Comunicado Aclaratorio


Los únicos enemigos de la FAGC son los poderes constituidos, o por constituir, y, eventualmente, sus palanganeros; pero no ninguno de aquellos colectivos que, con una estrategia más o menos afín, más o menos acertada, tienen el valor de plantarle cara a esos mismos poderes.
Los Estudiantes Pre-parados han dado vivas muestras de pertenecer a los citados colectivos, y con eso nos basta y sobra para apreciarles y valorar su labor.
Nosotros, enemigos enconados de estúpidas guerras cibernéticas, y del papel prioritario que se le atribuyen a las redes sociales para solventar conflictos, nos mostramos en desacuerdo, por tanto, con la afirmación de que es necesario “desenmascarar” a un grupo que, de una u otra forma, está en el mismo lado de la barricada. Lo único que la FAGC desea “desenmascarar” es la táctica “intrusiva” e “invasiva” de los grupúsculos fascistas en los movimientos sociales y alertar de la habitual permisividad (motivada casi siempre por la ingenuidad y la infravaloración del peligro) con la que dichos movimientos suelen analizar o abordar dichas cuestiones, con el fin de evitar males mayores (históricamente la política del mal menor ha sido la causa de los más grandes males). Discrepamos por ello de una resolución de una asamblea de los Estudiantes (con la que varios de los asistentes no estaban de acuerdo), y que ya hemos explicado en anteriores entradas. Sin embargo, por mucho que lamentemos una decisión o discrepemos de una actitud, tenemos bien claros nuestros objetivos: y es matar en la cuna a la hidra del fascismo, y no cargar contra una organización en cuyo seno sabemos que existen anti-fascistas convencidos, pero, según nuestra opinión, en este caso, estratégicamente errados.
Dejamos claro, en definitiva, que no aprobamos ni promocionamos ninguna “caza de brujas” o “ajuste de cuentas” entre los que deberíamos ser compañeros y compañeras de lucha.
Empero, del mismo modo que decimos esto, y con la misma energía, nos negamos a aprobar la crucifixión en vida de ninguna persona que, por garrafal que haya podido ser su unilateral error, estamos seguros de que no ha hecho más que lo que creía correcto, aunque de la peor de las formas posibles. Repudiamos, abjuramos y abominamos todos y cada uno de los comentarios sexistas, machistas, denigrantes, insultantes y vejatorios que se le han dedicado. Es repugnante que gente con ideas revolucionarias y partidarias del cambio haya podido albergar en su cabeza, junto a dichas ideas, una basura excrementicia tan dura como la que se le ha dedicado a la compañera. Tal y como nos desvinculamos del ataque directo al colectivo Estudiantes Pre-parados, renegamos también de todos los vómitos verbales, haciendo alusión a elementos tan sobajeros como el aspecto físico (y otros que no comentamos por pura vergüenza ajena), que se le han dedicado a la citada.
Como Anarquistas, no nos gusta la táctica de la manada que hostiga y acorrala; la táctica de la mayoría que denigra y se siente amparada por el número. Por mucho que quien reciba estos ataques haya cometido un error monumental, la Ley de Linch  es siempre abominable.
En definitiva: sólo quedan dos días para la esperada Huelga estudiantil, ya hemos cumplido con nuestro deber de conciencia al alertar de la presencia de nazis en la manifestación y con la intención de crear un debate interno sobre la inconveniencia de relegar este asunto a cuestiones secundarias y de ser peligrosamente condescendientes (por mucho que se les repudie) con los cachorros neofascistas del Estado; es ya el momento, ante semejante evento, de que todos los movimientos de base combativos y anti totalitarios de la isla, cada uno con sus particularidades (aireadas, si se quiere, de forma sana) y aun manteniendo diferencias estratégicas, establezcan una unidad de acción ante la ofensiva gubernamental que supone la subida de Tasas y la Ley Wert entre otros desafíos que sufre el estudiantado.
La unidad se demuestra en las barricadas y la posibilidad de vencer en no desperdiciar balas disparando hacia los lados, sino centrándolas todas en una misma dirección: arriba.      
Salud a todos y todas las que luchan.