Libera la Tierra

La huerta en la actualidad (lo de arriba son judías)

La Federación de Anarquistas de Gran Canaria hace un llamamiento a aquellos que quieran sumarse a nuestro proyecto de recuperar y liberar terrenos agrícolas cultivables. Este llamamiento es una invitación pública a ponerse en contacto con nosotros (a través de nuestro correo: anarquistasgc@gmail.com; de nuestra web: www.anarquistasgc.net; o de cualquier otro medio) o a desplazarse directamente a dicho emplazamiento (ubicado en Barranco Seco, al lado de una conocida sala de fiestas), para colaborar, participar y sumarse  al “huerto comunal” que hemos liberado o para intercambiar conocimientos a fin de que podamos ayudarnos, los unos a los otros, en el establecimiento de otros. Este llamamiento se dirige especialmente a todos los desempleados, a todos los que se ven agobiados por sus circunstancias económicas personales, a todos los que carecen de techo o están en peligro de perderlo, a todos los “marginados”, a todos los que tienen hambre de pan y sed de justicia.
Lo dirigimos también a todos aquellos que quieren plantarle cara a la Reforma Laboral y a la última tanda de Recortes (a través, por ejemplo, de una Huelga General Indefinida) y que se abstienen porque no saben cómo subsistir mientras tanto, sin imaginarse que las huertas de autoabastecimiento pueden ser la respuesta.
En definitiva, es una llamada para todos los que oscilan entre la desesperación y la muerte (de frío o de inanición) y para todos los que necesitan pertrecharse para poder seguir echándole un pulso al sistema.
Contacta con nosotros y ocupemos cada palmo de tierra abandonada que haya en Gran Canaria.
FAGC
P.D.: Abstenerse policías encubiertos: es bien sabido que las deformaciones que se producen en las manos por apretar el gatillo no permiten coger un sacho.


Caja de hortalizas que se repartió a personas sin recursos el pasado 1º de Mayo

El archivo que sigue es el mismo comunicado a dos columnas. Si quieres participar en la difusión de este proyecto descárgatelo, imprímelo y repártelo. Está pensado para distribuirlo en las colas del INEM; a las personas que se ven obligadas a mal alimentarse en los contenedores de basura, a mal vivir en los bancos y esquinas de nuestra ciudad; y a todas y todos los que estén comprometidos en cambiar el mundo y conciban un enclave en el que pueda llevarse a cabo la premisa comunista libertaria que permita que “cada uno aporte lo que pueda, y tome lo que necesite”.

Último Programa de Radio

Presentamos aquí el nuevo programa de Voces Libertarias. A parte de abordar la sangrante actualidad (recortes, represión, etc.) el programa aborda la polaridad entre Legalidad e Ilegalidad, y pone la siguiente cuestión sobre la mesa: después de que nos hayan pisoteado, después de que los brutales recortes hayan suprimido los ya irrisorios derechos de los más pobres, ¿tiene sentido seguir respetando su legalidad?

Hemos titulado al programa:

Legalidad versus Ilegalidad; Moral burguesa versus Revolución

Pueden descargarlo y escucharlo desde aquí: ivox

Manifestación 19-J

El jueves 19 de julio manifestación contra los recortes a las 19:30 partiendo del Obelisco (Las Palmas de GC) hasta la Plaza de la Feria.

Los anarquistas estaremos presentes (las banderas negras, que es el color que requiere la situación, servirán como punto de referencia a los afines).

Este va a ser el último BOE que estos perros escriban con sangre ajena.

El cerco informativo se ha roto

           

            Esta noticia, que el cerco informativo en torno a los mineros, se haya roto, parecería buena en cualquier otra circunstancia; en esta no lo es.
            Los medios de comunicación burgueses y comerciales hacen daño a las luchas sociales por muchas vías, pero hay dos principales: la criminalización y el mutismo. El primero se aplica sin necesitar demasiadas excusas. Se busca el momento propicio para explotar los miedos y prejuicios burgueses en los que todos, obreros y marginados incluidos, hemos sido criados. Determinadas estéticas, determinados rangos de edad, son óptimos para excitar el terror de la moral burguesa que aún pervive en muchos de nosotros. El segundo se usa cuando los factores a criminalizar, si existen, no consiguen despertar la antipatía del grueso de la población. Entonces lo importante es ignorar la realidad, conseguir que la gente mire hacia otro lado, y que los conflictos mueran ahogados en silencio.

            Lo importante, por mucho que se diga lo contrario, no es lo que se hace, sino quién lo hace. A las pruebas me remito. La violencia no es condenable (por muy mala prensa que tenga per se) por ser violencia, sino por quién la práctica (no entraré ahora a valorar la violencia de arriba, y como sus guerras, secuestros, palizas, hambrunas, etc., suelen traérnosla al pairo). Quemar un contenedor (sí, hoy se entiende por violencia eso) si lo hacen un joven “con pintas” es vandalismo, terrorismo callejero, kale borroka, etc. Si lo hace un minero, un padre de familia, un tío como tú, consumidor habitual de televisión, puedes llegar a comprender que es defender con uñas y dientes el pan de tus hijos.

            Cuando empezó el conflicto de la minería, los mass mierda (edito: media) tiraron el anzuelo: voladores por aquí y por allá, barricadas en llamas, encapuchados, etc. Pero la mayoría no picó, así que tuvieron a bien cambiar rápidamente de objetivo (la Eurocopa, el calor que hace en verano, el abuelo que empieza a hacer natación a los 75 años, etc.). Sabían, obviamente, lo de la “Marcha Negra” hacia Madrid, y por ende que tenían que cambiar de táctica (¿cómo iban a poder ocultar si no el colapso de la capital provocado por los mineros y quienes les apoyan?). Coincidía que era el día de la mayor ofensiva anti-clases bajas que el Estado había protagonizado hasta ahora; que la lucha minera había dejado ser una lucha exclusiva de los mineros, y se les unían otros sectores profesionales y colectivos sociales; y que el cariz de la lucha, visto lo visto en Asturias y alrededores, podía ser de autentica Insurrección. Era la hora de romper el cerco informativo.
            ¿Y cómo lo hicieron? El Estado supo bien marcarles la pauta a los periodistas mercenarios. Todo este conjunto es más gilipollas de lo que creemos, pero tiene más experiencia acumulada de la que solemos atesorar los revolucionarios, y la experiencia sigue siendo un grado. Así que: cobertura durante todo el día a la tergiversada “manifestación pacífica” (“la gente siente demasiada afinidad con los mineros como para criminalizarlos mediáticamente con éxito, que de eso se encarguen nuestros tribunales y perros policías adiestrados”, debieron decirse); silenciar todo enfrentamiento y toda carga policial, o descafeinarlas, y sobre todo, que no se vean ni por casualidad las cabezas rotas de las dos compañeras de Madrid; silenciar también cualquier acto de solidaridad producido en el resto del Estado. Había que esperar para poner en marcha la segunda parte del plan: esperar a la noche, a que se conozcan los recortes y suba aún más la tensión hasta llegar al clímax; sacar primeros planos de los contenedores y las hogueras (todas los focos que no recibieron metros y metros de barricadas en llamas, les han sido dedicados a la estatua egregia del contenedor anónimo); relacionarlos con grupos anti-sistema (me imagino las instrucciones al operador de cámara: “a ver si pillas alguna cresta”); y el trabajo está hecho.
            Ahora ya pueden decir que los pobres y honrados mineros han sido instrumentalizados por los antisistema profesionales de la guerrilla urbana (a ver si se crea algún tipo de cizaña y alguna que otra fricción interna); que la violencia (la de los contenedores, no la de una veintena de policías pateando a dos compañeras) es siempre condenable; y que la legítima lucha minera (con sus “pequeños excesos”) nada tiene que ver con la violencia descontrolada de los jóvenes marginales y piojosos.
            Esa es su idea, ¿lo han conseguido?
            Creo que la situación es tan insostenible que, aunque lo hubieran logrado, ya no debemos preocuparnos por aquellos que se crean esa milonga. Los mineros saben quienes están a su lado y quienes los detienen, encarcelan, linchan, amenazan y asedian. La gente puede abominar mucho un tipo de “violencia” concreto y convertido en artefacto/mercancia de la “sociedad del espectáculo”, pero hasta al más masoquista le tiene que revolver un poco el estómago la aplicación de ciertos recortes.
            Creo que podemos empezar a darnos cuenta de que somos demasiado buenos, de que en un “país” (vamos a llamar a esta abstracción carcomida y casposa de alguna manera) donde se rescatan bancos con dinero público, se hacen draconianas reformas laborales, se dejan de financiar infinidad de medicamentos, se sube el IVA (el reducido y el general) afectando a los productos de primera necesidad, se recortan las ayudas a los impedidos y discapacitados y a quienes les asisten, se aumenta la edad de jubilación, se reduce la prestación de desempleo desde el séptimo mes, se suprime la deducción por vivienda (encareciendo el precio de las mismas); en un “país” donde se nos humilla y provoca, una puerca (sí, la imagen que os ha venido a la mente al leer la palabra es correcta, hablamos de Esperanza Aguirre) subestima y se burla de una lucha a tumba abierta infravalorando a millares y millares de personas, donde otra lanza un sonoro “que se jodan” cuando se habla en el “Charlamento” de recortar la prestación por desempleo; en definitiva, de que en un “país” donde están pasando todas estas cosas lo lógico sería que no quedara un político que no estuviera colgando de una farola, ni una comisaria que no fuera reducida a llamas con sus “empleados” dentro, ni un banco que no fuera saqueado, ni una mansión que no fuera expropiada, ni un centro comercial que no fuera pasto del pillaje, ni un explotador que pudiera vivir en paz.
           
          En vez de eso, de hacer lo “lógico”, lo “razonable” cuando te dicen que tus mayores van a morir sin atención, que no vas a tener comida que poner en la mesa, que vas a perder tu casa y no vas a conseguir ni una madriguera cual fiera, y que si consigues trabajo vas a morir de viejo con la herramienta en la mano, la gente es tan buena que se conforma con cortar calles, protestar y morirse de rabia. En un lugar así, no me preocupo por la criminalización planteada por el Sistema, porque lo “ilógico” a veces fallece a golpes de realidad; porque a veces se descubre que lo que es “malo” es ser “bueno”, que ser “bueno” significa para ellos ser tonto, y que para nosotros puede dejar de ser “malo” empezar a tener DIGNIDAD.
Fdo.: Félix Rodríguez de Vesania

Relato de un espectador que presenció el 11-J en Las Palmas

(Crónica que un compañero nos ha enviado a nuestro correo: anarquistasgc@gmail.com)

Son las 6 de la tarde, y fiel a la convocatoria que la FAGC lanzó el día 5 de Julio, me acerco a la Plaza de la Feria frente a la Delegación de Gobierno. Felicito a los compañeros por ser, según creía yo, los únicos que habían convocado en la isla un acto para ese día (más tarde me enteraría de que una asamblea de partidos, sindicatos y otros colectivos había convocado otra, con inicio en otro lugar, el día 7). Las tres decenas de convocados es poco numerosa, pero bastante combativa (escucho sus comentarios y valoraciones con expectación, y aprecio el ambiente ilusionante que se respira). Distingo a los de la Federación Anarquista, pero también a los resistentes Estudiantes Pre-Parados (llevan ya una purriada de días encerrados en la ULPGC) junto a los militantes de Azarug.

En ese momento hace su aparición un grupo de manifestantes (unos 60), también concentrados a favor de los mineros (sólo distingo banderas del PCPC y alguna del FSOC). Nos invitan a unirnos, y aunque no se plantan delante de la Delegación de Gobierno (como era nuestra intención), nos acercamos a ver si se podía coordinar alguna acción. Según voy golizneando, distintas personas “presuntamente” (no es cuestión de echarles mierda –de tipo judicial– a los compañeros y compañeras) de los tres colectivos mencionados (Estudiantes, Azarug y FAGC) van intentado negociar con el otro grupo de manifestantes cortar conjuntamente la calle León y Castillo. La negativa es decepcionantemente abrumadora.

“Haberlo planteado antes”, “ya cortamos antes parte de un carril”, “ahora nos vamos a concentrar a San Telmo”, y cosas así son los pretextos que oigo. Los compañeros y compañeras se deciden entonces, sin esperar ningún tipo de ayuda, a cortar la calle ellos solos (mención especial merece algún militante disidente del PCPC que, descontento con la decisión mayoritaria de su partido, se queda con el “frente revolucionario” –así oí que los llamaba una señora mayor–). El grupo corta la calle, mientras los de las banderas rojas se largan en dirección contraria.

Triste, pero si se me permite una lectura y un consejo, les recomiendo que no se hagan mala sangre con esto. De estas cosas se aprende, y eso es todo. La gente esperará ahora una ofensiva por su parte, y que llamen a los aludidos “traidores”, “quintacolumnistas”, “cobardes”, etc. Les tengo por personas inteligentes, y sé que no caerán en la trampa de los provocadores. Decía el guerrillero Caracremada que “un enemigo desarmado deja de serlo”, y ahora mismo los que están armados son el Estado y el Capital; los minúsculos partidos de la izquierda ortodoxa extraparlamentaria no tienen más arma que la tinta, y ésta es sucia y molesta (para el Sistema poco, ésa es la verdad), pero no letal. Saquen la misma conclusión (que me pareció bastante razonable) que sacaron cuando la CGT les dio esquinazo el 1º de Mayo y les dejó en la estacada. Esto les servirá a ustedes para saber con quien pueden contar en el campo de batalla, para saber con quien no. A los demás nos corroborará que ustedes no segregan de forma sectaria (por mucho que ideológica y vitalmente la línea libertaria y autoritaria sean irreconciliables), ni por prejuicios, sino porque en la práctica se les ha demostrado quiénes dan el callo y quiénes se escabullen y les dejan solos a los pies de los leones.

Sigo con el relato.

Después de un tiempo considerable cortando la calle, con cánticos muy interesantes (“Estudiantes y mineros: el mismo frente obrero”; “Soria, cabrón, ahógate en carbón”; “Quieren Reforma, tendrán Revolución”), algunos recomiendan desplazarse hasta San Telmo para presenciar el acto del que hablaban el resto de manifestantes (en realidad a muchos nos pareció una buena idea, porque nos permitía manifestarnos, a pie de carretera, por la calle León y Castillo). Y así se hace. Cada vez se une más gente a la marcha (algunos, un poco “preocupados”, siguen desde la acera, por lo menos aplaudiendo). Durante el recorrido, un motorista de la Policía Local acelera temerariamente y está a punto de arrollar a los manifestantes (más tarde alegaría que lo intentaron agredir. Como lo oyen).

Cuando llegamos a San Telmo descubrimos, para nuestro asombro, que allí no había nadie (segunda decepción del día). Así que optamos por seguir manifestándonos por la calle de Triana. Al llegar al final de la famosa calle peatonal, damos por terminados los actos. Es entonces cuando la policía, que nos seguía con persistencia, aprovechó para identificar a dos compañeros (y es cuando nos comunicó lo del “intento de agresión”). ¿Otra multa más? ¿Otro intento judicial de “opera bufa”? Esperemos que no.

Y eso fue todo, según lo vi y lo viví.

Quería agradecer a los participantes de ese “bloque” o “frente” revolucionario, anti-capitalista y anti-autoritario (ése es el espíritu que yo percibí) ese día de solidaridad que me hicieron vivir, ese pequeño viaje gratuito a Asturias que me hicieron disfrutar con su espontáneo corte de calle, y esa valentía de seguir adelante cuando las cosas se tuercen.

Firmado: Uno que estuvo allí.

Convocatoria 11-J

En nuestra convocatoria para el 11-J anunciábamos que “ante el más mínimo acto represivo” nos concentraríamos ante la Delegación de Gobierno. Ese acto represivo ya se ha producido y por tanto nuestra convocatoria ya tiene hora: a las 18:00 todos delante de esa “sucursal de la represión” que es la Delegación de Gobierno.

Al “estado de sitio”, que ya denunciábamos en nuestro comunicado original, decretado de facto en Ciñera, se le han sumado los actos de terrorismo de Estado sufridos por los mineros y la población de Pola de Lena, y la salvaje paliza recibida por uno de los tres detenidos en el Padrun (más información aquí: kaos en la red-minero hospitalizado).

MAÑANA PLANTÉMONOS COMO UNA SOLA VOZ DELANTE DE LA DELEGACIÓN DE GOBIERNO. QUE APRENDAN QUE SI ELLOS TIENEN LA FUERZA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y EN LOS MINISTERIOS, NOSOTROS TENEMOS NUESTRA FUERZA EN LA CALLE.

(A continuación nuestra convocatoria original)      


Convocatoria 11-J

(5/7/2012)
Este 11 de julio concluye la «Marcha Negra» en Madrid, ¿podemos hacer algo para solidarizarnos con los mineros? El Estado con sus perros a sueldo está reprimiendo duramente a los compañeros. Como prueba el siguiente video:

El pueblo de Ciñera ha sido cercado; sus habitantes aislados y sitiados; a los mineros se les persigue y acorrala como si fueran bestias; se asalta el pueblo casa por casa; se impide toda comunicación con el exterior.
Ante esta perspectiva, nadie sabe lo que puede ocurrir el 11-J cuando los mineros entren en la capital del Estado. ¿Vamos a quedarnos mirando si se usan para reprimir a los mineros los mismos métodos que ya hemos visto en éste y otros videos? ¿Vamos a quedarnos impasibles si usan con ellos la misma violencia que usaron con los jóvenes que se solidarizaron con los mineros desde Las Palmas el 18-J?

Desde la FAGC lanzamos la voz de alarma, e invitamos a cuantos estén dispuestos a solidarizarse, con algo más que palabras, a estar pendientes de lo que ocurra en Madrid el día 11, para que ante el más mínimo acto represivo, nos concentremos ante la Delegación del Gobierno para vomitarles nuestra rabia.

Hasta ahora en la “lucha de clases” sólo estaban combatiendo los de arriba…
11-J: Ahora nos toca a los de abajo.

¡PODRÁN REPRIMIRNOS; PERO NO PODRÁN GOBERNARNOS!

Último Programa de Radio

Les ofrecemos este completo programa en el que se entabla un interesante debate/análisis sobre la posibilidad de coordinarse en el Movimiento Libertario. A parte de los participantes habituales, hemos contado con la colaboración imprescindible de los compañeros oyentes (gracias a todos y todas por vuestra colaboración).

Aunque el tema de la organización es el asunto preferente, el programa tiene mucho más contenido: noticias, cultura, convocatoria 11-J, buena música y mucho humor (no se pierdan las Anti-noticias).

El programa se titula, no podría ser de otro modo:

LA UNIÓN HACE LA FUERZA, SI LO QUE SE UNE ES FUERTE

Escúchenlo y descárguenlo aquí: ivox

AMADEU CASELLAS EN NUEVO PELIGRO DE ENCARCELAMIENTO (SE RUEGA MÁXIMA DIFUSIÓN)

(Extraído de: CNT Puerto Real)

Un miembro de nuestro sindicato ha sido informado esta mañana de que el pasado lunes notificaron a Amadeu Casellas, ex-preso de las cárceles españolas, su nuevo ingreso en prisión para el día 12 de este mismo mes de Julio.

La fuente del compañero ha sido la llamada del propio Amadeu Casellas, que ha señalado la precipitación del proceso y que todo obedece al montaje que se le hizo justo antes de su salida para retrasar su salida y reducir la fuerte indemnización de los 8 años que la Justicia burguesa reconoció que había pasado de más en las prisiones. Aunque en teoría pasará poco tiempo, estará expuesto a las trampas de los carceleros que podrían complicarle nuevamente su situación de libertad conseguida hace apenas un par de años tras muchos esfuerzos.

No hay nada decidido, por el momento, pero es urgente la necesidad de actuar. La difusión también es prioritaria y nosotros hemos visto que al menos en internet la información es nula. Animamos a la difusión a todos los que reciban este mensaje.

¡Salud y anarquía!

¡Abajo los muros de las prisiones y muerte al Estado opresor!

CNT-AIT Granada

Por un objetivo común: Entente y Estrategia

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Por un objetivo común: Entente y Estrategia
Sobre la necesidad de coordinarse en el Movimiento Libertario
Nuestros enemigos organizan sus fuerzas mediante la potencia del dinero y la autoridad del Estado. Nosotros solamente podemos organizar las nuestras mediante la convicción, mediante la pasión” (Mijaíl Bakunin, carta a su hermano Pablo, 1872).
Nota aclaratoria:
Considerando que al Movimiento Anarquista le salen con frecuencia determinados “papás” que le dicen a sus militantes lo que deben o no deben hacer, intentando “reconducirlos” con un tono bastante paternalista, quiero que conste que lo que sigue es un simple análisis personal con la aspiración de agitar inquietudes, generar debates y otros análisis complementarios. Si alguna vez existió en nuestros medios el tiempo de los oráculos, ese tiempo ha pasado.
Presentación
Algo bulle en el ambiente. Se oye el “rumrum” del movimiento, de los proyectos, del encuentro. Por primera vez, desde hacía mucho tiempo, toda una generación de anarquistas es consciente de que su número no es tan despreciable como se creía y de que su fuerza e influencia no habían muerto con la mortaja del pasado. Como observaba (o lamentaba) Lenin: “Las ideas anarquistas revisten hoy formas vivas”*.

Sea cual sea la opinión que nos merezca el 15-M hay que hablar claro y, tanto si nos parece una válvula de escape reformista prefabricada por los poderes fácticos, como si nos parece un genuino movimiento social, heterogéneo, pero de espíritu inconscientemente libertario, hay que reconocerle una utilidad por encima de cualquier otra consideración: ha servido a muchos anarquistas para descubrir que no estaban solos, que no eran los únicos anarquistas de su pueblo o su barrio, que podían coordinarse.
Sin embargo, no es nada que haya inventando el 15-M. Después del 37 al Anarquismo se le dio por muerto como “ideología de masas”. No obstante, después de cada conato revolucionario, de cada movimiento subversivo popular y espontáneo, el Anarquismo volvía a reverdecer. Esto es así porque en cada uno de esos casos –como demuestran el Mayo del 68, la Crisis Argentina del 2000 o nuestra propia actualidad– el pueblo tiende a utilizar de forma “instintiva” (como diría Bakunin), en sus primeros pasos, las herramientas y resortes libertarios para organizarse (el asamblearismo, la horizontalidad, el federalismo, la desconfianza hacia los lideratos, la animadversión hacia los políticos y sus estructuras, el desprecio hacia “los ricos” y el sistema capitalista, etc.); después hacen su aparición los políticos vocacionales o profesionales, las agrupaciones o coordinadoras reformistas, y tratan de tocar las clavijas del miedo (“habéis ido muy lejos, volved a casa antes de que se os cierre la puerta”), y todo se va al traste, pero ése es otro tema.
El “pueblo” (permitidme que use este término tan conflictivo) se dota de tales herramientas porque son las más básicas y sencillas, las más lógicas y acordes con sus reclamaciones (ya lo explicaban César de Paepe** y Giovanna Berneri***). A quien pide igualdad y no se fía de la politiquería le es fácil concebir un movimiento sin líderes y en el que la voz de todos vale lo mismo. Para quien lleva décadas callado, el modelo asambleario representa un altavoz natural al alcance de todos. A la gente que lleva tiempo molesta por lo mal que están las cosas en su entorno, no les cuesta comprender que cada comunidad humana (barrio o pueblo) debe tener autonomía para decidir los asuntos que le afectan directamente. Nada tiene que ver la “ciencia infusa” con que las herramientas libertarias sean las primeras en usarse.
En esta coyuntura de “movilización social” muchos anarquistas (sin generalizar, pues está claro que los resultados y situaciones habrán sido muy dispares) han conseguido que destaque su discurso, han hecho literal “propaganda por el hecho”, gracias a su experiencia asamblearia, a su fijación por la horizontalidad, a un análisis incisivo del funcionamiento social, a un plan más o menos detallado de cómo deberían darse las cosas para que el mundo “fuera mejor”, a su compromiso ante tesituras represivas, a su deseo de resolver los problemas internos sin usar métodos compulsivos, etc.
Sin caer en optimismos desaforados e ingenuos, muchos libertarios se han dado cuenta de su potencial, de la fuerza práctica de sus ideas y de que, siendo una minoría, no son tan pocos como pensaban. Estos libertarios, sin tener motivos para la euforia, contemplan un renovado interés por las ideas anarquistas, ven que su número crece, lenta pero constantemente, y muchos se plantean qué hacer con este nuevo “despertar”. En tal situación es natural que la cuestión gire en torno a determinadas preguntas…
¿Es factible coordinarse a nivel estatal? ¿Es deseable?
En los ambientes libertarios últimamente la discusión sobre la posibilidad y deseabilidad de organizarse ha cobrado nuevos bríos. La gente comenta, duda, especula y también desea. Personalmente, después de interrogar a numerosos compañeros, de aquí y de allá, de tal o cual tendencia, he llegado a una conclusión. Lo único que cohesiona a gente con distintas sensibilidades, modus operandi, parámetros teóricos y formas de entender la lucha es apuntar en la misma dirección, identificar a un enemigo común, elegir un objetivo colectivo y coincidente.
Pero, suponiendo que diéramos con ese objetivo ¿es posible la cohesión?, ¿es necesaria? Considero que una coordinación, “bien entendida”, es posible; siempre y cuando se dé en determinadas condiciones.
Intentar homogeneizar un Movimiento tan heterogéneo como el Anarquista es una labor alquímica cuando no suicida. Petrificar el Anarquismo es matarlo. Esforzarse para que miles de espíritus y cientos de grupos celosos de su independencia aprueben un cuerpo teórico monolítico, unos estatutos universales y una batería táctica idéntica es una pérdida de tiempo –lo es, sobre todo cuando el tiempo apremia–. La personas y colectivos que se coordinan han de saber que van a poder seguir conservando sus dinámicas propias y sus señas de identidad. Que lo que se coordinan son objetivos y determinadas acciones; no teorías y matices. La idea cardinal es que cada uno pueda luchar con su propio fusil, pero en la misma barricada.
Basta un acuerdo tácito a nivel de confluencia: la oposición al Capital, al Estado y al Principio de Autoridad.
Y es que no se trata de coordinar ideas y visiones de futuro, sino de coordinar determinadas estrategias (el “plan” básico con el que aproximar la Revolución, o en primer término la Revuelta), y, cuando la situación lo requiera, determinadas tácticas (los métodos para hacer factible dicho “plan”). El objetivo escogido, en torno al cual desarrollar la estrategia, no puede ser algo vago. Todos estamos de acuerdo en deponer al sistema capitalista y al cuerpo gubernamental, pero coordinar una acción entorno a elementos, tangibles en sus efectos, pero etéreos y abstractos en virtud de su proyección y ramificación, hace difícil alcanzar una confluencia duradera.
Si de algo nos han servido las luchas del pasado, es para saber que un Movimiento se coordina mejor cuando se posiciona ante un enemigo concreto. Desde La Canadiense hasta el Movimiento Insumiso, la alineación de fuerzas se hace más cómoda cuando el adversario tiene rostro (como primer paso, y hablando exclusivamente en clave de praxis, si lo que se pretende es acabar, por ejemplo, con la Religión, siempre será más fácil y aglutinante atacar a la Iglesia que al vago concepto “Dios”). Además, no ha de olvidarse que en la actual situación el sentido de cualquier coordinadora de corte libertario no puede ser aunar a los anarquistas para separarlos de las palpables “aspiraciones populares”. La cuestión no es organizarse en clave endogámica, con aspiración sectaria; sino llegar a entendimientos operativos con los que poder participar conjuntamente en las luchas populares e intentar radicalizarlas. Ha de buscarse por tanto un enemigo con nombre propio y no genérico.
El problema de escoger dichos enemigos es que cuando se les tumba, o el sistema los reforma o quita de en medio, desaparece también el leitmotivde la lucha. El objetivo elegido debe ser, por tanto, uno que sea representación, personificación y símbolo de algo más complejo; uno que, al tumbarlo, haya que ir a por otro de su misma condición, que haga a la gente preguntarse: “¿por qué nos limitamos a éste cuando los demás son iguales?”; uno que toque directamente la raíz del problema social. Cuando el objetivo es concreto, es la propia constitución del enemigo el que te indica dónde golpear, facilitando bastante la coordinación de los ataques y la visión del problema. Si este objetivo son los cuerpos represivos y una campaña en su contra; si es Bankia, el resto de entidades “sacacuartos” y el sistema financiero en su conjunto (objetivo que permite abrir la puerta del problema de la vivienda, de la okupaciónde inmuebles y de la colectivización de terrenos baldíos); si es explotar la situación originada con el “Rescate” y con los presumibles recortes que se producirán como contrapartida; si no es ninguno de los citados, o si lo son todos a la vez; es algo que tocará decidir a los coordinados o federados.
Con esto intento solamente aclarar que cuando el objetivo despierta el mismo sentimiento de rechazo para todos por igual, y cuando su constitución específica permite abordarlo sin que haya contraposiciones insalvables, focalizar y aglutinar los esfuerzos dedicados a dañarlo se hace menos dificultoso.
En definitiva, si de lo que se trata es de articular un Movimiento lo más amplio posible, en el que quepan los más radicales y los más contemporizadores, los societarios y también los individualistas, los sindicalistas junto a los anti-trabajo, los partidarios de la ciencia además de los primitivistas, los espiritualistasy los ateos, los independentistas y los apátridas, los “formales” y los “informales”, no se puede pretender compactar a rodillo tendencias y corrientes, y se ha de buscar un objetivo reconocible (también, obviamente, para el resto de la población).
Hemos de tener en cuenta que ésta es la forma más eficaz de espantar al fantasma de las luchas intestinas. Un Movimiento se autodestruye cuando no consigue comprender la convivencia en su seno de distintas facciones. Un Movimientos expide su certificado de defunción cuando el mayor problema de dicho Movimiento es el propio Movimiento. Hay que huir de dinámicas ombliguistas.
Si se tienen en cuenta dichas apreciaciones, considero que es factible coordinarse, como mínimo, a nivel estatal. Ahora bien, ¿es deseable?
Creo que ante un ambiente de latente inquietud social la pregunta se contesta por sí sola. De hecho, hacerse tal pregunta es un indicio de que se desea. Aun los individualistas más recalcitrantes (entre los que se me puede incluir) comprenden la necesidad de concertar acciones y acuerdos asociativos cuya finalidad es la lucha. La pregunta de hecho puede desfragmentarse en la siguiente: si el descontento llega a su clímax y estallan los disturbios, ¿queremos estar preparados para ofrecer resistencia y levantar barricadas, o preferimos usar el tiempo que debería estar reservado para luchar en organizarnos? Si ahora los tiempos están complicados, si la represión afila los dientes, si estamos saturados de actualidad y no tenemos tiempo para cubrir tantos frentes, pensad que esto es un tiempo de “reposo” en comparación con lo que se nos viene encima. Aprovechemos este momento para preparar los golpes y construir el tejido social con el que responder cuando no toque encajarlos.
Coordinarnos es necesario porque estamos ante un momento histórico, tal vez irrepetible; porque, por esas cosas que tiene la biología, sólo hay una vida, y personalmente no quiero esperar treinta o cuarenta años para tener la ocasión de volver a echarle otro pulso al sistema, con la idea, por ingenua que resulte, de derrotarlo.
Coordinarse me parece factible y deseable. Y bien, si coincidís conmigo tal vez me pregustéis…
 
¿Cómo empezamos a coordinarnos?
Por mucho que hablemos de coordinación y organización, la propia sucesión de los hechos nos enseñan que no debe infravalorarse la espontaneidad y la capacidad de improvisar. De hecho, sin coordinación previa, los activistas libertarios han empezado a desarrollar proyectos, sin conexión aparente, que de forma independiente acaban por converger en un mismo punto. A lo largo del territorio estatal han surgido Coordinadoras y Federaciones, de norte a sur, que se han desarrollado sin seguir modelos previos y en muchos casos sin tener conocimiento del resto de iniciativas paralelas. Ha sido la necesidad la que les ha marcado la agenda.
La forma más lógica, natural y apropiada de dirigirnos hacia una coordinación estatal, es empezar por coordinarnos a nivel local. Cuando se haya conseguido aglutinar a los distintos colectivos e individualidades libertarios de la zona más próxima, es cuando se produce el salto de intentar coordinarnos a nivel regional. Una vez los anarquistas ubicados en unas mismas coordenadas espaciales tengan claro que hay un proyecto más amplio al que pueden unirse, una vez se conozcan, se vean, se encuentren, y descubran que pueden sumarse a un proyecto que les pondrá en contacto con otras iniciativas de un territorio concreto, es cuando se amplía el marco de acción. Será entonces cuando podamos empezar a barajar la posibilidad de un encuentro en el que articular y poner en marcha una Coordinadora a nivel estatal. Nuestro viejo amigo el Federalismo vuelve a ponernos las cosas fáciles.
Al excluir de la unión cuestiones ideológicas, al tratarse de una coordinación práctica, abocada al campo de la acción y el trabajo, creo que los problemas que surjan de tipo organizativo serán más fáciles de abordar, y en todo caso serán ya responsabilidad de los propios afectados. Creo que ya es tiempo de llegar a las recapitulaciones…
 
Conclusión
Si los hechos demuestran la tendencia natural popular –libre de supervisiones y tutelajes– de articular su descontento a través de mecanismos ácratas, hemos de estar a la altura y ser capaces también de articular una respuesta, variopinta, multicromática, pero unánime. Unir fuerzas es posible mientras no confundamos unión con uniformidad, cohesión con disciplina de partido, coordinación con “ordeno y mando”. Mientras el objetivo escogido sea, por lo menos en un primer estadio, una meta ambiciosa pero alcanzable, y que abra la puerta a abordar otros asuntos de su misma condición y a profundizar en la problemática que el mismo objetivo, per se, plantea. La forma más fácil es empezar a coordinarnos –no digo nada nuevo con ello– desde lo simple a lo complejo, desde lo pequeño a lo grande. Creemos un tejido fuerte a nivel local, con el que poder responder en caso de tener que coordinar acciones a nivel estatal (continental, global, ¿por qué no? los límites no suelen formar parte de nuestro patrimonio). Y no nos obcequemos con el futuro, siempre incierto, cuando hoy estamos, todavía, en la génesis de la iniciativa.
Sé que ya existen federaciones y agrupaciones libertarias, incluso a nivel internacional, que tienen un trabajo previo, y bienvenida sea su experiencia, pero en esta nueva coyuntura hemos de empezar proyectos en los que las desconfianzas, las cuitas y resquemores del pasado no nos entorpezcan; en los que las siglas puedan coexistir, sin suponer una losa agobiante, porque no necesitan superponerse; en la que los pactos asociativos se reduzcan al mínimo denominador: La Anarquía y el objetivo de turno.
Recordemos las palabras de Pacheco: “La unión es fuerza… si lo que se une es fuerte. Que las ovejas también, cuando las rondan los lobos, se unen, pero unen debilidades y sustos”****. Si nos unimos que sea para unir fuerzas, no guerras de capillas, rencores heredados y animadversiones de escuelas. Parafraseando a Santi Soler, no se puede confundir unidad con mando único, o en otras palabras: la unión sólo hace la fuerza cuando no es la fuerza la que hace la unión. Hagamos de los principios anarquistas carne, y que éstos sirvan como repelente de los enconamientos, los afanes de liderazgo, el verticalismo y el sabotaje orgánico.
Podemos aunar fuerzas porque, aun al mínimo de nuestras capacidades, la dirección de la oleada represiva (los infiltrados, las detenciones, los linchamientos, etc.) demuestra qué es lo que le duele al poder, qué es lo que teme y de dónde prevé que le vendrán los golpes. Como reza la canción de Ferré, golpeamos tan fuerte que todavía podemos volver a golpear. Nuestras ideas básicas (su esencia), nuestras ideas-fuerza, no han perdido verosimilitud a lo largo del tiempo, y hablar hoy en clave antiparlamentaria, contra-capitalista y pro-libertaria es, más que un acierto, una necesidad que nos marca la realidad. Nuestras ideas se clavan en la estructura social, y también nuestras acciones, por limitadas y marginales que parezcan, son las únicas que el sistema no ha podido encauzar por la vía de las subvenciones, las únicas que si se generalizan pueden poner al establishmenty al statu quoen un punto de no retorno.
Tenemos las convicciones, empezamos a ser conscientes de nuestra fuerza, las condiciones objetivas para que se produzca un conato revolucionario está sobre la mesa, ¿qué falta? Las condiciones subjetivas: ésas las pone la voluntad del pueblo y su determinación, y nadie suele mover un dedo si no cree que la cosa “va en serio”. Como integrantes de ese mismo y difuso pueblo, organicemos de tal forma que consigamos trasmitir la sensación real de que el momento es crucial, cismático, de que esto no es una pataleta más. El mundo frisa entre la Dictadura y la Revolución, nos toca, como al resto, mover ficha, e intentar inclinar la balanza.
Coordinémonos porque el momento nos lo exige, porque al hierro hay que golpearlo cuando está caliente, porque no sólo tenemos las herramientas necesarias, la posibilidad real y la oportunidad ambiental, sino porque nuestra condición de Anarquistas nos pone en la tesitura de elegir si en esta guerra social declarada queremos ocupar el lugar de derrotados de antemano, de prisioneros voluntarios, de observadores de retaguardia o, por el contrario, de los que plantan cara. Siempre hemos sido de estos últimos, pero ahora se nos ofrece la oportunidad de no limitarnos a resistir. Tenemos la oportunidad histórica de pasar a la ofensiva, de coordinar nuestras fuerzas y organizar un ataque allí donde sabemos que vamos a hacer daño. Coordinémonos y hagamos daño, porque entre todos podremos pegar más fuerte y apuntar más arriba; porque entre todos nos será más fácil derrumbar el edificio social; porque entre todos nos costará menos recoger los escombros y dar los primeros pasos para iniciar algo nuevo.
¿Entonces tú mismo no cuentas para nada? […]. ¿Estás dispuesto a permitir que cualquiera te haga lo que quiera? ¡Defiéndete y nadie te tocará! […]. Si hay millones de personas detrás de ti, entonces eres una potencia formidable y ganarás sin dificultad” (Max Stirner, El Único y su Propiedad, 1844).
Fdo.: Ruymán.
Notas:
* Proclama lanzada durante el III Congreso de los Soviets, 1918.
**“Es asombroso que ciertas palabras, capaces de espantar a la gente, pueden corresponder a ideas que circulan por el mundo y son muy bien aceptadas con tal de hallarse disfrazadas con otro nombre.Así ocurre con la palabra an-arquía [sic] […]” (César de Paepe, Acerca de la organización de los servicios públicos en la sociedad futura, 1874).
*** “Las soluciones libertarias de todos los problemas concretos son de una sencillez extrema; tan simple que por lo general coinciden con las que propone el sentido común. Si no se aplican es porque se oponen a ello los intereses establecidos y la inercia de las tradiciones que actúan de mil maneras y con la protección del Estado” (Giovanna Berneri, La Sociedad sin Estado, 1955).
**** Rodolfo González Pacheco, “Los Nuestros” (Carteles, tomo III), 1956.

Último Programa de Radio

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PODÉIS REPRIMIRNOS, PERO NO PODÉIS GOBERNARNOS

Contenido: 18-J; campaña anti-represiva; actualidad; análisis de la represión a lo largo del Estado; datos y reflexión de la lucha minera; agradecimientos; apoyo a los estudiantes; surgimiento de ¡Stop Represión Canarias!; cultura libertaria; música; poesía; y mucho más…

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