Diez familias canarias recuperan «La Ilusión»

Actualización: Una nueva familia se ha sumado al proyecto, una madre sin recursos con sus dos hijos. Ya son 11 familias, 41 personas, 20 de ellas menores.

_____________

La pasada semana 7 familias, asesoradas y secundadas por el Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria, se han decidido a poner fin a su situación de indigencia y falta de alternativas habitacionales y han socializado un edificio de 15 viviendas abandonadas. Desde entonces ya se han sumado 3 familias más. Hablamos de 38 personas, 18 de ellas menores.

Estás familias, compuestas por personas desahuciadas, trabajadores en paro, mujeres embarazadas, parejas jóvenes que dormían en coches, han tomado la determinación de construir por sí mismas las soluciones que la administración les niega.

Algunos de los participantes de la última asamblea del SIGC dónde se tomó la resolución de expropiar la «La Ilusión».

Todas son demandantes de vivienda pública desde hace años, incluso décadas, sin que jamás hayan podido acceder a una vivienda de protección oficial. Vienen de barrios obreros, en condiciones de hacinamiento, con alquileres cada vez más altos y con salarios cada vez más bajos, cuando no inexistentes.

El inmueble expropiado ha sido absorbido por la SAREB (Sociedad de Activos procedentes de la Restructuración Bancaria), el conocido como «banco malo». La SAREB es una entidad semipública dedicada a tragarse los activos tóxicos de los bancos con el fin de sanear las cuentas del sector financiero. Es decir, es un monstruo inmobiliario que se nutre principalmente de inyecciones de dinero público y que asume las deudas que la banca rechaza. Su única intención es garantizar que los bancos mantengan su nivel de ingresos obligando a todos los contribuyentes a costear sus perdidas.

En cifras, la SAREB ha perdido casi 3.200 millones de euros, y almacena casi 30.000 inmuebles, en su mayoría de nueva construción. Antes de que estas viviendas sigan abandonadas, se destinen a la especulación, sean saqueadas, acaben en manos de fondos buitres o destinadas a alquiler vacacional, estas 10 familias se han decidido a tomar lo que es suyo, lo que es de todos. Su derecho a un techo es innegociable.

Están habilitando el inmueble, vivienda a vivienda, poco a poco, porque estaba en unas condiciones lamentables. 10 casas ya están habitadas, 2 son habitables y darán cobijo próximamente a algunas de las familias que la Comisión de Expropiación del SIGC tiene en su lista de Solicitantes de Vivienda, y otras 3 tienen que recuperarse todavía con mucho esfuerzo y trabajo. Pero estas valientes familias están dispuestas a asumir el reto y también todos los que se presenten de aquí en adelante. No van a rendirse ahora porque por fin han recuperado «La Ilusión».

El Sindicat d’Inquilines de Gran Canaria: famílies obreres contra el Conde de la Vega

Publicación de las queridas compas de Can Jaumetó

ttps://sindicatodeinquilinasgc.wordpress.com/2017/05/17/manifiesto-contra-el-desalojo-de-19-familias/

Compartim aquest cas: per bé que pugui semblar anacrònic, és ben d’actualitat. Tota la nostra solidaritat amb les famílies que estan plantant cara al despotisme del Conde de la Vega a Gran Canaria. Ens adherim al manifest, aprofitant que avui celebren una roda de premsa per denunciar l’evolució del cas, i animen a col·lectius i organtizacions d’arreu a fer-ho.

A banda, us deixem unes línies per apropar-vos a la interessant experiència organtizativa del Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria:

índex.jpg

Mesos abans de l’esclat que estem vivint a tota la península de sindicats de llogateres i col·lectius de defensa del dret a l’habitatge, ja s’havia creat a Gran Canaria un sindicat d’inquilines. Des de fa temps que seguim amb interès la feina de la FAGC (Federación Anarquista de Gran Canaria), sobretot coneguda pel projecte d’okupació i reallotjament de famílies obreres a la comunidad la Esperanza; aquests són principalment els punts de partida de l’esmentat sindicat d’inquilines.

Des del nostre punt de vista, a destacar de la tasca que estan realitzant és saber realitzar una feina real, palpable, amb els estrats de població treballadora més perifèrics i damnats econòmica i socialment per la misèria del treball i l’economia capitalista; a la vegada, el manteniment de principis d’autonomia política dels òrgans de l’estat i les seves institucions. Marquen unes línies vermelles i una experiència pràctica a tenir en compte per al cicle de lluites per l’habitatge i contra la pujada del lloguer que ja està pràcticament encetat.

Enllaços d’interès:

https://sindicatodeinquilinasgc.wordpress.com/principios/

https://anarquistasgc.noblogs.org/

https://www.todoporhacer.org/comunidad-esperanza/)

https://www.youtube.com/watch?v=vU3Ew3Hp_cI

Nace “El Refugio”

5 familias sin recursos y sin techo han rehabilitado varios inmuebles abandonados en la isla de Gran Canaria, y se han buscado por sí mismas las oportunidades que les niega el sistema capitalista y las instituciones.
16 personas, 10 de ellos menores, han iniciado este proyecto habitacional de autogestión y dignificación. Cuentan con todo el apoyo y la asesoría del Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria.
En un archipiélago con 135.000 inmuebles vacíos, con 735 desahucios por trimestre, con el segundo salario más bajo del Estado y la segunda provincia (Las Palmas) con la mayor subida del alquiler, no nos quedan más opciones para garantizarle un techo a nuestros hijos que las que nosotros, el pueblo trabajador, nos proporcionemos por nuestros propios medios.
Esta lucha por la vivienda no implica solo defenderse y reclamar. Es necesario construir y crear.

La okupación en cuestión

[Artículo de «CosacoLibertario» (@El_Cosaco_ en twitter) en su página]

He venido reflexionando sobre la okupación tiempo atrás, quizás desde hace varios meses, quizás un año. Y creo precisa hacer patente una visión crítica a los espacios okupados, a esos Centros Ocupados, Espacios Liberados o cualquiera de esos eufemísticos nombres que toman unos pequeños espacios donde priman ideologías anticapitalistas. Y es que en el fondo no son más que eso: espacios donde las personas de carácter anticapitalista se reúnen para realizar sus actividades propias dentro de un sistema capitalista.

Es preciso ponernos en situación, y por lo tanto, definir los conceptos y encajar la crítica en el espacio que le corresponde.

Definiremos la ocupación como el acto de ocupar aquello que no pertenece, de forma titular1, al ente ocupante(persona física, persona jurídica, colectivo, federación, estado…). A raíz de ese término, podemos destacar que la ocupación de inmuebles es el acto de ocupar un inmueble que no pertenece, de forma titular, al ocupador. Las ocupaciones de inmuebles tienen como origen diversas causas, entre las que destacamos:

  • Ocupación famélica: similar al hurto famélico, es la reapropiación o expropiación de un bien inmueble para la satisfacción de una de las necesidades más básicas, como es el derecho al techo y al hogar. Hoy en día, la FAGC nos ha brindado una gran ocasión de asistir a una ocupación famélica no de hogares individuales, sino una construcción de una comunidad bajo este precepto.
  • Ocupación política: Ocupación que cumple con la estructuración de nuevas formas políticas.
    • Okupación: ligada al Movimiento Okupa, la ocupación de inmuebles vacíos con fines diversos. No incluimos en el movimiento okupa las ocupaciones de terrenos, pues estamos analizando inmuebles.
  • Ocupación estratégica: La toma de un bien inmueble que cumple funciones estratégicas. Esta ocupación suele ser parcial, pues suele ser una herramienta de intercambio: se libera el inmueble con las condiciones que los ocupantes establecen.

La okupación

Uno de sus primeros exponentes fue la Ciudad libre de Christiania, un espacio militar que decidió tomarse como espacio público. En el estado español surgen los primeros CSO (Centros Sociales Okupados) en los años 70, concretamente a partir del 75. De estos proyectos, muchos estaban enfocados a prácticas pedagógicas, como GITE-IPES (Gau Skola), que pretendía ser una Universidad Popular; otros  enfocados a la búsqueda de un espacio que aglutinara toda esas luchas políticas, sindicales, sociales y culturales que requerían un local desde el que proyectarse, como Auzotegi Kultur Etxea; y muy al hilo de esta, las reapropiaciones de edificios sindicales, como el Salón Buenaventura, inmueble expropiado por el franquismo que la CNT reapropió. Otros, como Kan Badina, eran espacios dedicados a la acogida de inmigrantes, o Minuesa, que era una imprenta.

Como hemos apuntado, estas prácticas se realizan con edificios abandonados, generalmente pertenecientes a corporaciones, bancos o municipios. Avanzando en el tiempo, dando un salto radical hacia lo que nos compete, venimos a nuestro tiempo. Un tiempo en que las siglas nos permiten conocer qué tipo de espacio nos asiste:

  • C – Centro
  • E – Espacio
  • S – Social-Sociocultural
  • O – Okupado
  • r – re
    • rO (reOkupado)
  • A – Autogestionado, aunque en escasas ocasiones Anarquista
  • L – Liberado

Las okupaciones contemporáneas.

Las okupaciones hoy día tienen como principales temáticas el ocio, la difusión cultural y la práctica a pequeña escala de economías colaborativas. Dichas temáticas se desenvuelven de la siguiente forma:

  • Ocio: talleres, conciertos, cenadores…
  • Difusión cultural: charlas, bibliotecas, talleres (también), teatro…
  • Economías colaborativas 2 : Gestión de tiendas y mercados populares (tiendas gratuitas, entre otras), gestión de espacios dedicados a la productividad (huertos), guarderías…

Cabe destacar una última categoría, que no por ello es la menos frecuente: espacio político. Y efectivamente, esta categoría podría incluirse aglomerando a las demás, pero no lo haremos, queriendo destacar de esta clasificación que sirve como punto de encuentro entre individuos afines, aglomera y cede espacios a colectivos de diversas tonalidades políticas. Hoy los tonos que más visten estos espacios o centros son el violáceo y el negro, aunque el rojo también tiñe algunos de estos.

Crítica a los espacios okupados

Entendiendo la óptica que los espacios asisten, y los beneficios que los espacios o centros aportan al movimiento revolucionario, escribo esto sin mayor afán que una revisión para el empleo de los espacios okupados.

La okupación como proceso individualista

Dichos espacios, por lo general, y como ya apunté antes, tienen un profundo carácter individualista: tienden a aislarse de la sociedad y a creer en una panacea que no es tal. Se pierde más tiempo en la gestión de estos espacios, en intentar mantener el espacio puro que en la transformación (social) real. No asume contradicciones, y pretende erradicarlas en su seno, perdiendo de vista la causa de dichas contradicciones. Veamos cómo la pregunta de antes puede ser explayada: ¿Y ahora que tenemos un espacio libre de machismo, libre de capitalismo, libre de cualquier autoridad… qué? ¿Supone alguna transformación real, en la sociedad? ¿O si muere el espacio, morirán las conductas, y con esas personas, las ideas de ese espacio? Una característica de las revoluciones exitosas en su totalidad son aquellas que han sido capaces de perdurar en el tiempo, aunque sea bajo causas que no merecen sino mi más sincero desprecio y mi firme rechazo, aunque sea desde la perspectiva histórica: la revolución liberal de 1789, que implantó el sistema vigente; la revolución de octubre de 1917, que no sólo perduró en el tiempo, sino que es añorado aún su resultado en los países en que vivió. Y precisamente esa es una de las mayores taras a las que nos enfrentamos como movimiento libertario: Cómo perdurar en el tiempo, más allá de viejas glorias y magníficos libros.

Capital, estado y okupación

Cabe cuestionarse que estos centros sean realmente parte de algún proyecto revolucionario. La decisión de no pagar para abordar un espacio y darle un uso en actividades revolucionarias no es el hito al que hago referencia, pero esta no es una decisión profundamente anticapitalista: en los cuadros de contabilidad de cualquier empresa aparecen reflejados extravíos, pérdidas y robos, es decir, es algo inherente a su sistema, pues es considerado en las empresas una tara que asumir, al igual que el código penal castiga el delito contra la propiedad individual o colectiva, pues conocen las limitaciones de su propio sistema y apuntalan esos fallos (la cárcel no muestra sino el fracaso del estado como sistema, pero esa es otra cuestión).

El capitalismo como sistema económico se ha caracterizado por su versatilidad: ha sido capaz de tomar la autogestión y ponerla bajo su nombre. No una autogestión integral, pero sí bajo figuras económicas como las cooperativas, autónomos… es decir, ha sido capaz de apropiarse del concepto autonomía y hacerle parcialmente suyo. Y, por lo tanto, es también capaz de integrar estos espacios como forma propia: allí donde las personas se reúnen y tienen un falso sentimiento de libertad. Falso, sí,  porque la libertad, lejos de ser una abstracción individual, es una necesidad colectiva. Parafraseando a Mijail Bakunin3:

“Yo no soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres. La libertad de los demás, lejos de restringir o de negar mi libertad, es, por el contrario, su condición necesaria y su confirmación. Me vuelvo libre, en el verdadero sentido, sólo gracias a la libertad de los demás: cuanto mayor es el número de personas libres que me rodea y más profunda y más grande y extensa su libertad, más profunda y mayor se torna la mía. […]”

Es decir, cuando las personas ven la panacea en la liberación del espacio, o en su mantenimiento, o simplemente sus aspiraciones revolucionarias tratan de una actividad en un espacio con un capitalismo y un estado cada vez más restrictivo circundantes, entonces dichas personas han perdido aspiraciones revolucionarias. El cambio en un espacio puede ser útil, siempre y cuando sea centrífugo, no centrípeto.

Otro de esos  puntos que ha abordado el capitalismo de forma excelente es la permanente perfección de la productividad, a costa de investigaciones y experimentos sociológicos. Entre otros, podemos hablar de uno de sus pioneros, Elton Mayo, que descubre que dotando de descansos estratégicamente situados a los trabajadores, estos tienen mayor productividad. Así, estos espacios cumplen una labor similar, como apunta Slavoj Žižek 4. En ese espacio con aparente libertad, que se visita durante el tiempo libre de las personas, cumple una labor productiva excelente: libera las tensiones entre los más radicales, les dota de una falsa apariencia de autonomía y les limita la acción a un espacio cerrado, en el cual las molestias que estos puedan causar son un problema inferior que hagan uso de la calle como espacio liberador. Entra el segundo factor 5 (siendo el primero el capitalismo): el Estado.

Ha sido el sueño de cualquier Estado reducir a los grupos revolucionarios a espacios limitados de una forma tan eficaz. Sacar a los elementos radicales de la calle, espacio tradicional de los trabajadores 6, es su mayor conquista. Forma casi parte de una estructura penitenciaria, que además puede servir como punto de partida para la incorporación de drogas 7, si así fuese necesario, y reducir aún más la actividad de quienes enarbolan la causa revolucionaria.

Pese a ello, existe represión en el ámbito. Los espacios okupados generalmente se someten a desahucios constantes o a amenazas de desalojo. Se entiende desde una óptica del conflicto permanente: si el estado logra aparentar que estos espacios tienen tintes ilegalistas o revolucionarios, y que este los persigue con ahínco, consigue que la actividad revolucionaria se vuelque con, para y por los espacios okupados. Esto no significa que en los espacios no se realicen hitos revolucionarios, o que en ellos no se encuentren los revolucionarios, sino que explica cómo el estado embrolla y orquesta la disminución de actividad revolucionaria.

El falso sentimiento de autogestión o economías anticapitalistas

Antes me mostré desconfiado a llamar a las economías vigentes en estos espacios autogestionados, y ahora lo hago con llamarlas anticapitalistas. La autogestión no es un hecho aislado, sino una economía hecha de personas liberadas de cualquier opresión, pues la mayoría de estas afectan a la economía, como la del hombre por el hombre (capitalismo o estatismo) o la cultural (roles de género). La economía es la administración de los recursos y su distribución, y los apelativos que suelen acompañarla (socialista, capitalista…) indican el cómo ha de hacerse. La autogestionada es aquella que es de, por y para los productores. Estos centros no poseen una economía tal, pues sufren inferencias de fuera (no han decidido la moneda para dicha administración), los recursos primitivos (o la materia prima) ha sido adquirida por lo general, o bajo mano de obra de trabajadores asalariados y comprados con moneda que no se ha decidido. Podría seguir escribiendo sobre ello, pero nos alejaría del asunto que nos compete.

La economía que en estos centros se lleva es más parecida a las economías colaborativas antes citadas, pero sin ánimo de lucro (aunque las economías colaborativas no llevan intrínseco el ánimo de lucro): es la colaboración de personas que comparten capacidades o recursos para satisfacer dichas necesidades.

Los centros como bastiones revolucionarios

Los espacios okupados son una buena herramienta que hay que explotar con sus debidos usos. Los usos que hoy se les dan son merecedores de halagos, pero a su vez favorecen lo que anteriormente he citado. Tenemos que dotar a estos espacios de una lucha política más intensa.

La analogía de estos espacios con bastiones es muy necesaria. Estos espacios tienen que estar preparados para ser defendidos, ¡en efecto! Pero también tienen que ser centros neurálgicos de ataque. No se puede sostener una lucha revolucionaria de la defensa de espacios. Tampoco se puede argüir que la toma de estos ya es por sí un ataque, pues como antes dije es una falacia. De la defensa sólo se espera no ser derrotado, con el ataque hay esperanzas en las victorias.

¡Que los centros acojan a los forajidos! ¡Que los centros acojan a los ilegales!

¡Que sean bastiones revolucionarios, y no obras caritativas!

  1. Hace referencia a la titularidad legal
  2. Han surgido también nuevas formas de economía colaborativa fuera de esta gestión obrera, y muchas con fines lucrativos: blablacar, Wallapop… No hago referencia a estas economías, y soy reticente a llamar a estas economías autogestionadas
  3. M. B. (1871) Dios y el Estado, Capítulo Dios y el Estado.
  4. S.Z. (2013) 6th subversive festival. Link aquí.
  5. El segundo en aparecer por el orden en que he decidido estructurar este artículo, no por orden capital.
  6. David Whitehouse (2012) Los orígenes de la policía. Link aquí.
  7. @Nen__17 (2016) La guerra química del Estado, a través de las drogas. Link aquí.

ABSOLUCIÓN EN EL PRIMER JUICIO CONTRA LAS VECINAS DE LA GUEVARA

X Derecho A Techo

Nos han comunicado la SENTENCIA ABSOLUTORIA del juicio que tuvo lugar el pasado 30 de enero contra Leti y Jaume, de la Corrala La Guevara!!

SÍ SE PUEDEEE!

La fiscalía y el abogado de Banco Popular actuaron implacablemente, y su petición de condena es una de las más duras que hemos sufrido en nuestro entorno en materia de usurpación. 1800 euros para Leticia y 900 euros para Jaume, que de no ser pagados habrían supuesto privación de libertad de 90 y 45 días respectivamente. Además, especificaron en su petición, la ejecución del desahucio tras la sentencia, sin esperar a recurso.

No obstante, nuestra abogada expuso un alegato brillante que, contando con testimonios de de peso y la movilización en las puertas del juzgado, ha permitido esta sentencia absolutoria.

Todavía cabe recurso por parte de BANCO POPULAR y posteriormente, seguirá intentando desahuciarnos mediante la vía civil. Además, en el mes de marzo continúan los juicios por lo penal contra Yanira, Jose y Pepe, otras vecinas de la Guevara.

Y nos olvidemos que tres compañeras fueron identificadas en la concentración en las puertas del juzgado. Estemos atentas.

Pero sin duda, entre todas, hemos logrado una herramienta eficaz de presión a BANCO POPULAR, para arrancar de sus manos especulativas un uso realmente social del inmueble de la Corrala La Guevara, poniéndola a disposición de sus legítimas habitantes. Y una herramienta para otras compañeras en la misma situación, como la Corrala La Suerte, las Luchadoras y muchas más.

El mismo día del juicio nos comunicaron la negativa de BANCO POPULAR ante la tibia solicitud de mediación de la oficina por el derecho a la vivienda del Ayuntamiento de Málaga, ante la pasividad y aceptación de las instituciones, cómplices de la impunidad de la BANCA. Esperemos ahora poder hacerles cambiar de opinión.

Más allá del resultado, queremos poner en valor cada muestra de trabajo en red y de sostenimiento y cuidados de las personas. Cada acto de desobediencia, cada intento de hacer frente a este sistema de acumulación depredadora.

Desde Stop Desahucios Málaga queremos agradecer a todas las personas y colectivos que están apoyando la campaña por el derecho a la vivienda y la amnistía social #LaGuevaraNOseToca.

Queremos agradecer a CGT Andalucía que nos haya brindado la posibilidad de contar con una defensa jurídica eficaz para combatir la indefensión a la que estamos expuestas las prekarias y excluídas, y las que intentamos articularnos con otras para visibilizar y luchar contra la acumulación y su consecuencia, la pobreza. Así como la asesoría solidaria del compañero Roberto Limón, del gabinete de abogadas Lex Veritas, de Paqui de la Pah, de Martín Eliseo, de las compañeras de Legal Sol, la Federación de Anarkistas de Gran Canaria y Stop Represión de Granada. Así como el testimonio determinante de Jose Cosín y la implacable defensa de Amanda Romero.

Queremos agradecer el calor, acompañamientos y apoyos humanos continuos de compañeras tan cercanas como Zambra, Baladre, Stop Represión Málaga, CNT, Frente Cívico…Las compañeras 15M Alacant, que han acogido esta lucha como propia, y las de Canarias, que se han sumado masivamente.

Agradecemos la difusión en vuestras redes y a través de ellas, y deseamos poner en valor los medios de comunicación alternativos que nos dan voz a las silenciadas, como Barricadas de Papel, Voces Alternativas, páginas como la de Zambra y Baladre, etc…

Así como la participación de las Pahs y Stop Desahucios de otros territorios, y de todas aquéllas que firmais el comunicado de apoyo a la Corrala La Guevara.

La campaña continúa y se intensifica el #BOIKOTBANCOPOPULAR. Os pediremos apoyo y participación para diferentes acciones:

– Concentración en el pleno de febrero del Ayuntamiente de Málaga, el jueves 23.

– La asamblea que tendrá lugar el miércoles 1 de marzo alrededor 19h en el barrio de la Corrala La Guevara.

– Una rueda de prensa en las puertas de Banco Popular, por la mañana, todavía no fechada.

– Acciones en Banco Popular y ante las instituciones.

– Difusión en redes sociales, y la firma de la petición: https://secure.avaaz.org/es/petition/Director_Territorial_Andalucia_Banco_Popular_y_Director_General_Aliseda_Paremos_el_desahucio_de_la_Corrala_La_Guevara_Am_1/?cELgwlb&utm_source=sharetools&utm_medium=copy&utm_campaign=petition-402418-

#LaGuevaraNOseToca

VIVIENDA DIGNA PARA TODAS!

AMNISTÍA SOCIAL YA!

Adjuntamos el listado de colectivos adheridos a la campaña y la sentencia.

Artículos relacionados:

http://www.diariosur.es/malaga-capital/201701/31/corrala-guevara-hace-ciudad-20170130182318.html

http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2017/01/31/concentracion-apoyo-familias-habitan-corrala/906444.html

Así como el programa especial en Voces Alternativas:

http://www.ivoox.com/la-guevara-no-se-toca-funcion-audios-mp3_rf_16675379_1.html

Y algunos enlaces de vídeos relacionados:


+info: stopdesahuciosmalaka@gmail.com; @stopdesahuc_mlg

Fundación de un Sindicato de Inquilin@s en Gran Canaria

El pasado sábado, día 21 de enero de 2017, se celebró en la Comunidad “La Esperanza” (Gran Canaria, municipio de Santa María de Guía), la asamblea fundacional del primer Sindicato de Inquilinos del archipiélago canario y del Estado español desde los años 30.

La convocatoria que nos invitaba a valorar la opción de crearlo decía esto:

Sobre la necesidad de crear un Sindicato de Inquilinos en Canarias

En Canarias hay, según datos oficiales, 135.000 inmuebles vacíos mientras 35.000 demandantes de vivienda no tienen casa. Se siguen produciendo una media de 20 desahucios al día. 9 de cada 10 desahucios forzosos son por impago de alquiler. Las instituciones políticas afirman carecer de casas suficientes, mientras han vendido el parque público de vivienda a gestoras privadas como Visocan, dedicadas a la especulación búrsatil.

El frente de la vivienda es de los pocos que ha resistido la desmovilización post-15M. Aunque también lo ha sufrido. Si la labor de las asambleas, colectivos y plataformas existentes es meritoria, aún hay déficits que debemos señalar:

1. La falta de una batería de medidas dedicadas a paliar la situación de indefensión de la clase inquilinal y precarista. El alquiler sigue sin ser parte prioritaria de la agenda, aún cuando el 90% de los desahucios se dan por esta circunstancia.

2. La carencia de herramientas directas que, más allá de negociación, piquetes y escraches, supongan un verdadero desafío ante los desahucios masivos como los orquestados por los fondos buitres. Hablamos de la necesidad de reivindicar y extender la Huelga de Alquileres.

3. La ausencia de una estrategia a largo plazo que suponga un cambio de paradigma y no nos reduzca a simples reguladores de las desigualdades del Sistema. Una estrategia que ponga sobre la mesa la necesidad de probar otras alternativas de gestión de la vivienda, que aspire a que esta se dé de forma directa por parte de los vecinos sin injerencias de intereses privados, que plantee la necesidad de que las decisiones sobre las viviendas las tomen quienes las habitan.

Detectadas estas lagunas, creemos que es importante articular un Sindicato de Inquilinos, aunque sea inicialmente a nivel experimental, en la isla de Gran Canaria. Un órgano abierto a inquilinos y precaristas, dedicado a asesorar (legal y extralegalmente) al arrendatario y a detectar clausulas improcedentes o draconianas en los contratos de alquiler, a tratar de impedir los desahucios forzosos abusivos, a plantear objetivos que verdaderamente cambien las condiciones de vida de los vecinos (como lograr que se fije un precio máximo del alquiler en los barrios obreros), a implementar herramientas de lucha colectivas (como la citada Huelga de Alquileres) que nos hagan entender el problema de la vivienda como un problema común y no como un conflicto particular, a denunciar y combatir todas las desigualdades e irregularidades que se dan en la esfera de la vivienda pública (algo que hoy se solapa), a crear redes de autogestión de vivienda que prueben otros modelos de organización habitacional.

Esta es la propuesta. Lo que nos falta dirimir como colectivo y a lo que trataremos de dar respuesta es a las siguientes cuestiones: ¿debe crearse esta estructura sindical autónoma desde 0 o deben usarse otras estructuras sindicales previas acordes al espíritu del proyecto? ¿Debe ser una estructura legalizada (en formato «asociación» [los sindicatos no laborales no los reconoce la legislación]) o alegal? ¿La táctica del conflicto constante es suficiente para evitar el asistencialismo y convertirse en una simple gestora? ¿Debe establecerse un sistema de cuotas mínimo? ¿Se necesitan unos estatutos, un pacto asociativo o basta con un simple compromiso de trabajo?

En la próxima asamblea fundacional contestaremos a estas preguntas.

 

La primera cuestión a tratar fue la de si existía un compromiso real de participar en un proyecto así. En poco menos de 5 minutos una veintena de personas, casi todas vecinas, ya estaban afiliándose al sindicato. Se debatió brevemente la cuestión del nombre, por si lo de “inquilinos” retraía a los hipotecados y pudiera dejar de lado a otro sector tan importante en el tema vivienda como las personas sin hogar. Se insistió mucho en poner el foco en la situación de quienes carecen de techo o viven en situación irregular. Finalmente se votó por mayoría denominarse Sindicato de Inquilinos como homenaje a los que nos precedieron, pero dejando claro que era un órgano amplio en el que cabían todos los damnificados habitacionales.

Se debatió después el tema de ser autónomos o aprovechar otras estructuras existentes. Ante la incomparecencia de los miembros de algunos sindicatos a los que se había invitado a título personal, se optó por unanimidad por la autonomía, aunque intentando buscar la confluencia con quien a la larga pudiera interesarse. Se discutió después el tema de la legalidad o alegalidad de la estructura del sindicato. Los partidarios de legalizarlo defendían que debíamos constituirnos como asociación (ya que los sindicatos extralaborales, comunes en muchos países, no los reconoce la legislación española) para tener más empaque y ser una persona jurídica de pleno derecho. Los partidarios de no legalizarse planteaban que la legalidad suponía señalar a los que registraran la asociación y aparecieran como vocales y tesoreros, y que era contraproducente en coyunturas como ocupaciones de inmuebles y demás. Al final no hubo acuerdo y se encomendó a los partidarios de la legalización hacer un informe que acreditara la mejor forma de articularse, consultando a abogados afines, para que lo presentaran en la próxima asamblea. Mientras, permaneceríamos temporalmente siendo alegales.

Se aprobó también fijar una cuota mínima simbólica de 50 céntimos mensuales por afiliado, pudiendo dar más quien quisiera y pudiera. A continuación se planteó la posibilidad de establecer una sede física, quedando aprobado finalmente, por propia iniciativa de las vecinas, que la Comunidad “La Esperanza” sería la primera sede del Sindicato de Inquilinos. Sin descartar abrir otras sedes en distintos puntos de la isla. Por último, se repartieron funciones y trabajo a realizar en base a la disposición y capacidades de cada uno: crear la red de asesoramiento legal, los medios de difusión informáticos, elaborar un esqueleto de principios básicos, la portavocía, la comunicación interna, etc.

En 3 semanas tenemos la próxima asamblea. Asistimos al inicio de un sindicato abierto a todas y todos, y que tiene mucho trabajo por delante si quiere demostrar que aún hay cosas que hacer en el frente de la vivienda.

Un afiliado al reciente Sindicato de Inquilinos de Gran Canaria.

[Publicado originalmente en http://alasbarricadas.org/noticias/node/37845]

Nacen «Las Masías»

Estas últimas semanas un grupo de familias migrantes se han puesto en contacto, desesperadas, con la FAGC. Han vivido situaciones durísimas de racismo social e institucional. Se ven sin casa, sin refugio alguno, viviendo como proscritos, perseguidos, acosados, sin asistencia sanitaria ni de ningún tipo, sin red de apoyo alguna más allá de sus paisanos. Gracias a estos han conseguido contactar con nosotros.

En un trabajo común, en el que han sido los primeros en implicarse, hemos ocupado dos inmuebles. Uno es un chalet abandonado y otro un edificio de 6 viviendas, de nueva construcción, en las mismas circunstancias.

Las 9 familias realojadas (3 en el chalet y 6 en el bloque. Un total de 31 personas, 18 de ellas niños) han pasado a gestionar, de forma directa, ambas edificaciones. En la FAGC les hemos prestado toda la asesoría posible y les hemos dado unos rudimentos básicos. Pero después de nuestra propia experiencia, y comparando también con otras experiencias habitacionales basadas en la okupación en el resto del Estado, hemos decidido no interferir nada en la gestión interna del inmueble. Actualmente todas las ocupaciones en las que ha intervenido la FAGC son gestionadas al 100% por los realojados. Con mejores o peores resultados, hay que asumir que esos son los riesgos de la autonomía y la autogestión.

¿Por qué se llaman «Las Masías» (I y II)? Bien, la situación económica de la FAGC es desastrosa. Multas, embargos, abogados, etc. Pero en nuestro último viaje a Catalunya para contar nuestras experiencias, la CNT de Sabadell (y también la PAH de allí) organizaron un acto para recaudar fondos para nuestra lucha, y gracias a eso, lo decimos abiertamente, esas 9 familias tienen casa. Con lo recaudado hemos podido, por ejemplo, comprar los materiales que permitirán a esas familias disponer de agua y luz.

La FAGC se encuentra como colectivo en un momento paradógico. Cada vez hay menos anarquistas participando, pero cada vez tanto la gente de a pie (los más excluidos de entre ellos) como los que tienen inquietudes sociales o formativas se interesan más por nuestra federación y se acercan a ella para colaborar. La lectura que hacemos es que los anarquistas están interesados en otras cosas, justo en el momento en el que la gente más necesita y requiere de nuestras herramientas. Sin embargo, esto abre un debate y una reflexión dentro de la FAGC. ¿Puede haber una federación anarquista sin anarquistas? ¿Deberíamos convertirnos en un Sindicato de Inquilinos más amplio y mandar a la FAGC al rincón de pensar una temporada?

Mientras hallamos la respuesta seguimos trabajando. Y mientras podamos en la isla seguirán naciendo ejemplos como el de «Las Masías». Se puede luchar contra los CIE’s denunciado y protestando, pero también se puede ayudar a la gente a no caer en sus garras. En eso estamos.