la policía nos ha echado el ojo y hasta la ultraderecha (según acabamos de saber) ha intentado colarnos un falangista en nuestro entorno más cercano… Si nada de esto nos ha tumbado, nadie conseguirá callarnos por mucho papel que se emborrone con amenazas u órdenes. “Amigos”, van a tener que hacerlo mucho mejor si quieren que nos vayamos, porque cuanto más fuerte traten de amordazarnos más fuerte gritaremos.

Cuanto más se persigue a quienes creen en las causas justas, más se propagan sus ideas”.
Albert Fisher (uno de los llamados “mártires de Chicago”) durante el juicio al que fue sometido como anarquista, 1886.


FAGC          

¡Ni una muerte más en la construcción!

Mañana 10 de Noviembre a las 10.00 de la mañana, Concentración en memoria del compañero obrero de 32  años que falleció en una construcción en el barrio de Guanarteme. ¡Ningún atentado patronal sin respuesta! ¡Si somos nosotros los que derramamos sudor que sean otros los que derramen sangre! La Federación de Anarquistas de Gran Canaria hará un encuentro previo en la plaza de San Telmo a las 9’30.

Calle Buenos Aires nº 29
Las Palmas de Gran Canaria
¡NI UNA MUERTE MÁS!
 Asociación de empresas de la construcción 
responsables directos de la muerte del compañero.